Bible Commentaries
Ezequiel 40

Versículos 1-49

CAPITULO 40

Vv. 1-49. LOS CAPITULOS RESTANTES, 40-48, DAN UN CUADRO IDEAL DEL TEMPLO JUDIO RESTAURADO. Las disposiciones del terreno y del templo, en muchos detalles, son distintas de las que exist�an antes de la cautividad. Hay en �l cosas tan improbables f�sicamente como para excluir una interpretaci�n puramente literal. La verdad general parece mantenerse, de que, as� como Israel sirvi� a las naciones por haber rechazado al Mes�as, as� las naciones servir�n a Israel en la persona del Mes�as, cuando la naci�n lo reconozca como el Mes�as (Isa 60:12; Zec 14:17-19; v�ase Psa 72:11). El templo ideal exhibe, bajo las formas del Viejo Testamento, familiares a los hombres a quienes se dirige Ezequiel, �l mismo un sacerdote que se deleitaba en los s�mbolos de los sacrificios, no el contorno exacto, literal, sino el car�cter esencial del culto del Mes�as tal como ser� cuando �l ejerza dominio en Jerusal�n entre su prop�o pueblo, los jud�os, y desde all� hasta los cabos de la tierra. El mismo hecho de que todo es una visi�n (v. 2), no una comunicaci�n oral, cara a cara, tal como la concedida a Mois�s (Num 12:6-8), da a entender que las �rdenes no han de comprenderse tan exactamente literales como las dadas al legislador jud�o. La descripci�n incluye ciertas cosas que, tomadas literalmente, casi envuelven imposibilidades naturales. Por ejemplo, el cuadrado del templo, en el cap. 42:20, es seis veces m�s grande que la circunferencia del muro que encerraba el viejo templo, y m�s grande que toda la Jerusal�n terrenal. Ezequiel da unos seis kil�metros a su cuadrado del templo. La circunferencia de la antigua ciudad fu� como de cuatro kil�metros. Adem�s, la ciudad en Ezequiel tiene ua �rea entre cinco o seis mil kil�metros cuadrados, inclusive la tierra santa apartada para el pr�ncipe, los sacerdotes y levitas. Esta es casi tan grande como toda la Judea al oeste del Jord�n. Como Si�n estaba en el centro de la ciudad ideal, la mitad de la parte sagrada se extend�a hasta casi cincuenta kil�metros al sur de Jerusal�n, es decir, cubr�a casi todo el territorio septentrional, que llegaba s�lo hasta el Mar Muerto (cap. 47:19) y, sin embargo, cinco tribus hab�an de tener su heredad de aquel lado de Jerusal�n, m�s all� de la parte sagrada (cap. 48:23-28). �D�nde hab�a de hallarse el terreno para ellas por all�? S�lo una anchura de cinco o seis kil�metros ser�a dejada para cada tribu. Como los l�mites de la tierra dados son los mismos como bajo Mois�s, estas incongruencias no se pueden explicar suponi�ndose cambios f�sicos por efectuarse en la tierra tales que puedan resolver las dificultades de una interpretaci�n puramente literal. La distribuci�n de la tierra es igual entre las doce tribus, sin consideraci�n a sus n�meros relativos y las secciones paralelas corren del este al oeste. Hay dificultad tambi�n en la supuesta existencia de las doce tribus, como semejante organizaci�n de tribus separadas ya no existe y como ser�a dif�cil imaginarse c�mo podr�an ser restauradas como tribus distintas, estando ahora tan entreveradas entre s�. Igualmente el r�o que sal�a de la puerta oriental del templo y desembocaba en el Mar Muerto en la rapidez de su aumento y la calidad de sus aguas, es diferente de toda cosa jam�s conocida en Judea o en otra parte del mundo. Finalmente, la catolicidad de la dispensaci�n cristiana y la espiritualidad de su culto, parecen incompatibles con un regreso a la estrechez local y a los �pobres rudimentos� del ritual y las ordenanzas carnales del juda�smo, anulados �a causa de su flaqueza e inutilidad� [Fairbairn], (Gal 4:3, Gal 4:9; Gal 5:1; Heb 9:10; Heb 10:18). �Un templo con sacrificios ahora ser�a una negaci�n de la plena suficiencia del sacrificio de Cristo. El que antes sacrificaba confesaba al Mes�as; el que sacrificase ahora solemnemente lo negar�a� [Douglas.] Estas dificultades, sin embargo podr�n ser todas aparentes y no reales. La fe acepta la palabra de Dios tal como est�, y espera el acontecimiento, segura de que el cumplimiento mismo aclarar� todas las dificultades como �stas. Posiblemente, como algunos creen, el bello ideal de un gobierno sagrado se da aqu� de acuerdo con el modelo existente de los servicios del templo, el cual ser�a la manera de pensar del profeta y del pueblo de aquel tiempo. El hecho de presentar muchos pormenores est� en conformidad con el estilo de Ezequiel, aun en describir escenas puramente ideales. El viejo templo incorporaba en formas y ritos visibles verdades espirituales que afectaban al pueblo aun cuando estaba lejos de �l. De modo que este templo ideal se forma en ausencia del templo material para servir, por medio de descripciones, el mismo prop�sito de instrucci�n simb�lica as� como lo hac�a el viejo templo literal con sus formas y obras. As� como en el principio Dios prometi� ser un �Santuario� (cap. 11:16) para los cautivos en Quebar, as� ahora, hacia el fin, les es prometida una restauraci�n y realizaci�n completas del culto y pol�tica teocr�ticos en su ideal m�s noble bajo el Mes�as (v�ase Jer 31:38-40). En Rev 21:22 no se ve �ning�n templo�, pues en la perfecci�n de la nueva dispensaci�n los incidentes de lugar y forma no son necesarios para hacer real a los cristianos lo que Ezequiel comunica a las mentes jud�as seg�n las maneras de pensar de ellos. En el templo ideal de Ezequiel, la santidad se extiende sobre todo el templo, de modo que ya no hay m�s en �ste la distinci�n entre las diferentes partes, como en el viejo templo: las partes dejadas indeterminadas en �ste reciben ahora una sanci�n divina, de suerte que se excluye toda arbitrariedad. Entonces este templo ideal ser� una manifestaci�n perfecta del amor de Dios hacia su pueblo del pacto (caps. 40:1 a 43:12); y de el, como de un nuevo centro de la vida religiosa, emana la plenitud de bendiciones para ellos y para todos los pueblos (cap. 47). [Fairbairn y Havernick]. El templo edificado al regreso de Babilonia habr�a podido realizar s�lo parcialmente el modelo aqu� dado. La ley aparentemente es contraria al evangelio (Mat 5:21-22, Mat 5:27-28, Mat 5:33-34). Pero en realidad no lo es (v�ase Mat 5:17-18, Rom 3:31; Gal 3:21-22). Es verdad que el sacrificio de Cristo invalid� los sacrificios legales (Heb 10:12-18). Podr� ser la obligaci�n de Israel m�s tarde la de mostrar la identidad esencial, aun en los detalles minuciosos de los sacrificios del templo, entre la ley y el evangelio (Rom 10:8). El ideal del templo teocr�tico ser� realizado entonces por primera vez.
1. al principio del a�o-el a�o eclesi�stico, del cual el primer mes era el de Nis�n. la ciudad � all�-Jerusal�n, el centro hacia el cual tend�an todos los pensamientos del profeta.
2. visiones de Dios-visiones divinamente enviadas un monte muy alto-Moria, ser�a muy alto en comparaci�n con Babilonia, y aun m�s alto en cuanto a su elevaci�n moral (cap. 17:22; 20:40). sobre el cual-Ezequiel, llegando desde el norte, es bajado sobre el Monte Moria, y ve la armaz�n del templo �como edificio de una ciudad�, que se extend�a hacia el mediod�a. En el v. 3, Dios �lo lleva all�, para que pueda inspeccionarlo detalladamente (v�ase Rev 21:10). En esta visi�n final, como en la primera parte del libro, la mano de Dios se pone sobre el profeta, y es llevado lejos en visiones de Dios. Pero en el principio el escenario fu� junto al Quebar, como Jehov� hab�a abandonado a Jerusal�n: ahora lo es la monta�a de Dios, como Jehov� le hab�a vuelto all�; all� la visi�n ten�a por fin inspirar terror; aqu�, esperanza y seguridad.
3. un var�n-Las manifestaciones de seres celestiales como varones en el Antiguo Testamento preparaban a los hombres para la encarnaci�n que hab�a de venir. un cordel-usado para medir largas distancias (Zec 2:1). una ca�a-usada en medir casas (Rev 21:15). Se�alaba la rectitud de los muros.
5. Las medidas en general eran tomadas del cuerpo humano. El codo mayor, el largo desde el codo hasta la punta del dedo, como 66 cent�metros, que exced�a al codo ordinario (desde el codo hasta la mu�eca) por un palmo, es decir, como 48 cent�metros. V�ase cap. 43:13, con cap. 40:5. El palmo era la anchura completa de la mano, como ocho cent�metros. anchura del edificio-es decir, el muro que rodeaba el edificio. Las imperfecciones de los l�mites del antiguo templo no hab�an de tener lugar aqu�. Los edificios unidos al templo a veces hab�an sido dedicados a usos comunes; por ejemplo, Jerem�as fu� encarcelado en uno (Jer 20:2; Jer 29:26). Pero ahora todos �stos hab�an de ser santos a Jehov�. Los portones y puertas a la ciudad hab�an de ser impresos en su arquitectura con la idea de exclu�r todo lo impuro (Rev 21:27). El port�n oriental hab�a de ser especialmente sagrado, como fu� que por �l la gloria de Dios se hab�a alejado (cap. 11:23), y por �l la gloria hab�a de volver (cap. 43:1, 2; 44:2, 3).
6. sus gradas-siete escaleras en n�mero (v. 26). poste-mejor, �umbral� de la puerta. [Fairbairn.] otro poste-otro �umbral�. Fairbairn considera que no hab�a sino un umbral, y traduce: �aun un umbral, una ca�a de ancho�. Pero se menciona otro umbral en el v. 7. Los dos umbrales aqu� parecen ser el de arriba y el de abajo.
7. c�mara-Estas c�maras eran para el uso de los levitas que hac�an guardia en los portones del templo; guardac�maras (2Ki 22:4; 1Ch 9:26-27); tambi�n como dep�sitos de utensilios e instrumentos musicales.
9. postes-columnas que sobresal�an a los costados de las puertas.
12. espacio-m�s bien, �l�mites�.
16. ventanas estrechas-enrejadas. [Henderson.] Los antiguos no ten�an vidrio, de modo que enrejaban sus ventanas, estrechas hacia adentro, y dilatadas hacia afuera. corredores-m�s bien, �vest�bulos�, o �porches�.
17. solado-pavimento de mosaicos (Est 1:6). treinta c�maras-que serv�an de alojamiento para los sacerdotes que estaban de servicio en el templo, y como dep�sitos de los diezmos de sal, vino y aceite.
18. El pavimento o solado de arriba estaba a nivel con la entrada de los portones, y los pavimentos bajos estaban a cada lado del pavimento elevado. Mientras que el templo de Salom�n ten�a un patio abierto a alteraciones y aun a las innovaciones idol�tricas (2Ki 23:11-12; 1Ch 20:5), en �ste no hab�a de haber lugar para las corrupciones humanas. Su circunferencia fu� definida exactamente, 100 codos; y el lindo pavimento daba a entender que hab�a de ser pisado s�lo por pies limpios (v�ase Isa 35:8).
20-27. Las diferentes entradas correspond�an entre s� en el plano. En el caso de estos otros dos portones, sin embargo, no hay menci�n de edificios con treinta c�maras tales como se hallaban al costado oriental. S�lo hac�a falta un edificio tal, y est� ubicado al lado oriental, por ser �ste el lado sagrado, y el m�s c�modamente ubicado para los sacerdotes oficiantes.
23. al oriente-Una expresi�n el�ptica para indicar: �El port�n del patio interior que estaba frente al port�n exterior hacia el norte (as� como el port�n interior estaba frente al port�n exterior) hacia el oriente�.
28-37. El atrio interior y sus portales.
28. conforme a estas medidas-es decir, las medidas del portal exterior. Las cifras y proporciones del portal interior correspond�an a las del exterior.
30. Este vers�culo se omite en la Versi�n de los Setenta, el Manuscrito Vaticano y otros. Las medidas aqu� del portal interior no corresponden a las del exterior, aunque el v. 28 afirma que s�. Havernick retiene este vers�culo pero entiende que se trata de otro p�rtico que mira hacia adentro del templo. arcos-vest�bulos o �porches�. [Fairbairn.] Estos se apoyaban sobre columnas. [Henderson.]
31. ocho escalones-al p�rtico exterior ten�a s�lo siete (v. 26).
37. postes-En la Versi�n de los Setenta y en la Vulgata dice �el p�rtico�, lo que corresponde mejor con los vv. 31-34.
38. con postes-junto a los postes o columnas. all� lavar�n el holocausto-esto no se refiere a todos los portales, sino s�lo a la puerta septentrional. Por Lev 1:11, se manda que los sacrificios sean muertos al norte del altar; y en el cap. 8:5 se llama la puerta del norte �la puerta del altar�. Y el v. 40 menciona particularmente �la puerta del norte�.
43. ganchos-aparato de cocina para cocinar la carne de los sacrificios que les tocaba a los sacerdotes. Los ganchos estaban �fijados� en los muros dentro del departamento, de los cuales pend�a la carne para ser asada. El t�rmino hebreo viene de una ra�z �fijado� o �colocado�.
44. las c�maras de los cantores-dos en n�mero, como se prueba por lo siguiente: �miraban hacia el mediod�a (uno de ellos) � hacia el norte�. As� en la Versi�n de los Setenta.
46. Sadoc-descendiente lineal de Aar�n; tuvo conferido sobre s� el sumo sacerdocio por Salom�n, quien hab�a despedido a la familia de Ithamar a causa de la parte que tom� Abiatar en la rebeli�n de Adon�as (1Ki 1:7; 1Ki 2:26-27).
47. midi� el atrio, cien codos � cuadrado-no debe confundirse con el atrio interior, o el atrio de Israel, el cual estaba abierto a todos los que ten�an que traer sacrificios, y circundaba tres costados del territorio sagrado, cien codos de ancho. Este atrio era de cien codos cuadrados, y conten�a un altar, frente al templo. Era el atrio de los sacerdotes, y por esto estaba asociado con los que ten�an a su cargo el altar y la m�sica. La descripci�n es breve, como las cosas asociadas con esta porci�n eran desde el principio divinamente reguladas.
48, 49. Estos dos vers�culos pertenecen al cap. 41, que trata del templo mismo. veinte codos � once codos-en el templo de Salom�n (1Ki 6:3), �veinte y diez codos�. La anchura era tal vez diez y medio; 1Ki 6:3, designa el n�mero por el menor de los pr�ximos n�meros redondos, �diez�; Ezequiel aqu�, por el n�mero m�s grande, �once�. [Menoquio.] La Versi�n de los Setenta dice: �doce�. sub�an por gradas-eran diez en n�mero [Versi�n de los Setenta].