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Bible Commentaries
Deuteronomio 29

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

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Versículos 1-29

CAPITULO 29

Vers. 1-29. UNA EXHORTACION A LA OBEDIENCIA.
1. Estas son las palabras del pacto-Contin�a el discurso de Mois�s; el tema de aquel discurso era el pacto de Israel con Dios, los privilegios que el pacto confer�a y las obligaciones que impon�a. adem�s del pacto que concert� con ellos en Horeb-Substancialmente era el mismo; pero ahora fu� renovado, en circunstancias diferentes. Ellos hab�an violado sus condiciones. Mois�s repite �stas, para que tuviesen un conocimiento mejor de sus condiciones, y estuvieran m�s dispuestos a cumplirlas.
2. Mois�s pues llam� a todo Israel, y d�joles: Vosotros hab�is visto todo lo que Jehov� ha hecho, etc.-Esta apelaci�n a la experiencia del pueblo, aunque fu� hecha en t�rminos generales, era aplicable s�lo a aquella porci�n de ellos que hab�a tenido muy poca edad en el tiempo del Exodo, y que se acordaban de las transacciones maravillosas que antecedieron y siguieron a aquella �poca. Pero, por desgracia, aquellos acontecimientos maravillosos no hicieron en ellos ninguna impresi�n buena (v. 4). Ellos eran extra�os a aquella gracia de sabidur�a que es dada liberalmente a todos los que la piden: y su insensibilidad era tanto m�s inexcusable ya que hab�an sido obrados tantos milagros que habr�an podido conducir a una convicci�n segura de la presencia y el poder de Dios con ellos. La conservaci�n de su ropa y sus zapatos, la provisi�n de alimento y agua diarios; estos benificios continuados sin interrupci�n o disminuci�n durante tantos a�os de peregrinaci�n en el desierto, fueron milagros que proclamaban la mano inmediata de Dios, y que eran obrados con el prop�sito expreso de disciplinarlos en el conocimiento pr�ctico de �l y de una confianza habitual en �l. Su experiencia en esta bondad y en el cuidado extraordinario, junto con su recuerdo de los acontecimientos brillantes por medio de los cuales, con poco esfuerzo o p�rdida de parte de ellos, Dios permiti� que adquiriesen el territorio valioso sobre el cual estaban, se menciona nuevamente para obligarlos a un fiel cumplimiento del pacto, como medios directos y seguros de obtener las bendiciones prometidas de aquel pacto.
10-29. Vosotros todos est�is hoy delante de Jehov�-Toda la congregaci�n de Israel, de todas las edades y condiciones, todos, j�venes como viejos, siervos como amos, israelitas naturales como extranjeros naturalizados, todos estaban reunidos ante el tabern�culo para renovar el pacto sina�tico. A ninguno de ellos se le permit�a considerarse exento de los t�rminos de aquel pacto nacional, para que alguno cayendo en la idolatr�a no resultara una ra�z de amargura, esparciendo su semilla venenosa e influencia corrompida por todas partes (comp. Heb 12:15). Fu� de la mayor consecuencia llegar as� al coraz�n y a la conciencia de cada uno, porque algunos podr�an enga�arse con la idea vana de que por tomar el juramento (v. 12) por el cual se obligaban en el pacto con Dios, as� se asegurar�an sus bendiciones; y que aunque ellos no se adhiriesen r�gidamente a su culto y mandamientos, sino que siguieran los proyectos y las inclinaciones de sus propios corazones, sin embargo, que �l disimular�a tales libertades y no los castigar�a. Era de la mayor importancia impresionar a todos ellos con la convicci�n m�s fuerte y m�s duradera, de que mientras ten�a el pacto de gracia en s�, grandes bendiciones, al mismo tiempo conten�a en reserva para los transgresores maldiciones, la inflicci�n de las cuales ser�a igualmente segura, duradera y severa. Esta fu� la ventaja de que fuese la ley repetida la segunda vez. El cuadro de una regi�n una vez rica y floreciente, ahora marchita y condenada en consecuencia de los pecados de sus habitantes, es muy notable y adecuado para despertar un temor reverencial en toda mente seria. Tal es, y desde largo tiempo, el estado desolador de Palestina; y, al mirar sus ciudades arruinadas, sus costas marchitas, sus monta�as desnudas, su suelo est�ril y desecado-todas las evidencias tristes e inequ�vocas de una tierra bajo una maldici�n-muchos viajeros de Europa, Am�rica y las Indias, �extranjeros de tierras lejanas� (v. 22), en este d�a ven c�mo el Se�or ha ejecutado sus amenazas. �Qui�n puede resistir la conclusi�n de que esto ha sido infligido �por cuanto ellos dejaron el pacto de Jehov� el Dios de sus padres� y que �el furor de Jehov� se encendi� contra esta tierra, para traer sobre ellos todas las maldiciones escritas en este libro�? (vv. 25, 27).
29. Las cosas secretas pertenecen a Jehov�-Este vers�culo no tiene conexi�n aparente con el tenor del discurso; y se ha cre�do que ser�a contestaci�n a las miradas de asombro y a las palabras de interrogaci�n, de si ellos alguna vez ser�an tan malvados como para merecer semejantes castigos. La historia escrita de las relaciones providenciales de Dios para con Israel, nos presenta una combinaci�n maravillosa de �bondad� y severidad�. Gran parte de ella est� envuelta en misterio demasiado profundo para que lo sondeen nuestras facultades limitadas; pero, por la sabidur�a comprensiva manifestada en aquellas porciones que han sido reveladas a nosotros, estamos preparados para entrar al esp�ritu completo de la admiraci�n del ap�stol: ��Cu�n incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!� (Rom 11:33).

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Deuteronomy 29". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/deuteronomy-29.html. 1871-8.
 
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