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Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
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Bible Commentaries
Comentario Completo de Trapp Comentario de Trapp
Declaración de derechos de autor
Estos archivos son de dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
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Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre 2 Kings 11". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/2-kings-11.html. 1865-1868.
Trapp, John. "Comentario sobre 2 Kings 11". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/
Versículo 1
Y cuando Atal�a, la madre de Ocoz�as, vio que su hijo hab�a muerto, se levant� y destruy� toda la simiente real.
Ver. 1. Y cuando Athaliah. ] Hija de Acab por Jezabel: Gotholiah, la Septuaginta y Sulpicio la llaman; una mujer muy malvada, otra Medea, por quien el diablo procur� por completo desarraigar esa raza de la cual Cristo iba a nacer. Josefo dice que por envidia - que Agust�n la llama, permaneciese vitium diabolicum, un vicio diab�lico - que buscaron destruir la casa de David, como Jeh� hab�a destruido su padre la casa de Acab.
Otros, que as� se fortaleci�, para vengarse de Jeh�. Lo m�s probable es que se sintiera arrastrada a este tr�gico hecho por la ambici�n, que siempre cabalga sin riendas, y el celo por el baalismo, que, para su pesar, vio que Jeh� hab�a desarraigado ahora en el reino de Israel. Otra mujer ramera imperiosa - como dice la Escritura en Eze 16:30 - era Semiramis, reina de Asiria; b Tulia, esposa de Tarquinius Superbus; c Irene, emperatriz de Constantinopla y madre de Constantinus Copronymus, cuyos ojos ella le sac� para hacerlo incapaz del imperio, para que ella pudiera reinar sola; Drahomira, reina de Bohemia; y Brumchildis, reina de Francia, d de quien se dice que fue la muerte de diez pr�ncipes de la sangre, y que luego ella misma fue llevada a una muerte cruel por el rey Cletharius.
Pero la m�s propensa a la crueldad con Atal�a fue Laodice, la esposa de Ariarathes, rey de Capadocia; quien, habiendo muerto su marido, se apoder� del gobierno, se enfureci� cruelmente contra toda clase tanto de la nobleza como de la gente com�n, a quienes hizo asesinar; s�, contra su propia familia, envenenando a seis de sus propios hijos, para que pudiera mantener el reino m�s seguro: solo un peque�o escap� de su furor, a quien el pueblo finalmente avanz� a la corona, y la mat�. mi
Destruy� todo.] Conatu scilicet, non effectu: ella se esforz�, pero Dios se acord� de su promesa a David de dejarle una l�mpara en Jerusal�n, 1Re 15: 4 ya esta promesa Jo�s le deb�a su vida y su reino.
a En Ps. cxxxix.
b Herodot.
c L. Flor.
d AEn. Sylv.
e Baron., AD 614. - Labios.
Versículo 2
Pero Josaba, hija del rey Joram, hermana de Ocoz�as, tom� a Jo�s hijo de Ocoz�as y lo rob� de entre los hijos del rey muertos; y lo escondieron, �l y su nodriza, en el dormitorio de Atal�a, para que no lo mataran.
Ver. 2. Y lo rob� de entre los hijos del rey.] Fuera del vivero; pero es dif�cil decir c�mo deber�a escapar de las manos ensangrentadas de Atal�a; ya sea sobornando a los asesinos o sustituyendo a otro ni�o, etc. La nodriza de Mauricius, el hijo del emperador, ofreci� a los suyos para que los matara esa maldita Focas, para preservar la vida de su hijo adoptivo, el hijo del emperador.
Para que no fuera asesinado. ] Ya no estaba Teodosio, aunque en gran peligro de muerte por la superstici�n de Valente, su predecesor; quien, habiendo sido dicho por los adivinos que uno lo suceder�a en el imperio, cuyo nombre comenzaba con esas cuatro letras, ?, ?, ?, ?, mat� a muchos que se llamaban Theodori, Theodoti, Theoduli, etc., y entre los dem�s , Theodosiolus, el padre de Theodosius, a quien Dios sin embargo preserv� para el imperio de las manos ensangrentadas de ese miserable arriano.
Versículo 3
Y estuvo con ella escondido en la casa del SE�OR seis a�os. Y Atal�a rein� sobre la tierra.
Ver. 3. Y �l estaba con ella escondida, etc. ] es decir, con su t�a Josaba, 2Re 11: 2 hija de un rey, y sin embargo esposa de un sacerdote. Atal�a, o cre�a que Jo�s hab�a sido asesinado con el resto de sus hermanos, o no ten�a ninguna pol�tica de sostener que estaba vivo, para que la gente no lo anhelara y lo escuchara.
Versículo 4
Y el a�o s�ptimo Joiada envi� a buscar a los pr�ncipes sobre centenares, con los capitanes y la guardia, y los trajo a �l a la casa del SE�OR, e hizo un pacto con ellos, y les hizo juramento en la casa del Se�or. SE�OR, y les mostr� al hijo del rey.
Ver. 4. Y el s�ptimo a�o. ] Cuando ahora el joven pr�ncipe cumpli� siete a�os, 2 Reyes 11:21 y fue capaz de decir - como Grave Maurice hizo a los Estados cuando dudaron de elegirlo su general, porque joven - Tandem encaja en el cenador sureulus, una ramita en el tiempo llega para ser un �rbol alto, podr�a tener una educaci�n y dignidad principescas.
Joiada envi� a buscar a los gobernantes de cientos. ] Cinco de ellos solo al principio, 2 Cr�nicas 23: 1-2 y luego muchos otros levitas, y el principal de los padres de Israel (ibid.), A quienes comunic� el asunto, y por quienes hizo que los dem�s se unieran, y presten su mejor ayuda.
Versículo 5
Y les mand�, diciendo: Esto es lo que har�is; Una tercera parte de vosotros, que entr�is en s�bado, ser� vigilante de la casa del rey;
Ver. 5. Y les orden�. ] Porque �l era protector del joven rey, y ???????? ??? ???????? - como Theodoret styleth Athanasius - el Baluarte de la Verdad.
Que entran en s�bado. ] De modo que la destituci�n de Atal�a y su idolatr�a, el establecimiento de Jo�s, y con �l, de la religi�n verdadera, fue un trabajo de d�a de reposo, y bien podr�a ser: Joiada - para el prop�sito - acogiendo a la nueva compa��a de Levitas que vinieron en su curso, y no despidieron a los viejos hasta que esta gran obra hubiera terminado.
De la casa del rey.] Que estaba muy cerca del templo; sin embargo, fue con Atal�a y los pr�ncipes de Jud� recientemente rebelados, seg�n la palabra com�n: Cuanto m�s cerca de la iglesia, m�s lejos de Dios.
Versículo 6
Y una tercera parte [estar�] a la puerta de Sur; y una tercera parte en la puerta detr�s de la guardia: as� vigilar�is la casa, para que no sea destruida.
Ver. 6. En la puerta de Sur. ] As� llamado, dice M�rtir, de declinar o partir; porque los porteros hicieron declinar lo inmundo.
Versículo 7
Y dos partes de todos ustedes que salgan en s�bado, vigilar�n la casa de Jehov� alrededor del rey.
Ver. 7. Velar� por la casa del Se�or. ] Para proteger el lugar de la contaminaci�n y el joven rey del peligro.
Versículo 8
Y rodear�is al rey, cada uno con sus armas en la mano; y al que entre dentro de los campos, sea muerto; y estar�is con el rey cuando salga y cuando entre.
Ver. 8. D�jalo morir. ] En este caso, era sumamente necesario observar la disciplina militar; tampoco el derramamiento de sangre habr�a sido una profanaci�n del templo.
Versículo 9
Y los capitanes de los centenares hicieron conforme a todas las [cosas] que mand� el sacerdote Joiada; y tomaron cada uno a sus hombres que hab�an de entrar en s�bado, con los que hab�an de salir en s�bado, y vinieron a Joiada el sacerdote.
Ver. 9. Que el sacerdote Joiada. ] El sumo sacerdote, dice Vatablus; aunque otros sostienen que fue s�lo un sacerdote y un hombre de primera.
Versículo 10
Y a los capitanes de centenares les dio el sacerdote las lanzas y los escudos del rey David que estaban en el templo del SE�OR.
Ver. 10. Lanzas y escudos del rey David.] Guardados en el templo para trofeos y se�ales de acci�n de gracias: tales como la espada de Goliat, 1 de Samuel 21: 9 y los escudos de los sirios. 2 de Samuel 8: 7 ; 2 de Samuel 8:11
Versículo 11
Y la guardia estaba de pie, cada uno con sus armas en la mano, alrededor del rey, desde la esquina derecha del templo hasta la esquina izquierda del templo, junto al altar y el templo.
Ver. 11. Desde la esquina derecha del templo, ] es decir, de norte a sur.
Versículo 12
Y dio a luz al hijo del rey, le puso la corona y [le dio] el testimonio; y lo hicieron rey y lo ungieron; y batieron palmas y dijeron: Dios salve al rey.
Ver. 12. Y p�ngale el testimonio. ] Es decir, el Libro de Deuteronomio, seg�n Deuteronomio 17:18,19 , o alg�n otro libro en el que se registr� la ley, 2 Cr�nicas 23:11 llamado Testimonio, porque da testimonio de la voluntad de Dios y del deber de los hombres, y es el mejor regla de dominio; mucho m�s all� de la "Colmena" de Lipsius o la "Telara�a" de Maquiavelo.
"La reina Isabel, en su coronaci�n, tom� la Biblia, presentada con las dos manos, y, bes�ndola, la puso sobre su pecho, diciendo que la misma hab�a sido siempre su mayor deleite, y deber�a ser la regla por la que se refer�a. para enmarcar su gobierno. una
a Speed's Chron.
Versículo 13
Y cuando Atal�a oy� el ruido de la guardia [y] del pueblo, entr� al pueblo en el templo del SE�OR.
Ver. 13. Y cuando Atal�a oy�. ] Ver com. 2 Reyes 11:1 .
Ella vino a la gente. ] Sin desconfianza ni miedo; pero no sin una providencia especial, para que los guardianes la tuvieran en su poder.
Versículo 14
Y cuando ella mir�, he aqu� el rey estaba junto a una columna, como era la costumbre, y los pr�ncipes y los trompeteros junto al rey, y todo el pueblo de la tierra se regocij� y tocaron las trompetas; y Atal�a rasg� sus vestidos. , y grit�, traici�n, traici�n.
Ver. 14. Y grit�: �Traici�n, traici�n! ] Aunque ella misma fue una usurpadora y una traidora, sin embargo, as� clama; tambi�n lo hacen algunos sectarios, "Persecuci�n, persecuci�n", con la misma pretensi�n.
Versículo 15
Pero el sacerdote Joiada mand� a los capitanes de los centenares, a los oficiales del ej�rcito, y les dijo: Sacadla fuera de los campos; y el que la sigue, matad a espada. Porque el sacerdote hab�a dicho: No la maten en la casa del SE�OR.
Ver. 15. Y el que la sigue, ] sc., Para defenderla y adherirse a ella; lo que ninguno hizo, porque todos estaban cansados ??de su gobierno tir�nico y felices de deshacerse de ella.
Versículo 16
Y le echaron mano; y pas� por el camino por donde entraban los caballos a la casa del rey, y all� fue muerta.
Ver. 16. El camino por donde vinieron los caballos. ] De modo que fue pisoteada, acaso, por los caballos, como hab�a sido su madre; sin embargo, fue asesinada entre los establos y esteros de la casa del rey. Josefo dice que la llevaron a la zanja de la ciudad y all� la enviaron.
Versículo 17
Y Joiada hizo pacto entre el SE�OR y el rey y el pueblo, que ser�an pueblo del SE�OR; tambi�n entre el rey y el pueblo.
Ver. 17. Y Joiada hizo un pacto. ] Sagrado y civil: y se pusieron en marcha inmediatamente en la obra de reforma, que prosper� en sus manos; porque derribaron los templos de Baal, y mataron al sacerdote Mat�n delante de sus altares. 2 Reyes 11:18
Versículo 18
Y todo el pueblo de la tierra entr� en la casa de Baal y la derrib�; sus altares y sus im�genes los rompieron completamente, y mataron a Mat�n, el sacerdote de Baal, delante de los altares. Y el sacerdote nombr� oficiales sobre la casa del SE�OR.
Ver. 18. Y frenarlo. ] Como Israel lo hab�a hecho antes que ellos.
Y el cura. ] Joiada. Ver 2 Reyes 11:9 .
Sobre la casa del Se�or. ] La cual los hijos de la malvada Atal�a, tal vez sus bastardos, hab�an quebrantado, y hab�an entregado todas las cosas consagradas de la casa del Se�or a Balaam. 2 Cr�nicas 24: 7 De modo que s�lo se necesitaban oficiales u oficinas para volver a poner las cosas en orden.
Versículo 19
Y tom� los gobernantes sobre centenares, y los capitanes, y la guardia, y todo el pueblo de la tierra; y bajaron al rey de la casa de Jehov�, y llegaron por el camino de la puerta de la guardia a la casa del rey. Y se sent� en el trono de los reyes.
Ver. 19. Y vino por el camino de la puerta de la guardia. ] Llamada puerta alta, 2 Cr�nicas 23:20 por su altura y su altura; y la puerta nueva. Jerem�as 36:10
Versículo 20
Y todo el pueblo de la tierra se regocij�, y la ciudad qued� en silencio; y mataron a Atal�a a espada [al lado] de la casa del rey.
Ver. 20. Y mataron a Atal�a con la espada ]. Esto se hizo con el consentimiento de todo el pueblo, o de la mayor parte, Deo fiebat auspice, dice Zuinglio, tuvo la aprobaci�n de Dios; viendo que ella era a la vez una usurpadora y una tirano.
Junto a la casa del rey.] Congrue ibi caeditur ubl peccarat; ella sufre donde m�s hab�a pecado.
Versículo 21
Jo�s ten�a siete a�os cuando comenz� a reinar.
Ver. 21. Siete a�os. ] De modo que era anniculus, como de un a�o cuando fue buscado para el matadero. Atal�a bien podr�a haber escrito como lo hizo Mar�a, reina de Escocia, en una ventana del castillo de Fotheringay:
"Desde la cima de toda mi confianza,
La desgracia me ha hecho caer en el polvo ".