Bible Commentaries
Proverbios 13

Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo TestamentoComentario de Sutcliffe

Versículos 1-25

Proverbios 13:1 . El hijo sabio escucha la instrucci�n de su padre. Esta m�xima en sustancia se repite a menudo, siendo de la �ltima importancia escuchar la sabidur�a de un padre procedente de tanto amor y sancionada por una larga experiencia. Y al que escucha a un padre sabio, aqu� se le llama hijo sabio; mientras que el que rechaza por completo el consejo paterno es marcado con el nombre de escarnecedor.

Proverbios 13:2 . Los transgresores comer�n violencia. La Septuaginta, "Perecer� antes de su tiempo", o morir� por la mano de la justicia.

Proverbios 13:3 . El que guarda su boca guarda su vida. Se cree que esto se refiere principalmente a los consejos de estado; pero tiene una influencia secundaria en todas las cuestiones y partidos p�blicos. Un hombre debe saber cu�ndo tomar una decisi�n en el habla y la conducta, y cu�ndo guardar silencio.

Proverbios 13:7 . Hay quien se enriquece, pero no tiene nada. El avaro y el hombre que vive m�s all� de sus ingresos. O podemos leer, "que se finge rico". Afectar y hacer ostentaci�n de riquezas es orgullo y ostentaci�n; y si est� a punto de entregarse a sus acreedores, es hipocres�a, asumida con miras a imponerse al p�blico. Se sabe que un comerciante que est� a punto de romperse agranda su mansi�n y hace plantaciones adyacentes en pleno verano.

Proverbios 13:8 . El rescate de la vida de un hombre son sus riquezas. Las leyes del rey Ina a�n existen. Rein� sobre los sajones occidentales en Somerset y otros condados. All� encontramos una multa fijada por cada delito: los pobres ten�an que pagar con la p�rdida de la cabeza, sin dinero. Este miedo los atemoriz� de la comisi�n de delitos, que sometieron al delincuente a reprensi�n y castigo.

Proverbios 13:9 . La luz de los justos, la l�mpara de los imp�os. Luz y l�mpara, en el lenguaje figurado de las Escrituras, designan sabidur�a o consejo, prosperidad, hijos o posteridad.

Proverbios 13:11 . La riqueza obtenida por la vanidad disminuir�. �sta era la opini�n de los antiguos hebreos; y esta es tambi�n la opini�n de los ingleses modernos. En mis viajes, a menudo me ha impresionado escuchar la historia de las fortunas ganadas por el comercio de esclavos, el corso, las loter�as o los riesgos desenfrenados de la especulaci�n.

Proverbios 13:12 . La esperanza diferida enferma el coraz�n. Esto es cierto para los placeres, honores y riquezas de la �poca. Pero el cristiano es apoyado en sus expectativas celestiales por las ganas de sus esperanzas futuras.

Proverbios 13:13 . La palabra, revelaci�n divina. El mandamiento, la ley de Dios. Sin el primero no hay salvaci�n; pero al conservar este �ltimo hay una gran recompensa.

Proverbios 13:14 . La ley del sabio es fuente de vida. Un buen ministro, dice Erasmo, tiene una fuente de elocuencia en su propio pecho. Lib. Eclesiast�s Las palabras de Cristo son esp�ritu y son vida. Las promesas de Dios avivan el alma del pecador con esperanza, con vida y justicia, las ganas del gozo eterno.

Proverbios 13:22 . La riqueza del pecador est� reservada para el justo. Quiz�s Dios lo sacar� de su asiento de maldad por una muerte prematura. Los buenos hombres pueden entonces convertirse en guardianes de sus hijos o casarse con sus hijas. Tal vez agote su fortuna y sus industriosos vecinos compren sus tierras. Por tanto, aprendamos a amar la justicia y a asegurar la herencia celestial.

Proverbios 13:24 . El que perdona la vara aborrece a su hijo. Todo ni�o desea seguir sus propias inclinaciones: y si se quieren complacer y confirmar, entonces cada hombre debe pelear con su familia y pelear con sus vecinos. Por tanto, a los ni�os se les debe ense�ar la obediencia y la sumisi�n; y en todos los casos renunciar alegremente a su propia voluntad cuando no es apropiado complacerla.

Debemos acostumbrarlos a la obediencia filial con argumentos y a toda la dulzura de la influencia paterna; pero cuando la terquedad y la rebeli�n surgen en el coraz�n, y cuando nuestras palabras, como un cuchillo desafilado por el uso, no tienen efecto, entonces debemos usar el vara, y mantener la autoridad de un padre en la casa. Si descuidamos este deber m�s severo, se puede decir que odiamos a nuestro hijo, al sufrir vilmente que esos males se arraiguen en su coraz�n de tal manera que, en �ltima instancia, prueben su ruina. Al mismo tiempo, recordemos que todos los castigos del Se�or est�n destinados a hacernos el mismo bien.

Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Proverbs 13". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/proverbs-13.html. 1835.