Bible Commentaries
1 Corintios 9

Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo TestamentoComentario de Sutcliffe

Versículos 1-27

1 Corintios 9:1 . �No soy ap�stol? �No soy libre? �No he visto a Jes�s nuestro Se�or? �No eres t� mi obra en el Se�or? Habiendo ilustrado las costumbres legales de los jud�os con respecto a las carnes, introduce otro tema, su derecho al apoyo temporal para sus labores espirituales. Algunos jud�os, al parecer, siempre hostiles a Pablo, hab�an insinuado que debido a que, en su mayor parte, hab�a comido su propio pan en Corinto, no ten�a derechos justos sobre los fondos de las iglesias.

Este punto lo discute con decisi�n. Hab�a visto al Se�or en el camino a Damasco y en el templo. Hechos 9 ; Hechos 22:21 . Fue comisionado por el Se�or, y la iglesia de Corinto era la esfera principal de sus labores en Grecia, donde ten�a muchos sellos para su ministerio.

1 Corintios 9:5 . Una hermana o una esposa. La palabra griega ???? gyne, en este lugar, es oscura. La Vulgata dice, una hermana, y los papistas se sirven de ella para demostrar el celibato de los primeros predicadores. Ambrosio lo traduce en plural, mujer, que significa esposa, madre o hermana joven y desprotegida.

Designa una diaconisa, como en Romanos 16:1 . Los deberes privados de la sinagoga eran cumplidos por matronas, que eran las �nicas que pod�an tener acceso a sus hermanas afligidas.

1 Corintios 9:13 . Los que esperan en el altar, ya sean sacerdotes, levitas o siervos, participan con el altar de todos los frutos, los votos y las ofrendas de Israel. No solo tienen apoyo, sino un apoyo liberal. De la misma manera, los ministros que sirven a las iglesias que son pobres, no deben ser una carga para ellos; pero cuando esas iglesias se vuelven numerosas y ricas, los miembros deben abundar en generosidad para con sus ministros como Dios los ha favorecido con �xito en el comercio y la riqueza.

El hombre rico que ve a su ministro incapaz de continuar sus estudios por falta de libros y falta de ropa, o para proveer para los oficios de sus hijos, y no lo ayuda, debe rendir cuentas otro d�a. �Qui�n puede contar las bendiciones que recibe una congregaci�n de un ministerio iluminado o estimar la deuda que debe?

1 Corintios 9:15 . Mejor ser�a para m� morir, que cualquier hombre aniquilara mi gloria. Pablo, como erudito hebreo y como caballero romano, conserv� su dignidad en la iglesia de Corinto, que al principio era d�bil y pobre, como era el caso de la mayor�a de las iglesias primitivas. Atribuye otra raz�n a su desinter�s; cortar�a la ocasi�n a los falsos ap�stoles, que buscaban una ocasi�n. �Qu� podemos decir de un hombre tan ilustre, sino que codiciaba la gran recompensa en el cielo?

1 Corintios 9:18 . Que no abuse: ?????????????, no uso mi poder. Es decir, dice Tirinus, menos bene uti; usar menos o no usar mi poder para vivir seg�n el evangelio.

1 Corintios 9:26 . As� que peleo yo, no como quien golpea el aire. San Pablo aqu� se refiere a los juegos griegos y romanos, una parte de los cuales era el cestus, de la palabra griega ??????, cintur�n. Montfaucon nos ha regalado un espl�ndido grabado del conflicto. Debido a que los golpes con el pu�o mutilaban la mano y, a menudo, desarticulaban los pulgares de los combatientes, inventaron el �cest�.

Los dos pugilistas sosten�an en cada mano un ovillo de cuero, sujeto por una correa a la zona o cintur�n, cargado de materia pesada, y en los �ltimos tiempos con hierro o plomo. Con estos bailes los combatientes se daban a menudo golpes fatales, a los que alude el ap�stol cuando habla de resistir hasta la sangre. Pero el h�bil combatiente a menudo ten�a la direcci�n para eludir el golpe de su antagonista, y luego solo golpeaba el aire.

1 Corintios 9:27 . No sea que yo mismo sea un n�ufrago. Saurin tiene un buen pensamiento aqu�, que San Pablo, teniendo la plena seguridad de la fe, no ten�a miedo de caer de Dios y perecer al fin. Pero, sin embargo, para tocar a los profesores sueltos de la �poca, �l, por una especie de abstracci�n del pensamiento, se supone que no s�lo corre un gran peligro de caer de Dios, sino de caer en el infierno y perecer finalmente.

Por tanto, mantendr�a su cuerpo en todos los h�bitos de templanza y ejercicio. Corr�a la carrera con pasos iguales; pelear�a la buena batalla de la fe, para finalmente recibir la corona. Habla a los dem�s de palabra y de hecho: para que corran para obtener. Que los profesores de la �poca actual, que se visten y festejan, y fuman y beben, y no pueden levantar su dedo me�ique en el camino de la abnegaci�n, piensen en esto.

REFLEXIONES.

Los argumentos en este cap�tulo giran en torno a la pureza de Pablo como ministro, y la pureza sobrepasa la de todos los dem�s ministros; Tanto es as� que algunos empezaron a considerarlo como un tonto por amor de Dios. Los estudios y labores del ministerio cristiano son arduos. �Qui�n es suficiente para estas cosas? Por lo tanto, las personas a quienes predican los ministros deben aliviar sus mentes de las ansias de adquirir alimentos y vestidos.

Es una verg�enza para los ricos hacer fortunas, construir villas y engrandecer sus casas, mientras sus ministros sufren muchas privaciones dom�sticas. El derecho a la pensi�n alimenticia est� garantizado a los ministros por la ley de la naturaleza y de las naciones. Sobre este principio surgen mil argumentos. �Qu� general va a la guerra a su cargo? �Qu� hombre planta una vi�a sin esperar que los frutos compensen su trabajo? �Qu� pastor atiende a sus ovejas y cabras, sin un suministro diario de leche? �D�nde est� el sacerdote hebreo o griego del orden m�s bajo que rodea el altar, que no es participante de una uni�n con el altar? Lo mismo ocurre con el buey que trilla el trigo y el labrador que ara su campo.

�Y el cristianismo, la religi�n m�s filantr�pica del mundo, ser� fr�o con sus ministros? �Escuchar�n las familias el lenguaje del cielo en la tierra, ver�n reprimido el vicio, imponiendo la moralidad y la conversi�n, y consolando a los moribundos, y olvidar�n al hombre que derrama todas estas bendiciones en todo un distrito?

La obra de Pablo y Bernab� con sus propias manos fue voluntaria y parcial. Pablo reconoce con gratitud el presente de los santos griegos como un olor dulce para Dios. A�n para quitarse el reproche de los jud�os, se regocij� en el trabajo, y ninguna s�plica para desistir pod�a anular su gloria. Pero no culp� a los otros ap�stoles y ministros que no trabajaron. Adem�s, los pescadores no ten�an un oficio como St.

Paul ten�a; no pod�an pescar en tierra firme. Y debemos admitir hasta el d�a de hoy que es un privilegio para aquellos que tienen los medios y el coraz�n para predicar un evangelio gratuito. La pureza de sus motivos agrega brillo a su ministerio, aunque el coraz�n de un ministro pobre puede ser igualmente puro.

A continuaci�n, debemos admirar la sincera prudencia de San Pablo en sus esfuerzos por convertirse en todo para todos los hombres, observando o no las costumbres indiferentes. Sab�a bien que el reino de Dios no consist�a en carnes y bebidas, sino en justicia, paz y gozo en el Esp�ritu Santo. Que todos los ministros aprendan, por tanto, a apuntar a una socialidad sagrada. El pastor debe caminar con su reba�o y el m�dico conversar con su paciente. De modo que el siervo de Cristo debe visitar y ense�ar de casa en casa, y ganarse el afecto de su pueblo.

Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre 1 Corinthians 9". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/1-corinthians-9.html. 1835.