Bible Commentaries
2 Crónicas 34

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

Versículos 1-33

CAPITULO 34

Vers. 1, 2. REINADO BUENO DE JOSIAS.
1. De ocho a�os era Jos�as-(V�ase 2Ki 22:1-2). El testimonio dado de la firmeza sin flucturar y de su adherencia a la causa de la verdadera religi�n, coloca su car�cter y reinado en honorable contraste con los de muchos de sus antecesores reales.


3-7. DESTRUYE LA IDOLATRIA.
3. A los ocho a�os de su reinado-Este era el a�o d�cimo sexto de su edad, y, como los reyes de Jud� eran considerados menores mientras no cumplian los trece a�os, fu� tres a�os despu�s que lleg� a su mayor�a. Muy temprano hab�a �l manifestado la piedad y excelentes disposiciones de su car�cter. En el a�o duod�cimo de su reinado, pero el vig�simo de su edad, empez� a tomar un inter�s vivo en purificar su reino de todos los monumentos de idolatr�a que, en el corto reinado de su padre, hab�an sido edificados; y en un per�odo posterior, su creciente celo por asegurar la pureza del culto divino, lo llev� a vigilar la obra de demolici�n en varias partes de sus dominios. El curso de la narraci�n en este pasaje es algo diferente de aquel seguido en el libro de Reyes. Porque el historiador, habiendo hecho alusi�n a las tempranas manifestaciones del celo de Jos�as, contin�a con un detalle completo de las medidas que este buen rey adopt� para la extirpaci�n de la idolatr�a, mientras que el autor del libro de Reyes empieza con la limpieza del templo, inmediatamente antes de la celebraci�n de la pascua, y aprovecha esa ocasi�n para dar una descripci�n general de la pol�tica de Jos�as en librar la tierra de la contaminaci�n idol�trica. El orden cronol�gico exacto no se sigue ni en Reyes ni en Cr�nicas; pero en ambos se recuerda claramente que la abolici�n de la idolatr�a empez� en el a�o duod�cimo y fu� completada en el a�o d�cimo octavo del reinado de Jos�as. A pesar de la evidente sinceridad y celo de Jos�as, y de la aparente obediencia del pueblo a los edictos del rey, �l no pudo extinguir el afecto que ten�an profundamente arraigado a las idolatr�as introducidas en la primera parte del reinado de Manas�s. Esta preferencia latente aparece claramente desarrollada en los reinados siguientes, y el decreto divino de la remoci�n de Jud�, tanto como de Israel, al cautiverlo, fu� decretado irrevocablemente.
4. los sepulcros de los que las hab�an sacrificado-Trat� a las sepulturas como culpables de los cr�menes de aquellos que yac�an en ellas. (Bertheau.)
5. Quem� adem�s los huesos de los sacerdotes sobre sus altares-Una infamia mayor no habr�a sido posible imponer a los sacerdotes id�latras que la exhumaci�n de sus huesos, y mayor profanaci�n no habr�a podido hacerse a los altares de idolatr�a que el quemar sobre ellos los huesos de los que all� hab�an oficiado en su vida.
6. con sus lugares asolados-o, �en sus desiertos�.-de modo que este vers�culo quiere decir: �Lo mismo hizo (romper los altares y quemar los huesos de los sacerdotes) en las ciudades de Manas�s. Efraim, Sime�n, hasta en Neftal�, en sus suburbios despoblados.� El lector tal vez se sorprende al notar que Jos�as, cuyas posesiones hereditarias eran limitadas al reino de Jud�, ejerc�a tanta autoridad entre las tribus de Efraim, Manas�s, Sime�n y otras hasta Neftal�, como en sus propios dominios; y, por lo tanto, es necesario recordar que despu�s de la destrucci�n de Samaria por Salmanasar, los remanentes que quedaron en las monta�as de Israel, manten�an un trato �ntimo con Jud�, y consideraban a los soberanos de aquel reino como sus protectores naturales. Los reyes de Jud� adquirieron grande influencia entre ellos, la cual ejerci� Jos�as quitando todo vestigio de idolatr�a de la tierra. El no habr�a podido hacerlo sin la conformidad del pueblo en lo propio de este proceder, conscientes ellos de que esto estaba de acuerdo con sus antiguas leyes e instituciones. Los reyes asirios, que eran ahora los se�ores del pa�s, deben haber estado descontentos con las libertades que se tomaba Jos�as m�s all� de sus territorios, pero ellos, o no eran informados acerca de sus haza�as, o no se molestaban acerca de su proceder religioso, relacionado, como creer�an ellos, con el dios de la tierra, especialmente como �l no trat� de tomar alguna ciudad, o de perturbar la lealtad del pueblo. (Calmet).


8-18. REPARA EL TEMPLO.
8. A los dieciocho a�os de su reinado � envi� a Saph�n-(v�ase 2Ki 22:3-9).


19-33. HACIENDO LEER LA LEY, RENUEVA EL PACTO ENTRE DIOS Y EL PUEBLO.
19. luego que el rey oy� las palabras de la ley, etc.-(v�ase 2Ki 22:11-20; 2Ki 23:1-3).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre 2 Chronicles 34". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/2-chronicles-34.html. 1871-8.