Bible Commentaries
Deuteronomio 15

Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo TestamentoComentario de Sutcliffe

Versículos 1-23

Deuteronomio 15:1 . Una liberaci�n de todas las deudas, as� como de la servidumbre, al final del sexto a�o, a los pobres que no pueden pagar. Esto es muy similar a la ley inglesa de cancelar las deudas de libros al final de los seis a�os. Los pobres insolventes no deben permanecer para siempre en la desesperaci�n. El acreedor conoce la ley.

Deuteronomio 15:4 . Salvo cuando no haya pobres entre ustedes. Esta lectura parece contradecir el und�cimo vers�culo: porque los pobres nunca cesar�n. Por tanto, el margen debe ser la lectura verdadera; "Hasta el fin de que no haya pobres entre ustedes". La Septuaginta dice: �Porque ninguno ser� pobre entre vosotros.

�Si los israelitas hubieran continuado en pacto con Dios, �l habr�a superado la pobreza por la abundancia de sus bendiciones. Las conjeturas de Le Clerc , de que la deuda se perdonaba s�lo para ser solicitada durante el a�o sab�tico, y que la manumisi�n de los sirvientes era s�lo para ese a�o, parecen ser temerarias e infundadas. Contradice muchos otros textos, que son extremadamente claros sobre este tema. Ver Deuteronomio 15:3 . En el jubileo, el Se�or guard� bondadosamente a los hebreos contra el pauperismo.

Deuteronomio 15:12 . Si tu hermano es vendido, convi�rtelo en aprendiz para un oficio o vendido por una deuda por sanci�n de los jueces.

REFLEXIONES.

El car�cter de la ley hebrea es toda la humanidad, dignificada con equidad. Seguramente fue calculado para hacer a la naci�n santa, feliz e independiente. Descubre uniformemente una compasi�n digna de Dios e inspira una humanidad digna de su pueblo. Condonar la reclamaci�n de peque�as deudas a la entrada del s�ptimo o a�o sab�tico, era una graciosa y alentadora regulaci�n para los pobres: porque si el pobre ten�a alguna propiedad o medios para reembolsar su deuda, el acreedor ten�a plena libertad para hacer cumplir el pago.

Pero cuando comenz� el s�ptimo a�o, habiendo poco trabajo en los campos, se hizo imposible para los pobres pagar, y divino en el acreedor perdonar. Desde este punto de vista, la sabidur�a legislativa y la humanidad de nuestro propio pa�s son altamente encomiables, al hacer que las deudas contables, bajo ciertas restricciones, sean imposibles de reclamar despu�s de seis a�os. Aprendamos tambi�n de estos divinos preceptos a perdonar las ofensas y a amarnos unos a otros; porque este es el esp�ritu de toda la ley.

Dios da cuenta de lo que se da a los pobres como dado a s� mismo; y aqu� promete su promesa de devolverlo en riqueza personal y prosperidad nacional. �Prestar�s a muchas naciones, pero no tomar�s prestado; reinar�s sobre muchas naciones, pero ellas no reinar�n sobre ti � Deuteronomio 15:6 . Todo lo que se da a los pobres es mucho tesoro guardado en el cielo; sin embargo, la recompensa no se cuenta como deuda, sino como gracia.

Cuando un hebreo se empobreci�, su tierra ya estaba vendida hasta el jubileo, y cuando ped�a un poco de ayuda a su vecino rico para comer pan, ese vecino tiene prohibido endurecer su coraz�n; y por el contrario, se le ordena que abra generosamente la mano hacia �l. Los pobres de la tierra tienen, por tanto, un derecho divino de pedir pan a los ricos: son criaturas del Se�or, afligidos de enfermedades, agobiados por las familias o debilitados por la edad.

En su mayor parte, han servido a las familias de los ricos; han cultivado sus tierras o trabajado en sus f�bricas. Las ganancias de la juventud, si no se desperdician por la locura, se han gastado en formar una familia; y, en consecuencia, su d�bil edad, as� como sus hijos hu�rfanos, tienen derechos sobre el p�blico. Dejarlos languidecer y morir de hambre es traer sangre inocente sobre la tierra; y Dios vengar� su causa cuando clamen a �l. La religi�n pura y sin mancha delante de Dios Padre, es visitar a la viuda y al hu�rfano en su aflicci�n; y adem�s, es m�s bienaventurado dar que recibir.

De la manumisi�n de sirvientes, se hace referencia al Lev�tico 25 .; y el Se�or, que mand� a los israelitas a pedir prestado o pedir a los egipcios oro y otros objetos de valor, a�n conservaba la ley: no permitir�a que el siervo hebreo saliera vac�o y sin medios para procurarse el pan. Entonces, cuando Jes�s libera un alma de las cadenas del pecado, la adorna y la enriquece con su gracia: y cuanto m�s se llena el coraz�n de un hombre con el amor de Dios, m�s se expande en compasi�n por toda la humanidad.

Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Deuteronomy 15". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/deuteronomy-15.html. 1835.