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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento Comentario de Sutcliffe
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Isaiah 2". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/isaiah-2.html. 1835.
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Isaiah 2". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/
Versículos 1-22
Isa�as 2:1 . La palabra que vio Isa�as. En estos tiempos angustiosos, cuando la iglesia y el estado jud�os fueron sacudidos hasta el centro, el Mes�as habl� al profeta y le mostr� la iglesia del nuevo testamento, construida sobre una roca; de lo cual se dice: Dios est� en medio de ella, no ser� conmovida. Salmo 46:5 .
Isa�as 2:2 . Suceder� en los �ltimos d�as. Los d�as del Mes�as, como esta frase siempre los designa. Oseas 3:5 ; Jeremias 48:47 ; Joel 2:28 ; Ezequiel 38:8 ; Ezequiel 38:16 ; Daniel 10:14 .
La decadencia del juda�smo, sobre quien, dice Pablo, "han llegado los fines del mundo". El monte de la casa del Se�or se asentar� en la cumbre de los montes, y ser� exaltado sobre los collados. El profeta Miqueas cita todo este pasaje, con la circunstancia adicional de que Si�n, por la maldad de los jud�os, debe ser arada como un campo, Isa�as 3:12 : que sincroniza el tiempo con el del Mes�as.
Los rabinos en sucesi�n dicen que esta monta�a significa Jerusal�n. Nuestro Salvador, por el contrario, describe a Jerusal�n como un cad�ver de las �guilas romanas. San Pablo considera que el templo se est� desvaneciendo y que Jerusal�n est� llena de sangre; pero agrega, Jerusal�n de arriba es libre, y es la madre de todos nosotros. Hab�is venido al monte de Sion, la ciudad del Dios viviente, la Jerusal�n celestial. G�latas 4:26 ; Hebreos 12:22 .
Algunos sostienen aqu� que el verdadero sentido del texto es: "El monte de la casa de Jehov�, ser� establecido EN LA CIMA de los montes"; equivalente a una promesa, que el cristianismo ser� la religi�n del mundo.
Isa�as 2:3 . De Sion saldr� la ley. La ley nueva y viva, la ley de la fe y el amor, el nuevo pacto en toda su gloria. Aqu� le preguntamos al jud�o, qu� otra ley, excepto la ley de Cristo, sali� alguna vez de Jerusal�n; una ley publicada por un nuevo orden de ministros, los siervos y siervas del Se�or. Ver m�s sobre Miqueas 3:4 .
Isa�as 2:5 . Oh casa de Jacob, ven y caminemos a la luz del Se�or. Esperemos esos tiempos felices, para que el esplendor de la justicia y la gloria del Mes�as se refleje en nosotros, para que ya veamos su d�a y consideremos que su reino est� cerca.
Isa�as 2:19 . Entrar�n en los agujeros de las rocas. Estas palabras parecen implicar que esconder�n sus �dolos en agujeros y cavernas.
REFLEXIONES.
Los jud�os dividieron uniformemente los d�as, edades o dispensaciones en tres; el tiempo de los patriarcas, el tiempo de Mois�s y el tiempo del Mes�as. Tenemos aqu�, por tanto, una profec�a muy luminosa, de que habr� un nuevo templo, no en el monte Moriah, sino muy por encima de todas las colinas. Este templo que los santos ap�stoles han expuesto en gran parte de la iglesia cristiana, edificado sobre Cristo, el fundamento seguro, y sobre el fundamento secundario de los profetas y ap�stoles; un templo contra el cual ni los reyes gentiles ni las puertas del infierno prevalecer�n jam�s.
Tambi�n tenemos una profec�a de un nuevo pueblo llamado a adorar all�; muchas naciones, incluso los brujos y b�rbaros paganos en todas partes de la tierra. Este es el tema com�n de la profec�a hebrea. Su cumplimiento comenz� cuando los gentiles fueron admitidos en la iglesia cristiana, y se completar� en la gloria de los �ltimos d�as. Ser� una �poca gloriosa de oraci�n y predicaci�n. El esp�ritu y la esposa, s�, el cielo y la tierra dir�n: ven, subamos.
Se comprometen al mismo tiempo a guardar los estatutos y juicios que Dios ense�ar�. Y mientras que antes sol�an ir y venir; ahora ir�n y permanecer�n en su presencia para siempre.
El car�cter del reino del Mes�as es justicia y paz. Convertir�n sus espadas en rejas de arado. As� es ahora en el coraz�n y en la iglesia, en la medida en que prevalece el reino de Cristo. El esp�ritu de piedad aborrece la guerra. La iglesia gime y sufre hasta que la guerra no haya m�s; y es con mucha duda y timidez que ahora da la m�s m�nima sanci�n a la guerra, como vara de correcci�n a los imp�os. Ella es consciente de que la salvaci�n por la oraci�n es mejor que la salvaci�n por las armas. No solo aumenta la confianza de una naci�n en Dios, sino que produce efectos sorprendentes en el coraz�n de los enemigos.
La profec�a se cierra, como es habitual en este tema, con una denuncia del juicio sobre todo el mundo desobediente. En naciones tan ricas como Gran Breta�a, en los barcos de Tarsis, en los cuadros agradables; debe ser, en la mercanc�a de esos barcos agradables o galantes. Entonces dejemos al hombre y confiemos en Dios. Anuncia el menguante de la luna jud�a y la ca�da de las estrellas romanas, que deben esconderse en las cavernas de las monta�as de la ira del Cordero. Apocalipsis 6:17 .