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the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
1 Tesalonicenses 2

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

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Versículo 1

Porque vosotros, hermanos, sabed nuestra entrada en vosotros, que no fue en vano:

Ver. 1. Nuestra entrada en ti ] La palabra predicada en cualquier lugar suele funcionar mejor al principio. Despu�s de un tiempo, los hombres se vuelven como p�jaros en un campanario, que pueden soportar bastante bien el ruido de las campanas y no asustarse.

Versículo 2

Pero incluso despu�s de que hab�amos sufrido antes, y fuimos suplicados vergonzosamente, como sab�is, en Filipos, fuimos valientes en nuestro Dios para hablarles el evangelio de Dios con mucha contenci�n.

Ver. 2. Pero incluso despu�s de eso, etc. ] Desde este hasta el vers�culo 13, los ministros pueden ver como en un espejo c�mo deben comportarse en la casa de Dios.

Fuimos valientes en nuestro Dios ] La Iglesia, como la palmera, se extiende y brota cuanto m�s se oprime; como el biber�n o la vejiga, que puede sumergirse, no ahogarse; como la encina, que brota m�s espesa de las mutilaciones y heridas que recibe. a Esto intimid� a Diocleciano y le hizo derrocar el imperio descontento. Esto hizo que Juliano el Ap�stata dejara de usar la fuerza y ??usara el fraude para desviar a los hombres de la verdad.

a Duris ut ilex tonsa bipennibus.

Versículo 3

Porque nuestra exhortaci�n no fue por enga�o, ni por inmundicia, ni por enga�o;

Ver. 3. No fue de enga�o, ni, etc. ] Ni con fines de lucro, placer ni preferencia (la trinidad del mundano). Un ministro, como no deber�a tener nada que perder, tampoco deber�a tener nada que conseguir, pero deber�a estar por encima de todo precio o venta. Tiene un esp�ritu demasiado impotente, cuyos servicios, como el dial, s�lo deben ser puestos por el sol del amor propio. La verdadera gracia es de una naturaleza sumamente masculina, despreocupada y noble, y no remite nada de su diligencia ni por temor a fruncir el ce�o ni por esperar una recompensa.

Versículo 4

Pero as� como Dios nos permiti� ser confiados con el evangelio, as� hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones.

Ver. 4. Pero como se nos permiti� ] Capacitados y contados fieles, 1 Timoteo 1:12 .

No como hombres agradables ] Ver Trapp en " G�latas 1:10 " Hombres, sean agradables o disgustados, Dios no debe estar disgustado.

Pero Dios ] que ve el servicio desagradable como una doble deshonra.

Que prueba nuestros corazones ] Y as� conoce nuestros objetivos, Quicquid igitur agas, propter Deum agas. Propter te, Deum agas, propter te, mientras lloraba. Depende de m�, dice uno, ver que aunque mi trabajo sea mezquino, sin embargo, puede ser limpio; aunque no est� bien, pero no es repugnante, sucia y sucia con el insulto de un coraz�n podrido, ya que es Dios con quien tengo que tratar. (Drus. Apophth.)

Versículo 5

Porque en ning�n momento usamos palabras lisonjeras, como sab�is, ni disfrazamos de codicia; Dios es testigo:

Ver. 5. Porque ni en ning�n momento ] La sinisteridad de los fines se opone aqu� a la sinceridad en las obras de Dios. Y la adulaci�n, la codicia, la ambici�n declaradas fuentes de la falta de sinceridad.

Ni un manto de codicia ] Este pecado suele ir disfrazado con el nombre y la pretensi�n de una buena gesti�n. El lenguaje ordinario del mundo es: "Es un hombre algo con lo m�s duro, un poco con lo m�s cercano, un poco demasiado para el mundo, pero sin embargo es un hombre maravillosamente honesto, maravillosamente bueno". La codicia rara vez est� libre de palabras fingidas, 2 Pedro 2:3 , para esconderla de otros en el exterior, o pensamientos sutiles y evasiones para vendar la conciencia interna. Alcib�ades bordaba una cortina con leones y �guilas para cubrir sus dibujos de b�hos y simios; as� que todo pecado tiene su maldad; tampoco hay lana tan gruesa pero que tome algo de color.

Dios es testigo ] de que no halag�; �l mismo les informa que no codici�; apela a Dios, que no se burla con m�scaras o pretextos enga�osos, sino que quitar� al vizard, lavar� el barniz del codicioso con r�os de azufre. La religi�n, como es la mejor armadura, es el peor manto: y servir� a los ego�stas, como el disfraz que Ahab se puso y pereci�, 1 Reyes 22:30 .

La codicia de la corte de Roma se expres� antiguamente en ese dicho, Curia Romana non petit ovem siue lana; y nuevamente, In parabola ovis, capras suas quaerunt. Esto de lo que la gente pobre siempre fue consciente; pero atrevete a decir poco. Hay una historia de Walter Mapes (en alg�n momento arcediano de Oxford), que relaciona la simon�a bruto de una de la papa para confirmar la elecci�n de Reinold, hijo bastardo de Jocelin, obispo de Sarum, en la sede de ba�o, concludeth su narraci�n por lo tanto, Sit Domina tamen materque nostra Roma baculus in aqua fractus; et absit credere quae vidimus, i.

mi. Sin embargo, sea nuestra se�ora y madre de Roma como un b�culo en el agua, que parece solo quebrada; y lejos de nosotros creer en nuestros propios ojos. No se atrevieron a ver, o al menos a decir lo que vieron; pero ahora todo est� abierto, y ser� mucho m�s en el �ltimo d�a, cuando (como en una gran feria) todos los fardels b estar�n sin cordones y todos los paquetes abiertos.

a El acto o pr�ctica de comprar o vender preferencias, beneficios o emolumentos eclesi�sticos; tr�fico de cosas sagradas. �D

b Un paquete, un paquete peque�o; una parcela. �D

Versículo 6

Ni buscamos de los hombres gloria, ni de vosotros, ni a�n de otros, aunque pod�amos seros carga como ap�stoles de Cristo.

Ver. 6. Ni buscamos gloria de los hombres ] Theologus gloriae dicit malum bonum, et bonum malum (dice Lutero), Theologus crucis dicit id quod res est: Un predicador vano y glorioso llama al bien mal, al mal bien, etc.

Versículo 7

Pero fuimos amables entre ustedes, como una nodriza cuida a sus hijos:

Ver. 7. Pero fuimos amables ] Esta es la manera de ganar; porque el hombre es una criatura maldecida y malhumorada, y puede ser conducido, pero no f�cilmente arrastrado al deber. Las palabras suaves y las discusiones duras prevalecen pronto con �l.

Versículo 8

As� que, al estar deseosos afectuosamente de ustedes, estuvimos dispuestos a impartirles, no solo el evangelio de Dios, sino tambi�n nuestras propias almas, porque nos eran queridos.

Ver. 8. Entonces, ser cari�osamente deseoso ] Honrar y anhelar por ti. La palabra griega significa la pasi�n del coraz�n m�s oscilante, el afecto m�s eficaz. (???????????. Cupidine rapti. )

Pero tambi�n nuestras propias almas ] Nadie tiene mayor amor que este; y tal amor debe haber en cada pastor hacia su pueblo. El amor es liberal, la caridad no es mala.

Versículo 9

Porque os acord�is, hermanos, de nuestro trabajo y de nuestros dolores de parto; por trabajar d�a y noche, porque no os ser�amos cobrados a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.

Ver. 9. Nuestro trabajo ] Incluso hasta la lasitud, s�, hasta la solicitud.

Y dar a luz ] As� que, para perdonarlos, no se perdon� a s� mismo.

Versículo 10

Vosotros sois testigos, y Dios tambi�n , de c�mo santa, justa e intachable nos comportamos entre vosotros que cre�is:

Ver. 10. Vosotros sois testigos, y tambi�n Dios ] Feliz es aquel hombre que puede ser absuelto por s� mismo en privado, en p�blico por otros, en ambos por Dios: los espectadores pueden ver m�s.

Cu�n santa, justa e intachable ] Aqu� practic� sus propios preceptos, Tito 2:12 . Y aqu� radica la diferencia entre la divinidad y otras ciencias, que no basta con prescribirla, sino que hay que practicarla, como lecciones de m�sica, y como copia no s�lo se debe leer, sino tambi�n actuar.

Versículo 11

Como sab�is de qu� modo exhort�bamos y consol�bamos a cada uno de vosotros, como un padre doth sus hijos,

Ver. 11. Como padre ] Antes, como madre, 1 Tesalonicenses 2:7 , nodriza no mercenaria, sino natural, con la mayor ternura e indulgencia. Aqu� templa su mansedumbre maternal con la gravedad y autoridad de un padre. Los ministros deben convertirse, por as� decirlo, en todas las formas y modas, tanto de habla como de esp�ritu, para ganar gente para Dios.

Versículo 12

Para que andes como es digno de Dios, quien te ha llamado a su reino y gloria.

Ver. 12. Andad digna de Dios ] Cuya librea vestimos, cuya imagen llevamos, cuyo reino somos llamados, etc. Los que estaban con el Cordero, Apocalipsis 14:1 , ten�an el nombre de su Padre en la frente. Nuestras andanzas se reflejan en Dios, quien requerir� y recompensar�.

Versículo 13

Por lo cual, tambi�n nosotros damos gracias a Dios sin cesar, de que habiendo recibido la palabra de Dios que o�steis de nosotros, recibisteis que no como palabra de hombres, sino seg�n es en verdad, la palabra de Dios, la cual act�a tambi�n en ustedes que creen.

Ver. 13. No como palabra de hombres ] De quien todav�a usa para derribar las fortalezas de Satan�s, como hizo uso del peque�o David contra Goliat, y de las ranas y moscas contra Fara�n, y de los cuernos de carnero contra Jeric�. Este tesoro, estas perlas, nos las da en viles conchas de ostra, 2 Corintios 4:7 .

Como palabra de Dios ] Con reverencia y diligencia, con todo buen cari�o y atenci�n. Cuando Samuel supo que era Dios quien lo llamaba (y no El�), no tuvo m�s ganas de dormir. "Todos estamos aqu� presentes ante Dios", dice Cornelio, Hechos 10:33 . Y "Dios en verdad est� en ustedes", dice el converso de Corinto, 1 Corintios 14:25 .

Versículo 14

Para vosotros, hermanos, imitadores de las iglesias de Dios que est�n en Judea en Cristo Jes�s, porque hab�is padecido de cosas de los de vuestra propia naci�n, como tambi�n ellos tienen de los Judios:

Ver. 14. De tus propios compatriotas ] La malicia contra la verdad rompe todos los lazos de la naturaleza o la amistad. Moab estaba molesto a causa de Israel, o molesto con ellos, N�meros 22:3,4 , N�meros 22:3,4 , aunque eran aliados de Israel, que pasaron pac�ficamente por ellos, y por la matanza de los amorreos, los liber� de los vecinos malvados, que se hab�an llevado parte de su pa�s, etc.

Los papistas ingleses en cuatro a�os sacrificaron a 800 de sus compatriotas inocentes en los d�as de la reina Mar�a. En la guerra santa (como la llamaban) contra los valdenses (esos antiguos protestantes) en Francia, el gran ej�rcito del Papa tom� una gran ciudad populosa y pas� a espada a 60.000, entre los que se encontraban muchos de sus propios cat�licos. Porque, Arnoldo el cisterciense, abad (siendo el enviado del Papa en esta gran guerra) orden� a los capitanes y soldados, diciendo: Caedite eos, novit enim Dominus qui sunt eius, i.

mi. Abajo con todos ellos, porque Dios sabe cu�les de ellos son suyos. (Caesarius Heisterbach. Hist. V. 21.) Y el resultado de esto fue, ut potius caesi, fugati, bonis ac dignitatibus ubique spoliati sint, quam ut erroris convicti resipuerint, es decir, que fueron m�s bien muertos, esparcidos, despojados de sus bienes y dignidades, que la visi�n de cualquier error lleva al arrepentimiento sano, dice Thuanus, un papista ingenioso.

Versículo 15

Los cuales mataron al Se�or Jes�s y a sus propios profetas, y nos han perseguido; y no agradan a Dios, y son contrarios a todos los hombres:

Ver. 15. Que ambos mataron al Se�or ] Y por lo tanto son desterrados del mundo, por as� decirlo, por un consentimiento com�n de las naciones, por su culpa inexpiable. Incluso en Jerusal�n es dif�cil encontrar un centenar de familias de ellos. (Investigaci�n de Breerwood.) En Chipre, en la actualidad, cualquier jud�o debe poner un pie en la isla. (Dio. Cass.) En Tesal�nica y Constantinopla hay muchos miles de ellos, pero en cada Pascua est�n en peligro de muerte, si se mueven al aire libre, porque en ese momento crucificaron a nuestro Salvador.

(Biddulph.) Los mismos turcos odian tanto a los jud�os por haber crucificado a Cristo, que sol�an decir, detestando algo, "Ojal� pudiera morir jud�o". Tampoco permitir�n que un jud�o se convierta en turco, a menos que se bautice primero. Los romanos permitieron que otras naciones se llamaran a s� mismos romanos despu�s de haberlos conquistado; pero para que no permitieran que los jud�os lo hicieran, aunque nunca cumplieron tanto, y eran sus sirvientes (como August. en el Sal. lviii. atestigua), no sea que alguna mancha se adhiera a la gloria de los romanos, por esa odiosa y gente s�rdida. �Oh Marcomanni, Oh Quadi! dijo un emperador.

Y sus propios profetas ] Cuya matanza (aunque hace mucho tiempo) est� en reciente recuerdo con Dios, y es contada y registrada junto con la muerte de Cristo mismo.

Y nos han perseguido ] Todav�a maldicen a los cristianos en sus oraciones diarias, que cierran con un Maledic, Domine, Nazaraeis. Maldici�n, de Dios, cristianos. L�pez en Tyburn afirm� que hab�a amado a la reina Isabel como amaba a Jesucristo. Lo cual de un jud�o se escuch� no sin risas. (Elizabeth de Camden.)

Y no agradan a Dios ] Sin embargo, desafiaron el t�tulo de la Iglesia de Dios, ya que los papistas deben ser los �nicos cat�licos. Clamaron, ad ravim usque, El templo del Se�or, cuando nada miraron al Se�or del templo.

Y son contrarios a todos los hombres ] Siendo aqu� m�s ismaelitas que israelitas, G�nesis 16:12 . La trucha se deleita en nadar contra corriente. La hierba Alexander no coincidir� con ninguna otra hierba que no sea ella misma. Tales ant�podas una son nuestros jesuitas, por lo insoportablemente ambicioso y descarada, que ni su doctrina ni su conversaci�n agrada a los de su propia religi�n.

a Diametralmente opuesto (a cualquier cosa). �D

Versículo 16

Prohibi�ndonos hablar a los gentiles para que sean salvos, para colmar sus pecados siempre; porque la ira ha venido sobre ellos hasta el extremo.

Ver. 16. Prohibi�ndonos hablar a los gentiles ] Bale, de Capgrave, informa que San Asaf (como lo llamaban) ten�a muchas veces en la boca este dicho, Quicunque verbo Dei adversantur, saluti hominum invident, Los que est�n en contra de la predicaci�n de los palabra, envidien la salvaci�n de los hombres. Tales fueron Stephen Gardiner, y antes que �l el arzobispo Arundel, que muri� de una grave hinchaz�n en la lengua, y eso merecidamente; quod verbum Dei alligassent, ne suo tempore praedicaretur, dice el historiador, porque hab�an obstaculizado la predicaci�n de la palabra.

Para llenar su pecado siempre ] Los l�mites est�n puestos al pecado por el decreto Divino, Zacar�as 5:7 . La maldad se compara con una mujer presionada en un efa; cuando la medida est� llena, el negocio est� terminado. Ver Trapp en " Mat 23:32 " La botella de la maldad, una vez que se llena con esas aguas amargas, se hunde hasta el fondo.

Sobre ellos vendr� la ira hasta el extremo ] O, hasta el fin: la ira vendr� finalmente sobre ellos (??? ?????), de modo que nunca ser� quitado; nube, que por fin cubri� todo el cielo; as� que algunos lo interpretan. La ira de Dios es como la de El�as, o como un trueno, que al principio oyes un peque�o rugido de lejos; pero qu�date un rato, es una grieta espantosa. "�Qui�n conoce el poder de tu ira?" dice Mois�s, Salmo 90:11 . Los jud�os son hasta el d�a de hoy un pueblo de la ira y la maldici�n de Dios.

Versículo 17

Pero nosotros, hermanos, habiendo sido separados de ustedes por un corto tiempo en la presencia, no en el coraz�n, nos esforzamos m�s abundantemente por ver su rostro con gran deseo.

Ver. 17. Por poco tiempo ] O, en poco tiempo, de repente. Ver Hechos 17:9,10 .

Ser llevado ] O separado, como lo son los hu�rfanos de sus queridos padres, o los padres de sus hijos fallecidos, ???????????????. La separaci�n de amigos es tan dolorosa, que la muerte misma no se llama otra cosa que una partida.

Versículo 18

Por tanto, habr�amos venido a ti, yo Pablo, una y otra vez; pero Satan�s nos estorb�.

Ver. 18. Pero Satan�s nos estorb� ] �l todav�a hace todo lo posible para obstaculizar la comuni�n de los santos y separarlos. Sabe que dos son mejores que uno; y por eso incit� a los perseguidores primitivos a desterrar a los cristianos y confinarlos en islas y minas. Donde no pod�an tener acceso el uno al otro: ya sea que Satan�s obstaculizara a Pablo por enfermedad, o por encarcelamientos o tempestades en el mar, qui�n puede resolverlo, dice uno. (Cipriano. Epista.) Lo estorb� al poner sobre �l la necesidad de disputar a menudo con los estoicos y epic�reos que estaban en Atenas, dice otro int�rprete. Obstaculizar a Satan�s

Versículo 19

Porque, �cu�l es nuestra esperanza, gozo o corona de regocijo? No est�is vosotros en presencia de nuestro Se�or Jesucristo en su venida?

Ver. 19. Porque cu�l es nuestra esperanza, etc. ] Una expresi�n muy viva y elevada, como la que el ap�stol usa habitualmente al hablar de la gloria celestial. Nec Christus, nec caelum patitur hyperbolen, Un hombre dif�cilmente puede hiperbolizar al hablar del cielo.

Versículo 20

Porque vosotros sois nuestra gloria y gozo.

Ver. 20. Porque sois nuestra gloria y gozo ] Por tanto, nadie nos tenga envidia de estas cosas buenas temporales, un sustento competente: hay cosas mejores que permanecen arriba de nosotros.

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre 1 Thessalonians 2". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/1-thessalonians-2.html. 1865-1868.
 
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