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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento Comentario de Sutcliffe
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 1 Corinthians 10". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/1-corinthians-10.html. 1835.
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 1 Corinthians 10". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-33
1 Corintios 10:1 . No quiero que ignore el gran punto, el fundamento de la religi�n hebrea; que nuestros padres, porque tal era el lenguaje habitual de los jud�os y pros�litos con respecto a los israelitas, estaban bajo la nube, el s�mbolo de la presencia de Jehov� y la se�al visible del favor y la protecci�n del pacto. Y esta nube los distingui� de todas las dem�s naciones.
1 Corintios 10:2 . Y todos fueron bautizados en Mois�s en la nube y en el mar. Los inici� en el pacto en todas sus obligaciones morales y rituales, y el man� y la piedra correspond�an con el pan y el vino en nuestros sacramentos. El ojo de la fe ve la gloria en las Escrituras, transmitiendo instrucciones de s�mbolos antiguos y eventos pasados.
Un resplandor divino brilla sobre nosotros desde debajo de las cubiertas del santuario; y ya sea que el s�mbolo sea pan y vino, o roca y agua, es el mismo Salvador cuyo cuerpo discernimos en la Santa Cena, inmolado como el cordero pascual y crucificado en el Calvario. Este es el Cordero, el alimento celestial del cual Mois�s dijo: Un extra�o no comer� de �l. En la misma nube o Esp�ritu, como en el Jord�n, "fuimos todos bautizados en un cuerpo".
1 Corintios 10:7 . Tampoco se�is id�latras, como en el tr�gico caso del becerro de oro, descrito en �xodo 32 .
1 Corintios 10:8 . Tampoco cometamos fornicaci�n, como hicieron los hebreos en la fiesta de Moab; y como hacen los paganos inferiores en todas las fiestas de Venus o Astart�. Ver en N�meros 25 .
1 Corintios 10:9 . Tampoco tentemos a Cristo, como en la revuelta de Refidim, cuando el pueblo murmur� pidiendo agua, y cuando Mois�s y Aar�n recibieron su sentencia de no entrar en la tierra prometida. "Se volvieron y tentaron a Dios, y limitaron al Santo de Israel". Salmo 78:41 .
Lo tentaron de nuevo cuando aborrecieron el man�, y fueron destruidos por las serpientes. �xodo 17 ; N�meros 21 .
1 Corintios 10:10 . El destructor parece referirse al �ngel vengador que infligi� la plaga. Fue un �ngel que hiri� al primog�nito de los egipcios; fue un �ngel que mat� a los setenta mil que se gloriaban en un brazo de carne, cuando David cont� al pueblo; fue un �ngel que destruy� a los blasfemadores asirios, ya Herodes cuando no le dio a Dios la gloria. As�, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento atribuyen las visitaciones de Dios al ministerio de los �ngeles.
1 Corintios 10:11 . Estas cosas sucedieron como ejemplos, y est�n escritas para nuestra amonestaci�n, sobre quienes han llegado los fines del mundo o las edades de Cristo . Pablo enumera solo cinco rebeliones de los padres, aunque se rebelaron diez veces contra el Se�or. Dice expresamente que estas revueltas fueron contra �Cristo�, contra Jehov�, el �ngel de la zarza ardiente, y a quien el salmista anterior llama el Santo de Israel.
Todas las versiones leen Cristo, el sir�aco, el espa�ol, el irland�s, el sueco y el ruso. Tal es tambi�n la doctrina de los padres cristianos, que Cristo es el �ngel que habl� a los patriarcas y condujo a los israelitas a la tierra prometida. Tengan cuidado, entonces, oh hombres rebeldes que perturban la iglesia en Corinto, porque todos los israelitas fueron bautizados, as� como ustedes, y sin embargo, no alcanzaron la tierra prometida.
1 Corintios 10:12 . El que piensa estar firme, est� atento. ? ?????, existimans, Montano : as� en Hebreos 4:1 . Aquel que se estima que est� en pie, se le advierte que tenga cuidado de no caer. Que se cuiden los de Corinto que fomentan las facciones en la iglesia, no sea que Dios, que castig� a los antiguos rebeldes, castigue tambi�n a algunos en Corinto con enfermedad y a otros con el sue�o de la muerte.
1 Corintios 10:17 . Siendo muchos, somos un solo pan, un solo cuerpo. El venerable �LFRIC, arzobispo de Sherborne, Dorsetshire, en el siglo X, tradujo ochenta hechizos (ejercicios, sermones) de antiguos padres. Uno de los cuales, in die pasc�, para Erist o Domingo de Pascua, contiene una ilustraci�n de estas palabras.
�Entiende ahora y regoc�jate, porque todos somos un solo pan y un solo cuerpo en Cristo. �l es nuestra cabeza, somos sus miembros. Ne bith se hlaf de anum corne, ni el pan est� hecho de un ma�z, ac de manegum, sino de muchos. Ni la victoria de anre berean, ni el vino de una baya, sino de muchas. As� tambi�n todos deber�amos tener unidad en nuestro Se�or. Por eso la casa santa (sacramento) se llama misterio, porque all� se ve una cosa y se dise�a otra. " En consecuencia, si la figura se ve�a en el pan y la sustancia se ve�a por la fe en Cristo, �lfric no cre�a en la transubstanciaci�n.
1 Corintios 10:20 . Los gentiles sacrifican a los demonios. El erudito Dr. William Stukeley nombra al antiguo templo de Dracontium en Asia, que lleva los nombres de Satan�s. �Qu� m�s son los sacrificios de los malvados? Qu� m�s sus canciones y sus bailes, sino la danza de los demonios. �Qu� m�s era el culto a Venus, y si era posible, peor a�n, el de Pr�apo? Sal de en medio de ellos; escapa por tu vida. Las figuras de sus �dolos son demonios revelados.
1 Corintios 10:22 . �Provocamos al Se�or a celos? �Y qu� podr�a provocarlo m�s que compararlo con "un becerro que come hierba"? David en el exilio no ofrec�a libaciones de sangre ni pronunciaba el nombre de sus dioses imaginarios. Escap� de Filistea sin ning�n signo de apostas�a. Salmo 16:3 .
1 Corintios 10:25 . Todo lo que se venda en el caos, coma, sin preguntar si el animal hab�a sido ofrecido en sacrificio. Este fue un consejo sabio y prudente, y los mismos jud�os comienzan a seguirlo.
1 Corintios 10:32 . No hag�is ofensa, ni a los jud�os, por ning�n desprecio de la ley ceremonial; ni a los gentiles, por ataques imprudentes o fuera de temporada a su religi�n, su mitolog�a y costumbres, como me he esforzado en hacer en todos los lugares: 1 Corintios 9:20 . Pero especialmente no ofendas a la iglesia; rindan el debido honor a todos los hermanos. Sopesa las consecuencias de tus palabras y examina la tendencia de tus pasos.
REFLEXIONES.
En el cap�tulo anterior, nuestro ap�stol nos anim� a la carrera y al combate con la esperanza de la corona y el temor de ser desaprobados y desechados. Aqu� apoya sus argumentos por la multitud de los israelitas que fueron desechados y desaprobados como indignos del descanso prometido. Las v�ctimas de las visitaciones antiguas se levantan de sus tumbas para advertir a la posteridad de cr�menes, revueltas y apostas�a. Todos estos israelitas, como los cristianos defectuosos e infieles, hab�an recibido un doble sacramento.
Todos fueron bautizados en Mois�s, como su l�der y tipo de Cristo, tanto en el mar, cuando marcharon a trav�s del abismo, como en la nube del Sina�, cuando fueron rociados con sangre. Y admitiendo que el agua es figurativa del Esp�ritu, como nuestro Se�or ha dicho, Juan 7:37 , todos bebieron de esa roca espiritual que los sigui� en el desierto, y fluy� a estanques en la tierra reseca.
S�, y todos comieron de ese pan espiritual, que era una figura de Cristo, el verdadero pan, como lo ilustra ampliamente nuestro Salvador, en Juan 6 ; sin embargo, despu�s de todo, no alcanzaron la tierra prometida.
Oh alma m�a, s� santificada por el miedo. No tientes a Cristo con pecados presuntuosos, no murmures de castigos saludables y no cometas en el sentido m�s bajo de la fornicaci�n, que era com�n en las fiestas de Astaroth, la Venus de los gentiles. Ning�n hombre que est� en peligro de su salvaci�n debe unirse a la mesa del Se�or con la mesa de los demonios. Por tanto, las almas de ning�n hombre corr�an mayor peligro que los gn�sticos, que fingiendo decir que un �dolo no era nada, se entregaban a la impureza pagana y atrapaban insidiosamente a los cristianos m�s d�biles. Que el creyente siga temiendo la ruta bacanal, aunque no haya ning�n �dolo all�, como igualmente cautivador de su debilidad y reproche a la religi�n.