Bible Commentaries
2 Reyes 7

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

Versículo 1

Entonces Eliseo dijo: O�d la palabra de Jehov�; As� ha dicho Jehov�: Ma�ana a estas horas se vender� una medida de flor de harina por un siclo, y dos medidas de cebada por un siclo, en la puerta de Samaria.

Ver. 1. Ma�ana a esta hora. ] La perversidad del hombre no detiene la corriente de la bondad infinita de Dios. "�Qu� debo esperar m�s al Se�or?" dijo el malvado Joram. "Ma�ana se vender� una medida de flor de harina por un siclo", etc., dice el Se�or, como si quisiera condescender, donde juzgar; y agradar�a a los que no merec�an m�s que castigo.

Har� una medida de harina fina. ] No harina, sino harina, y tambi�n harina fina, un picoteo y una olla vendidas por un siclo; es decir, por media corona como m�ximo; algunos dicen, por la mitad del dinero; donde una cabeza de asno y una caba�a de esti�rcol de paloma hab�an estado a un ritmo tan irracional. Este fue un cambio maravilloso tan repentino. �Qu� no puede hacer el Se�or! En el �ltimo a�o, salvo uno, de Queen Mary, el trigo se vendi� aqu� en Inglaterra por cuatro marcos el cuarto; malta por dos libras y cuatro chelines el cuarto; guisantes a dos libras seis chelines ocho peniques.

Considerando que despu�s de la pr�xima cosecha, el trigo se vendi� a cinco chelines el trimestre; malta a cuatro chelines ocho peniques; y en algunos lugares se cambiaba un celem�n de centeno por una libra de caramelos, que llegaba a cuatro peniques. a En el a�o 1555, cuando, debido a un clima desfavorable, hubo una gran escasez en esta tierra, surgi� sobre las rocas sin labranza ni siembra, en el condado de Essex, entre Orford y Adleborough, tal cosecha de guisantes , que en agosto se recogieron m�s de cien cuartos; y al florecer quedaron muchos m�s, donde nunca creci� hierba, ni se vio tierra, sino roca dura y s�lida a tres metros de profundidad bajo sus ra�ces. B

a Martyrol del Sr. Clark .

b Velocidad en Suffolk.

Versículo 2

Entonces un se�or en cuya mano se apoyaba el rey respondi� al var�n de Dios, y dijo: He aqu�, si el SE�OR hiciera ventanas en los cielos, �ser�a esto? Y �l dijo: He aqu�, lo ver�s con tus ojos, pero no comer�s de �l.

Ver. 2. He aqu�, si el Se�or hiciera ventanas. ] Si lloviera ma�z, como una vez hizo con el man�. Por lo tanto, cuestion� no solo la verdad del profeta, sino tambi�n el poder de Dios, como lo hicieron los de la antig�edad que dijeron: "�Puede Dios prepararnos una mesa en el desierto?" &C.

Versículo 3

Y hab�a cuatro leprosos a la entrada de la puerta, y se dec�an unos a otros: �Por qu� nos sentamos aqu� hasta que muramos?

Ver. 3. Y hab�a cuatro hombres leprosos. ] Estos fueron Giezi y sus tres hijos, dicen los rabinos; pero quien les dijo eso? Dios hace uso muchas veces de instrumentos mezquinos y abyectos para llevar a cabo grandes asuntos.

Versículo 4

Si decimos: Entraremos en la ciudad, entonces habr� hambre en la ciudad, y all� moriremos; y si nos quedamos quietos aqu�, tambi�n moriremos. Ven, pues, ahora, y caigamos ante el ej�rcito de los sirios; si nos salvan la vida, viviremos; y si nos matan, moriremos.

Ver. 4. Caigamos ante el ej�rcito de los sirios. ] Esto no debieron haber hecho - porque de esta manera se les podr�a dar ocasi�n a los id�latras de insultar y blasfemar al Dios verdadero, por no poder proveer para sus siervos, - sino m�s bien haber muerto en el lugar.

Si nos matan. ] El hambre extrema los hab�a desesperado: como los de esta naci�n, hacia el a�o 700, que se juntaban de la mano, cuarenta o cincuenta en compa��a, tir�ndose de cabeza al mar. a

Hic rogo, non furor est, ne moriare, mori? "

a Godw., Catal., 465.

Versículo 5

Y se levantaron en el crep�sculo para ir al campamento de los sirios; y cuando llegaron al extremo del campamento de Siria, he aqu� que no hab�a nadie all�.

Ver. 5. Y se levantaron en el crep�sculo. ] En el crep�sculo vespertino, 2 Reyes 7:9 ; 2Re 7:12 los sirios huyeron un poco antes. 2 Reyes 7: 7

Versículo 6

Porque Jehov� hab�a hecho o�r al ej�rcito de los sirios estruendo de carros, estruendo de caballos, estruendo de un gran ej�rcito; y se dec�an unos a otros: He aqu�, el rey de Israel ha alquilado contra nosotros los reyes de los hititas y los reyes de los egipcios vendr�an sobre nosotros.

Ver. 6. Escuchar ruido de carros. ] Algunos piensan que este ruido no estaba en el aire, sino s�lo en sus o�dos, porque nadie m�s lo escuch�. Pero Dios puede controlar f�cilmente los sentidos de los hombres, como se ha demostrado. 2Re 6:18 Hechos 9:18 Y es probable que los �ngeles hicieran un ruido apresurado en el aire sobre sus cabezas, que les caus� un gran temor, y los puso en marcha tan apresuradamente que dejaron sus caballos detr�s de ellos. Vea un milagro similar, 2 Samuel 5:24 , y observe c�mo

Ludit in humanis divina potentia rebus. "

De modo que el historiador romano relata que, por el ruido de una gran risa, el gran ej�rcito de An�bal que yac�a a las puertas de Roma se asust� de repente y se hizo huir; con lo cual se consagr� un templo Deo Ridiculo, al dios riendo, en via Appia, en la carretera a la ciudad.

He aqu� que el rey de Israel nos ha contratado. ] Una mera fantas�a propia: por medio de la cual el Se�or, por as� decirlo, con desprecio y burla, los pondr�a en este desorden, corriendo sin causa real, como tantos locos. Dios podr�a haber tomado otro camino con ellos, como matarlos por sus �ngeles, consumirlos con fuego del cielo, etc. Alrededor del a�o de gracia 394, Teodosio tuvo una gran victoria sobre los persas y sarracenos, mientras que el Se�or los golpe� con un terror de p�nico, de modo que corrieron de cabeza al r�o �ufrates, y perecieron en las aguas por encima de cien mil de ellos. , dice mi autor. a

a Alsted., Chronol., p�g. 300.

Versículo 7

Por tanto, se levantaron y huyeron en el crep�sculo, y dejaron sus tiendas, sus caballos y sus asnos, incluso el campamento como estaba, y huyeron para salvar su vida.

Ver. 7. Por tanto, se levantaron y huyeron. ] Sobre la imaginaci�n de ellos antes mencionada, que ellos mismos, probablemente, hicieron p�blica, de modo que otras naciones se dieron cuenta de ello.

Versículo 8

Y cuando estos leprosos llegaron al extremo del campamento, entraron en una tienda, y comieron y bebieron, y de all� llevaron plata, oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y volvi�, y entr� en otra tienda, y llev� de all� [tambi�n], y fue y [la] escondi�.

Ver. 8. Y tom� de all� tambi�n, y fue y lo escondi�. ] La codicia es insatisfactoria en la clandestinidad y el acaparamiento; es, como se dice, una borrachera seca, sin decir nunca: Satis est. Es suficiente.

Versículo 9

Entonces se dijeron unos a otros: No hacemos bien; hoy es un d�a de buenas nuevas, y callamos; si nos demoramos hasta el amanecer, nos sobrevendr� alg�n mal; ahora, pues, ven, que puede ir a cont�rselo a la casa del rey.

Ver. 9. Entonces dijeron. ] Al fin, piensan en lo mejor; m�s por miedo al peligro que por cuidado de la comunidad.

Este d�a es un d�a de buenas nuevas, etc. ] Somos dignos de ser excluidos de las puertas de la ciudad como leprosos, si el respeto al bien p�blico no nos supera en todos nuestros deseos y comportamientos.

Versículo 10

Vinieron, pues, y llamaron al portero de la ciudad; y ellos les contaron, diciendo: Llegamos al campamento de los sirios, y he aqu�, no hab�a all� nadie, ni voz de hombre, sino caballos atados y asnos atados, y las tiendas como estaban.

Ver. 10. Y he aqu�, no hab�a ning�n hombre all�. ] Dios se hab�a deshecho de ellos por completo para bien de su pueblo; tampoco ten�an intenci�n de volver a sus tiendas de campa�a, Dios continuaba con el sonido que al principio hab�a enviado entre ellos. As� que los alemanes se asustaron y enviaron a casa con una pulga en la oreja en bello Hussitico, en la guerra que hicieron contra el pueblo de Dios en Bohemia.

Versículo 11

Y llam� a los porteros; y lo contaron a la casa del rey en el interior.

Ver. 11. Y se lo contaron a la casa del rey.] Era conveniente que el rey y sus consejeros se familiarizaran con lo primero, para que pudieran ordenar mejor las cosas para el bien p�blico.

Versículo 12

Y levant�ndose el rey de noche, dijo a sus siervos: Ahora os mostrar� lo que nos han hecho los sirios. Saben que tenemos hambre; por tanto, han salido del campamento para esconderse en el campo, diciendo: Cuando salgan de la ciudad, los pescaremos vivos y entraremos en la ciudad.

Ver. 12. Ahora les mostrar� lo que nos han hecho los sirios. ] Esto dice, siendo nimium et intempestive meticulosus, m�s temible de lo que era apropiado; pero o no cre�a, o se hab�a "olvidado del consuelo" [???????????], como dice el ap�stol que los hebreos ten�an, Heb 4: 6 la promesa que le hizo el profeta. 2 Reyes 7: 1

Saben que tenemos hambre, etc. ] Mediante una estratagema como la que se menciona aqu�, Tomyris, la reina escita, eludi� y destruy� a Ciro y sus persas. a De modo que cuando los cristianos sitiaron a Tolomeo y al mismo tiempo fueron sitiados por Saladino, se sintieron tan mal por los v�veres que se vieron obligados a mendigar y compr�rselos a sus enemigos. Cuando Saladino lo advirti�, fingi� seguir su camino, dejando su campamento lleno de abundancia de todas las cosas: y cuando los cristianos hambrientos de hambre cayeron sobre el bot�n de una manera confusa, �l se acobard� nuevamente y mat� a una gran clase de ellos. B

a Justin., lib. I.

b Funcc., Chron.

Versículo 13

Y uno de sus siervos respondi� y dijo: Te ruego que [algunos] tomen cinco de los caballos que quedan, que quedan en la ciudad, (he aqu�, son como toda la multitud de Israel que ha quedado en esto: he aqu�, [digo], ellos [son] como toda la multitud de los israelitas que han sido consumidos :) y enviemos y veamos.

Ver. 13. Cinco de los caballos. ] Estos cinco fueron todos o la mayor�a de los que quedaron vivos, y tal vez no se comieron.

He aqu�, son todos ] qd, No tenemos por qu� tener escr�pulos en hacerlo; porque, �ay! todos, tanto los caballos como los hombres, est�n en estado de perecimiento.

Versículo 14

Tomaron, pues, dos caballos de carros; y el rey envi� tras el ej�rcito de los sirios, diciendo: Id y ved.

Ver. 14. Dos caballos de carro. ] Con sus jinetes.

Versículo 15

Y fueron tras ellos hasta el Jord�n; y he aqu�, todo el camino estaba lleno de vestidos y utensilios que los sirios hab�an arrojado en su prisa. Y volvieron los mensajeros e informaron al rey.

Ver. 15. Lleno de prendas y vasijas. ] Impedimenta domestica vel bellica, todo lo que pueda estorbarlos o perseguirlos en su vuelo. �Oh, que en la carrera de la religi�n pudi�ramos deshacernos de todo peso! Hebreos 12: 1

Versículo 16

Y sali� el pueblo y saque� las tiendas de los sirios. Se vendi�, pues, una medida de flor de harina por un siclo, y dos medidas de cebada por un siclo, conforme a la palabra del SE�OR.

Ver. 16. As� que una medida. ] Ver com. 2 Reyes 7:1 .

Versículo 17

Y el rey design� al se�or en cuya mano se hab�a apoyado para que se hiciera cargo de la puerta; y el pueblo lo pisote� en la puerta, y muri�, como hab�a dicho el var�n de Dios, que hab�a hablado cuando el rey descendi� a �l. .

Ver. 17. Y el rey nombr�. ] No sin una providencia suprema divina, para un justo castigo de la incredulidad de este pr�ncipe profano.

Y el pueblo lo pisote� a la puerta. ] No se sabe si hab�a sido un opresor del pueblo, y por lo tanto, justamente fue hollado hasta la muerte por ellos; pero que vergonzosamente hab�a hollado la honra del poder de Dios, est� registrado, 2Re 7: 2 por lo que fue dignamente hollado. por las personas hambrientas, que no ser�an retenidas por su autoridad. El vientre no tiene orejas, decimos; y el hambre atraviesa los muros de piedra. Constantino Pale�logo, el �ltimo emperador griego, sufri� una muerte semejante en la puerta de Constantinopla, cuando el ej�rcito turco entr� en esa ciudad y la tom�, en 1453 d.C.

Versículo 18

Y sucedi� que como el var�n de Dios hab�a hablado al rey, diciendo: Dos medidas de cebada por un siclo, y una medida de flor de harina por un siclo, ser� ma�ana a esta hora en la puerta de Samaria.

Ver. 18. Dos medidas de cebada. ] Ver com. 2 Reyes 7:1 , y observar la infalibilidad de las promesas y amenazas de Dios.

Versículo 19

Y aquel se�or respondi� al var�n de Dios, y dijo: He aqu�, si el SE�OR hiciera ventanas en los cielos, �ser�a tal cosa? Y �l dijo: He aqu�, lo ver�s con tus ojos, pero no comer�s de �l.

Ver. 19. Ver com. 2 Reyes 7:2 .

He aqu� lo ver�s con tus ojos. ] La misma miseria sobrevendr� a los reprobados en el �ltimo d�a; Luk 13:28 ellos ver�n a Abraham, Isaac y Jacob, ya todos los profetas en el reino de Dios, y ellos mismos ser�n expulsados.

Versículo 20

Y as� le sucedi�; porque el pueblo lo pisote� a la puerta, y muri�.

Ver. 20. Porque el pueblo lo pisote�. ] Ver 2 Reyes 7:17 .

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre 2 Kings 7". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/2-kings-7.html. 1865-1868.