Bible Commentaries
Romanos 4

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

Versículos 1-25

CAPITULO 4

LA PRECEDENTE DOCTRINA DE LA JUSTIFICACION POR LA FE ILUSTRADA POR EL ANTIGUO TESTAMENTO. En primer lugar: Abrah�n fu� justificado por la fe.
1-3. �Qu�, pues, diremos que hall� Abraham nuestro padre seg�n la carne?-Esto es, (como ense�a el orden en el original) �hall�, en cuanto a (seg�n, o por medio de) la carne,� es decir, �por todos sus esfuerzos naturales o por su obediencia a la ley. (Es la opini�n del Traductor que nuestra versi�n es m�s correcta: �seg�n la carne� rige el �padre,� y no el verbo �hall�.� Nota del Trad.) justificado por las obras, tiene de qu� gloriarse-�Si las obras fueran la base de la justificaci�n de Abrah�n, tendr�a de qu� gloriarse; pero por cuanto es absolutamente cierto que ninguna de ellas tiene valor ante los ojos de Dios, se sigue que Abrah�n no podr�a haber sido justificado por obras.� Y con esto concuerdan las palabras de la Escritura. Porque �qu� dice la Escritura? Y crey� Abraham a Dios, y le fu� atribu�do [es decir, su fe] a justicia-(Gen 15:6.) Los expositores romanistas y protestantes arminianos hacen que esto signifique que Dios acept� el acto de creer de parte de Abrah�n, como substituto de la completa obediencia. Pero tal cosa est� en contradicci�n con todo el esp�ritu y la letra de la ense�anza del ap�stol. Al trav�s de todo su argumento, la fe est� contrapuesta directamente a las obras, en el asunto de la justificaci�n-y asimismo en los dos vers�culos siguientes. El sentido, pues, no puede ser que el mero acto de creer-el cual en s� es tanto una obra como cualquier otro caso de obediencia exigida (Joh 6:29; 1Jo 3:23)-fuera imputado a Abrah�n como equivalente a toda obediencia. El sentido claramente es, que Abrah�n crey� en las promesas que comprend�an a Cristo (Gen 12:3; Gen 15:5, etc.), as� como nosotros creemos en Cristo mismo; y en ambos casos, la fe es tan solamente el instrumento que nos pone en posesi�n de la bendici�n gratuitamente impartida.
4, 5. Empero al que obra [cual jornalero], no se le cuenta el salario por merced [como asunto de favor], sino por deuda-como asunto de derecho. Mas al que no obra [el que deja de confiar en que Dios le aceptar� de acuerdo con �las obras�], pero cree en aqu�l que justifica al imp�o-Se arroja en brazos de la misericordia de aquel que justifica a los que merecen s�lo la condenaci�n. la fe le es contada por justicia-V�ase nota, v. 3. En segundo t�rmino: David canta la misma justificaci�n.
6-8. David dice ser bienaventurado el hombre-Lit., �habla de la bienaventuranza del hombre� al cual Dios atribuye justicia sin obras-A quien, aunque carece de buenas obras, sin embargo lo tiene por justo y le trata como justo. diciendo: Bienaventurados, etc.-(Psa 32:1-2.) David aqu� canta en t�rminos que expresan solamente �las transgresiones perdonadas, el pecado encubierto, la iniquidad no imputada;� pero como la bendici�n negativa necesariamente incluye la positiva, lo dicho es pertinente.
9-12. �Es pues esta bienaventuranza solamente en la circuncisi�n?-�No debe decirse que todo esto se refiere a los circuncidados, y que por tanto no hay evidencia alguna de una manera general de parte de Dios de justificar a los hombres; porque la justificaci�n de Abrah�n se efectu� much�simo tiempo antes de que fuera circuncidado, y no pudo haber tenido dependencia alguna de aquel rito; m�s bien, �la se�al de la circuncisi�n� le fu� dada como �sello� de la justicia (justificadora) que ten�a antes que fuera circuncidado, a fin de que se destacara en todas las edades como el padre de los creyentes-el hombre modelo de la justificaci�n por la fe-conforme a cuyo tipo, como el primer ejemplo p�blico de ello, hab�an de ser amoldados, fuesen jud�os o gentiles, todos los que desde entonces creyesen para vida eterna.�
13-15. no por [medio de] la ley [en virtud de la obediencia de la ley] fu� dada-Esto no es m�s que una ampliaci�n del raciocinio anterior, aplic�ndose a la ley lo que se acababa de decir de la circuncisi�n. que ser�a heredero del mundo-o, que �todas las familias de la tierra ser�n bendecidas en �l.� sino por la justicia de la fe-En virtud de su sencilla fe en las promesas divinas. Porque si los que son de la ley son los herederos-Si la bendici�n ha de ser ganada, o merecida, por la obediencia a la ley. vana es la fe-Todo el m�todo divino ser�a desvirtuado.
15. Porque la ley obra ira-No tiene nada que dar a los que la quebrantan sino la condenaci�n y la venganza. donde no hay ley, tampoco hay transgresi�n-Es precisamente la ley que obra transgresi�n, en el caso de los que la infringen; ni puede existir la una sin la otra.
16, 17. Por tanto � etc.-Tenemos aqu� un resumen general que significa que: �La justificaci�n es por la fe, a fin de que su car�cter puramente de gracia sea revelado, y que todos los que siguen en las pisadas de la fe de Abrah�n-sean o no de su simiente natural-est�n seguros de la misma justificaci�n de que goz� el padre de los creyentes.� Como est� escrito-(Gen 17:5.) Se cita este texto para justificar el que �l llame a Abrah�n el �padre de todos nosotros,� y debe ser tomado como un par�ntesis. delante [esto es, �en la estimaci�n�] de Dios, al cual crey�-As�mismo Abrah�n, en la estimaci�n de aquel en quien crey�, es el padre de todos nosotros, a fin de que a todos se les diese la seguridad de que si obran como �l obr�, ser�n tratados tambi�n como �l. el cual da vida a los muertos-La naturaleza y la grandeza de aquella fe de Abrah�n que hemos de emular est�n aqu� notablemente descritas. Siendo superior a la naturaleza lo que �l debi� creer, su fe tuvo que asirse del poder que Dios tiene para superar la incapacidad f�sica a fin de crear lo que entonces no exist�a. Pero por cuanto Dios hizo la promesa, Abrah�n crey� a pesar de estos obst�culos. Esto est� ilustrado aun m�s en lo que sigue.
18-22. El crey� en esperanza-Esto es, alentaba la confiada expectaci�n-contra esperanza-cuando no hab�a nada en qu� basar su esperanza-para venir a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que le hab�a sido dicho: As� [�como las estrellas del cielo�-Gen 15:5] ser� tu simiente-No hizo caso de aquellos obst�culos f�sicos, en s� mismo o en Sara, que hubieran hecho flaquear la fe en el cumplimiento de la promesa. no se enflaqueci� en la fe [no vacil�] antes fu� esforzado en fe, dando gloria a Dios-Reconociendo su poder para cumplir su palabra pese a todos los obst�culos. plenamente convencido �-Es decir, la gloria de la fe de Abrah�n consist�a en que, estando firme en la persuasi�n del poder de Dios para cumplir su promesa, no vacilaba frente a todas las dificultades. Por lo cual tambi�n le fu� atribu�do a justicia-Es decir: �Dense cuenta pues todos de que esto no fu� a causa de nada meritorio que hiciese Abrah�n, sino solamente porque en la promesa de Dios crey�.�
23-25. Y no solamente, etc.-He aqu� la aplicaci�n de todo el argumento acerca de Abrah�n: �Estas cosas no est�n escritas como meros datos hist�ricos, sino como ejemplos para todos los tiempos, del m�todo de Dios para la justificaci�n por la fe.� Sino tambi�n por nosotros, a quienes ser� imputado, esto es, a los que creemos-Los que confiamos en aquel que ha hecho esto, as� como Abrah�n crey� que Dios despertar�a simiente en la cual todas las naciones ser�an bendecidas. fu� entregado por [a causa de] nuestros delitos-a fin de expiarlos por su sangre. y resucitado para [a causa de] nuestra justificaci�n-Ya que su resurrecci�n fu� la divina garant�a de que �l hab�a �quitado el pecado por el sacrificio de s� mismo,� y la coronaci�n de toda su obra, nuestra justificaci�n se relaciona propiamente con acto tan glorioso. N�tese: (1) La doctrina de la justificaci�n por las obras, por cuanto genera el ensalzamiento ego�sta, es contraria a los principios m�s sobresalientes de toda religi�n verdadera (v. 2, y v�ase nota, cap. 3:21-26). (2) El m�todo usado para la justificaci�n del pecador ha sido el mismo en todo tiempo, y el testimonio del Antiguo Testamento sobre el particular es el mismo que el del Nuevo (v. 3, y v�ase nota, cap. 3:27-31). (3) La fe y las obras, en el asunto de la justificaci�n, son opuestas e irreconciliables, as� como la gracia y la deuda son contrarias. (vv. 4, 5; y v�ase nota, cap. 11:6). Si Dios �justifica al imp�o,� no pueden las obras, en ning�n sentido ni en ning�n grado, ser la base de la justificaci�n. Por la misma raz�n, el primer requisito para la justificaci�n, debe ser (bajo la convicci�n de que somos �imp�os�) el perder toda esperanza de lograrla por medio de las obras; y el segundo, �creer en aquel que justifica al imp�o,� es decir, en aquel que tiene una justicia justificadora que impartir, y est� pronto para impartirla a aquellos que, sin merecerla, est�n dispuestos a aceptarla as�. (4) Los ritos de la iglesia nunca se destinaron ni fueron establecidos con el fin de conferir gracia, ni las bendiciones propias de la salvaci�n, a los hombres. Su debida funci�n es el poner un sello divino en un estado ya existente, presuponiendo as� que ellos (los ritos) no crearon este estado (vv. 8-12). As� como la circuncisi�n meramente �sell� la aceptaci�n de Abrah�n, ya existente de parte de Dios, as� tambi�n los ritos del Nuevo Testamento desempe�an esta misi�n. (5) As� como Abrah�n es �el heredero del mundo,� al haber sido bendecidas en �l todas las naciones, por medio de su simiente Cristo Jes�s, y justificados solamente seg�n el modelo de la fe que �l tuvo, as� la transmisi�n de la religi�n verdadera, y toda la salvaci�n que el mundo jam�s experimentar�, ser�n trazadas con admiraci�n, gratitud, y gozo all� hasta aquella ma�ana cuando �el Dios de la gloria apareci� a nuestro Padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Char�n,� Act 7:2 (v. 13). (6) Nada glorifica a Dios m�s que la sencilla fe en su palabra, especialmente cuando todas las cosas parecen hacer imposible su cumplimiento (vv. 18-21). (7) Todos los ejemplos de la fe en las Escrituras, est�n escritos con el fin de engendrar y alentar fe semejante en toda edad sucesiva (vv. 23, 24, comp. con el cap. 15:4). (8) La justificaci�n, en este argumento, no puede ser entendida-como los romanistas y otros erroristas insisten-en el sentido de un cambio operado en el car�cter de los hombres; porque adem�s de eso, significa confundirla con la santificaci�n, doctrina que tiene su debido lugar en esta ep�stola; y todo el argumento del presente cap�tulo-en casi todas sus cl�usulas m�s importantes, expresiones y hasta en sus palabras-ser�a en tal caso incompatible y apto s�lo para enga�ar. Fuera de toda duda, la justificaci�n significa exclusivamente un cambio del estado o condici�n del hombre para con Dios; o en lenguaje cientifico, es un cambio objetivo y no subjetivo: cambio de culpa y condenaci�n a absoluci�n y aceptaci�n. Y la mejor evidencia de que esto es la clave de todo el argumento, es que explica muchos de los asuntos complejos enriqueciendo as� esta ep�stola.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Romans 4". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/romans-4.html. 1871-8.