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Ezequiel 45

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

Versículos 1-25

CAPITULO 45

Vv. 1-25. EL REPARTO DE LA TIERRA PARA EL SANTUARIO, LA CIUDAD Y EL PRINCIPE.
1. apartar�is una suerte-de una ra�z hebrea que quiere decir �levantar�; porque cuando alguna cosa era ofrecida a Dios, el ofrendante levantaba la mano. La divisi�n territorial especial para las tribus se halla en los caps. 47 y 48. Aqu� s�lo la porci�n de Jehov� est� subdividida en tres partes: 1. la del santuario (vv. 2, 3); 2. la de los sacerdotes (v. 4); 3. la de los levitas (v. 5). V�ase cap. 48:8-13, veinticinco mil ca�as, etc.-As� nuestra versi�n, como la Versi�n Inglesa, llena de elipsis (v�ase Nota, cap. 42:16), pues �ca�as� falta el el texto original. Entonces �codos� se menciona en el v. 2, v no aqu�, dando a entender que en el v. 2 s�lo est�n indicados. Calculando cada �ca�a� como tres metros y medio, el �rea total ser�a un cuadrado de noventa y seis kil�metros y medio de cada costado. Como el todo forma un cuadrado, se indica la estabilidad tranquila de la comunidad y la armon�a entre todas las clases. �La suerte santa a Jehov� (v. 1) comprend�a toda la longitud y s�lo dos quintos de la anchura. El territorio exterior en su distribuci�n armoniza con las disposiciones interiores y m�s sagradas del santuario. No se da ning�n lugar para los oprimidos (v�ase v. 8), habi�ndose hecho provisi�n amplia para todas sus necesidades y comodidades. Todos cooperab�n entre s� sin compulsi�n ni contienda.
7. La posesi�n del pr�ncipe ha de constar de dos mitades, una al oeste y la otra al este del territorio sagrado. El pr�ncipe, como cabeza de la santa comunidad, est� en estrecha proximidad con el santuario; su posesi�n, pues, a ambos lados, tiene que unirse con la parte que es peculiarmente del Se�or. [Fairbairn.]
12. Las pesas maestras fueron perdidas cuando los caldeos destruyeron el templo. La triple enumeraci�n de siclos, veinte, veinticinco, quince, probablemente se refiere a monedas de valor distinto, las cuales representan tantos siclos, haciendo colectivamente una maneh, o �mina�. Pes�ndose �stas juntas contra la mina, se daba una prueba de si ellas particularmente ten�an su peso justo; los sesenta siclos en total conten�an una moneda de un cuarto del total (quince s�clos), otra un tercio (veinte siclos), otra un tercio (veinte siclos), otra un tercio y doceavo (veinticinco siclos) [Menoquio.] La Versi�n de los Setenta dice: �cincuenta siclos ser�n vuestra maneh�.
13-15. En estas oblaciones hay una progresi�n en cuanto a la relaci�n entre la clase y la cantidad: de trigo, la sexta parte de un d�cimo, es decir, una sexag�sima parte de la cantidad especificada; del aceite, la d�cima parte de un d�cimo, es decir, una cent�sima parte; y del reba�o, uno por cada 200.
18. El a�o ha de empezar con un culto de consagraci�n, no mencionado bajo la ley lev�tica; pero una promesa del mismo es dada en la fiesta de dedicaci�n del segundo templo, la cual celebr� su purificaci�n por Judas Macabeo, despu�s de su profanaci�n por Ant�oco.
20. por � enga�os-por los pecados cometidos por ignorancia (Lev 4:2, Lev 4:13, Lev 4:27).
21. Como una solemnidad nueva, la fiesta de consagraci�n ha de preparar para la pascua, de suerte que la pascua misma ha de tener sacrificios diferentes de los de la ley mosaica. En lugar de un carnero y siete corderos para el holocausto diario, ha de haber siete becerros y siete carneros. As� tambi�n, mientras que la fiesta de tabern�culos ten�a sus ofrendas propias, las cuales disminu�an en la medida que avanzaban los d�as de la fiesta, aqu� se establecen los mismos que en la pascua. As� se da a entender que la letra de la ley ha de ceder lugar al esp�ritu de la misma, pues aquellos ritos externos del juda�smo no tienen eficacia intr�nseca, sino que simbolizan verdades espirituales del reino mesi�nico, como, por ejemplo, la santidad perfecta que ha de caracterizarlo. V�ase 1Co 5:7-8, en cuanto a nuestra �pascua� espiritual, donde, en la Cena del Se�or, nos alimentamos de Cristo por fe, acompa�ados por ��zimos de sinceridad y verdad�. Las ordenanzas literales, aunque no est�n atadas a la letra de la ley, manifestar�n las verdades generales y eternas del reino del Mes�as.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Ezekiel 45". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/ezekiel-45.html. 1871-8.