Bible Commentaries
2 Reyes 22

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

Versículo 1

Jos�as ten�a ocho a�os cuando comenz� a reinar, y rein� treinta y un a�os en Jerusal�n. Y el nombre de su madre era Jedida, hija de Ada�as de Boscath.

Ver. 1. Jos�as ten�a ocho a�os. ] Jos�as fue llamado por Dios doscientos o trescientos a�os antes de nacer. 1Re 13: 2 Su nombre significa: Salvaci�n de Dios; y respondi� a su nombre mejor que Probo el emperador; de quien, no obstante, dice el historiador, a que si Honest no hubiera sido su nombre, bien podr�a haber sido su apellido. Algunos dicen, pero no tan bien, que se llamaba Jos�as, q., Jah-scai, es decir, el don de Dios, o, q., Jah-esch, es decir, el fuego de Dios, sc., Por su celo, que se llama la llama de Dios. Hijo 8: 6

Y el nombre de su madre era Jedidah,] es decir, la amada del Se�or, como el nombre de su abuela era Hephzibah; 2Re 21: 1 probablemente un par de buenas mujeres, haciendo lo mismo por Jos�as que despu�s hicieron Eunice y Loida por el joven Timoteo.

a Fla. Vopis.

Versículo 2

E hizo lo recto ante los ojos del SE�OR, y anduvo en todo el camino de David su padre, y no se apart� ni a la derecha ni a la izquierda.

Ver. 2. E hizo lo correcto. ] Ayudado, sin duda, por los santos profetas de su tiempo, Sofon�as, Jerem�as, Hulda, etc. al igual que nuestro ingl�s Josiah, Edward VI, de Cranmer, Ridley, Latimer, Sir John Cheek, su tutor, y el Dr. Cox, su limosnero. a

a Un distribuidor oficial de las limosnas de otro; el nombre de un funcionario en una casa religiosa, en la casa de un obispo, pr�ncipe u otra persona de rango. A veces se aplica al capell�n de un hospital u otra instituci�n.

Versículo 3

Y sucedi� que en el a�o dieciocho del rey Jos�as, el rey envi� a Saf�n hijo de Azal�as, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehov�, diciendo:

Ver. 3. En el a�o dieciocho del rey Jos�as. ] Es decir, en el a�o dieciocho de su reinado; despu�s de eso, con mucho celo, hab�a limpiado la tierra y la casa. 2Cr 34: 8 En cuyo tiempo tambi�n parece que se hizo una colecta para la reparaci�n del templo, lo que ahora este piadoso rey ha ordenado que se haga, y aqu� procede aequabiliter, iuste, prudenter. a Y a partir de este famoso a�o dieciocho del reinado de Jos�as, tanto esos treinta a�os, Eze 1: 1, como esos cuarenta d�as o a�os del pecado de Jud�, Eze 6: 6 parecen tomar su auge y ajuste de cuentas.

a Ussher., Annal. Veterinario. Testam., P�g. 115.

Versículo 4

Sube a Hilc�as, el sumo sacerdote, para que junte la plata que se trae a la casa del SE�OR, que los guardas de la puerta han recogido del pueblo.

Ver. 4. Sube al sumo sacerdote Helqu�as. ] Quien tal vez fue el padre del profeta Jerem�as. Jerem�as 1: 1

Para que sume la plata. ] Es decir, cu�ntelo; o como algunos lo har�n, sellarlo y ponerlo en dinero corriente.

Versículo 5

Y lo entreguen en manos de los hacedores de la obra, que tienen la supervisi�n de la casa del SE�OR; y lo entreguen a los hacedores de la obra que est� en la casa del SE�OR, para que lo reparen. las brechas de la casa,

Ver. 5. En manos de los hacedores de la obra. ] Por eso se llama tanto a los capataces como a los obreros.

Para reparar las brechas. ] Ad instauranda sarta tecta templi. a

un Tigurin.

Versículo 6

A carpinteros, alba�iles y alba�iles, ya comprar madera y piedra labrada para reparar la casa.

Ver. 6. Comprar madera y piedra labrada. ] Porque los mismos muros de piedra tambi�n estaban muy deteriorados temporis iniuria et hominum incuria .

Versículo 7

Sin embargo, no se les hizo ning�n ajuste del dinero que les fue entregado, porque obraron fielmente.

Ver. 7. Sin embargo, no hubo ajuste de cuentas. ] O, que no se les haga cuentas del dinero, porque actuar�n fielmente. Ver Nehem�as 7:2 . Ver Trapp en " Neh 7: 2 "

Versículo 8

Y dijo el sumo sacerdote Hilc�as a Saf�n escriba: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehov�. Y Hilc�as le dio el libro a Saf�n, y �l lo ley�.

Ver. 8. He encontrado el libro de la ley. ] Authenticum Mosis autographum; Deuteronomio; o tal vez toda la ley en la propia letra de Mois�s: y por �l hizo que se pusiera al lado del arca, como un ?????????. Deu 31:26 Esto no era venerandae rubiginis, como lo son algunos libros, sed summae autoritatis Monumentum. Los mismos turcos reverencian tanto a Mois�s, que si encuentran un papel en el que est� escrito alguna parte del pentateuco, lo toman y lo besan.

Esta preciosa pieza podr�a, en las confusiones de Manas�s y Am�n, estar escondida o extraviada; y ahora es tra�do al rey como una rara joya, y una buena recompensa por su celo en la reparaci�n del templo. R. Solomon dice que el malvado Manas�s busc� abolir la ley, como a bocajarro contra su idolatr�a y crueldad. Por tanto, algunos buenos sacerdotes hab�an escondido esta copia original, que ahora sali� a la luz y a la vista. Porque no es cre�ble que este buen rey nunca haya le�do la ley hasta ahora.

Pero es evidente que no hab�a le�do y considerado tan a fondo las promesas de la ley como ahora. Pero qu� verg�enza es que las Biblias, ahora tan comunes, est�n tan poco ocupadas entre nosotros: �cuando nuestros devotos antepasados ??habr�an comprado algunos cap�tulos a un gran precio! Es una triste denuncia que hace salir Moulin una de las protestantes franceses: mientras nos queman, les dijo, para la lectura de las Escrituras, quemado con el af�n de ser leerlos. Ahora con nuestra libertad se engendra tambi�n la negligencia y el desprecio de la palabra de Dios.

un Moul. Thea., P�g. 278.

Versículo 9

Entonces el escriba Saf�n se acerc� al rey, y volvi� a avisar al rey, y dijo: Tus siervos han recogido el dinero que se hall� en la casa, y lo han entregado en manos de los que hacen la obra, que tienen la supervisi�n. de la casa del SE�OR.

Ver. 9. Tus siervos se han reunido. ] Heb., Derretido. a De ah� que Vatablus infiera que gran parte de la plata recolectada a�n no estaba acu�ada. Ver 2 Reyes 22:4 .

un Conflaverunt.

Versículo 10

Y el escriba Saf�n se lo mostr� al rey, diciendo: El sacerdote Hilc�as me ha entregado un libro. Y Saf�n lo ley� ante el rey.

Ver. 10. Y Saf�n lo ley� ante el rey. ] Quien demostr� bien c�mo se sinti� afectado y afectado por ella, (1.) Lectione libri; (2.) Laceratione vestium; (3.) Legatione ad Prophetissam.

Versículo 11

Y sucedi� que cuando el rey hubo o�do las palabras del libro de la ley, se rasg� las ropas.

Ver. 11. Cuando el rey hubo escuchado las palabras. ] Lo que los imp�os consideran como viento, Jer 5:13 y hablado solo en terrorem ; aunque Dios amenaza con hacerlos fuego, Jerem�as 5:14 y como dio su ley en fuego, tambi�n en fuego para exigirla.

Versículo 12

Y mand� el rey al sacerdote Hilc�as, a Ahicam hijo de Saf�n, a Acbor hijo de Micha�as, a Saf�n escriba y a Asa�as siervo del rey, diciendo:

Ver. 12. Y Achbor hijo de Michaiah. ] Llamado Abd�n hijo de Miqueas, 2 Cr�nicas 34:20 con una pronunciaci�n diferente.

Versículo 13

Id, consultad a Jehov� por m�, por el pueblo y por todo Jud�, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehov� que se ha encendido contra nosotros, porque nuestros padres han no escuch� las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que est� escrito acerca de nosotros.

Ver. 13. Porque grande es la ira del Se�or. ] Un buen coraz�n tiembla ante los juicios de Dios mientras a�n penden de las amenazas; Isa 66: 2 cuando las personas carnales se despojan de todo con un "Dios no lo quiera", Lucas 20:16 y se bendicen a s� mismos, aunque Dios los maldiga. Deuteronomio 29: 19-20

Versículo 14

Entonces el sacerdote Hilc�as, Ahicam, Acbor, Saf�n y Asa�as fueron a la profetisa Hulda, mujer de Salum, hijo de Tikv�, hijo de Harhas, guardi�n del guardarropa; (ahora viv�a en Jerusal�n en el colegio;) y se comunicaban con ella.

Ver. 14. Fue a la profetisa Hulda. ] Las almas no tienen sexos. Los que vilipendiar al sexo femenino, especialmente con referencia a la religi�n, ya que algunos papistas han hecho, una aqu� puede observar en el punto de la profec�a sagrada, que macho y hembra son todos uno en Dios como en Cristo. G�latas 3:28

La esposa de Salum. ] Qui�n era, dicen los rabinos, el t�o abuelo de Jerem�as, y muy honrado en una esposa as�.

Ahora viv�a en Jerusal�n en el colegio. ] Heb., En el segundo, in parte secunda ab eo, se., Rege, en alguna parte del palacio del rey; y por lo tanto enviado a ella, tan cerca y de habilidades conocidas. El caldeo lo tiene, en la casa de la sabidur�a. La Septuaginta, en Mishn�, como si fuera el nombre de cierta calle de Jerusal�n. Otros, in repetitionum loco, en la escuela o facultad donde se repiti� la ley. Los hebreos llaman a Deuteronomio, Mishn� Tor�, la repetici�n de la ley.

a Faemellae en Vet. Testamento non habuerunt spem salutis. - Collatores Bavar. Ap. Polyc. Lyser.

Versículo 15

Y ella les dijo: Jehov� Dios de Israel ha dicho as�: Decid al hombre que os envi� a m�,

Ver. 15. Dile al hombre. ] Hab�a que decirles a los reyes que no son m�s que hombres. Recuerda que eres un hombre, dijo el ni�o al rey Felipe: y Agnosco me esse mortalem, me reconozco mortal, dijo Carlos V, emperador. Hulda habla aqu� de Dios, con quien no hay acepci�n de personas.

Versículo 16

As� ha dicho Jehov�: He aqu� que yo traigo mal sobre este lugar y sobre sus habitantes, todas las palabras del libro que ha le�do el rey de Jud�:

Ver. 16. He aqu�, traer� el mal sobre este lugar. ] Dios es absoluto en amenazar, porque resuelto en castigar.

Versículo 17

Porque me abandonaron, y quemaron incienso a dioses ajenos, para provocarme a ira con todas las obras de sus manos; por tanto, mi ira se encender� contra este lugar y no se apagar�.

Ver. 17. Porque me han abandonado. ] La reforma que hacen es fingida y forzada: como apareci� por su rebeli�n contra la idolatr�a y la culpa de sangre, actualmente despu�s de la muerte del buen Jos�as. 2 Reyes 24: 3

Versículo 18

Mas al rey de Jud�, que os envi� a consultar a Jehov�, le dir�is as�: Jehov� Dios de Israel ha dicho as�, en cuanto a las palabras que has o�do;

Ver. 18. Pero al rey de Jud�. ] Aqu� ella le da su t�tulo justo, a quien antes hab�a llamado "hombre". 2Re 22:15 La piedad no es enemiga de la civilidad.

Versículo 19

Porque tu coraz�n era tierno, y te humillaste delante del SE�OR, cuando oyes lo que dije contra este lugar y contra sus habitantes, que se convertir�an en desolaci�n y maldici�n, y rasgaste tus vestidos y lloraste delante de ti. me; Yo tambi�n te he o�do, dice el SE�OR.

Ver. 19. Porque tu coraz�n era tierno. ] �Cu�n feliz es, dice un reverendo, ser una ca�a para los juicios de Dios, en lugar de una encina! La ca�a mansa y mansa se inclina y, por lo tanto, se pone de pie. El roble se mantiene r�gido contra la r�faga m�s fuerte y, por lo tanto, est� levantado de ra�z.

Versículo 20

Por tanto, he aqu� que te reunir� con tus padres, y ser�s recogido en tu tumba en paz; y tus ojos no ver�n todo el mal que yo traer� sobre este lugar. Y volvieron a traer la palabra del rey.

Ver. 20. Y ser�s recogido en tu tumba en paz. ] Y sin embargo, muri� en la batalla; pero (1.) Muri� antes del diluvio general de desolaci�n sobre la tierra: y as� las siguientes palabras exponen estas: "Y tus ojos no ver�n todo el mal que yo traer� sobre este lugar". As� que muri� "en paz", comparativamente con un peor estado de vida; Isa 57: 1 o, (2.) Estaba reunido con los esp�ritus de sus padres que disfrutaban de la paz; o, (3.

) Muri� a favor de Dios, aunque por la mano de un enemigo. Su llanto y humillaci�n hab�an alterado la naturaleza misma de los problemas e hicieron que la guerra fuera la paz para �l. Entonces uno clama: �Oh, la condici�n segura de los hijos de Dios, a quien el dolor mismo alivia, a quien la muerte revive, a quien la disoluci�n une, a quien, finalmente, su pecado y tentaci�n glorifica!

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre 2 Kings 22". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/2-kings-22.html. 1865-1868.