Bible Commentaries
Deuteronomio 12

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

Versículos 1-32

CAPITULO 12

Vers. 1-15. MONUMENTOS DE IDOLATRIA PARA SER DESTRUIDOS.
1. Estos son los estatutos y derechos que cuidar�is de poner por obra-Habiendo en los cap�tulos anteriores ense�ado a los israelitas la obligaci�n general de temer y amar a Dios, aqu� entra Mois�s en un detalle de algunos deberes especiales que ellos hab�an de cumplir cuando se posesionaran de la tierra prometida.
2. Destruir�is enteramente todos los lugares donde las gentes que vosotros heredareis, sirvieron a sus dioses-Este mandato divino se bas� en las tendencias de la naturaleza humana; porque el quitar de la vista todo cuanto hab�a estado asociado con la idolatr�a, de modo que no se hablara de ello, ni quedase un vestigio, era la �nica manera eficaz de alejar a los israelitas de tales tentaciones. Se notar� que Mois�s no hace ninguna menci�n de templos, porque tales edificios no exist�an en aquel primer per�odo. Los �lugares� escogidos como escena del culto pagano, se hallaban o en la cumbre de alguna monta�a alta, o en alguna colina artificial, o en alg�n bosque plantado con �rboles especiales, como encinos, �lamos u olmos (Isa 57:5-7; Oseos 4:13). El motivo de la elecci�n de tales sitios era tanto el de conseguir retraimiento como el de dirigir la atenci�n hacia arriba al cielo; y el �lugar� no era nada m�s que un cercado consagrado, o, a lo mejor, un pabell�n o una mampara contra la intemperie.
3. derribar�is sus altares-Montones de c�sped o de piedras peque�as. y quebrar�is sus im�genes-Antes que se desarrollara el arte de la escultura, las estatuas de los �dolos no eran m�s que trozos r�sticos de piedras colocadas.
5-15. el lugar que Jehov� vuestro Dios escogiere � all� ir�is-Se les prohibi� adorar o de la manera supersticiosa de los paganos, o en alguno de los lugares frecuentados por ellos. Un lugar especial para la reuni�n general de todas las tribus ser�a escogido por Dios mismo; y la elecci�n de un lugar com�n para los solemnes ritos de la religi�n fu� un acto de sabidur�a divina, para la seguridad de la verdadera religi�n; la medida fu� admirablemente ideada para evitar la corrupci�n que de otra manera se habr�a deslizado, si ellos frecuentaban bosques o lugares altos; para conservar la uniformidad del culto, y para mantener viva su fe en aquel hacia quien se dirig�an todos sus sacrificios. El lugar fu� sucesivamente Mizpa, Silo y especialmente Jerusalem; pero en todas las referencias que a �l hac�a Mois�s, el nombre nunca fu� mencionado; y este silencio premeditado se manten�a en parte para que los cananeos residentes en el territorio donde aquel lugar estar�a, no concentrasen all� sus fuerzas para frustrar toda esperanza de que los israelitas lo tomasen; en parte, para que el deseo de poseer lugar de tanta importancia no llegara a ser causa de contienda o rivalidad entre las tribus hebreas, como sucedi� acerca del nombramiento del sacerdocio (N�meros 16).
7. comer�is all� delante de Jehov�-De las cosas mencionadas en el v. 6; pero naturalmente, ninguna de las partes destinadas a los sacerdotes delante del Se�or, en el lugar donde el santuario hab�a de ser establecido, y aquellas partes de la Ciudad Santa en donde el pueblo ten�a libertad de frecuentar y habitar.
12. os alegrar�is delante de Jehov� vuestro Dios, vosotros y vuestros hijos y vuestras hijas, etc-De modo que parece que, aunque s�lo a los varones se mand� que concurrieran delante de Dios en las fiestas anuales solemnes (Exo 23:17), se permit�a a las mujeres acompa�arlos (1Sa 1:3-23).
15. Con todo, podr�s matar y comer carne en todas tus poblaciones-Todo animal, fuera buey, cabra o cordero, destinado a la alimentaci�n, durante la estada en el desierto, se orden� que fuera carneado como ofrenda pac�fica a la puerta del tabern�culo, y que su gordura fuera quemada sobre el altar, por el sacerdote. Como el campamento rodeaba al altar, result� f�cil y practicable este sistema. Pero cuando se establecieron en la tierra prometida, se les dispens� la obligaci�n de carnear en el tabern�culo, y el pueblo fu� dejado en libertad de preparar su carne en sus ciudades y hogares, seg�n la bendici�n de Jehov� tu Dios que �l te habr� dado-i. e., el modo de vivir deber�a acomodarse a la condici�n y los medios de cada uno; una indulgencia profusa y disoluta nunca puede recibir la bendici�n divina. el inmundo y el limpio la comer�-El �inmundo� aqu� es uno que estuviera bajo alguna leve contaminaci�n, la cual, sin excluirlo de la sociedad, sin embargo le privaba de comer las carnes sagradas (Lev 7:20). Tales personas estaban en libertad de comer sin reserva los art�culos comunes de comida, de corzo o de ciervo-El ciervo sirio es una especie entre nuestro ciervo rojo y nuestro corzo distinguido por la falta de una segunda asta, contando desde abajo y por una librea moteada, que se borra s�lo en el a�o tercero o cuarto. (Biblical Cyclopedia).

Vers. 16-25. LA SANGRE PROHIBIDA.
16. Salvo que sangre no comer�is; sobre la tierra la derramar�is como agua-La prohibici�n de comer o beber la sangre como costumbre antinatural acompa�� el anuncio del permiso divino para comer la carne de animales (Gen 9:4), y la prohibici�n fu� renovada repetidas veces por Mois�s con referencia a los grandes objetivos de la ley (Lev 17:2): el impedir la idolatr�a y la consagraci�n de la sangre del sacrificio a Dios. Acerca de la sangre de animales carneados para alimento, sin embargo, pod�a ser derramada sin ceremonia, y vertida sobre la tierra como cosa com�n como el agua; solamente por motivo de decencia, como tambi�n para prevenir la idolatr�a, ten�a que ser cubierta con tierra (Lev 17:13), en contraste con la pr�ctica de los paganos que la dejaban como una ofrenda al dios de la caza.
22-28. Lo mismo que se come el corzo y el ciervo, as� las comer�s-Los animales de la caza, tomados en el desierto, no ten�an que ser tra�dos a la puerta del tabern�culo. Ahora el pueblo iba a ser tan libre para matar el ganado dom�stico como los animales silvestres. El permiso de cazar y usar la carne de animales cazados, sin duda, fu� una grande bendici�n para los israelitas, no s�lo en el desierto, sino en su establecimiento en Palestina, pues las cordilleras monta�osas del L�bano, Carmelo y Galaad, donde abundaban los ciervos en grandes cantidades, les proveer�an as� comida copiosa y riqu�sima.

Vers. 26-32. LAS COSAS SAGRADAS HABIAN DE SER COMIDAS EN LUGAR SANTO.
26. Empero las cosas que tuvieres t� consagradas-Los diezmos mencionados (v. 17) no deben considerarse diezmos ordinarios, los cuales pertenec�an a los levitas, y de los cuales los israelitas particulares ten�an derecho de comer; pero son otros diezmos u obsequios, que el pueblo llevaba al santuario para ser presentados como ofrendas pac�ficas, y de los cuales, una vez ofrecidos, ellos se regalaban con sus familias y amigos (Lev 27:30). Gu�rdate que no tropieces en pos de ellos � diciendo: De la manera que serv�an aquellas gentes a sus dioses, etc.-Los israelitas, bajo la influencia de un temor supersticioso, frecuentemente trataban de propiciar a las deidades de Cana�n. Su educaci�n egipcia hab�a impreso mucho antes aquella idea rid�cula de que un grupo de deidades locales, esperaban el tributo de parte de todos los que llegasen a habitar el pa�s que ellas honraban con su protecci�n, y que se resent�an seriamente la negligencia en pagarlos, de parte de todos los reci�n llegados. (Warburton). Tomando en consideraci�n la preponderancia de esta idea entre ellos, vemos que contra una influencia egipcia fu� dirigida la fuerza completa de esta sana advertencia con la cual se cierra este cap�tulo.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Deuteronomy 12". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/deuteronomy-12.html. 1871-8.