Bible Commentaries
1 Samuel 31

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

Versículo 1

Los filisteos pelearon contra Israel, y los hombres de Israel huyeron de delante de los filisteos y cayeron muertos en el monte de Gilboa.

Ver. 1. Ahora los filisteos lucharon contra Israel. ] Como lo hab�an hecho, en tiempos, todos los d�as de Sa�l, cuyas interminables turbulencias, como dice uno de nuestro rey Juan, mantuvieron su cuerpo todav�a en acci�n, su mente en pasiones y su destreza en uso. Ahora �l pelear� hasta el final, y morir� por sus transgresiones, 1Cr 10:13 y, como tal vez se temiera, en sus transgresiones, que es peor que morir en una zanja, Juan 8:21, aunque Josefo lo reconoci� por un m�rtir a su pa�s, y Pellican lo env�a al cielo.

Y los hombres de Israel huyeron ... y cayeron muertos.] O, heridos: como se hab�a predicho. 1Sa 12:25 "Pero si todav�a hiciereis lo malo, ser�is consumidos, tanto vosotros como vuestro rey"; pero no lo creyeron hasta que les sucedi�. Ahora est�n tan mal que no tuvieron buen �nimo para seguir adelante, ni ganas de quedarse quietos, ni buenas garant�as para huir: como dice nuestro historiador del ej�rcito escoc�s en el campo de Musselburgh; a�adiendo, adem�s, que dos mil muertos todo el d�a partieron de noche; y que muchos se esforzaron tanto en su huida, que cayeron muertos y sin aliento; por lo que parec�an huir de su muerte, correr hacia ella.

La ejecuci�n se mantuvo en gran medida gracias a las espadas de los escoceses esparcidas por todos lados, etc. Aqu� se podr�a hacer algo similar. Si esta calamidad les sobrevino en el mismo instante en que David estaba triunfando sobre los amalecitas, como dice Josefo, fue muy notable. A veces es granizo con los santos, cuando es mucho peor con los imp�os. Al instante sali� el sol sobre Zoar y el fuego cay� sobre Sodoma. Abraham est� sobre la colina y ve las ciudades en llamas. G�nesis 19: 27-28

Versículo 2

Y los filisteos siguieron duramente a Sa�l ya sus hijos; y los filisteos mataron a Jonat�n, Abinadab y Malquis�a, hijos de Sa�l.

Ver. 2. Y los filisteos siguieron duramente a Sa�l. ] Heb., Clave a �l; se sent� pegado a sus faldas: luchando ni contra peque�os ni grandes, tanto como contra �l, como su enemigo capital, el destructor de su pa�s, que hab�a matado a muchos de ellos, como Jueces 16:24 .

Y los filisteos mataron a Jonat�n. ] Ese pr�ncipe incomparable, la gloria de la caballer�a, que lumen et columen la luz y el apoyo de su pa�s. �l muere entre los dem�s, y tiene su parte tan profunda como cualquier otra en esa calamidad com�n: tan cierto es el de Salom�n, Eclesiast�s 9: 1-2 "hay un evento para el justo y para el imp�o"; pero Dios hace que sean diferentes, Mal 3:18 como el cosechador corta el ma�z bueno y la mala hierba a la vez, pero con un prop�sito diferente.

M�rtir se�ala que si Jonat�n hubiera vivido, su coraz�n podr�a haber cambiado hacia David, y el coraz�n del pueblo podr�a haber colgado mucho despu�s de �l, un pr�ncipe tan valiente y virtuoso, para gran perjuicio de David. Leemos c�mo fueron puestos sobre �l para asentar a Is-boset en el trono, aunque era un ?????????, un hombre sin valor e indigno.

Y Abinadab y Malchishua, los hijos de Sa�l.] Todos los cuales, y muchos m�s de sus queridos amigos, Sa�l vivi� para ver muertos antes que �l, para su mayor castigo. Y lo mismo le sucedi� a Mauricio, el emperador, un hombre mucho mejor, que hizo un mejor uso de �l.

Versículo 3

Y la batalla se enfureci� contra Sa�l, y los arqueros lo golpearon; y fue herido de los arqueros.

Ver. 3. Y fue herido de los arqueros. ] Sulpicio Severo dice que estaba tan herido que se cay� de su caballo. a Pero esto �l mismo a�ade; porque ni en las Escrituras ni en Josefo leemos tal cosa.

a Saul equo delapsus. - Sac. Hist., Lib. I.

Versículo 4

Entonces dijo Sa�l a su escudero: Saca tu espada y atraviesa con ella; No sea que vengan estos incircuncisos, me traspasen y se burlen de m�. Pero su escudero no quiso; porque ten�a mucho miedo. Por tanto, Sa�l tom� una espada y se arroj� sobre ella.

Ver. 4. Entonces dijo Saulo a su escudero. ] A quien los rabinos afirman constantemente que fue Doeg, el edomita, a quien Sa�l hab�a ordenado una vez que matara a los sacerdotes del Se�or, y que ahora se hiciera lo mismo a s� mismo.

Discite iustitiam moniti. "

No sea que vengan estos incircuncisos. ] Hasta el �ltimo reproche a los filisteos por su incircuncisi�n: como si su condici�n hubiera sido mejor que la de ellos, porque estaba circuncidado. Mientras que los privilegios externos no benefician a los profanos; pero, por tanto, son peores, porque deber�an ser mejores. G�latas 5:6 ; Gal 6:15

Y abusar de m�, ] es decir, de mi cuerpo, del cual se preocup� m�s que de su preciosa alma; una falla com�n. Su cuerpo fue abusado, sin embargo.

Pero su escudero no lo har�a. ] Tampoco lo har�a Eras, el escudero de Marco Antonio: pero, para no entrometerse con su amo, cay� primero sobre su propia espada.

Por tanto, Sa�l tom� una espada y se arroj� sobre ella. ] Despu�s de eso, �l hab�a visto por primera vez a tantos caer a espada ante �l; y eso con deleite, si hubiera ca�do antes en el pecado imperdonable, como algunos piensan que lo hab�a hecho. Leemos una de las que hab�a cometido ese pecado, que deseaba que su esposa e hijos, y todo el mundo, podr�an ser condenados junto con �l. Pero que se suicid� as� desesperadamente, para que no lo matara el enemigo, "Hic rogo non furor est, ne moriare mori?" As� que algunos jud�os en el saqueo de Jerusal�n se suicidaron, para que no fueran tomados por los romanos.

Cat�n, no sea que caiga en manos de C�sar; por lo cual el suicidio S�neca b lo ensalza mucho, pero Agust�n, c con mejores razones, desprecia y condena ese hecho suyo como absurdo y cobarde; especialmente porque a su muerte le orden� a su hijo que hiciera lo contrario; s�, prometerse todo el bien de la clemencia de C�sar. Cleombrotus y Circumcellion no son dignos de menci�n; Bruto y Casio eran dignos de l�stima, pero Dios no percibe estas almas, dice Jerome, d como contra su voluntad de salir de sus cuerpos. Osiander piensa que la muerte desesperada de Sa�l fue un precursor de su destrucci�n eterna: el Se�or la toma sobre s� mismo y dice que lo mat�. 1 Cr�nicas 10:14

a Burr., Moses's Choice, p�g. 34.

b Lib. de Provid. Divin.

c De Civ. Dei, lib. I. gorra. xxiii.

d Ad Marcel.

Versículo 5

Y cuando su escudero vio que Sa�l hab�a muerto, tambi�n cay� sobre su espada y muri� con �l.

Ver. 5. Cay� igualmente sobre su espada. ] Por el mal ejemplo de Sa�l, y quiz�s enamorado de �l; como reacio a sobrevivir a �l, a quien hab�a tenido el gozo de su coraz�n, el aliento de su nariz.

Versículo 6

Muri�, pues, Sa�l, sus tres hijos, su paje de armas y todos sus hombres, juntos ese mismo d�a.

Ver. 6. Y todos sus hombres, ese mismo d�a juntos, ] es decir, sus sirvientes dom�sticos, su guardaespaldas, aliados y gran parte de su ej�rcito; para que de �l se cantara la de Virgilio sobre Priamo,

" Hic finis Priami fatorum, hic exitus illum

Sorte tulit Troiam incensam et prolapsa videntem

Pergama, tot quondam populis terrisque superbum

Regnatorem Aparte: iacet ingens littore truncus,

Avulsumque humeris caput, et sine nomine corpus. "

Versículo 7

Y cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y los que estaban al otro lado del Jord�n vieron que los hombres de Israel hab�an huido y que Sa�l y sus hijos hab�an muerto, abandon� las ciudades y huy�; y vinieron los filisteos y habitaron en ellos.

Ver. 7. Que estaban al otro lado del valle, ] es decir, a ambos lados del lugar donde se libr� la batalla.

Y vinieron los filisteos y habitaron en ellos. ] No eran como An�bal, de quien se dice que sab�a c�mo conseguir una victoria, pero no c�mo utilizarla. Estos persiguieron la victoria; y habiendo matado a Sa�l, podr�an haber invadido la tierra, pero que Dios levant� a David para poner fin a sus procedimientos y finalmente para someterlos a su dominio.

Versículo 8

Y sucedi� que al d�a siguiente, cuando los filisteos vinieron a despojar a los muertos, encontraron a Sa�l y a sus tres hijos ca�dos en el monte de Gilboa.

Ver. 8. Y sucedi� al d�a siguiente. ] Se aseguraron el trabajo de la victoria antes de que cayeran sobre el bot�n: as� no lo hizo Pirinino. Ver Trapp en " 1Sa 30:16 "

Versículo 9

Y le cortaron la cabeza y le quitaron las armas, y enviaron a la tierra de los filisteos alrededor para publicarla en la casa de sus �dolos y entre el pueblo.

Ver. 9. Y le cortaron la cabeza y le quitaron la armadura. ] Le sirvieron de la misma manera que le hab�an servido a su campe�n Goliat: para que pudieran clamar con �l su renuncia. A los hombres les encanta tomar represalias.

Publicarlo en la casa de sus �dolos. ] Heb., Sus chinches son objeto de miedo . Se llaman as� porque asustan a sus seguidores supersticiosos, en lugar de instruirlos y consolarlos. Ver Salmo 16:4 . Ver Trapp en " Salmo 16: 4 "

Y entre la gente.] Esto David no habr�a hecho, 2 Samuel 1:20 pero Dios lo toler�, aunque de alguna manera sufri� en ello, para mostrar su odio singular por el pecado, y mostrar que est� puesto en el castigo de �l.

Versículo 10

Y pusieron sus armas en la casa de Astarot, y sujetaron su cuerpo al muro de Bet-s�n.

Ver. 10. Y pusieron sus armas en la casa de Astarot. ] Es decir, De Venus o, como algunos piensan, Juno. V�ase el Sr. Selden, "De diis Syris", opus illud exacttissimum, eruditionisqne reconditioris cum primis faetum, dice el erudito Sr. Gataker. a

un diserto. de Tetragram.

Versículo 11

Y cuando los habitantes de Jabes de Galaad se enteraron de lo que los filisteos hab�an hecho con Sa�l;

Ver. 11. Y cuando los habitantes de Jabes de Galaad. ] Memores beneficii a Saule accepti, recordaron el buen giro que les hab�a hecho Sa�l una vez, 1Sa 11:11 y de ah� emprenden esta atrevida aventura, Perraro grati reperiuntur; el recuerdo de una buena actuaci�n nunca debe envejecer; de ah� que las Gracias fueran pintadas como j�venes v�rgenes, etc. Consulte "Emblems" de Alciat, p�g. 565. Trebio el Romano, por su bondad con ese pueblo, fue llevado, cuando muri�, sobre sus hombros; y poner en la hoguera funeraria. a

un Plin.

Versículo 12

Todos los hombres valientes se levantaron y pasaron la noche, y tomaron el cuerpo de Sa�l y los cuerpos de sus hijos del muro de Bets�n, fueron a Jabes y los quemaron all�.

Ver. 12. Y estuve toda la noche. ] Para rescatar su cad�ver, ya que hab�a marchado toda la noche para rescatarlos de los amonitas.

Y los quem� all�. ] Erant enim putrida corpora, plena vermibus, dice Vatablus; porque sus cuerpos ahora estaban putrefactos, colgando durante mucho tiempo al sol y al aire, llenos de alima�as. Los quemaron, pues, con dulces olores, como 2 Cr�nicas 16:14 , y como era habitual entre los paganos, como puede verse en Virgilio -

Ingentem struxere pyram, etc. �- Aen., Lib. vi.

Versículo 13

Y tomaron sus huesos y los enterraron debajo de un �rbol en Jabes, y ayunaron siete d�as.

Ver. 13. Y se llevaron sus huesos. ] Medio calcinado.

Y los enterr� debajo de un �rbol. ] Sub ulmo, algunos lo interpretan, debajo de un olmo; otros, debajo de un terebinto, como debajo de un monumento.

Y ayun� siete d�as. ] Para mostrar su gran dolor, como Job 2:13 , todo lo cual mientras ayunaban, non a toto, sed a tanto et tali, como Daniel 10:3 , y sin duda oraban por el bien p�blico.

Soli Deo Gloria

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre 1 Samuel 31". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/1-samuel-31.html. 1865-1868.