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Zacarías 11

Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviarComentario Crítico Sin Abreviar

Versículos 1-17

CAPITULO 11

LA DESTRUCCION DEL SEGUNDO TEMPLO Y DEL GOBIERNO POLITICO JUDIO A CAUSA DEL RECHAZAMIENTO DEL MESIAS.
1. Oh L�bano, abre tus puertas-es decir, el templo as� llamado por estar constru�do de cedros del L�bano, o por estar elevado y consp�cuo como aquel monte (v�ase Eze 17:3; Hab 2:17). Cuarenta a�os antes de la destrucci�n del templo, el tratado llamado �Massecheth Joma� declara que las puertas del templo se abrieron de suyo, y el rabino Johanan, alarmado, dijo: �Yo s� que tu desolaci�n es inminente conforme a la profec�a de Zacar�as.� Calvino supone que L�bano se refiere a Judea, descrita por su l�mite norte: �L�bano,� la ruta por la cual los romanos, de acuerdo con Josefo, gradualmente avanzaron hacia Jerusal�n. Moore, de Hengstenberg, asigna el pasaje a la guerra civil, que fu� la causa de la llamada de los romanos, quienes barriendo como una tempestad la tierra de un lado al otro desde el L�bano, despojaron a Judea de su posesi�n. De esta manera el pasaje forma una introducci�n apropiada a la predicci�n en cuanto al Mes�as nacido cuando Judea vino a ser una provincia romana. Pero el peso de la autoridad est� por el punto de vista anterior.
2. haya � cedro-Si no se perdona los cedros (el �rbol m�s alto del pa�s), �cu�nto menos los abetos (el m�s bajo)! el fuerte monte es derribado-�el monte de la vendimia� (Versi�n Inglesa): como las vi�as son despojadas de sus uvas en la vendimia (v�ase Joe 3:13), as� el bosque del L�bano �es derribado,� despojado de toda su belleza. M�s bien: �el bosque fortificado inaccesible (Maurer); a saber, Jerusal�n, repleta de casas como un bosque espeso lo est� de �rboles, y �fortificada� con un muro alrededor. V�ase Mic 3:12, donde su desolado estado se describe como un bosque.
3. pastores-los gobernantes jud�os. su magnificencia es asolada-su riqueza y gloria; o la del templo, �su gloria� (Mar 13:1; Luk 21:5). cachorros de leones-los pr�ncipes, as� descritos a causa de su cruel rapacidad. soberbia del Jord�n-sus m�rgenes de espesura boscosa, la guarida de �leones� (Jer 12:5; Jer 40:19). Figura de la Judea �despojada de la magnificencia de sus gobernantes (los cachorros).� El valle del Jord�n forma una incisi�n m�s profunda que todo otro de la tierra. La tierra del Lago Merom est� sobre el nivel del Mar Mediterr�neo; en el Mar de Tiberias cae 217 metros bajo aquel nivel y al doble de aquella depresi�n en el Mar Muerto, o sea, en total, 650 metros bajo el nivel del Mediterr�neo; en el intervalo de unos 32 kil�metros hay una ca�da de mil a 1.300 metros.
4. El profeta aqu� procede a mostrar la causa de la destrucci�n reci�n predicha, a saber, el rechazo del Mes�as. ovejas de la matanza-(Psa 44:22). El pueblo de Dios condenado a ser muerto por los romanos. Zacar�as representa aqu� t�picamente al Mes�as, y realiza en visi�n las acciones ordenadas: por eso el lenguaje es, en parte, apropiado para �l, pero principalmente para el Antitipo, el Mes�as. Un mill�n y medio perecieron en la guerra jud�a, y un mill�n cien mil en la ca�da de Jerusal�n. �Apacienta� denota que los jud�os no pod�an excusarse alegando la ignorancia de la voluntad de Dios para ejecutar su pecado. Zacar�as y los otros profetas, por mandato de Dios, los hab�an �apacentado� (Act 20:28) con la palabra de Dios, ense��ndoles y amonest�ndoles que huyesen de la ira venidera, por medio del arrepentimiento: el tipo del Mes�as, el Pastor Jefe, que recibe la comisi�n del Padre, con quien �l es uno (v. 4); y �l mismo dice (v. 7): �Yo apacentar� el reba�o de la matanza.� Zacar�as no vivi� para �apacentar� literalmente a aquellos que, por causa de rechazarlo, fueron condenados a la matanza. Jehov� el Mes�as, es el que habla. Es �l quien amenaza con infligir el castigo (vv. 6, 8). El t�pico rompimiento del cayado, realizado en visi�n por Zacar�as (v. 10), es cumplido en su rompimiento del pacto con Jud�. El es quien fu� vendido por treinta piezas de plata (vv. 12, 13).
5. compradores-Son sus opresores romanos, contrastados con �el que vend�a hombres.� Los instrumentos del justo juicio de Dios, y por lo tanto �no se ten�an por culpables a s� mismos� (Jer 50:7). Quiere decir que pod�an usar esta disculpa, no que en efecto lo hiciesen. Los adversarios de Jud� no sintieron escr�pulo al destruirlos; y Dios lo permiti� en justa ira contra Jud�. el que las vend�a-�Los que los venden� (Versi�n Inglesa): los gobernantes de Jud�, que por su avariciosa rapacidad y ego�smo (Joh 11:48, Joh 11:56) virtualmente vendieron su pa�s a Roma. El cl�max de esto fu� la venta del inocente Mes�as por treinta piezas de plata. Ellos cre�an que Jes�s fu� vendido de esta manera y que quedaba asegurado el inter�s ego�sta de ellos por su entrega a los romanos para la crucifixi�n; pero fueron ellos mismos y su pa�s los que as� vendieron a los �compradores� romanos. he enriquecido-por vender la oveja (Deu 29:19; Hos 12:8). En su miope ego�smo pensaron haber ganado su objetivo, el codicioso engrandecimiento propio (Luk 16:14); e hip�critamente �agradecieron� a Dios su perversa ganancia (v�ase Luk 18:11). dec�a � piedad-Cada uno de aquellos que los vend�an dice: Ni uno de sus propios pastores se apiada de ellos. Un modo enf�tico de expresi�n por el cual cada individuo es representado como haciendo, o no haciendo, la acci�n del verbo. (Henderson.) Hengstenberg asigna los verbos singulares a JEHOVA, el verdadero actor; siendo los perversos pastores sus inconscientes instrumentos. V�ase el v. 6: �Por tanto, no m�s tendr� piedad,� con el hebreo �no se apiadan� aqu�.
6. Jehov�, en venganza por haber rechazado ellos al Mes�as, di�los a contiendas intestinas y al gobierno romano. Los zelotes y otros facciosos jud�os expulsaron y mataron unos a otros por turnos en la �ltima invasi�n romana. su rey-Vespaciano, o Tito; ellos mismos (Joh 19:15) hab�an dicho, poniendo inconscientemente por obra las palabras de Zacar�as, identificando el rey de Roma con el rey de Jud� (�su rey�): �Nosotros no tenemos rey sino a Cesar.� Conforme a esta palabra Dios los trat�, y di�los al rey romano, quien �quebrant� (lit., �rompi� en pedazos�) la tierra, destruyendo el estado pol�tico, cuando ellos rechazaron al verdadero Rey, quien los hubiera salvado.
7. Apacent�-As� Calvino: la Versi�n Inglesa: �Apacentar�.� Viene a ser la misma cosa puesto que el tiempo pasado debe haber sido asignado en tiempo de Zacar�as al evento del advenimiento del Mes�as, entonces futuro; los profetas muchas veces hablaron en visi�n del futuro como ya presente. pues-eso es, de consiguiente, indicando la causa motriz que llev� al Mes�as a asumir el oficio, a saber, la voluntad del Padre (vv. 4, 5), quien se apiad� de las ovejas que estaban sin pastor verdadero. No fu� mi culpa, Jehov� quiere decir, si estas ovejas no fueron apacentadas; la culpa queda �nicamente con vosotras, porque vosotros desechasteis la gracia de Dios. (Calvino.) los pobres del reba�o-Es por causa del remanente creyente que el Mes�as se encarg� del reba�o, aunque hubiera salvado a todos, si hubiesen acudido a �l. No quisieron acudir; por tanto, como naci�n, son �el reba�o de (eso es, condenado a) la matanza.� me tom� dos cayados-(Psa 23:4.) Lo que simboliza su asunci�n del oficio de pastor. Suavidad-�Hermosura� (Versi�n Inglesa) La peculiar excelencia de los jud�os por encima de otras naciones (Deu 4:7), la manifestaci�n especial de Dios a ellos (Psa 147:19-20), la gloria del templo (�la hermosura de la santidad�, Psa 29:2; Psa 27:4; y 90:17: �luz,� hermosura; 2Ch 20:21), la �agradabilidad� de la tierra de ellos (Gen 49:15; Dan 8:9; Dan 11:16), �la tierra gloriosa.� Ataduras-lazos de atar, que representa el v�nculo de �hermandad� entre Jud� e Israel. �Ataduras� en el Psa 119:61, son �compa��as� confederadas. Los orientales, al hacer una confederaci�n, muchas veces atan un cord�n o lazo como s�mbolo de la misma, y la desatan al disolverla. (Ludovico de Dios.) El Mes�as hubiera juntado a Jud� e Israel en los lazos de una fe com�n y leyes comunes (v. 14), pero ellos no quisieron; por tanto en justa retribuci�n deshizo �su pacto que hab�a concertado con todo el pueblo.� Alejandro, Ant�oco Ep�fanes, y Pompeyo fueron todos guardados de estropear completamente la distintiva �hermosura� y �hermandad� de Jud� e Israel, las que subsistieron m�s o menos mientras quedaba en pie el templo. Pero cuando Jehov� quebr� los cayados, ni aun Tito pudo salvar el templo de su propia tropa romana, ni fu� Juliano capaz de restaurarlo.
8. E hice matar tres pastores-lit., hice desaparecer: destru� como para no dejar vestigio de ellos. Los tres pastores que el Mes�as quita son Juan, Sim�n, y Eleazar, tres caudillos de facciones en la guerra jud�a. (Drusio.) O bien, as� como el Mes�as, el Antitipo, era a la vez profeta, sacerdote y rey, as� �l por la destrucci�n de la vida pol�tica jud�a, destruy� estas tres �rdenes por la incredulidad tanto de los gobernantes como del pueblo. (Moore.) Si hubiesen aceptado al Mes�as, habr�an tenido en �l las tres �rdenes combinadas y habr�an sido ellos mismos espiritualmente, profetas, sacerdotes y reyes para Dios. Rechaz�ndolo, perdieron las mismas en todo sentido. en un mes-un breve espacio de tiempo fijo (Hos 5:7). Aludiendo probablemente al �ltimo per�odo del sitio de Jerusal�n, cuando toda autoridad dentro de la ciudad estaba por acabar. (Henderson.) se angusti� por ellos-lit., se estrech� para con ellos; en vez de ensancharse hacia ellos en amor (2Co 6:11-12). El mismo hebreo que en Num 21:4. No fu� dejado por ellos lugar para la gracia de Dios, ya que sus favores fueron rechazados. (Calvino.) Est� impl�cita una mutua aversi�n entre el santo Mes�as y los culpables jud�os.
9. Y dije-al fin, cuando se hubieron utilizado en vano todos los medios para salvar a la naci�n (Joh 8:24). No os apacentar�-es decir, �ya m�s.� Aqu� se predice el �ltimo rechazo de los jud�os, del cual el primero bajo Nabucodonosor, similarmente descrito, era el tipo (Jer 15:1-3; Jer 34:17; Jer 43:11; Eze 6:12). �Perezcan aquellos que est�n condenados a perecer, puesto que rechazan a aqu�l que los habr�a salvado! �Que se precipiten a su propia ruina, puesto que as� lo quieren! coma la carne de su compa�era-�Que se maten locamente por medio de sus mutuas discordias! Josefo atestigua el cumplimiento de esta profec�a de triple calamidad: la pestilencia y hambre (�muera�), la guerra (�que perezca�), y la discordia intestina (�cada uno coma � compa�ero�).
10. mi pacto que concert� con todos los pueblos-El pacto hecho con la naci�n entera no estar� en vigor m�s, sino para el electo residuo. Tal es la fuerza de la frase; no como traducen Maurer y otros: �El pacto que hice con todas las naciones para que no da�aran a mi pueblo elegido� (Hos 2:18). Sino que el hebreo es el t�rmino por el pueblo elegido (Ammim), no aquel usado para designar las naciones gentiles (Goiim). El plural del hebreo expresaba antiguamente los grandes n�meros del pueblo israelita (1Ki 4:20). El art�culo expresa, en el hebreo todos los (o aquellos) pueblos. El quebrar el cayado �Suavidad,� denota la disoluci�n de los s�mbolos exteriores de la distintiva excelencia de los jud�os sobre los gentiles (Nota, v. 7), como el propio pueblo de Dios.
11. conocieron los pobres-El humilde remanente piadoso se di� cuenta, por el evento, de la verdad de la predicci�n y de la misi�n del Mes�as. Treinta y siete a�os antes de la ca�da de Jerusal�n, el Se�or hab�a prevenido a sus disc�pulos que cuando vieran la ciudad cercada de ej�rcitos, �huyeran a las monta�as.� De consiguiente Cestio Gallo, cuando avanzaba sobre Jerusal�n, inexplicablemente se retir� por un breve espacio, dando a los cristianos la oportunidad de obedecer las palabras de Cristo, huyendo a Pela. que miran a m�-que miran a la mano de Dios en todas estas calamidades, no cerrando ciegamente los ojos a la verdadera causa de la visitaci�n, como los m�s de la naci�n hacen todav�a, en vez de asignarla a su propio rechazo del Mes�as. Isa 30:18-21 se refiere similarmente a la vuelta del Se�or en misericordia al remanente que �le espera a �l� y �clama� a �l (Zep 3:12-13).
12. Y d�jeles-El profeta, aqu�, representa a la persona de Jehov� el Mes�as. Si os parece bien-Lit., �Si es bueno en vuestros ojos.� Mirando aquella arrogante soberbia de no dignarse darle lo que merec�a de amor y de obediencia el gran o amor condescendiente de Cristo al venir a la tierra. �Mi salario:� mi recompensa por el cuidado pastoral, tanto durante toda la historia de Israel desde el Exodo, como en especial en los tres a�os y medio del ministerio del Mes�as. El habla como el �siervo� de ellos, y lo fu� para ellos, a fin de cumplir la voluntad del Padre (Phi 2:7). y si no, dejadlo-Ellos le rehusaron aquello que �l pidi� como su �nica recompensa, el amor de ellos; con todo, no lo quiere forzar, sino que deja su causa en las manos de Dios (Isa 49:4-5). V�ase el tipo, Jacob defraudado en sus pagas por Lab�n, que con todo deja su causa en las manos de Dios (Gen 31:41-42). pesaron � treinta piezas de plata-treinta siclos. No solamente rehusaron darle lo debido, sino que colmaron la injuria al dar por �l el precio de un esclavo herrado (Exo 21:32; Mat 26:15). Un hombre libre era tasado en el doble de aquella suma.
13. Echalo al tesorero-�al alfarero� (Versi�n Inglesa): proverbial: �Echalo al alfarero del templo�, la persona m�s indicada a quien tirar la despreciable suma, como quien ejerc�a su oficio en el profanado valle (2Ki 23:10) de Hinom, por cuanto �ste proporcionaba el barro m�s apropiado. Este mismo valle y el taller del alfarero fueron el escenario de acciones simb�licas de Jerem�as (Jerem�as 18 y 19), cuando profetiz� de este mismo per�odo de la historia jud�a. Zacar�as conecta aqu� su profec�a con la otra m�s antigua de Jerem�as, y ense�a la aplicaci�n adicional de la misma amenaza divina, vina, contra su pueblo infiel en la destrucci�n de ellos bajo Roma, como la ocurrida antes bajo Nabucodonosor. Es por eso que Mat 27:9 (seg�n las autoridades m�s antiguas) cita las palabras de Zacar�as como si fueran de Jerem�as, siendo �ste el autor original de quien Zacar�as deriv� el fundamento de la profec�a. V�ase el caso paralelo de Mar 1:2-3, en los MSS m�s antiguos, que cita las palabras de Malaqu�as como si fueran las de �Isa�as,� fuente original de la profec�a. V�ase mi Introducci�n a Zacar�as. El �alfarero� es significativo del poder absoluto de Dios sobre el barro formado por sus propias manos (Isa 45:9; Jer 18:6; Rom 9:20-21). en la casa de Jehov� al tesorero (al alfarero)-Las treinta piezas de plata son arrojadas en el templo, como la casa de Jehov�, el lugar id�neo donde depositar el dinero de Jehov� Mes�as, en la tesorer�a, y el mismo lugar donde Judas �las arroj�.� Las treinta piezas echadas �al alfarero,� porque era a �l a quien estaba ordenado por el Se�or que fuesen finalmente destinadas, como precio �nfimo. Por �tom�, y �ech�,� aqu�, Mateo tiene �tomaron� y �dieron;� porque el acto de ellos (los jud�os y de Judas) todo fu� la �ordenaci�n� divina (la cual Mateo expresa tambi�n), y por lo tanto aqu� se le atribuye al Se�or (v�ase Act 2:23; Act 4:28). Es curioso que algunos antiguos traductores traducen, en lugar de �al alfarero,� �al tesorero� (as� Maurer), de acuerdo con Mat 27:6. Pero la Versi�n Inglesa concuerda mejor con el hebreo y con Mat 27:10.
14. La ruptura del laza de uni�n entre Jud� y las diez tribus bajo Roboam, es aqu� la figura usada para representar la discordia fratricida de las facciones que enardec�an dentro de Jerusal�n en la v�spera de su ca�da, mientras los romanos afuera atronaban a sus puertas. V�ase Josefo, Guerras Jud�as. N�tese tambi�n la continuada separaci�n de las diez tribus hasta su futura reuni�n (Rom 11:15).
15. Toma a�n-�toma otra vez:� como en el v. 7 previamente hab�a tomado otros implementos. el hato-el apero, instrumentos, del oficio: el cayado, el b�culo, y la alforja, etc. Asume t� el car�cter de un pastor malo (�necio� en la Escritura es sin�nimo con �inicuo,� Psa 14:1), as� como antes asumiste el de pastor bueno. Por cuanto los jud�os no quisieron al Mes�as, �el buen Pastor� (Joh 10:11), fueron entregados a Roma, la pagana y la papal, perseguidora aqu�lla as� como �sta, especialmente la segunda, y a su vez, ser�n entregados al anticristo, el �hombre de pecado,� el instrumento de juicio por permisi�n de Cristo. El anticristo primeramente har� un pacto con ellos como su gobernante, pero despu�s lo quebrantar�, y ellos sentir�n el yugo de hierro de su tiran�a como el falso Mes�as, por causa de que ellos rechazaron el liviano yugo del verdadero Mes�as (Dan 11:35-38; Dan 12:1; Dan 9:27; 2Th 2:3-12). Pero al fin �l ha de perecer completamente, y el electo remanente de Jud� e Israel ha de ser gloriosamente salvado. en la tierra-El anticristo probablemente ser� un jud�o, o por lo menos lo ser� en Judea. no visitar� las perdidas � romper� sus u�as-V�ase el lenguaje similar en cuanto a los pastores infieles de Israel, en Eze 34:2-4. Esto indica que a ellos les ser� pagado con la misma moneda. Un pastor semejante del tipo peor los �romper� por un tiempo limitado. las perdidas-�las que perecen� (Versi�n de los Setenta), es decir, las enfermas de muerte, como si ya estuviesen �cortadas.� la peque�a-El uso hebreo es siempre como de j�venes humanos, a quienes en realidad se aludi� bajo la imagen de animalitos del reba�o. Antiguos expositores (Versi�n Caldea, Jer�nimo, etc.) traducen �la descarriada,� �la dispersada:� as� Gesenius. perniquebrada-la herida, o lastimada. la cansada-desfallecida, rezagada. romper� sus u�as-expresa la crueldad voraz de arrancarles las pezu�as (v�ase Exo 10:26), lo que de agud�simo dolor, y la incapacita para ir en busca de pasto.
16. el pastor de nada-�el pastor �dolo� (Versi�n Inglesa); La expresi�n hebrea expresa tanto la vanidad como un �dolo. V�ase Isa 14:13; Dan 11:36; 2Th 2:4; Rev 13:5-6, en cuanto a las pretensiones id�latras y blasfemas del anticristo. El �pastor id�latra que deja el reba�o� no puede aplicarse a Roma, sino a alg�n gobernante de entre los jud�os mismos, que al principio los adula, y despu�s �los deja,� y hasta los destruye (Dan 9:27; Dan 11:30-38). La espada de Dios descender� �sobre el brazo� de aquel, el instrumento de su tiran�a contra los ovejas (2Th 2:8); y �sobre su ojo derecho,� con el cual deb�a de haber vigilado a las ovejas (Joh 10:12-13). Sin embargo, el anticristo destruir�, m�s bien que �dejar el reba�o.� Por lo tanto, quiz�s, la referencia es a los pastores que dejaron el reba�o a la rapacidad del ant�cristo, y que, en justa retribuci�n, sentir�n la �espada� de aqu�l en el �brazo,� que deb�a de haber protegido el reba�o, pero no lo hizo, y en el �ojo�, que hab�a dejado de cuidar debidamente a las ovejas.

Información bibliográfica
Jamieson, Robert, D.D.; Fausset, A. R.; Brown, David. "Comentario sobre Zechariah 11". "Comentario Crítico y Explicativo sobre Toda la Biblia - Sin abreviar". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jfu/zechariah-11.html. 1871-8.