Bible Commentaries
1 Corintios 2

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

Versículo 1

Y yo, hermanos, cuando vine a ustedes, no vine con excelencia de habla ni de sabidur�a, declar�ndoles el testimonio de Dios.

Ver. 1. No con excelencia ] El discurso de San Pablo fue neque lecta, neque neglecta, ni curioso ni descuidado. Politian podr�a decir que es un adorno de una ep�stola estar sin adornos. Y, sin embargo, tuvo tan poca gracia como para preferir las Odas de P�ndaro antes que los Salmos de David. Hosius tambi�n, el cardenal, pens� que los Salmos de David eran indoctos, aplicando eso, Scribimus indocti doctique poemata passim.

Os durum! Escribimos ense�anzas y poemas no aprendidos en todas partes. Duro discurso. Las Sagradas Escrituras tienen una elocuencia grave, pero carecen de esas palabras pomposas y pintadas que persiguen los ret�ricos carnales. Hay diferencia entre un estilo pedante y majestuoso. Non Oratorum filii sumus, sed Piscatorum, No somos hijos de oradores, sino de Picatus, dijo ese gran divino al ret�rico Libanio, que hac�a cosquillas a sus oyentes con tintineos t�rminos, y se deleitaba en bromear con frases lascivas de oratoria.

Versículo 2

Porque me propuse no saber nada entre vosotros, sino a Jesucristo, ya este crucificado.

Ver. 2. Saber algo ] Profesar o ense�ar cualquier otra habilidad. Toda la sabidur�a de un hombre est� en esto, dice Lactancio, Ut Christum cognoscat et colat, que conoce y adora a Cristo. Hoc nostrum dogma, haec sententia est., Etc.

Versículo 3

Y estuve con ustedes en debilidad, y con miedo y con mucho temblor.

Ver. 3. En debilidad ] En la miseria y en una condici�n miserable, trabajando con sus manos, etc., Hechos 18:3 .

Y por miedo ] De los adversarios, o por el cuidado de cumplir con mi deber entre ustedes.

Versículo 4

Y ni mi palabra ni mi predicaci�n fue no con palabras persuasivas de humana sabidur�a, sino con demostraci�n del Esp�ritu y de poder;

Ver. 4. Con palabras seductoras ] La religi�n no es una cuesti�n de partes, palabras o ingenio. Al diablo no le importan los hijos de los conjuros de Sceva. Abana y Pharphar pueden limpiar, pero Jordan solo puede curar. Las cosas santas de Dios deben manejarse, Sancte magis quam scite, con temor y reverencia, m�s que con ingenio y coqueteo. Dejemos que los ministros expongan la obra de Dios de la manera m�s h�bil y adornada que puedan, pero a�n as� apunten a ganar almas.

No dejes que la ventana est� pintada de modo que no entre la luz. (El Santo Eterno. Descanso.) Algunos discursos espumosos son como beb�s de ni�os, que cuando se les ha quitado el vendaje, se les ha quitado todo; o como bellos cuadros, a los que se les ha concedido un gran costo para hacerlos atractivos y deseables a la vista; pero no hay vida, calor y movimiento. �Oh pulchrum caput! sed sensus non inest, Oh hermosa cabeza pero no hay sentimiento, dijo el mono de la f�bula.

Prudentibus viris non placent phalerata, sed fortia, dijo el obispo Jewel, que siempre am� la elocuencia masculina, pero no la afeminada. El reverendo Samuel Crook ya no lo hizo, sino que jam�s rehuy� esas florituras m�s alegres y ligeras de un ingenio exuberante, con las que las celdas m�s vac�as parecen estar m�s tensas, como aquellos que por falta de mercanc�as en sus tiendas levantaron bloques pintados para llenar los vac�os. estanter�a. (Vidas de Clark; Vida del maestro Crook, por WG)

En demostraci�n del esp�ritu ] Con demostraciones sacadas de la m�dula misma de las Escrituras. Debe ser un discurso elaborado que trabaje en la conciencia. Un hombre debe iluminarse con la comprensi�n de sus propios hombres y calentarse con los afectos de sus propios hombres. Si vis me flere, etc. (Horat.) Las palabras de Buenaventura en la predicaci�n fueron non inflantia sed inflamantia, no muy hinchado, pero inflamando a sus oyentes. (La vida de Bonav del se�or Clark.)

Versículo 5

Para que vuestra fe no se base en la sabidur�a de los hombres, sino en el poder de Dios.

Ver. 5. Que tu fe, etc. ] Un testimonio humano puede engendrar una fe humana. Las campanas de Aar�n eran de oro puro; toda nuestra predicaci�n debe ser a prueba de las Escrituras, o se quemar�, y nadie ser� mejor por ello. Ut drachmam auri sine imagine principis, sic verba hortantis sine autoritate Dei contemnunt homines, dice Lipsius.

En el poder de Dios ] En el evangelio que alberga una certeza en el alma.

Versículo 6

Sin embargo, hablamos sabidur�a entre los perfectos, pero no la sabidur�a de este mundo, ni la de los pr�ncipes de este mundo, que se arruinan.

Ver. 6. Sabidur�a entre los perfectos ] O aquellos que han llegado a la madurez. Algunos piensan que el ap�stol extrae este t�rmino de la superstici�n de los paganos, quienes no admit�an a nadie en sus ceremonias m�s secretas, sino solo a personas bien preparadas y purificadas durante muchos a�os.

Sin embargo, no la sabidur�a, etc. ] Que es como el trabajo de los topos, que cavan diestramente bajo tierra, pero est�n ciegos por encima del suelo, y nunca abren los ojos, dice Plinio, hasta que los dolores de la muerte se apoderan de ellos. Clamamos en pos de Cristo, como lo hizo el ciego en el evangelio, quien cuando se le pregunt�: �Qu� quieres? "Se�or", dijo, "que se me abran los ojos". Los fil�sofos observan que lumen est vehiculum influentiae; la luz engendra la flor en el campo, la perla en el mar, la piedra preciosa en la tierra; as� que la base de toda renovaci�n es la iluminaci�n.

O clama en voz alta al Padre de las luces, para que ilumine el conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo, 2 Corintios 4:6 . Esto se mantendr� cuando la sabidur�a de este mundo y los principios filos�ficos facile "lleguen a la nada".

Que se quedan en nada ] Que caen en el infierno con todo su saber ( nos cum doctrinis nostris, etc., agosto), que los ilumina en la m�s absoluta oscuridad.

Versículo 7

Mas hablamos sabidur�a de Dios en misterio, incluso la oculta sabidur�a , la cual Dios predestin� antes de los siglos para nuestra gloria:

Ver. 7. Sabidur�a de Dios en un misterio ] Aunque Dios no se dividi� en Padre misericordioso y Juez justo (como Valerio habla de Zaleuco), sino que se declar� a la vez un Padre perfectamente misericordioso y un Juez perfectamente justo; que fue un acto de sabidur�a del que el mundo nunca ha o�do hablar. Este es el gran misterio de la piedad, 1 Timoteo 3:16 .

Versículo 8

La que ninguno de los pr�ncipes de este siglo conoci�; porque si la hubieran conocido que , no habr�an crucificado al Se�or de gloria.

Ver. 8. Que ninguno de los pr�ncipes ] �l llama a los fariseos y fil�sofos pr�ncipes, por su conocimiento, por ser �l mismo un erudito. S�lo que bien podr�a haber dicho de ellos, como Cicer�n de otros en otro caso, Mihi quidem nulli satis eruditi videntur, quibus nostra sunt ignota, no puedo tomarlos por eruditos que no participan de nuestro aprendizaje. (Cicer�n de Poetis Latinis. )

Ninguno de los pr�ncipes de este mundo supo ] Porque su conocimiento pend�a de su luz. As� sucedi� con Ulpian, el abogado principal, Galeno el m�dico principal, Porfirio el principal aristot�lico y Plotino el principal plat�nico, que se declaraban enemigos de Cristo y su verdad. Tambi�n lo fueron Libanio y Luciano, los principales eruditos de su tiempo. Ninguno sufre un aborto con m�s frecuencia que los hombres de la mayor parte. Ninguno est� tan profundo en el infierno como los que m�s saben.

No ven m�s en el misterio de Cristo que los analfabetos en los puntos profundos de la astronom�a. Como un hombre puede mirar un oficio y nunca ver el misterio del mismo; o puede mirar la carta y nunca entender el sentido; as� que aqu�.

Porque si lo hubieran sabido, etc. ] Fue la ignorancia entonces lo que crucific� a Cristo, Hechos 3:17 . Y San Pablo agradece su ignorancia por su persecuci�n y blasfemia, 1 Timoteo 1:15 ; "Los lugares oscuros de la tierra est�n llenos de moradas de crueldad", Salmo 74:20 .

Y proceden de mal en mal, porque no me conocen, dice el Se�or, Jeremias 9:3 . Ciertamente, como los sapos y las serpientes crecen en s�tanos oscuros y sucios, as� todo el pecado y la maldad en un alma ignorante y ciega. El plat�nico sosten�a que los hombres pecan s�lo por ignorancia. Y Omnis peccans est ignorans, dice Arist�teles. En las casas de cerveza ciegas abunda el desorden, etc.

Versículo 9

Pero como est� escrito: Cosas que ojo no vio, ni o�do oy�, Ni han subido en coraz�n de hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman.

Ver. 9. Ojo no ha visto, etc. ] Se cuenta de un tal Adriano, que al ver a los m�rtires sufrir cosas tan dolorosas, pregunt� la causa; uno de ellos respondi�: Cosas que ojo no vio, ni o�do oy�, ni han subido en coraz�n de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. El nombramiento de ese texto le influy� tanto que despu�s se convirti� en m�rtir.

Las cosas que Dios ha preparado ] Como prepar� el para�so para Ad�n, as� el cielo para todos los suyos. Sin embargo, no reserva todo para la vida venidera, sino que da unas uvas de Cana�n en este desierto. Y entonces este texto debe entenderse del gozo del evangelio y de los consuelos presentes que los santos tienen aqu�, ese praemium ante praemium; porque no solo despu�s, sino en hacer la voluntad de Dios hay gran recompensa, Salmo 19:11 , como el ojo natural no ha visto, ni el o�do oy�: el extra�o no se entromete en este gozo; es el destello de esa piedra blanca, es ese nuevo nombre conocido por nadie m�s que por aquellos que lo tienen; es un consuelo confinado a la comuni�n de los santos.

Versículo 10

Pero Dios nos revel� ellos a nosotros por el Esp�ritu; porque el Esp�ritu todo lo escudri�a, aun lo profundo de Dios.

Ver. 10. Pero Dios ha revelado ] Los chinos suelen decir de s� mismos que todas las dem�s naciones del mundo ven pero con un ojo, y ellos s�lo con dos. Esto es m�s cierto del hombre natural en comparaci�n con el espiritual.

Versículo 11

Porque �qu� hombre sabe las cosas del hombre, sino el esp�ritu del hombre que est� en �l? as�, nadie conoce las cosas de Dios, sino el Esp�ritu de Dios.

Ver. 11. Salva el Esp�ritu, etc. ] El hombre conoce sus pensamientos, prop�sitos y deseos internos, pero no conoce el marco y la disposici�n de su propio coraz�n, Jeremias 17:9 .

Nadie conoce ] �C�mo puede el que no puede decir la forma y quintaesencia de las cosas, que no puede entrar en las profundidades de las flores, o la hierba que pisa, tener el ingenio para entrar en las profundidades de Dios, escondido de los �ngeles hasta el descubrimiento, y desde que son estudiantes en �l?

Pero el Esp�ritu de Dios ] Con esta novilla suya, por lo tanto, debemos arar, si alguna vez entenderemos sus acertijos.

Versículo 12

Ahora bien, no hemos recibido el esp�ritu del mundo, sino el esp�ritu que es de Dios; para que sepamos las cosas que Dios nos da gratuitamente.

Ver. 12. No el esp�ritu del mundo ] El mundo yace en ese inmundo, y est� bajo el poder y vasallaje de ese esp�ritu que obra en los hijos de desobediencia, como un herrero en su fragua, 1 Juan 5:19 ; Efesios 2:2 . Est� enteramente "puesta sobre la maldad", como dice Aar�n del pueblo, �xodo 32:22 .

Para que conozcamos ] una dulce misericordia; los cormoranes del mundo no dejar�n saber a sus herederos lo que har�n por ellos hasta que mueran. Pero Dios le asegura el cielo de antemano. Por lo tanto, no hemos recibido del esp�ritu de este mundo: no podemos cambiar y tramar como ellos pueden; pero hemos recibido algo mejor y no tenemos motivos para quejarnos.

Versículo 13

Lo cual tambi�n hablamos, no con palabras que ense�a la sabidur�a del hombre, sino con las que ense�a el Esp�ritu Santo; comparando las cosas espirituales con las espirituales.

Ver. 13. Pero lo que ense�a el Esp�ritu Santo ] De modo que no s�lo el asunto, sino tambi�n las palabras de la Sagrada Escritura son dictadas por el Esp�ritu, y por lo tanto deben ser tenidas en mayor estima, 2 Pedro 1:21 .

Comparando ] O co-aplic�ndose (????????????), ajustando las palabras espirituales a los asuntos espirituales, para que todos tengan gusto del Esp�ritu.

Versículo 14

Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Esp�ritu de Dios, porque para �l son locura, y no las puede entender ellas , porque se han de discernir espiritualmente.

Ver. 14. Pero el hombre natural ] Este simple animal (???????), que no tiene m�s que un alma razonable y habilidades naturales, Jueces 1:19 . Tal era ese tipo sin savia, ??? Salmo 14:1 , que puede tener un conocimiento disciplinario, es decir, de o�das, como un ciego tiene de colores, pero no un intuitivo per speciem propriam, a trav�s de su propia vista.

El agua no sube m�s alto que el manantial de donde vino; de modo que los hombres naturales no pueden ascender m�s alto que la naturaleza. Si las criaturas irracionales pudieran dibujar una imagen de Dios, dijo Jen�fanes, ciertamente lo pintar�an como ellos mismos, quia scilicet nihil animal animali superius cogitare potest, porque no pueden pensar en nada por encima de ellos mismos.

Tampoco puede conocerlos ] Los que tienen los ojos llorosos y los d�biles de vista, si en alg�n momento se ponen a ver mejor en una cosa, ven lo peor (Vives en Aug. de Civ. Dei, xxii. 6), as� que aqu� ; es m�s, en nuestra naturaleza hay una antipat�a por la verdad divina. Amamos la ley m�s que el evangelio, y cualquier verdad mejor que la ley.

Porque son espiritualmente ] Ambrosio lee, Porque es juzgado espiritualmente, siendo entregado a un sentido r�probo. Pero la otra lectura es mejor.

Versículo 15

Pero el espiritual juzga todas las cosas, pero �l mismo no es juzgado por nadie.

Ver. 15. Juzga todas las cosas ] Por su esp�ritu de discernimiento, 1 Corintios 14:2 , sus sentidos espirituales ejercitados para discernir el bien y el mal, Hebreos 5:14 , su indudable persuasi�n de esa verdad que profesa, Colosenses 2:3 , y de la cual �l ha sentido la dulzura, Colosenses 1:9 .

Los papistas necesitar�n tener a este hombre espiritual que juzga todas las cosas, pero �l mismo no es juzgado por nadie, para ser el Papa. Pero cuando se escribi� esta ep�stola, no exist�a un papa; ninguna doctrina como la de que el Papa es infalible; que no se le debe contradecir aunque hable blasfemia o herej�a; no, aunque deber�a atraer a miles de almas al infierno, dicen los canonistas, esos abominables retrasos. San Pablo, que ten�a la mente de Cristo, nunca tuvo esta mente.

No es juzgado por ning�n hombre ] De ning�n hombre natural, que no puede juzgar de las verdades divinas m�s de lo que un ciego puede hacer de los colores, o un enfermo de las carnes. Y aqu�, el m�s pobre idiota (dice uno), siendo un cristiano sano, va m�s all� de los escribas m�s profundos que no son santificados, que tiene su propio coraz�n en lugar de un comentario, para ayudar a comprender incluso los puntos m�s necesarios de la Escritura.

Versículo 16

Porque �qui�n conoci� la mente del Se�or para instruirle? Pero tenemos la mente de Cristo.

Ver. 16. Pero tenemos la mente de Cristo ] Este es un privilegio confinado a la comuni�n de los santos, tener comunicaci�n de los secretos de Cristo, ser por as� decirlo de su corte y consejo. Uno dice del Dr. Sibbs, que era un hombre espiritualmente racional y racionalmente espiritual, uno que parec�a ver el interior de la naturaleza y la gracia, y el mundo y el cielo, por esas perfectas anatom�as que hab�a hecho de todos ellos.

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre 1 Corinthians 2". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/1-corinthians-2.html. 1865-1868.