Bible Commentaries
Isaías 13

Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo TestamentoComentario de Sutcliffe

Versículos 1-22

En los trece cap�tulos que siguen, el profeta, como un centinela, levanta la voz y denuncia los males contra todas las naciones circundantes y, finalmente, contra su propio pa�s.

Isa�as 13:1 . La carga de Babilonia. La LXX simplemente lee una oda o una canci�n. Isa�as le pone su nombre, estando completamente seguro de su verdad. Sobre �l recay� el peso de estas terribles predicciones, deb�a pronunciarlas con las m�s sublimes cepas de elocuencia.

Isa�as 13:2 . Alzad estandarte sobre el monte alto. Babilonia se llama aqu� una monta�a, aunque construida sobre una llanura, debido a su poder. Jeremias 51:25 . He aqu�, estoy contra ti, oh monta�a destructora. El cuarto vers�culo agrega, el ruido de una multitud en las monta�as, lo que evidentemente significa las naciones que visit� Ciro, y de donde reuni� a sus aliados, hacia las fuentes del Tigris y el �ufrates, donde primero alzaron sus estandartes contra Babilonia. Un relato m�s completo de la ca�da de esta ciudad lo reservamos para el cap�tulo cuarenta y cinco.

Isa�as 13:10 . El sol se oscurecer�. Una forma de hablar frecuente, que significa el oscurecimiento total de una naci�n, cuyo sol nunca deber�a salir de nuevo. As� se oscurecer�a el sol hebreo, Mateo 24:29 ; como hab�an predicho Joel y otros. San Juan augur� la ca�da de la Roma pagana en t�rminos similares. Apocalipsis 6:12 .

Isa�as 13:12 . La cu�a de oro de Ophir. Es decir, como en el original, afri, africa, un pa�s sin fr�o. Los romanos la llamaron �frica. La o en Ofir es privativa, como en el hu�rfano saj�n, sin padre; orgild, desenvolver.

Isa�as 13:14 . Y [el remanente, como en la LXX] ser� como un corzo perseguido.

Isa�as 13:17 . Mover� a los medos. En ese momento los medos eran una naci�n insignificante, no hab�a forma de derrocar a Babilonia.

Isa�as 13:20 . Nunca estar� habitada. Se descubre que las ruinas de Babilonia est�n cubiertas de varios �rboles, un amplio mont�n instructivo, donde ning�n �rabe puede levantar su tienda o alimentar a su reba�o. Los ladrillos secados al sol, con los que se construy� la ciudad, se ablandar�an y volver�an a la arcilla. Verdaderamente, los profetas hebreos fueron inspirados divinamente.

Si Babilonia hubiera revivido como lo hizo Roma, �qu� habr�a sido de la verdad de la profec�a? Babilonia fue maldecida por un mundo de sangre y con una maldici�n que debe permanecer para siempre. �Qu� tema para la eleg�a, para la ret�rica, para los poderes del verso: qu� monitress para las naciones!

REFLEXIONES.

Babilonia, el primero y m�s grande de los reinos, Babilonia, la reina de las ciudades, recibi� aqu� su sentencia; sentencia que los profetas continuaron repitiendo durante unos ciento sesenta a�os antes de la ejecuci�n, porque vieron una nube portentosa suspendida constantemente sobre un pueblo orgulloso y ensangrentado. Jerem�as y Daniel recitan ampliamente los cr�menes nacionales que la llevaron a hundirse en las alturas de los cielos.

Isa�as vio a los ej�rcitos reunidos en Media y a las naciones que se un�an a Ciro en su ruta tortuosa. Se reunieron desde el fin del cielo, siendo Media el reino oriental m�s remoto que conoc�an los hebreos.

El ej�rcito invasor, llamado los santificados de Dios, debido a su comisi�n divina, no iba a encontrar ninguna oposici�n en particular. Por lo tanto, seg�n Cyrop�die de Jenofonte, Ciro nunca tuvo un romance serio en su vasta carrera de conquista.

Las naciones se le unieron en ese momento: y en la batalla en la llanura ante Babilonia, la inmensa multitud huy� a la ciudad casi al principio, excepto una columna de egipcios veteranos. El sol y la luna se oscurecieron, lo que en sentido figurado implica que fue un d�a oscuro y l�gubre para la ciudad orgullosa y ensangrentada, y que el rey y sus s�trapas deber�an estar confundidos en sus consejos. Todas las manos estaban d�biles y todos los corazones desfallecidos.

Cu�n terrible es la situaci�n de los imp�os cuando se ven sorprendidos por las visitaciones del cielo. Est�n horrorizados por el terror de la conciencia y paralizados por el recuerdo de sus cr�menes. Cuando lloran, el cielo se burla, porque la era de la misericordia ha pasado y la gracia del arrepentimiento es negada.

La ca�da de Babilonia se producir�a con una inmensa matanza. Todo el que se encontrara y no se refugiara en su casa deb�a ser atravesado. As� fue durante varios d�as despu�s de que los ej�rcitos entraron en la ciudad. Las palabras de Jenofonte implican, creo, que todos los que se encontraron en los palacios fueron pasados ??por la espada. Las casas, en muchos casos, fueron obligadas a saquear, los peque�os hechos pedazos y las mujeres tratadas con horribles indignidades.

Aqu� el coraz�n humano se desvel� a gran escala; aqu� la rabia, la avaricia y toda mala pasi�n se vengaron, no s�lo de las v�ctimas vencidas, sino de la infancia indefensa y de la inocencia desamparada. Se trata de escenas que guardan el mayor parecido con el infierno de todas las que ofrece la historia del hombre. Y t�, oh Dios, te sentaste todo en calma en los cielos, y contemplaste en justo reposo. �Por qu� viste sangrar a multitudes, mir�adas de las cuales eran inocentes y desamparadas, y llamaban santificados a tus vencedores? �Fue porque, en lugar de arrepentirse, esta ciudad altiva se sent� como una reina y se endureci� en cada crimen? �Fue porque esos mismos babilonios hab�an cometido todas esas atrocidades en Jerusal�n?

Lamentaciones 5:11 , �y porque hab�an dejado sin habitante a N�nive y tantas otras ciudades de la tierra? Oh, s�, y tu justicia, que durante mucho tiempo hab�a estado nublada en cuanto a los retornos de la venganza, ahora brillaba con un brillo inmaculado, y todas las naciones circundantes aplaudieron su equidad.

La cita de la orgullosa Babilonia deber�a ser maldita y desolada. Los reptiles venenosos deber�an habitar sus ruinas; y los s�tiros, bestias peludas y voraces, deber�an hacer all� sus guaridas. Despu�s de que los medos lo abandonaron, su gloria se desvaneci�; y cuando Alejandro el grande trat� de convertirlo en una sede de su imperio, lo que habr�a contradecido estas profec�as, Dios se lo llev� a los treinta a�os de edad. Y Seleuco, fijando su residencia en Seleucia, a unas cuatro leguas de distancia, fue apartando gradualmente a los habitantes. Por tanto, Babilonia fue barrida con una escoba de destrucci�n; y como Sodoma, un monumento de la venganza de Dios en sus ruinas, para que todas las ciudades de la tierra fueran instruidas por su ca�da.

Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Isaiah 13". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/isaiah-13.html. 1835.