Bible Commentaries
Isaías 64

Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo TestamentoComentario de Sutcliffe

Versículos 1-12

Isa�as 64:1 . Aqu� se abre una nueva escena de eventos prof�ticos, donde el profeta en tiempos de angustia clama m�s en esp�ritu al Mes�as. �Oh, si rasgaras los cielos y descendieras! Es sorprendentemente observable que las promesas de la venida del Salvador fueron deseadas y renovadas en tiempos de aflicci�n y guerra.

Isa�as 7:9 ; Miqueas 4:5 ; Job 19:20 . En Salmo 85 . Se ha prometido que la justicia mirar� desde el cielo, y la verdad brotar� de la tierra.

As� tambi�n en Isa�as 45:8 . Dejad caer los cielos de arriba, y derramen los cielos justicia. Ning�n jud�o, considerado ortodoxo, disputar�a la afirmaci�n de San Pablo: El segundo Ad�n es el Se�or del cielo.

Isa�as 64:2 . Como cuando arde el fuego que se derrite, el fuego hace hervir las aguas. El carb�n m�s bajo, como en Somerset y otros lugares, est� formado principalmente por algas marinas y se derrite en el fuego. Pero el carb�n secundario, como en Dudley, Burslem, etc. est� hecho de madera y arde como carb�n. La referencia espiritual es al celo del Se�or, como en el Sina�, por redimir, salvar y vengar a su pueblo, y eso en cada �poca de la iglesia, pero especialmente en el gran acto de nuestra redenci�n en la cruz.

Isa�as 64:4 . Los hombres no han o�do ni percibido lo que Dios ha preparado para el que le espera. En la creaci�n, el Se�or ten�a ante s� todos los planes posibles y siempre ha seguido los mejores. As� que en lo que respecta a la redenci�n, su consejo y amor han hecho tesoros para los que lo aman, mucho m�s all� de toda concepci�n.

1 Corintios 2:9 . Estos se desarrollan en el evangelio en la gracia en la que est�n los creyentes y en las glorias del reino celestial.

Isa�as 64:5 . Aquellos que se acuerdan de ti en tus caminos. La traducci�n de este pasaje hace una gran violencia a la teolog�a. �Parece significar que seremos salvos, aunque continuemos en el pecado y bajo la ira de Dios! Nuestros traductores fueron inducidos a este error por una adhesi�n servil a Montano y algunas otras versiones latinas; porque difieren ampliamente.

Vide Biblia Maxima. Lowth interpreta bien el texto. �T� encuentras con gozo a los que obran justicia; que en tus caminos se acuerda de ti. Mira, est�s enojado por nuestras obras, porque hemos pecado; hemos sido rebeldes, y todos somos como una cosa contaminada, como un vestido desechado son todas nuestras buenas obras ". Castellio lee este texto como un interrogatorio. �l entiende que el profeta reconoce que hemos pecado en los caminos del Se�or y que el Se�or estaba enojado; y luego pregunta: �C�mo seremos salvos? Otros leer�an: En esas cosas hemos pecado durante mucho tiempo y, sin embargo, hemos sido salvos. La actual versi�n en ingl�s repugna al lector; hace una pausa para hacer conjeturas sobre el sentido.

REFLEXIONES.

Este cap�tulo no puede limitarse a los jud�os de Babilonia; los profetas eran plenamente conscientes de que la sentencia de exilio era de setenta a�os. Adem�s, los romanos quemaron el templo y devastaron las ciudades, as� como los caldeos. Por lo tanto, como las Escrituras fueron dise�adas para consolar a la iglesia en todo momento, debemos considerar que el profeta oraba por el restablecimiento final de Si�n, cuando ya no se contamine m�s.

Aprendamos de �l, a orar fervientemente por la gloria de la iglesia, acompa�ada de un aborrecimiento de nuestra propia justicia y una amplia confesi�n de todos nuestros pecados. Aprendamos a orar como ellos, por el descubrimiento de esas cosas secretas que ojo no ha visto ni o�do o�do, pero que el Se�or ha preparado para los que le aman. Porque as� como Dios liber� a Israel de Egipto, por medios inauditos y desconocidos antes; y como instruy� de manera m�s singular a los eruditos griegos por medio de simples ap�stoles, as�, en la gloria de los �ltimos d�as, mostrar� mil maravillas al convertir al mundo gentil y al restaurar a su pueblo creyente, un remanente de Israel.

Adoramos tambi�n la bondad de Dios, al dar a los santos profetas una visi�n tan clara de su justicia en el incendio de Jerusal�n por su maldad, y el templo por estar contaminado con �dolos. Vieron la ciudad y el santuario en llamas, y hablaron de ello a un pueblo que se burlaba, para promover el arrepentimiento y la reforma.

Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Isaiah 64". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/isaiah-64.html. 1835.