Bible Commentaries
2 Reyes 25

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

Versículo 1

Y sucedi� que en el a�o noveno de su reinado, en el mes d�cimo, en el d�a diez del mes, vino Nabucodonosor rey de Babilonia, �l y todo su ej�rcito, contra Jerusal�n, y acamp� contra eso; y levantaron fortalezas alrededor de ella.

Ver. 1. En el d�cimo mes, el d�cimo d�a del mes. ] Esto le fue revelado a Ezequiel en Babilonia. Eze 24: 1 Y aunque este d�a del d�cimo mes estaba establecido por la ley como d�a de expiaci�n o expiaci�n, Lev 16: 29-31, sin embargo, ahora "lleg� el fin, lleg� el fin, acechaba contra ellos, he aqu� , vino, vino un mal, vino un mal �nico, vino ", como lo ha dicho Ezequiel. Eze 7: 5-6 Esto los pobres cautivos despu�s se lamentaron en su aniversario de ayuno en este d�a guardado. Zacar�as 8:19

Y construyeron fortalezas alrededor de ella. ] Sobre la grandeza de este ej�rcito que rodeaba una ciudad tan grande, v�ase Jeremias 34:1 .

Versículo 2

Y la ciudad fue sitiada hasta el und�cimo a�o del rey Sedequ�as.

Ver. 2. Hasta el und�cimo a�o del rey Sedequ�as. ] Que fue un a�o y medio completo; sin embargo, el asedio fue levantado por un tiempo por la venida de Fara�nofra, la ca�a quebrada, como Ezequiel le dice, en la cual no hab�a confianza; y as� result�: porque entr� en el campo como un trueno y un rel�mpago, pero sali� como un rap�. Jeremias 37:5 ; Jerem�as 37:11

Versículo 3

Y en el [d�a] noveno del [cuarto] mes rein� el hambre en la ciudad, y no hubo pan para la gente de la tierra.

Ver. 3. El hambre prevaleci� en la ciudad. ] En cuanto a que los padres comieron a sus hijos, y los hijos a sus padres. Eze 5:10 Lam 4:10 La pestilencia tambi�n prevaleci� al mismo tiempo. Jeremias 21:6,7 ; Jerem�as 24:10

Versículo 4

Y la ciudad fue destruida, y todos los hombres de guerra [huyeron] de noche por el camino de la puerta entre dos muros, que [est�] junto al jard�n del rey; (ahora los caldeos [estaban] contra la ciudad en derredor; ) y [el rey] se fue por el camino hacia la llanura.

Ver. 4. Y la ciudad fue destruida ] a Por los sitiadores, que se hab�an apoderado de la puerta del medio. Jer 39: 3 Cayetano sostiene que fue destruido por los ciudadanos, para que pudieran escapar por la brecha. El hambre, decimos, atraviesa los muros de piedra.

Y todos los hombres de guerra ... huyeron.] Esta palabra "huyeron" no est� en el texto, sino que proviene de Jeremias 39:4 ut intelligamus fugam fuisse praecipitem, dice Vatablus, para exponer la apresurada y precipitada huida: pero en huyendo de la muerte, huyeron a ella.

Por la noche. ] Todo esto fue predicho. Eze 12:12

Por el camino hacia el llano. ] Por una manera subterr�nea, b dicen los Hebreos, en el que los condujo a la puerta secreta: por un profundo valle entre monta�as, dice Josefo.

Ahora los caldeos. ] Ver com. 2 Reyes 25:1 .

una Crebris ictibus arietum. - Iva.

b ??????????.

Versículo 5

Y el ej�rcito de los caldeos persigui� al rey y lo alcanz� en los llanos de Jeric�; y todo su ej�rcito se dispers� de �l.

Ver. 5. Y el ej�rcito de los caldeos los persigui�. ] Insequuti sunt regem, et assecuti sunt eum.

Y todo su ej�rcito se dispers� de �l.] Para cambiar por sus vidas, como el hombre es una criatura que ama la vida.

Versículo 6

Tomaron, pues, al rey y lo llevaron al rey de Babilonia en Ribla; y lo juzgaron.

Ver. 6. A Riblah. ] Una ciudad de Siria, que luego se llam� Apamia; como lo muestra la par�frasis de Jerusal�n en N�meros 34:11.

Y lo juzgaron. ] Ellos, por sentencia p�blica, lo declararon p�rfido y perjuro - ver Ezequiel 17:18 , - y lo trataron en consecuencia. El rabino Solomon se compromete a decirnos c�mo lo calificaron y en qu� t�rminos.

Versículo 7

Y mataron a los hijos de Sedequ�as delante de sus ojos, le sacaron los ojos a Sedequ�as, lo ataron con cadenas de bronce y lo llevaron a Babilonia.

Ver. 7. Y mataron a los hijos de Sedequ�as. ] Quienes, probablemente, fueron llevados con �l y consintieron su rebeli�n. a

Ante sus ojos.] Para su mayor dolor. Lo mismo le sucedi� a Mauricius, el emperador, un hombre mejor.

Y sacar los ojos de Sedequ�as. ] Los ojos de cuya mente hab�an sido apagados mucho antes; de lo contrario, podr�a haber previsto y prevenido este mal, ya que la previsi�n es el mejor medio de prevenci�n, si hubiera sido advertido por lo que estaba predicho. Jeremias 32:4 ; Jeremias 34:3 ; Eze 12:13 Los holandeses tienen un proverbio: Cuando Dios quiere destruir a un hombre, primero le saca los ojos.

Este castigo de sacar los ojos de un enemigo, fue practicado por los filisteos sobre Sans�n; por Irene, la emperatriz, sobre su hijo Constantinus Copronymus; por nuestro Enrique I sobre su hermano Roberto, duque de Normand�a; por Amidas, rey de T�nez, sobre su propio padre, Mulas�s; por Amurath VI, rey de los turcos, sobre los hermanos de su esposa, los dos j�venes pr�ncipes servios, Gregorio y Esteban, cuyos ojos quem� cruelmente con un cuenco al rojo vivo; b una pr�ctica despiadada com�n entre los turcos.

un Josefo

b Turk. Hist., 262.

Versículo 8

Y en el mes quinto, el s�ptimo d�a del mes, que es el a�o diecinueve del rey Nabucodonosor rey de Babilonia, vino Nabuzarad�n, capit�n de la guardia, siervo del rey de Babilonia, a Jerusal�n.

Ver. 8. Y en el quinto mes. ] En memoria de lo cual los pobres cautivos en Babilonia manten�an un ayuno anual. Zacar�as 7: 3

Y el s�ptimo d�a del mes. ] Jerem�as lo tiene, en el d�cimo d�a, Jeremias 52:12 ; Jer 39: 8 en el d�a de reposo; hasta cuando, esta persona profana quiz�s, a prop�sito, aplaz� el incendio de la ciudad y el templo. Lydiat piensa que les prendi� fuego el s�ptimo d�a y los quem� el d�cimo.

Capit�n de la guardia Nabuzarad�n. ] Praefectus laniorum; amo de los carniceros o mataderos; por eso parece que sus espadachines son llamados por su sangrienta crueldad.

Versículo 9

Y quem� la casa de Jehov�, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusal�n, y prendi� fuego a toda casa grande.

Ver. 9. Y quem� la casa del Se�or. ] Que hab�a estado ahora cerca de cuatrocientos cincuenta a�os. Con esta casa se quemaron, dicen algunos antiguos, todas las copias de las Sagradas Escrituras; pero eso no es probable.

Versículo 10

Y todo el ej�rcito de los caldeos que estaba con el capit�n de la guardia, derrib� los muros de Jerusal�n en derredor.

Ver. 10. Y todo el ej�rcito de los caldeos. ] Hic lege, et luge. Los del cautiverio lamentaron la destrucci�n de Jerusal�n por un ayuno anual. Zac 7: 5 Sal 137: 1-9 Los jud�os en este d�a, cuando construyen una casa, dejan una parte sin terminar, recordando que Jerusal�n y el templo est�n desolados. Por lo menos dejan sin enlucir alrededor de un metro cuadrado de la casa, en la que escriben con grandes letras: Si oblitus fuero, Jerusal�n: "Si me olvido de ti, oh Jerusal�n, que mi mano derecha olvide su astucia"; o bien estas palabras, Zecher lechorban, El recuerdo de la desolaci�n. a

un Leo Modena.

Versículo 11

Y el resto del pueblo que qued� en la ciudad, y los fugitivos que se opusieron al rey de Babilonia, con el resto de la multitud, se llev� Nabuzarad�n, capit�n de la guardia.

Ver. 11. Ahora el resto de la gente. ] Que eran ochocientas treinta y dos personas. Jeremias 40:1 ; Jerem�as 52:29

Versículo 12

Pero el capit�n de la guardia dej� a los pobres de la tierra para que fueran vi�adores y labradores.

Ver. 12. Dejados de los pobres de la tierra. ] �Qui�n ser�a m�s una carga que un beneficio para los caldeos; fruges consmere nati; pero en los jud�os podr�a hacer alg�n servicio. De populo tenuissimos, quibus nihil erat quicquam, reliquit. Y sin embargo de estos pobres tambi�n; unos cuatro o cinco a�os despu�s de esto, fueron llevadas setecientas cuarenta y cinco personas; para que la tierra disfrutara de su s�bado. 2Cr 36: 20-21 Jer 52:30 Y aqu� terminaron los que antes hab�an profetizado trescientos noventa a�os de la iniquidad de Israel; y esos cuarenta a�os de Jud�. Eze 4: 5-6

Versículo 13

Y las columnas de bronce que estaban en la casa del SE�OR, y las bases y el mar de bronce que estaba en la casa del SE�OR, los caldeos rompieron en pedazos, y llevaron el bronce de ellos a Babilonia. .

Ver. 13. Y las columnas de bronce. ] Los ornamentos del templo y los instrumentos del servicio de Dios fueron todos quitados, como se hab�a predicho. Jer 27: 21-22 Pero sucedi� que Jerem�as, como los poetas fingen de Casandra, dijo la verdad, pero no se le pod�a creer.

Y llev� el bronce. ] Es de lat�n muy fino. 1 Reyes 7:15

Versículo 14

Y se llevaron las ollas, las palas, las despabiladeras, las cucharas y todos los utensilios de bronce con que serv�an.

Ver. 14. Se los llev�. ] Ininterrumpido, por ser peque�o, port�til y �til.

Versículo 15

Y las cacerolas, y los tazones, y todo lo que era de oro, de oro, de plata, de plata, se lo llev� el capit�n de la guardia.

Ver. 15. Y todo lo que era de oro, en oro. ] Estos caldeos no estaban en la mente de los medos, "que no miraban el oro, y en cuanto a la plata, no se deleitaban en �l". Isa 13:17 Pero les result� m�s fatal y pernicioso que el oro de Tholouse una vez a los saqueadores romanos.

Versículo 16

Las dos columnas, una mar, y las bases que Salom�n hab�a hecho para la casa del SE�OR; el bronce de todos estos vasos no ten�a peso.

Ver. 16. No ten�a peso, ] es decir, sin peso cierto o conocido. Que para probar, se agrega,

Versículo 17

La altura de un pilar era de dieciocho codos, y el capitel sobre �l era de bronce; y la altura del capitel de tres codos; y la moldura de guirnalda, y granadas alrededor del capitel, todo de bronce; y como �stos, la segunda columna con moldura de guirnalda.

Ver. 17. La altura de un pilar era de dieciocho codos. ] La altura evidencia el peso; immensum erat pondus; tal como fue el de la gran ordenanza de los turcos usada contra las Rodas, tirada por treinta y ocho yuntas de bueyes, y apropiadamente llamado basilisco. a

un turco. Hist.

Versículo 18

Y el capit�n de la guardia tom� a Sera�as, el sumo sacerdote, y a Sofon�as, el segundo sacerdote, y a los tres guardianes de la puerta.

Ver. 18. Y el capit�n de la guardia tom� a Sera�as, etc. ] Estos probablemente fueron disparados desde esos rincones secretos del templo donde yac�an escondidos. Nuestros cronistas un decirnos que Guillermo el Conquistador, disparando la ciudad Mentz o Maguncia en Francia, consume una iglesia justo all�, en las paredes de lo cual se adjunta un anacoreta - Stow dice dos - que podr�a, pero no se escapar�a, sosteni�ndolo un incumplimiento de su voto religioso de abandonar su celda en esa angustia.

Otras historias nos dicen que en la �ltima destrucci�n de Jerusal�n, ciertos jud�os que se hab�an refugiado en el templo, salieron cuando estaba en llamas y suplicaron al emperador Tito que les diera cuartel por sus vidas; pero �l se neg� a hacerlo. ; dando esto por una raz�n, que de hecho no fue raz�n, Vosotros no merec�is vivir, que no morir� con la ruina de vuestro templo.

Y Sofon�as el segundo sacerdote. ] El gran suplente o sufrag�neo del sumo sacerdote; quien, en cualquier ocasi�n extraordinaria o que pudiera restringir o incapacitar al sumo sacerdote, deb�a ocupar su lugar.

a Velocidad, 447.

Versículo 19

Y sac� de la ciudad a un oficial que estaba al mando de los hombres de guerra, y a cinco hombres que estaban en presencia del rey, que se encontraban en la ciudad, y al escriba principal del ej�rcito, que alistaba a la gente de la tierra, y sesenta hombres del pueblo de la tierra [que estaban] en la ciudad:

Ver. 19. Eso fue puesto sobre los hombres de guerra. ] Teniente general, probablemente, al general Sophar. Jer 25: 1-38

Y cinco hombres de ellos. ] Jerem�as dice siete hombres; dos de ellos, quiz�s, fueron menos considerables, o fueron tomados en otro momento.

Versículo 20

Y los tom� Nabuzarad�n, capit�n de la guardia, y los llev� al rey de Babilonia en Ribla.

Ver. 20. Y Nabuzarad�n, capit�n de la guardia. ] Praefectus rerum capitalium, dicen los Tigurines. Ver 2 Reyes 25:8 .

Versículo 22

Y [en cuanto al] pueblo que qued� en la tierra de Jud�, que Nabucodonosor rey de Babilonia hab�a dejado, puso sobre ellos a Gedal�as, hijo de Ahicam, hijo de Saf�n, por gobernante.

Ver. 22. Sobre ellos hizo gobernante a Gedal�as. ] Un piadoso, prudente y de esp�ritu manso hombre, una abajo corte por la envidia, que la malignidad, que nadie puede estar delante oscil� afilada. Pro 27: 4

a Josefo dice que era ???????? ??? ???????, un hombre justo y moderado.

Versículo 23

Y cuando todos los capitanes de los ej�rcitos, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia hab�a nombrado gobernador a Gedal�as, llegaron a Gedal�as a Mizpa, Ismael hijo de Netan�as, Johan�n hijo de Carea y Sera�as hijo. de Tanhumeth netofatita y de Jaazan�as hijo de maacatita, ellos y sus hombres.

Ver. 23. Y cuando todos los capitanes del ej�rcito. ] Palantes per agros, qui dispersi fuerant; los que, probablemente, fueron esparcidos de Sedequ�as. 2 Reyes 25: 5

Versículo 24

Y Gedal�as les jur� a ellos ya sus hombres, y les dijo: No tem�is ser siervos de los caldeos; habita en la tierra y servid al rey de Babilonia; y te ir� bien.

Ver. 24. Habita en la tierra y sirve. ] Los �rabes tienen un buen proverbio, Os quod in sorte tua cediderit, rodas, Cont�ntate con tu condici�n; y si no puede recordar su patrimonio, vuelva a pensar en su patrimonio.

Versículo 25

Pero sucedi� que en el mes s�ptimo, vino Ismael, hijo de Netan�as, hijo de Elisama, de la descendencia real, y diez hombres con �l, e hirieron a Gedal�as, y muri�, y los jud�os y los caldeos que lo hab�an recibido. estaban con �l en Mizpa.

Ver. 25. De la semilla real. ] Por tanto, desde�� que Gedal�as, un hombre m�s mezquino, fuera nombrado gobernador. El amor propio y la envidia ense�an a los hombres a voltear el espejo para verse a s� mismos m�s grandes y a los dem�s m�s peque�os que ellos.

E hiri� a Gedal�as. ] Traidoramente en una fiesta. Jerem�as 41: 2

Y lo mat�. ] De esto Gedal�as ten�a una advertencia, pero no quiso aceptarla. Jer 40: 13-14 Se informa lo mismo de Julio C�sar, del duque de Guisa en Francia, y otros.

Y los jud�os y los caldeos, etc. ] A todos estos masacr�; siendo incitado a ello por Baalis, rey de los amonitas, con quien este sanguinario villano se hab�a mantenido alejado de la tormenta durante el sitio de Jerusal�n. Jerem�as 40:14

Versículo 26

Y se levant� todo el pueblo, peque�os y grandes, y los capitanes de los ej�rcitos, y llegaron a Egipto, porque ten�an miedo de los caldeos.

Ver. 26. Y lleg� a Egipto. ] Su cita fue en Bel�n; donde cuando el profeta Jerem�as les hab�a prohibido por Dios que fueran a Egipto bajo pena de destrucci�n total, sin embargo ir�an innecesariamente, y lo hicieron: llevando consigo tambi�n a Jerem�as y Baruc. Jerem�as 43: 4

�� Ah, docta plus valet arte malum! "

Jerem�as, aunque su prisionero, no cesaba de reprenderlos en Egipto por su obstinaci�n e idolatr�a, y de predecir su destrucci�n: por lo cual sus ingratos compatriotas lo apedrearon hasta la muerte, como relatan otras historias. Hoc fuit ?????????, dice uno. Esta fue la recompensa que recibi� ese fiel siervo de Dios por sus cuarenta a�os de dolores entre ellos.

Versículo 27

Y sucedi� que en el a�o treinta y siete de la cautividad de Joaqu�n rey de Jud�, en el mes duod�cimo, el d�a veintisiete del mes, Evilmerodac, rey de Babilonia, en el a�o que comenz�. para reinar levant� de la c�rcel la cabeza de Joaqu�n, rey de Jud�;

Ver. 27. Y sucedi� en el a�o treinta y siete. ] Este fue un largo tiempo para estar prisionero; pero, sin embargo, conserv� su vida - ahora, "un perro vivo es mejor que un le�n muerto" - y sus ojos - que benefician a Sedequ�as se vieron privados; y al fin este elevado ascenso: tan poco se pierde haciendo o sufriendo algo por el amor de Dios; cuyas retribuciones son m�s que generosas. Aquellos "buenos higos" que fueron llevados cautivos con �l, tambi�n tuvieron su parte, sin duda, en sus comodidades, aunque nada se diga de ello.

El d�a siete y veinte del mes. ] El vig�simo quinto d�a fue puesto en libertad, Jer 52:31 y el vig�simo s�ptimo avanzado.

Ese Evilmerodach, rey de Babilonia. ] Hijo y sucesor de Nabucodonosor. Los rabinos nos dicen que, cuando su padre volvi� a su sano juicio, despu�s de que durante siete a�os hab�a estado pastando entre las bestias del campo, ech� a Evilmerodach en la misma prisi�n con Joaqu�n, quien le cont� su caso: y as� encontr� este favor con �l. Nos dicen adem�s, que este Evilmerodach, en forma de venganza, sac� de la tumba el cad�ver de su padre, lo cort� en pedazos, lo quem� hasta convertirlo en cenizas, parti� las cenizas, las meti� en varias carteras, las at� a cuatro cuellos de �guila. , y los hizo volar a las cuatro partes del mundo.

Ver para esto, Isa�as 14:19,20 . Otros nos dicen que sus cortesanos lo llamaban Evilmerodach, es decir, Foolmerodach, porque era muy amable con Joaqu�n y su pueblo. As� que despu�s llamaron a Constantino el Gran Pupilo, por su cortes�a y generosidad con los cristianos.

Versículo 28

Y le habl� amablemente, y puso su trono sobre el trono de los reyes que estaban con �l en Babilonia;

Ver. 28. Y le habl� amablemente. ] Heb., Cosas buenas con �l: tanto hablaba como hac�a por �l las cosas buenas que poco esperaba; pero mucho mejor digerido que Arthur L. Lisle hizo la cortes�a del rey Enrique VIII; por quien, habiendo sido arrojado a la Torre por sospecha de traici�n, luego no solo fue absuelto, sino consolado con tan buenas palabras, adem�s de un rico anillo que le envi� de su propio dedo, que al o�rlo, una alegr�a repentina sobrecarg� su coraz�n: y fue recibido tan inmoderadamente, que esa misma noche puso fin a su vida. a

a Velocidad, 896.

Versículo 29

Y cambi� sus ropas de prisi�n, y comi� pan continuamente delante de �l todos los d�as de su vida.

Ver. 29. Y cambi� sus ropas de prisi�n. ] Lo mismo le sucedi� a Jos�, cuyas cadenas en una hora se transformaron en cadenas de oro, sus harapos en mantos, sus cepos en carro, su c�rcel en palacio. Entonces Dios volvi� la cautividad de Job, como los arroyos del sur. As� que la reina Isabel, despu�s de una larga moderaci�n, fue exaltada de la miseria a la majestad, de prisionera a princesa, etc.

Accidit in puncto quod non speratur in anno. "

Versículo 30

Y su asignaci�n [era] una asignaci�n continua que le daba el rey, una tasa diaria por cada d�a, todos los d�as de su vida.

Ver. 30. Y su asignaci�n era una asignaci�n continua. ] As� es o podr�a ser la porci�n de todos los verdaderos creyentes: quienes, por lo tanto, deber�an "comer su pan con gozo y beber su vino con alegr�a todos los d�as de su vida", que no deben ser contados por las horas, sino medidos por la espiritualidad. alegr�a; como el dinero no es por cuento, sino por valor.

Todos los d�as de su vida. ] Evilmerodach rein� poco m�s de dos a�os; ser asesinado traicioneramente por Neriglissorus, el marido de su propia hermana; como escribe Beroso, a citado por Josefo, b : y algunos creen probable a partir de este texto, que Jecon�as tambi�n muri� aproximadamente al mismo tiempo, a la edad de siete y cincuenta a�os.

a Rer. Caldaico., Lib. xxx.

b Lib. i., cont. Apion.

Soli Deo Gloria

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre 2 Kings 25". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/2-kings-25.html. 1865-1868.