Bible Commentaries
Isaías 55

Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo TestamentoComentario de Sutcliffe

Versículos 1-13

Isa�as 55:12 . Los montes y las colinas se romper�n delante de ti en c�nticos. Virgil tiene ideas similares. �gloga 5:62 .

Ipsi laetitia voces ad sidera jactant Intonsi montes; ips� jam carmina rupes, Ipsa sonant arbusta.

Es decir, las monta�as sin esquilar, exaltadas de alegr�a, elevan sus voces a las estrellas; s�, las rocas y las arboledas resuenan con canciones. Tanto los poetas como los profetas cantaron la gloria de los �ltimos d�as.

REFLEXIONES.

Las aguas que flu�an del Gih�n, los r�os de vino y leche, que comprenden todas las dem�s bendiciones de la providencia, se aducen aqu� de nuevo copiosamente para expresar las m�s ricas bendiciones del evangelio. Las misericordias temporales no se pueden obtener sin trabajo o dinero, excepto cuando los reyes dan un regalo real. Pero aqu� el santuario de Dios est� lleno; la fiesta es abundante y la vendimia se desborda. La paz brota del umbral de la casa del Se�or, y la justicia cae de sus manos generosas.

Los personajes invitados son los que tienen hambre y sed, los que no tienen dinero y los peores de los malvados que abandonan sus pensamientos y caminos. Entonces, oh alma m�a, est�s incluido de la manera m�s expresa. Ven, pues, a las aguas que brotan de Cristo la roca, y a la cena de las bodas del Cordero. Come y bebe en abundancia, y satisface todos tus deseos con la grosura de su casa.

No solo se invita a los pecadores, sino que tambi�n se les advierte del peligro de retrasos. �Por qu� gastan el dinero en lo que no es pan, y su trabajo en lo que no sacia? Los placeres, las riquezas, los honores son insatisfactorios; no son m�s que opi�ceos por el momento, que dejan atr�s tanto el estupor como las picaduras. Las alegr�as pasajeras y la dicha sensual son demasiado mezquinas y escasas para satisfacer los vastos deseos de un esp�ritu inmortal, que suspira por un bien inmortal y lo busca err�neamente en las vanidades y placeres de la vida presente.

Dios promete renovar con Israel su pacto eterno, que hizo con Abraham en la simiente prometida, y que renov� con David. G�nesis 12:3 ; Salmo 89 . Aqu� se menciona el nombre de David, porque era un tipo de Cristo; y porque sus hijos estaban a punto de perder la corona y ser tributarios de reyes extranjeros.

Sin embargo, las misericordias de Dios son seguras, todas confirmadas en Cristo, que es pr�ncipe de los reyes de la tierra y capit�n de nuestra salvaci�n. Por lo tanto, seguramente hacemos lo correcto al exponer esta profec�a de felicidad evang�lica, porque el pacto nuevo o eterno en todas partes se refiere a Cristo.

Para abrazar verdaderamente las promesas y la gracia de Dios, aqu� se ordena el arrepentimiento. Buscad al Se�or mientras pueda ser hallado. El arrepentimiento, que salv� a N�nive, a menudo salv� a Jerusal�n, y habr�a hecho que, como dice nuestro Salvador de Sodoma, permaneciera hasta el d�a de hoy. Pero hay una crisis, una crisis terrible en los pecados de los hombres y de las naciones, cuando Dios no ser� encontrado. Ezequiel 14 .

Para una mayor ilustraci�n de este texto, remito al lector a tres Sermones de Saurin, sobre el retraso del arrepentimiento, que he traducido del franc�s; porque creo que los discursos m�s juiciosos y c�lidos para los no regenerados nunca salieron de los labios de ning�n ministro.

Para animar a Israel, durante el cautiverio babil�nico y la dispersi�n romana, a confiar en esas promesas, el Se�or promete sus perfecciones, para que puedan creer en la magnitud de sus misericordias. Como los cielos est�n muy por encima de la tierra, as� su providencia, su misericordia y su amor est�n muy por encima de todas nuestras escasas visiones de la gracia. Pero, alma m�a, no abuse de las riquezas de su bondad: la promesa es para el que abandona la perversidad manifiesta de su vida y la concupiscencia secreta de su coraz�n.

Como la lluvia hace fecunda la tierra, as� la palabra de Dios no ser� est�ril; fertilizar� a los gentiles y har� brotar la tierra; s�, convertir� el desierto en el huerto del Se�or. Por lo tanto, Israel deb�a salir de Babilonia con gozo, y alegrar las colinas y los bosques con alegres himnos de las promesas del reino y la gloria del Mes�as. Los favores que le mostrar�a a Sion deber�an ser para �l un nombre eterno y una se�al.

Los conquistadores romanos asumieron con orgullo el nombre de Germanicus, Africanus y Britanicus, despu�s de someter a esos pa�ses; pero del Mes�as se dice: Dios de toda la tierra ser� llamado. Que reine en todos nuestros corazones.

Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Isaiah 55". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/isaiah-55.html. 1835.