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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento Comentario de Sutcliffe
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 1 Corinthians 15". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/1-corinthians-15.html. 1835.
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 1 Corinthians 15". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-58
1 Corintios 15:1 . Os declaro el evangelio por el cual tambi�n sois salvos, si record�is lo que os prediqu�. Tenemos aqu� un ep�tome de todo el evangelio, que comprende esencialmente la muerte de Cristo como sacrificio por el pecado y su triunfante resurrecci�n de entre los muertos; estas son verdades que se encuentran en el fundamento de toda esperanza humana.
La promesa de salvaci�n que tantas veces se repite a las almas sinceras y fieles, debe tenerse siempre presente. Marco 16:16 ; Romanos 1:16 . �Qu� consuelo puede ser m�s fuerte para la mente consciente? La fe salva porque justifica y santifica, vence tambi�n al mundo y es presagio de la vida eterna.
1 Corintios 15:3 . C�mo que Cristo muri� por nuestros pecados y que resucit� al tercer d�a. David predijo expresamente que resucitar�a, Salmo 16:10 ; y por Isa�as 53:10 .
Se ha preguntado, �d�nde est� la escritura hebrea que presagia la resurrecci�n de Cristo al tercer d�a? Los socinianos, incapaces de encontrar tal escritura, proponen corregir a San Pablo de la siguiente manera; "Que Cristo resucit� seg�n las Escrituras, y eso al tercer d�a". No ven dificultad alguna en sacrificar escrituras importantes para sacar a San Pablo de problemas.
Respondemos, que Isaac fue levantado del altar al tercer d�a, y Jon�s del abismo en el mismo espacio de tiempo; y si la profec�a simb�lica tiene alguna fuerza, estas cifras tambi�n deben tener su peso. Un profeta ha dicho: �El Se�or nos ha herido y nos vendar�. Despu�s de dos d�as nos revivir�; al tercer d�a nos resucitar�, y viviremos delante de sus ojos �. Oseas 6:1 .
El rabino Abarbanel comprende los dos d�as, de las dos florecientes dispensaciones, despu�s del primero y despu�s del segundo templo. El tercer d�a ser� sub templo futuro exsuscitabit nos, cuando nos resucite, bajo el templo futuro, y cuando vivamos a sus ojos, perseveraremos en su adoraci�n y no moriremos; ni nuestra tierra ser� desolada. Los jud�os entendieron que esta profec�a ten�a una referencia final a la resurrecci�n de los muertos, el d�a en que todos nuestros males ser�n sanados.
Pero, �cu�les son los comentarios de los padres cristianos sobre esta profec�a? Tirinus las ha recopilado de la siguiente manera. �Todos los santos padres y los m�dicos ortodoxos sostienen que este texto se refiere a Cristo; a la redenci�n y resurrecci�n de la muerte del pecado, a la vida eterna de justicia, gracia y gloria, que vendr� sobre todo el mundo por medio de Cristo despu�s de dos d�as; es decir, unos d�as o poco tiempo; digamos unos seiscientos noventa a�os, que deber�an fluir desde el tiempo de Oseas hasta la muerte de Cristo.
Entonces San Cirilo, Arias, Vatablus y otros exponen el pasaje. Sobre el mismo texto podemos agregar, Tertuliano, Or�genes, Lactancio, Cipriano, Jer�nimo, Agust�n, Gregorio, Rufino, Nyssen, Teodoreto y otros cat�licos. No, los antiguos hebreos, como los cita Galatin, prueban la resurrecci�n de Cristo desde el primer d�a de su pasi�n, desde el segundo en el sepulcro, y el tercer d�a, como lo cita San Pablo, en el que resucit� de entre los muertos. . " Despu�s de estas citas de Tirinus, qu� m�s podemos pedir. Tenemos mucho peso de la sinagoga y todo el peso de los padres cristianos.
1 Corintios 15:5 . Fue visto de Cefas, (el apellido de Pedro) luego de los doce. Pablo omite a las mujeres que velaron en el sepulcro. Mar�a, la m�s desconsolada, lo vio primero. Peter, Peter con el coraz�n roto, en el transcurso del d�a, lo vio a continuaci�n. Por la noche se apareci� a los diez, todav�a llamado los doce, ya que Thomas estaba ausente.
Los dos que volv�an de Ema�s confirmaron su alegr�a. Creo que el Dr. Lightfoot es �nico en la suposici�n de que Peter y Cleophas fueron los dos que fueron a Ema�s. De los doce, se le volvi� a ver cuando Tom�s estaba presente, y de siete cuando fueron a pescar, y finalmente cuando condujo a los doce al monte de los Olivos y ascendi� al cielo.
1 Corintios 15:6 . Se le vio a m�s de quinientos hermanos a la vez, en "un monte de Galilea", como dice Mateo 28:16 , "donde Jes�s hab�a designado". Aqu� hab�a una nube de testigos para asegurar y consolar a la iglesia.
1 Corintios 15:7 . Fue visto por James. Sin duda, este era Santiago, el hermano de Juan. En el evangelio de los nazarenos, que en general concuerda con el de Mateo, encontramos una adici�n, que Santiago hizo un voto de que no comer�a ni beber�a hasta estar seguro de que el Se�or hab�a resucitado, y que �Jes�s le trajo pan y vino, y dijo: come y bebe, porque el Hijo del Hombre ha resucitado de entre los muertos �.
1 Corintios 15:8 . Por �ltimo, tambi�n me fue visto en la visi�n de camino a Damasco, repetida tres veces. Hechos 9:3 ; Hechos 9:17 ; Hechos 22:6 ; Hechos 22:14 ; 1 Corintios 9:1 .
Vio al Santo y Justo, que lo hizo testigo pleno de su gloria, para testificarla a los gentiles. As�, este primero de los personajes examin� a los testigos de la resurrecci�n con miradas iluminadas, sobre los hombres, sobre las cosas, sobre las profec�as; y si nuestros incr�dulos los examinaran con el mismo cuidado y con el mismo esp�ritu, el resultado tambi�n ser�a la plena seguridad de la fe y el consuelo. La gracia conferida a Pablo fue grande, y sus labores m�s abundantes correspondieron con la gloria de su llamamiento.
1 Corintios 15:19 . Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los m�s miserables de todos los hombres. El ap�stol aqu� pone las consecuencias de negar la resurrecci�n en sus formas m�s fuertes. El evangelio perdi� ... el testigo perjur� ... �los muertos perecieron! Si es as�, �qu� tontos entonces somos para luchar con las bestias en cada ciudad, para estar a menudo en las c�rceles, azotados por los romanos y azotados por los jud�os! Pero gracias a Dios, y que cielo y tierra ensayen el c�ntico, LA RESURRECCI�N DE CRISTO NO ES UN PROBLEMA DE LAS ESCUELAS: TODO ES CERTEZA DE PRUEBA, Y GLORIA DE FUNCIONAMIENTO.
1 Corintios 15:20 . Ahora Cristo resucit� como las primicias de los que durmieron. Su resurrecci�n ocurri� el d�a despu�s del s�bado jud�o, el mismo d�a en que la gavilla, las primicias de la cosecha de la cebada, fue ofrecida al Se�or, una feliz figura de Cristo, el primog�nito de los muertos, por lo que nuestro saj�n los padres llaman a la fiesta Erist o Pascua.
1 Corintios 15:22 . Como en Ad�n todos mueren, por cuanto en �l todos pecaron, y los hijos siguen a sus padres al sepulcro, pero con la bondadosa esperanza de una resurrecci�n, as� todos ser�n vivificados en Cristo.
1 Corintios 15:25 . Debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies, conforme al juramento de su investidura, en el Salmo cent�simo d�cimo. Examine la gloria de su reino en los siguientes textos, donde ocupa el trono de Jehov�. Zacar�as 6:13 ; Salmo 2 ; Isa�as 9:6 ; Daniel 2:44 .
En este trono tiene un nombre sobre todo nombre, y es adorado por toda criatura en el cielo y en la tierra. As� el Padre le sujet� a �l todas las cosas. Por lo tanto, debe reinar hasta que haya completado su misi�n, antes de entregar el reino mediador a Dios, el Padre, como la fuente de la deidad. El cese del tiempo para el arrepentimiento y del oficio con respecto a Cristo no induce ning�n cambio ni en su naturaleza divina ni en la humana.
1 Corintios 15:28 . Entonces tambi�n el Hijo mismo se sujetar� al que le sujet� a �l todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. El reino en su consumaci�n ser� perfecto y glorioso, y la voluntad del pueblo se perder� en la voluntad de Cristo, quien en su adorable persona heredar� toda �la gloria que tuvo con el Padre antes que el mundo existiera.
�La sujeci�n, que comprende el cuerpo m�stico de Cristo, no respeta m�s que la entrega del oficio mediador, estando la obra completa. Es s�lo una rendici�n, si podemos usar las palabras corrientes de los padres griegos y latinos. Nempe quatenus homo est, incluso en la medida en que es hombre, para que Dios sea todo en todos. La �ltima frase es un modismo frecuente del habla. Los romanos dijeron, como en Lucano, Omni� C�sar erat: C�sar era todo.
1 Corintios 15:29 . Bautizado por los muertos. Aqu� un centenar de cr�ticos se detienen a dar su opini�n, y nos dan una docena de glosas de una costumbre perfectamente comprendida cuando escribi� San Pablo, pero ahora dudosa. Erasmo, siguiendo a Cris�stomo y Ambrosio, dice que los hombres que murieron sin bautismo, por negligencia o de repente, algunos de sus amigos fueron bautizados por ellos.
Lightfoot refiere el texto enteramente al bautismo de martirio; y San Pablo ciertamente lo relaciona aqu� con los sufrimientos de los santos. Pero Beza lo aplica a las abluciones o bautismos practicados sobre los cuerpos de los muertos; y cita el caso de las buenas mujeres que lavaron y ungieron el cuerpo de Tarquino, para demostrar que se trataba de una costumbre patriarcal. Y lo m�s seguro es que la decencia del entierro y los monumentos que los antiguos erigieron sobre los muertos implicaban una creencia en la resurrecci�n.
Ahora bien, si tomamos en consideraci�n que San Pablo se estaba dirigiendo aqu� al gentil infiel, o al cristiano dudoso, el argumento de Erasmo y de Lightfoot tendr�a poco peso para ellos; pero esta de Beza conferir�a el peso de alta antig�edad a la doctrina cristiana de la resurrecci�n del cuerpo. Heinsius tiene una nota muy larga y erudita sobre este texto. Sus argumentos giran principalmente sobre el nombre que reciben las personas en su bautismo, una marca de honor para el difunto; y en consecuencia, ser bautizado por los muertos es ser bautizado con la esperanza de la resurrecci�n de los muertos.
1 Corintios 15:32 . Si, a la manera de los hombres, he luchado contra las bestias en �feso, cuando Demetrio y los fabricantes de los santuarios de Diana, como leones, estaban decididos a despedazarme, �no ser�a imprudente exponerme a hombres menos misericordiosos que los salvajes? �ganado? Hechos 19 . �Por qu� desperdiciar una vida que puede gozar de muchas comodidades, si no hay vida por venir? De lo contrario, toda predicaci�n y toda fe son vanas.
1 Corintios 15:35 . Algunos dir�n, �c�mo se levantan los muertos? Necio , ?????, un hombre falto de mente, inexperto en la agricultura, cuando ves que cosechas enteras crecen de unos pocos granos de ma�z; cuando veas que el ave rompe el caparaz�n y se va volando. No limites al Santo de Israel. �No est� toda la naturaleza llena de Dios y llena de misterios?
1 Corintios 15:45 . El postrer Ad�n se convirti� en un esp�ritu vivificante, mediante la regeneraci�n, como se indica en Juan 5:25 , y al llamar a la vida a los muertos.
1 Corintios 15:53 . Este corruptible debe vestirse de incorrupci�n. Esta hermosa figura muestra c�mo el alma dejar� atr�s todo su conjunto desgastado por el clima del desierto y se pondr� la inmortalidad como una prenda. El cuerpo espiritual no necesitar� el apoyo de alimentos perecederos. Su belleza y perfecci�n asumir�n todas las formas de gloria inmarcesible.
1 Corintios 15:54 . La muerte es devorada por la victoria. Nuestros cr�ticos han examinado estas palabras con detenimiento, en griego y en las versiones principales. Tres de las lecturas reclaman nuestro aviso. El texto de Isa�as 25:8 es ? ??? la-netsach, �se ha tragado la muerte para siempre.
�Es lo mismo en muchos otros lugares donde aparece esa palabra. �Debe devorar la espada para siempre? 2 Samuel 2:26 . �Se reservar� su ira para siempre? Jeremias 3:5 ; Lamentaciones 5:20 .
Edom guard� su ira para siempre. Am�s 1:11 ; Job 36:7 . En todos los lugares anteriores, la LXX dec�a elegantemente, ??? ?????,
"En victoria". La tercera lectura es con diptongo: ??????, "contenci�n", que es la lectura de Tertuliano, de Ambrosio y de Jer�nimo, que designa la guerra prolongada con el pecado, la muerte, la tumba o el infierno. Jer�nimo tambi�n, en su ep�stola a Juan, obispo de Jerusal�n, repite la palabra y tambi�n lee contenci�n en su comentario sobre Oseas 13:14 ; donde por est�mulo, aguij�n, tiene agudo, aguij�n.
Teofilacto, de quien se dice que es el abreviador de Jer�nimo, lee De manu inferni liberabo eos, de morte redimam illos. Ubi causa tua mors, ubi aculeus tuus inferni? Los liberar� de la mano del Hades. Los redimir� de la muerte. �D�nde est� tu victoria, [causa] oh muerte? �D�nde est� tu aguij�n, oh infierno? [infierno.] Ed. Albahaca, 1570.
Este es de hecho un pasaje muy interesante y personalmente interesante para todos; porque hasta ahora, somos s�lo espectadores de la muerte, pero pronto debemos ser llamados a hacer nuestra parte. Para entrar en el verdadero esp�ritu de Isa�as, de Oseas y de Pablo, debemos considerar la muerte como una serpiente enorme, que lleva una corona y est� armada con un aguij�n, que atrapa a su presa con los colmillos y se la traga entera, despu�s de romperla. sus huesos en su espiral, estando desprovisto de molinillos para masticar.
Esta boa constrictor se traga a los gigantes; este Saturno devora a todos los ni�os. �l conquista, reina y nadie puede escapar de sus colmillos. Sus mand�bulas, la tumba, siempre gritan: "da, da". Todas las naciones vuelan ante �l y vuelan en vano, temiendo m�s su aguij�n, una conciencia culpable, que su poder de destruir. La ley, la ley violada, da fuerza y ??poder a los alguaciles del cielo para perseguir a los culpables.
Pero en medio de su gran carrera de conquista, el mundo y las edades postrados a sus pies, se encontr� con su vencedora, la Semilla de la mujer. La serpiente, temblorosa, se apoder� de su presa y le hiri� el calca�ar con una herida mortal, pero no tuvo la fuerza de la ley para detener a su v�ctima sin pecado. El monstruo, como en el caso de Jon�s, se vio obligado, al tercer d�a, a vomitar su presa. El Conquistador se levant�, visti� la inmortalidad como prenda y golpe� la cabeza de la serpiente.
Levant� el brazo y dio su orden de que el pecado y la muerte no existieran m�s. Oh muerte, ser� tus plagas. Oh tumba, ser� tu destrucci�n. Oseas 13:14 .
1 Corintios 15:57 . Gracias a Dios, que nos da la victoria por el sacrificio expiatorio de Cristo por el pecado; por los gozos de la remisi�n, que quitan el aguij�n de la muerte y sustituyen la esperanza de gloria; uni�ndonos a �l, la cabeza eterna de su cuerpo, la iglesia; haciendo de su propia resurrecci�n la prenda y las arras de la nuestra. Solo tenemos que seguir al Capit�n y llevarnos la victoria. Y si esta es la gracia, �cu�l deber�a ser la canci�n?
REFLEXIONES.
La resurrecci�n del cuerpo y la vida eterna se encuentran entre los art�culos m�s consoladores de nuestro credo. La restauraci�n de nuestra naturaleza corporal es, sin duda, un misterio. Pero no s� si es m�s misterioso que todas las dem�s maravillas de la naturaleza. Los misterios, sean de la naturaleza o de la revelaci�n, no son susceptibles de objeci�n, siempre que la existencia del primero sea indiscutible y la revelaci�n del segundo sea positiva y santa en su car�cter.
�Por qu� deber�a parecer algo incre�ble que Dios resucitara a los muertos, viendo que de un grano de trigo levanta una cosecha para alimentar a su pueblo? La harina de este grano muere o se pudre para nutrir el germen hasta que pueda extender sus ra�ces en la tierra; de modo que las partes gruesas y nutritivas del cuerpo, comunes a todos los elementos, se pudren en la tumba o se disipan de otro modo para abonar el suelo o alimentar a los animales voraces; pero la identidad del cuerpo, esas partes que son propiamente suyas, aunque est�n disipadas, est�n todas bajo el mandato de Dios, y �l puede restaurar un mundo con la misma voz con la que cre� al hombre por primera vez.
Y como el cuerpo ha sido compa�ero del alma en todo el curso del vicio y la virtud, es justo que participe en las recompensas o castigos de la vida venidera. Las escrituras ponen la pregunta m�s all� de toda duda al afirmar la resurrecci�n en los t�rminos m�s positivos. Casi mil personas fueron testigos de la resurrecci�n de Cristo; y sus sufrimientos y martirio prueban la pureza de su testimonio. Por tanto, la inferencia del ap�stol de una resurrecci�n general es tan cierta como la cosecha que sigue a las primicias.
Cada uno se levantar� en su propio orden. As� como el vivero toma un �rbol en invierno y no est� dispuesto a romper la fibra m�s peque�a, as� los muertos se levantar�n seg�n la descendencia patriarcal; y los grupos confusos y las naciones mixtas que habitan en las grandes ciudades ser�n clasificados en su propia l�nea. De entre la multitud, los que son de Cristo en su venida ser�n reclamados por el Se�or; y en su gloria perdemos de vista la terrible situaci�n de los no regenerados.
Las dudas y los escr�pulos de los hombres deben eliminarse con argumentos contundentes. Los gentiles a menudo quemaban a sus muertos y consideraban que la resurrecci�n era imposible; sin embargo, depositaron las cenizas en urnas y las conservaron en madrigueras en las colinas. Ahora, estos hombres hicieron una doble pregunta. �C�mo resucitan los muertos? y con que cuerpo vienen? El poder de Dios para renovar la naturaleza anualmente a partir de las semillas de la tierra es una respuesta suficiente a la primera pregunta.
Y en cuanto al segundo, el cuerpo se siembra en corrupci�n, pero se resucita en incorrupci�n, libre de enfermedad y descomposici�n, se resucita en gloria como el cuerpo de Cristo, reflejando su brillo y belleza. Se eleva en poder, para transportarse con agilidad a donde quiera ir, e incapaz de debilidad y fatiga. Se levanta un cuerpo espiritual, sin necesidad de alimento perecedero; y en consecuencia, ser� un compa�ero de encuentro para el alma; porque la carne y la sangre corruptibles no pueden heredar el reino de Dios.
Con este d�a de agosto, cuando la �ltima trompeta de Dios reunir� a los ministros fieles, San Pablo anticip� la recepci�n de sus hijos espirituales, como su corona de regocijo. El alma educada en el para�so, volver� a entrar en un cuerpo de la obra m�s noble que Dios haya hecho jam�s de la materia. Su belleza ser� angelical y su lustre divino. Ninguna deformidad, ninguna mutilaci�n desfigurar� a la familia de arriba.
Jacob, despu�s de muchos a�os de abatimiento y l�grimas, volvi� a encontrar a su Jos� m�s hermoso de lo que lo hab�a perdido; por lo que puede suponerse que los padres llorosos encontrar�n a su beb�, no en una estatura exigua y diminuta, sino en la flor y belleza m�s plena de la eterna juventud. Todo el cielo ser� una sola familia, y el banquete ser� amor eterno.
San Pablo no pod�a despedirse de un tema tan elevado, sin un ap�strofe de pleno triunfo sobre todos los enemigos del hombre. Oh muerte, �d�nde est� ahora tu aguij�n envenenado y vengativo? Oh tumba, �d�nde est� tu victoria? Las v�ctimas son liberadas de tus dientes y revividas con la salud de la vida eterna. S�, nosotros mismos, aunque gimiendo bajo tu mano abrumadora, ya comenzamos a insultar tu poder agonizante, siendo alentados con esa voz: He aqu�, estoy vivo para siempre.
La gloriosa resurrecci�n del cuerpo es un gran argumento para la diligencia en la fe y el amor. Por tanto, amados hermanos m�os, estad firmes e inquebrantables, abundando siempre en la obra del Se�or. No es la revelaci�n, sino la filosof�a epic�rea la que degrada a los seres racionales para buscar su m�xima felicidad en las alegr�as carnales. Comamos y bebamos, que ma�ana moriremos. Es la �ltima marca de verg�enza para esos hombres, que no tienen el conocimiento de Dios.
Nuestra �poca, nuestro pa�s est� repleto de esos epic�reos en la pr�ctica. �Qu� m�s son todos nuestros abarrotados c�rculos de disipaci�n y vanidad? �Qu� m�s son nuestros salones de baile y nuestros teatros? El placer, el placer es el �dolo del d�a; y se hunden con alegre indiferencia hasta el fuego eterno. Pero el cristiano, creyendo en su Dios y comprendiendo la eternidad, siembra en todas las obras de la caridad divina y cosecha la mies del gozo eterno. Seamos firmes e impasible en este trabajo.