Bible Commentaries
Romanos 3

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

Versículos 1-31

CAPITULO 3


1-8. LAS OBJECIONES JUDAICAS CONTESTADAS.
1, 2. �Qu�, pues, tiene m�s el Jud�o?-Es decir: �Si el juicio final gira solamente sobre el estado del coraz�n, y �ste puede ser tan bueno en el gentil, quien se halla fuera del santo recinto del pacto de Dios, como en el jud�o quien se halla dentro del mismo, �qu� mejores ventajas tenemos nosotros los jud�os?� Respuesta: Mucho en todas maneras. Lo primero [la ventaja principal] ciertamente, que la palabra de Dios les ha sido confiada-Esta notable expresi�n, que significa �comunicaciones divinas� en general, se usa con respecto a las Escrituras para expresar su car�cter autoritativo, divino y dogm�tico.
3, 4. �Pues qu� si algunos de ellos han sido incr�dulos?-Es la incredulidad de toda la naci�n como tal, lo que el ap�stol se�ala; pero como era suficiente para el argumento expresar la suposici�n de una manera suave, emplea la palabra �algunos� para ablandar el prejuicio. �la incredulidad de ellos habr� hecho vana [�anulado,� �invalidado�] la verdad [o �fidelidad�] de Dios? En ninguna manera-lit., �No sea as� (lo opuesto de �am�n�), expresi�n favorita de nuestro ap�stol, cuando quer�a no s�lo repudiar un resultado supuesto de su doctrina, sino tambi�n expresar su aborrecimiento por dicha idea. antes bien sea Dios [tenido por] verdadero, mas todo hombre mentiroso-Sea Dios tenido por veraz, aunque por ello se entienda que todo hombre es falaz. cuando de ti se juzgare-�Tenido por puro en tu juicio� (Psa 51:4); seg�n la versi�n de los Setenta: �cuando eres [o seas] juzgado;� pero en el hebreo es: �cuando t� juzgas.� El sentimiento general, sin embargo, es el mismo en todo caso; hemos de vindicar la justicia de Dios, cu�stenos lo que nos costare a nosotros mismos.
5, 6. Y si nuestra iniquidad encarece la justicia de Dios-Tenemos aqu� otra objeci�n, o sea: Parecer�a, entonces que cuanto m�s infieles somos, tanto m�s ilustre se ostentar� la fidelidad de Dios; y en tal caso, el que se vengara de nosotros por nuestra infidelidad ser�a (hablando profanamente como hablan los hombres) como si �l obrara injusticia.� Respuesta: En ninguna manera [�lejos sea de nosotros tal pensamiento�], de otra suerte �c�mo juzgar�a Dios el mundo?-Pues tal cosa destruir�a todo juicio futuro.
7, 8. Empero [porque] si la verdad de Dios, etc.-Aqu� se halla otra ilustraci�n del mismo sentimiento, a saber: �Tal raciocinio llega a esto (de lo cual se nos acusa calumniosamente de ense�ar a nosotros los que predicamos la salvaci�n por la gracia) que cuanto m�s pecado hacemos, tanto m�s gloria redundar� a Dios; siendo �ste un principio condenable.� (As� que el ap�stol, en vez de refutar este principio, cree que es suficiente exhibirlo para su execraci�n, ya que est� en contra de la moral.) Sobre esta breve secci�n, n�tese: (1) La importancia que se da a las Escrituras. En respuesta a la pregunta, ��qu� ventaja tiene el jud�o?� o, ��qu� provecho tiene la circuncisi�n?�, los que abrazan las interpretaciones romanistas sin duda han puesto mucho hincapi� en el sacerdocio, como la gloria de la dispensaci�n judaica. Pero en la estimaci�n del ap�stol, �los or�culos de Dios� eran lo m�s valioso de la antigua iglesia (vv. 1, 2). (2) Los eternos prop�sitos de Dios y el libre albedr�o del hombre, as� como tambi�n la doctrina de la salvaci�n por la gracia y las inalterables obligaciones de la ley, son temas que han sido acusados de inconsecuencia por los que no se doblegan a ninguna verdad que su propia raz�n no pueda profundizar. Pero en medio de las nubes y la oscuridad de que est�n rodeadas, con este presente estado, la divina administraci�n y otras muchas verdades de la Biblia, se hallar� que los principios tan anchos y tan profundos como los aqu� asentados, que brillan con su propio lustre, son el �ncora de nuestra fe. �Sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso;� y de cuantos creyentes en la salvaci�n por la gracia digan: �Hagamos males para que vengan bienes,� �su condenaci�n es justa.�


9-20. QUE EL JUDIO ESTA ENCERRADO EN LA MISMA CONDENACION QUE EL GENTIL ESTA PROBADO POR SUS PROPIAS ESCRITURAS.
9. �S�mos mejores que ellos? (��les sobresalimos a ellos?�) En ninguna manera-(No es la misma expresi�n que se us� en los vv. 4, 6.-Nota del Trad.) Ciertamente los jud�os estaban en mejores circunstancias, por cuanto ten�an la palabra de Dios con que instruirse mejor; pero como no eran mejores, aquello solamente agravaba su culpabilidad.
10-12. Como est� escrito-(Psa 14:1-3; Psa 53:1-3). El que el ap�stol citara estos dichos del salmista habr� sido por causa de las manifestaciones particulares de la depravaci�n humana que ocurr�an delante de sus ojos; pero como ello no hac�a sino demostrar lo que es el hombre desenfrenado, en su condici�n actual, resultaron bien pertinentes para el prop�sito del ap�stol.
13-18. Sepulcro abierto-De lo general el ap�stol viene a lo particular, entresacando de diferentes partes de las Escrituras pasajes que hablan de la depravaci�n en cuanto a sus efectos en los diferentes miembros del cuerpo, como para demostrar lastimeramente c�mo �desde las plantas de los pies aun hasta la mollera no hay salud� en nosotros. es su garganta-(Psa 5:9), es decir: �Cuanto sale del coraz�n y halla expresi�n por medio del habla o la acci�n de la garganta, es como la exhalaci�n pestilencial de una tumba abierta.� Con sus lenguas tratan enga�osamente-(Psa 5:9): Esto es, �Aquella lengua que es la gloria del hombre (Psa 16:9; Psa 57:8) queda prostitu�da para fines de enga�o.� Veneno de �spides est� debajo de sus labios-(Psa 140:3), es decir, �Aquellos labios que debieran destilar como un panal de miel, y alimentar a muchos, y dar gracias a su nombre (Son 4:11; Pro 10:21; Heb 13:15), se emplean para secretar e inyectar veneno.� Cuya boca est� llena de maledicencia-(Psa 10:7): �Aquella boca que debiera ser la m�s dulce (Son 5:16), siendo �inflamada del infierno (Jam 3:6), se llena de ardiente ira contra aquellos a quienes debiera solamente bendecir.� Sus pies son ligeros a derramar sangre-(Pro 1:16; Isa 59:7): Es decir, �Los pies, que debieran �correr por el camino de los mandamientos de Dios� (Psa 119:32), se emplean para guiar a los hombres a cometer el m�s negro crimen.� Quebrantamiento y desventura hay en sus caminos; Y camino de paz no conocieron-Este es un dicho suplementario acerca de los caminos de los hombres, sugerido por lo que se dijo de los �pies�, y expresa la maldad y la miseria que los hombres siembran en su camino, en lugar de aquella paz que no pueden difundir por no conocerla. No hay temor de Dios delante de sus ojos-(Psa 36:1) Es decir, �Si los ojos s�lo vieran al que es invisible-(Heb 11:27), un temor reverencial hacia aquel con quien tendr�n que verse, purificar�a todo gozo y elevar�a al alma de sus mayores depresiones; pero a todo esto el hombre natural es ajeno.� �Cu�n gr�fico es este cuadro de la depravaci�n humana, que penetra la vida al trav�s de cada uno de los varios �rganos del cuerpo; pero cu�n peque�a parte de lo �perverso� y �enga�oso� que est� dentro del coraz�n (Jer 17:9) �sale fuera del hombre�! (Mar 7:21-23; Psa 19:12). Empero sabemos � lo que la ley [esto es, las Escrituras, consideradas como la ley del deber] dice a los que est�n en la ley-Por supuesto, refiri�ndose a los jud�os. para que toda boca [abierta en la justificaci�n propia] se tape, y que todo el mundo se sujete a Dios-Que llegue a ser, o se reconozca sujeto a juicio y expuesto a condenaci�n.
20. Porque por las obras de [obediencia a] la ley ninguna carne se justificar�-Esto es �no ser� justificada,� o considerada y tratada como justa, como est� patente por todo el alcance y tenor del argumento. delante de �l-Es decir, en su tribunal (Psa 143:2). por la ley es el conocimiento del pecado-V�ase nota caps. 4:15 y 7:7; 1Jo 3:4)-N�tese: �Cu�n amplia y profundamente asienta aqu� el ap�stol los fundamentos de su gran doctrina de la justificaci�n por la gracia-en el desorden de toda la naturaleza del hombre, la consiguiente universalidad de la culpa humana, la condenaci�n de todo el mundo por causa de la violaci�n de la ley divina y la imposibilidad de la justificaci�n delante de Dios por la obediencia a aquella ley violada! S�lo cuando se aceptan y se sienten estas humillantes conclusiones, estamos en condici�n de apreciar y de abrazar la gracia del Evangelio, la cual es revelada en los vers�culos siguientes:


21-26. LA JUSTICIA JUSTIFICADORA DE DIOS, POR LA FE EN JESUCRISTO, ADAPTADA A NUESTRAS NECESIDADES Y, A LA VEZ, DIGNA DE EL MISMO.
21-23. Mas ahora, sin la ley, la justicia de Dios-(V�ase nota, cap. 1:17), esto es, una justicia a la cual nuestra obediencia a la ley no contribuye absolutamente nada (v. 28; Gal 2:16). se ha manifestado, testificada [atestiguada] por la ley y por los profetas-o sean las Escrituras del Antiguo Testamento. As� que esta justicia que justifica, si bien nueva, por no estar antes plenamente manifestada, es en verdad una justicia antigua, predicha y prefigurada en el Antiguo Testamento. por la fe de [eso es �en�] Jesucristo, para todos (�y sobre todos�) los que creen en �l-Esto es, acaso, dado a conocer el Evangelio �a todos�, pero en efecto �sobre todos� los creyentes, como cosa suya pose�da [Lutero, etc.]; pero la mayor�a de los int�rpretes entienden que ambas frases tratan de los creyentes, como una manera enf�tica de decir que todos los creyentes, sin excepci�n ni distinci�n, llegan a poseer esta justificaci�n gratuita, puramente por la fe en Cristo Jes�s. porque no hay diferencia; por cuanto todos pecaron-Aunque los hombres difieren grandemente en la naturaleza y la extensi�n de su pecaminosidad, absolutamente no hay diferencia entre los mejores y los peores, en el hecho de que �todos pecaron,� y as� est�n bajo la ira de Dios. y est�n destitu�dos de la gloria [�alabanza�] de Dios-esto es �no han merecido su aprobaci�n� (comp. Joh 12:43). Esta es la opini�n de la mayor�a de los int�rpretes. (�Est�n destitu�dos� no es una traducci�n feliz del verbo griego, el que significa �carecer�. Nota del Trad.) Siendo justificados gratuitamente [sin hacer nada de nuestra parte para merecerlo] por su gracia [por su puro amor] por la redenci�n que es en Cristo Jes�s-Una frase important�sima, que nos ense�a que aunque la justificaci�n es bien gratuita, no es un mero f�at de la voluntad divina, sino que se basa en una �redenci�n,� es decir, �en el pago de un rescate,� en la muerte de Cristo. Que �ste es el sentido de la palabra �redenci�n,� cuando se aplica a la muerte de Cristo, aparecer� claro a todo estudiante imparcial de los textos en donde se emplea.
25, 26. Al cual Dios ha propuesto en [para] propiciaci�n [o sacrificio propiciatorio] por la fe en su sangre-Algunos de los mejores int�rpretes, notando que la frase com�n es �fe sobre�, en el griego, y no �fe en,� quisieran colocar una coma despu�s de �fe�, y entender las palabras como si estuviesen escritas as�: �en propiciaci�n en su sangre por la fe.� Pero �fe en Cristo� se usa en Gal 3:26 y en Eph 1:15; y �fe en su sangre� es el sentido natural y propio aqu�. para manifestaci�n de su justicia, atento a haber pasado por alto [�por la pretermisi�n de�] los pecados pasados-No los pecados cometidos por el creyente antes de abrazar el cristianismo, sino los pecados cometidos bajo la antigua dispensaci�n, antes que viniera Cristo para �quitar el pecado por el sacrificio de s� mismo.� en su paciencia-�en la paciencia (o longanimidad) de Dios.� Dios no los remit�a, sino solamente se absten�a de castigarlos, pas�ndolos por alto, hasta que fuese hecha adecuada expiaci�n por ellos. Al no imputarlos as�, Dios era justo, pero no aparec�a como justo; no hab�a habido �manifestaci�n de su justicia� al hacerlo bajo la antigua dispensaci�n. Pero ahora que Dios puede �proporcionar� a Cristo �en expiaci�n por el pecado por fe en su sangre,� la justicia de su proceder en haber pasado por alto los pecados de los creyentes antes, y en remit�rselos ahora, queda �manifestada,� declarada, hecha plenamente notoria a todo el mundo. Con la mira de [para] manifestar su justicia en este tiempo [por vez primera, bajo el evangelio]: para que �l sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jes�s-�Gloriosa paradoja! �El que sea justo al castigar,� y �misericordioso al perdonar,� el hombre puede entender; pero que Dios sea �justo al justificar a los culpables,� esto les sorprende. Pero la propiciaci�n por la fe en la sangre de Cristo resuelve la paradoja y armoniza los elementos discordantes. Porque por cuanto �Dios ha hecho pecado por nosotros a aquel que no conoci� pecado,� la justicia goza de plena satisfacci�n; y por cuanto nosotros �somos hechos justicia de Dios en �l,� la misericordia alcanza el m�s alto deleite de su coraz�n!-N�tese: (1) Un solo medio de justificaci�n para el pecador se ense�a asimismo en el Antiguo Testamento como en el Nuevo: s�lo que m�s veladamente durante el crep�sculo de la revelaci�n; para despu�s revelarse a la luz sin sombras en su d�a perfecto (v. 21). (2) Como no hay diferencia en la necesidad de la salvaci�n, tampoco la hay en la libertad de apropiarse de la que est� provista. Los mejores necesitan ser salvados por la fe en Jesucristo; y los peores no necesitan m�s que eso. Sobre esta base com�n se hallan todos los pecadores salvos, y en ella quedaremos firmes para siempre (vv. 22-24). (3) De la sangre expiatoria de Cristo, el solo sacrificio propiciatorio que Dios ha propuesto ante los ojos de los culpables, la fe del pecador convencido se ase para la liberaci�n de la ira. Aunque �l sabe que es �justificado gratuitamente, por la gracia de Dios,� s�lo �por la redenci�n que es en Cristo Jes�s� �l puede hallar paz y descanso (v. 25). (4) La interpretaci�n exacta del estado de los creyentes bajo el Antiguo Testamento, no es el de una compa��a de hombres perdonados, sino de hombres cuyos pecados, tolerados y pasados por alto en el �nterin, esperaban una futura expiaci�n en el cumplimiento del tiempo (vv. 25, 26; v�anse notas, Luk 9:31; Heb 9:15; Rom 11:39-40).


27-31. LAS INFERENCIAS DE LAS DOCTRINAS PRECEDENTES, Y UNA OBJECION REFUTADA. Inferencia primera: La jactancia est� exclu�da por �ste y no por otro medio de justificaci�n.
27. �D�nde pues est� la jactancia? Es exclu�da. �Por cu�l ley? [�bas�ndose en qu� principio o plan?] �de las obras? No; mas por la ley de la fe. As� que, conclu�mos, etc.-Es la tendencia inevitable, cuando dependemos de nuestras propias obras, en menor o en mayor grado, para nuestra aceptaci�n ante Dios, el engendrar un esp�ritu �de jactancia.� Que Dios alentara en alguna ma�ana tal esp�ritu en los pecadores, es incre�ble. Esto pues declara como mentira toda forma de �justificaci�n por las obras,� mientras que la doctrina de que

�Nuestra fe recibe la justicia

Que hace justo al pecador,�

manifiesta y enteramente excluye �la jactancia;� y esto es la mejor evidencia de su verisimilitud. Inferencia segunda: Este plan de salvaci�n, y �ste solo, se adapta igualmente a jud�o y a gentil. �Es Dios solamente Dios de los Jud�os? El plan de salvaci�n debe ser uno que se adapte igualmente a toda la familia del hombre ca�do; la doctrina de la justificaci�n por la fe es la �nica que pone las bases de una religi�n universal; �sta pues es otra prueba de su verisimilitud. Porque uno es Dios, el cual justificar� [es decir que �inalterablemente ha determinado que �l justificar�] por la fe la circuncisi�n, y por medio de la fe la incircuncisi�n-Tal vez esta variaci�n de dicci�n (�de fe,� y �por fe�) tiene por fin el expresar la misma verdad con mayor �nfasis (v�ase nota, v. 22); aunque Bengel piensa que se dice ser �de fe� la justificaci�n de los jud�os, por ser ellos herederos nacidos de la promesa, y se puede expresar que es �por (medio de) la fe� la justificaci�n de los gentiles, por haber estado ellos previamente �ajenos a los pactos de la promesa,� y haber sido admitidos a una nueva familia. Objeci�n: �Luego deshacemos la ley por la fe?-Es decir, ��Esta doctrina de la justificaci�n por la fe disuelve la obligaci�n de la ley? De ser as�, no puede ser de Dios. �Pero no abriguemos semejante pensamiento! Pues resulta precisamente ser lo contrario. En ninguna manera; antes establecemos la ley-Se observar� aqu� que, importante como era esta objeci�n, pues abr�a un amplio campo para ilustrar la gloria peculiar del evangelio, el ap�stol aqu� no hace m�s que rechazarla con indignaci�n, aunque tiene el prop�sito de reasumirla y discutirla en extenso, posteriormente en el argumento (cap. 6).-N�tese: (1) Es un requisito fundamental de toda religi�n verdadera el que tienda a humillar al pecador y exaltar a Dios; y todo sistema que engendra el farise�smo y alienta la jactancia revela falsedad (vv. 27, 28). (2) La adaptabilidad del evangelio para ser una religi�n universal, bajo la cual se invita a los culpables de todo nombre y grado y se les garantiza amparo y reposo, es evidencia gloriosa de su veracidad (vv. 29, 30). (3) La gloria de la ley de Dios, en sus obligaciones inmutables y eternas, es plenamente comprendida por el pecador y entronizada en la profundidad de su alma solamente cuando, creyendo que �aqu�l que no conoci� pecado fu� hecho pecado� para salvarle, y vi�ndose a s� mismo �hecho la justicia de Dios en� Cristo. As� que no invalidamos la ley por la fe; al contrario confirmamos la ley. (4) Este cap�tulo, y en particular la segunda mitad de �l, es �la propia sede de la doctrina paulina de la justificaci�n, as� como es donde se halla el gran texto que comprueba la doctrina protestante de la justificaci�n no a causa de la fe, sino s�lo por medio de la fe.� [Philippi.] Asegurar esta doctrina y restablecerla en la fe y el afecto de la iglesia, ha valido todas las luchas sangrientas que cost� a nuestros padres, y ser� la sabidur�a y la seguridad, la vida y el vigor de las iglesias, el �estar firmes en la libertad por la cual Cristo las ha libertado, y no volver a estar sujetas, ni en lo m�s m�nimo, a ning�n yugo de servidumbre.�

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Romans 3". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/romans-3.html. 1871-8.