Bible Commentaries
Zacarías 4

Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo TestamentoComentario de Sutcliffe

Versículos 1-14

Zacar�as 4:1 . El �ngel que habl� conmigo vino de nuevo. Este era el arc�ngel Miguel, que se hab�a aparecido antes al profeta, como se menciona en Zacar�as 1:8 .

Zacar�as 4:2 . Un candelero y siete l�mparas. El cuenco estaba lleno de aceite; las ramas eran tubos, como se describe en �xodo 37:17 . Estas eran las iluminaciones gozosas del santuario, y designaban espiritualmente las operaciones s�ptuples, o dones y gracias del Esp�ritu Santo, cuyo templo est� lleno de luz, gloria y gracia.

Zacar�as 4:6 . No con ej�rcito, ni con fuerza, sino con mi Esp�ritu, dice el Se�or de los ej�rcitos. Los profetas predicaron, y el Se�or conmovi� tanto al pueblo que la gran monta�a de oposici�n en los jud�os carnales, quienes dijeron que a�n no ha llegado el momento de edificar, y las amenazas de guerra externas, de parte de los gobernadores persas, no pudieron oponerse a la obra buena y gloriosa de restaurar el templo y preparar una casa para el Se�or.

De la misma manera, Cristo envi� a sus ap�stoles, sin poder, para construir su templo espiritual y llenar la tierra con su gloria. Sin embargo, aunque una gran monta�a de culpa, de incredulidad, de temor, de propensiones carnales, de parientes perseguidores y de hombres inicuos se interponga en el camino de la conversi�n, todos ser�n aplaudidos por las poderosas obras del Esp�ritu Santo.

Zacar�as 4:14 . Estos son los dos ungidos. El aceite santo se derram� sobre la cabeza del sacerdote y sobre el pr�ncipe. Dios les dio su Esp�ritu con una unci�n del cielo. Tambi�n se prometi� al pr�ncipe una larga vida, incluso durante cuarenta y nueve a�os en adelante, para terminar el templo. Sin duda, esto prueba la verdad de la profec�a y el cuidado del cielo sobre la iglesia.

Los dos testigos del Se�or, profetizando vestidos de cilicio, simbolizan con estos dos ungidos. Apocalipsis 11:3 .

REFLEXIONES.

El cap�tulo anterior estuvo lleno de consuelo para el sacerdote; esto est� lleno de consuelo para el pr�ncipe. La visi�n del candelero de oro y los dos olivos implicaba que Jerusal�n y el templo ser�an restaurados con la ayuda divina y con el cuidado de Josu� el sumo sacerdote y de Zorobabel el gobernador, a quienes aqu� se les llama los dos olivos, y el dos hijos de aceite, o los dos ungidos del Se�or.

Información bibliográfica
Sutcliffe, Joseph. "Comentario sobre Zechariah 4". Comentario de Sutcliffe sobre el Antiguo y el Nuevo Testamento. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jsc/zechariah-4.html. 1835.