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Bible Commentaries
1 Samuel 26

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

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Versículo 1

Y vinieron los de Zif a Sa�l en Guibe�, diciendo: �No se esconde David en el monte de Hachila, que est� delante de Jesim�n?

Ver. 1. Y los de Zif vinieron a Sa�l. ] Como hab�an hecho una vez antes, 1Sa 23:19 y, por lo tanto, conscientes de su traici�n anterior, y adem�s deseosos de ganarse el favor de Sa�l, lo incitan a destruir a David, a quien deber�an haber favorecido, como de su propia tribu. Josu� 15:55

�No se esconde David en el monte de Hachila? ] �No ha vuelto �l, con la liebre cazada, a su antigua forma? All� hab�a encontrado a Dios apareci�ndose para �l, como salido de un motor, y all� espera encontrarlo de nuevo. No est� mal en nuestras oraciones diarias, acostumbrarnos al mismo lugar; De esta manera, la fe puede ser ayudada de alguna manera, como lo fue la de Jacob con Betel y Penuel.

Versículo 2

Entonces se levant� Sa�l y descendi� al desierto de Zif, con tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.

Ver. 2. Entonces Saulo se levant�. ] Aunque hab�a resuelto lo contrario. 1Sa 24: 16-22 Los buenos movimientos que caen en corazones malvados, son como chispas que caen del pedernal y del acero en yesca h�meda; enciende algunos por el momento, pero pronto se apagan.

Versículo 3

Y Sa�l acamp� en el collado de Hachila, que est� delante de Jesim�n, junto al camino. Pero David se qued� en el desierto, y vio que Sa�l ven�a tras �l al desierto.

Ver. 3. Vio que Saulo ven�a tras �l. ] Ten�a un indicio de ello; y sabiendo que sine vano publica fama, los rumores no deben ser demasiado escuchados, ni tampoco despreciados por completo.

Versículo 4

David, por tanto, envi� esp�as y entendi� que Sa�l hab�a venido de verdad.

Ver. 4. David, por tanto, envi� esp�as. ] Una pr�ctica en la guerra tanto legal como prudencial.

Que Sa�l hab�a venido de verdad. ] El diablo lo empuja: porque como �l, arrojado del cielo, guarda alboroto y est� inquieto; tambi�n lo hacen los esp�ritus rebeldes, guiados por �l. Y como �l, siendo dios de este mundo, se enoja al ver a los hombres en el mundo caminar por encima del mundo, tambi�n lo est�n sus instrumentos. Ver. Salmo 27:12 .

Versículo 5

Y se levant� David y lleg� al lugar donde Sa�l hab�a acampado; y vio David el lugar donde yac�an Sa�l y Abner hijo de Ner, capit�n de su ej�rcito; y Sa�l yac�a en la zanja, y el pueblo acampaba alrededor de �l. .

Ver. 5. Y lleg� al lugar. ] Vino en secreto, dice la Vulgata, y como algunos piensan, disfrazado; como hizo Alejandro una vez en el campamento del rey Poro: pero seguramente no sin un instinto divino, como cuando Gede�n fue al ej�rcito de los madianitas. Jueces 7: 9-11

Y Sa�l yac�a en la trinchera. ] O, en medio de los carruajes; in ambitu plaustrorum, por seguridad; y en medio de este pueblo, que a�n no pudo asegurarlo. Enrique IV, de Francia, fue apu�alado por un traidor en medio de todas sus fuerzas; tan poca confianza hay para [depositarse en] los hombres o los medios.

Versículo 6

Entonces respondi� David y dijo a Ahimelec el hitita, ya Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: �Qui�n descender� conmigo a Sa�l al campamento? Y Abisai dijo: Ir� contigo.

Ver. 6. Y a Abisai hijo de Sarvia. ] La propia hermana de David; su marido no se menciona, porque, tal vez, de rango m�s mezquino, y no grandes desiertos; sus dos hijos Abisai y Joab fueron, como se dice de los dos romanos Escipiones,

Duo fulmina belli. �- Lucan.

Los dos rayos de la guerra.

Versículo 7

Vinieron, pues, David y Abisai al pueblo de noche; y he aqu�, Sa�l dorm�a dentro de la zanja, y su lanza clavada en el suelo junto a su cabecera; pero Abner y el pueblo estaban acostados alrededor de �l.

Ver. 7. Entonces vinieron David y Abisai. ] Ahimelec no se atrever�a a aventurarse, de lo contrario David estaba dispuesto a tener s�lo uno con �l, por el bien del secreto.

Pero Abner y la gente estaban acostados a su alrededor. ] Ver com. 1 Samuel 26:5 .

Versículo 8

Entonces dijo Abisai a David: Dios ha entregado hoy a tu enemigo en tus manos; ahora, pues, te ruego que lo golpee con la lanza en la tierra de una vez, y no lo herir� por segunda vez.

Ver. 8. Dios ha librado, etc. ] Ver com. 1 Samuel 24:4 .

No lo golpear� la segunda vez. ] Deseo darle un solo golpe, darle su pasaporte.

Versículo 9

Y David dijo a Abisai: No lo mates; porque �qui�n extender� su mano contra el ungido de Jehov� y ser� inocente?

Ver. 9. No lo destruyas. ] Hoc enim indecens et indignum mihi videtur. "Mantente lejos de un mal asunto". �xodo 23: 7 "No te entrometas con los que est�n dados a cambiar". Pro 24:21 Se dice que los Ruteni tienen cada d�a un nuevo rey o m�s, seg�n sean capaces de hacerlo ellos mismos. a

a Val. Max. Christian, p�g. 350.

Versículo 10

David dijo adem�s: Vive el SE�OR, el SE�OR lo herir�; o llegar� su d�a de morir; o descender� a la batalla y perecer�.

Ver. 10. El Se�or lo herir�. ] El le�n ofensor no debe ser azotado con el l�tigo de cada hombre, sino con la vara de su gobernador acostumbrado. Y como los hombres soportan con paciencia un a�o est�ril, si ocurre, o un tiempo fuera de la estaci�n, as� deben tolerar las imperfecciones de sus gobernantes y esperar tranquilamente una reforma o una alteraci�n. Pero los malos accidentes asisten a tales pr�ncipes, ya que teniendo un poder absoluto, ser�n demasiado decididos en la voluntad y disolutos en la vida.

Versículo 11

No permita el SE�OR que extienda mi mano contra el ungido del SE�OR; pero te ruego que tomes ahora la lanza que est� a su cabecera y el c�ntaro de agua, y v�monos.

Ver. 11. Y la vasija de agua. ] Clepsidram, el reloj de arena, como algunos lo interpretan; otros lo entienden de una botella de agua de rosas parada all� para refrescarlo. Pero probablemente era una vasija de agua com�n para beber o para lavarse. Iudaei etiam in lecto purgantur, dice Clemente de Alejandr�a. a Los jud�os se lavan muchas veces de noche. Los turcos tambi�n participan mucho en esta ceremonia.

a Strom., lib. iv. gorra. 7.

Versículo 12

Entonces David tom� la lanza y el c�ntaro de agua de la cabecera de Sa�l; y los recogieron, y nadie lo vio, ni lo supo, ni se despert�, porque todos dorm�an; porque un profundo sue�o de parte del SE�OR hab�a ca�do sobre ellos.

Ver. 12. Entonces David tom� la lanza. ] �l mismo lo tom�, y no se lo confi� a Abisai, dice Vatablus, para que no golpeara a Sa�l con �l; porque sus dedos incluso picaban por estar haciendo.

Versículo 13

Entonces David pas� al otro lado y se par� en la cumbre de una colina a lo lejos; un gran espacio entre ellos:

Ver. 13. Y se par� en la cima de una colina a lo lejos. ] Sobre una colina, para que se le oyera; y de lejos, para que �l pudiera proveerse por su propia seguridad. Vide hic ut David in omnes formas se transformet ad Saulem placandum, sanandum et salvandum. Vea aqu�, se dice, de una forma David vuelve el mismo en todas las formas y formas de esp�ritu y del habla para el bien de Sa�l; y aprender a hacerlo en consecuencia. Sea todo para todos los hombres para ganarlos para Dios.

a Illud nimirum sapere est, si ubicunque opus sit animum possis flectere.

Versículo 14

Y David clam� al pueblo ya Abner hijo de Ner, diciendo: �No respondes, Abner? Entonces Abner respondi� y dijo: �Qui�n eres t� que clamas al rey?

Ver. 14. �No respondes, Abner? ] Parece que David lo hab�a llamado muchas veces, y eso por su nombre; porque as� los hombres que duermen se despiertan m�s pronto.

Que claman al rey, ] es decir, a la perturbaci�n del rey.

Versículo 15

Y David dijo a Abner: �No eres t� un hombre [valiente]? �Y qui�n como t� en Israel? �Por qu�, pues, no has guardado a tu se�or el rey? porque vino uno del pueblo para matar al rey tu se�or.

Ver. 15. �No eres t� un hombre valiente? ] Heb .: �Un hombre, es decir, un hombre en cada cent�metro de ti? �Y no has jugado el papel de hombre al proteger a tu soberano con tanto cuidado? Si Felipe duerme, �no deber�a mirar Ant�patro mientras tanto? Lilloe durmi� entre el asesino y el rey Edwin, su amo, para interceptar la estocada mortal que pretend�a y apuntaba al coraz�n de su soberano. a

una velocidad.

Versículo 16

No es bueno lo que has hecho. Vive el SE�OR, dignos de morir sois, porque no hab�is guardado a vuestro se�or, el ungido del SE�OR. Y ahora mira d�nde est� la lanza del rey, y la vasija de agua que [estaba] a su cabecera.

Ver. 16. Vosotros sois dignos de morir, ] sc., Ex iure Gentium, porque no vigil�is mejor. Epaminondas, dando la vuelta, mat� a un centinela al que encontr� durmiendo; y defend� el hecho diciendo, Talem reliqui, qualem inveni, no lo dej� de otra manera que lo encontr�.

Y ahora mira d�nde est� la lanza del rey.] Ecce signum, he aqu� una demostraci�n ocular de tu culpabilidad, pero de mi integridad e inocencia.

Versículo 17

Y Sa�l conoci� la voz de David, y dijo: �Es �sta tu voz, hijo m�o David? Y David respondi�: [Es] mi voz, rey se�or m�o.

Ver. 17. �Es esta tu voz, hijo m�o David? ] Ver 1 Samuel 24:16 , Ver Trapp en " 1 Samuel 24:16 24:16 "

Versículo 18

Y �l dijo: �Por qu� persigue as� mi se�or a su siervo? por que he hecho �O qu� mal hay en mi mano?

Ver. 18. �Por qu� mi se�or? ] Nada es m�s irracional que la irreligi�n. �Quisieran las personas malvadas considerar sus caminos, como a menudo se les aconseja, Hageo 1:5 ; Hag 1: 7 los ver�an compactos de meras incongruencias y absurdos. Pero sus concupiscencias penden de tal modo en su luz que piensan que tienen motivos para estar locos; y que no tiene sentido pecar.

Versículo 19

Ahora pues, te ruego que mi se�or el rey oiga las palabras de su siervo. Si el SE�OR te ha incitado contra m�, acepte una ofrenda; pero si son hijos de hombres, malditos sean delante del SE�OR; porque me han echado hoy de vivir en la heredad del SE�OR, diciendo: Ve, sirve a otros dioses.

Ver. 19. Que acepte una ofrenda. ] Heb., Que huela, es decir, el olor de un sacrificio, y se reconcilie por la pasi�n de Cristo, de la cual esos sacrificios eran sacramentos. Y en esto David no dud� que Dios condescender�a, porque �l es misericordioso y abundantemente perdona. Isa�as 55: 7

De permanecer en la herencia del Se�or. ] Esto preocup� a David m�s que la p�rdida de todas las dem�s comodidades y adaptaciones.

Diciendo: Ve, sirve a otros dioses. ] Esto lo dijeron no verbalmente, sino interpretativamente, y sobre el asunto, cuando lo obligaron a residir en Mesej y Cedar.

Versículo 20

Por tanto, no caiga ahora mi sangre a tierra delante de Jehov�; porque ha salido el rey de Israel a buscar una pulga, como quien caza una perdiz en los montes.

Ver. 20. No dejes que mi sangre caiga a tierra. ] No me mates, porque Dios lo ve y lo requerir�. 2 Cr�nicas 24:22

Ne pecces, Deus ipse videt, bonus Angelus astat. "

Buscar una pulga, como cuando se caza una perdiz. ] Por su modestia y humildad, comparat se pulici et perdici, se compara a s� mismo con estas despreciables criaturas, ver 1 Samuel 24:14 .

Versículo 21

Entonces dijo Sa�l: He pecado; vu�lvete, hijo m�o David; porque no te volver� a hacer da�o, porque mi alma era preciosa a tus ojos en este d�a; he aqu�, he hecho el necio y he errado en gran manera.

Ver. 21. Porque no volver� a hacerte da�o. ] No m�s hasta la pr�xima. Los buenos afectos y las resoluciones de Sa�l estaban tan lejos de ser como los decretos persas, inalterables, que se parec�an m�s a las leyes polonias, que, dicen, duran s�lo tres d�as.

He aqu�, me he burlado y me he equivocado en gran manera. ] No, has hecho algo peor que todo eso: porque, contra la luz de tu propia mente, has perseguido maliciosamente a ese hombre piadoso a quien Dios hab�a apartado para s� mismo. Sal 4: 3

Versículo 22

Y David respondi� y dijo: �He aqu� la lanza del rey! y que venga uno de los j�venes a buscarlo.

Ver. 22. �He aqu� la lanza del rey!]. La quit�, no para retenerla, sino para devolverla, mientras que con ello hab�a limpiado la inocencia de mucho agraviada.

Versículo 23

El SE�OR pagar� a cada uno su justicia y su fidelidad; porque el SE�OR te entreg� hoy en [mi] mano, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido del SE�OR.

Ver. 23. El Se�or pague a cada uno su justicia. ] S�lvame de tus tiernas misericordias, porque son crueldades, y de tus hermosas promesas, porque no hay quien confiar en ellas.

Pero no quise extender la mano. ] Aqu� est� su santa gloria: porque as� como cada flor tiene su dulce olor, as� toda buena acci�n tiene su consuelo y su frescor; pero sobre todo cuando resistimos una fuerte tentaci�n, como aqu�.

Versículo 24

Y he aqu�, as� como tu vida estaba muy puesta en este d�a ante mis ojos, as� sea mi vida puesta mucho en los ojos del SE�OR, y �l me libre de toda tribulaci�n.

Ver. 24. Y he aqu�, como tu vida, etc. ] �Qu� ret�rica valiente hay aqu�! �Qu� coraz�n puede ser tan duro como para resistirlo? Ipsa Suada, credo, si loqui posset, non potuisset ?????????????.

Versículo 25

Entonces Sa�l dijo a David: Bendito seas, hijo m�o David; t� har�s grandes cosas y tambi�n prevalecer�s. David sigui� su camino y Sa�l volvi� a su lugar.

Ver. 25. Ambos har�is grandes cosas. ] Faciendo facies. Los Tigurines lo traducen, Et facies et omnino perficies, t� har�s la escritura y la coser�s a fondo, como solemos decir. Y as� hizo David m�s que todos los que le precedieron; de modo que en sus d�as, y en los de su hijo Salom�n, ese reino estaba en su punto �lgido ????, pero no gracias a Sa�l, quien verdaderamente lo predijo, pero maliciosamente se opuso a �l al m�ximo.

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre 1 Samuel 26". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/1-samuel-26.html. 1865-1868.
 
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