Bible Commentaries
Daniel 3

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

Versículo 1

El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro, cuya altura era de sesenta codos, y su anchura de seis codos. La levant� en la llanura de Dura, en la provincia de Babilonia.

Ver. 1. El rey Nabucodonosor hizo una imagen de oro. ] Habiendo tomado Tiro, que fue ese gran servicio del que se habla en Ezequiel 29:18 , sometido a Egipto, que era su paga por sus dolores en Tiro, y derrocado N�nive, como Nahum hab�a predicho, estaba tan engre�do con su gran �xito que �l erigi� esta monstruosa estatua de s� mismo, para que todos lo adoraran bajo pena de muerte.

Que fue su propia imagen la que erigi� aqu� con tal prop�sito, como tambi�n lo hizo despu�s Cayo Cal�gula, el emperador romano, se deduce, (1.) Porque �l mismo no la ador�; (2.) Porque Dan 3:12 se distingue de sus dioses; (3.) Porque esto fue predicho de �l desde hace mucho tiempo, Isa 14:14 que, como Lucifer, lo tomar�a como un dios; lo cual, debido a que lo hizo, se convirti� dignamente en un granjero entre las bestias.

Dan 4:33 Mientras tanto, f�jense aqu� en la disposici�n inconstante y mutable de este pr�ncipe orgulloso en lo que respecta a la religi�n. Velox oblivio est veritatis, dice Jer�nimo; La verdad pronto se olvida. Nabucodonosor, quien tan recientemente hab�a adorado a un siervo de Dios como un dios, y no se le permiti� hacerlo, declar� por el �nico Dios verdadero y llev� a sus siervos a lugares de mayor preferencia, ahora est� estableciendo la idolatr�a a pesar de Dios. y arrojando cruelmente al fuego a los que tanto hab�a exaltado, porque disent�an. Es probable que Daniel resisti� esta imp�a empresa en la medida de sus posibilidades y dej� el resto a Dios.

Cuya altura era de sesenta codos. ] El codo ordinario es un pie y medio; pero el codo babil�nico, dice Herodoto, era tres dedos m�s grande que el codo com�n; de modo que esta imagen podr�a tener sesenta y siete codos ordinarios de altura. El Rhodian Colosse era todav�a m�s grande; porque ten�a ochenta codos de alto, hecho de bronce en forma de hombre, de pie con sus dos piernas caminando sobre un puerto, bajo el cual pod�an pasar barcos con sus velas y m�stiles.

a Su dedo me�ique era tan grande como el de un hombre com�n, siendo obra de doce a�os, hecho por Chares de Lindum, y dignamente considerado como una de las siete maravillas del mundo. Luego fue vendido a un jud�o, que carg� novecientos camellos con el bronce; porque hab�a sido derribado por un terremoto. b Esta imagen de Nabucodonosor era tan grande, para impresionar a la gente con asombro - entonces ellos "se maravillaron en pos de la bestia" Apocalipsis 13: 3 - y por lo tanto gloriosa, dorada al menos, si no de oro macizo, para persuadir sus sentidos, y con exquisita m�sica para atraer sus afectos. El papado es en una especie de religi�n seductora, tentadora y hechizante. Jer�nimo compara la herej�a con esta imagen de oro; Ireneo felicidad mundana, que el diablo induce a los hombres a admirar y adorar.

Lo instal� en el llano de Dura. ] En una llanura agradable, mencionada tambi�n por Ptolomeo c, el ge�grafo, quo statua commendatior habeatur, para que sea la m�s considerada.

un Plin., lib. xxxiv, cap. 7.

b Theop. Pezel., Mell. Hist.

c Geog., lib. vi.

Versículo 2

Entonces el rey Nabucodonosor envi� a reunir a los pr�ncipes, a los gobernadores, a los capitanes, a los jueces, a los tesoreros, a los consejeros, a los alguaciles y a todos los gobernantes de las provincias, para que vinieran a la dedicaci�n de la imagen que el rey Nabucodonosor hab�a establecido.

Ver. 2. Entonces el rey Nabucodonosor envi� a reunir a los pr�ncipes. ] Satrapas, no as� llamado quia sat rapiant, como lo hace Lyra; porque es una palabra persa que significa los que estaban cerca de la persona del rey. La superstici�n primero parece dar vueltas en los grandes. Esdras 8:11 La Vulgata "son llevados a �dolos mudos, como si fueran conducidos". 1Co 12: 2 Son t�midos, y seguir�n al l�der tanto al redil como a un prado; tambi�n se alimentan con m�s avidez de la hierba que los pudrir�.

Versículo 3

Entonces los pr�ncipes, los gobernadores y capitanes, los jueces, los tesoreros, los consejeros, los alguaciles y todos los gobernantes de las provincias, se reunieron para la dedicaci�n de la estatua que el rey Nabucodonosor hab�a levantado; y se detuvieron ante la imagen que hab�a levantado Nabucodonosor.

Ver. 3. Luego los pr�ncipes, los gobernadores. ] Estos envidian a los nuevos favoritos y tem�an que el rey, por su confesi�n tard�a, Dan 2:47 ten�a una opini�n demasiado buena de la religi�n de los jud�os, acudieron f�cilmente a esta dedicaci�n, y probablemente la hab�a ideado para perjudicar a esos tres. dignos, como los de Dan 6: 4-5 hicieron con Daniel.

Versículo 4

Entonces un heraldo clam� en voz alta: A ustedes se les ordena, oh pueblos, naciones y lenguas,

Ver. 4. A ti se te ordena. ] Cald., Ellos mandan; es decir, el rey y su consejo. como Ester 1:13 ; Est 1:15 Pero, �qu� dijeron los paganos? Obediemus Atridis honesta mandantibus, a obedeceremos a los gobernantes si mandan cosas honestas, pero no de otra manera. El obispo de Norwich le pregunt� a Roger Coo, m�rtir en los d�as de la reina Mar�a, si no obedecer�a las leyes de la reina. �l respondi�: En la medida en que est�n de acuerdo con la Palabra de Dios, los obedecer�.

El obispo respondi�: Ya sea que est�n de acuerdo con la Palabra de Dios o no, estamos obligados a obedecerlos, si la reina fuera una infiel. Coo respondi�: Si Sadrac, Mesaeh y Abednego lo hubieran hecho, Nabucodonosor no habr�a confesado al Dios viviente. B

un Eurip. en Phaeniss.

b Hechos y lunes, fol. 1550.

Versículo 5

Daniel 3:5 [que] a la hora en que o�reis el sonido de la corneta, la flauta, el arpa, el costal, el salterio, el dulcimer y toda clase de m�sica, os postr�is y adorad la imagen de oro que el rey Nabucodonosor ha erigido;

Ver. 5. Que a qu� hora oigas. ] Ver Daniel 3:1 . Las tentaciones del placer son perspicaces tentaciones para la idolatr�a. 2Pe 2:18 Sir Walter Raleigh dijo: Si eligiera una religi�n para gratificar la carne, elegir�a el papado. Los cat�licos, en su s�plica al rey Jacobo por tolerancia, suplican que su religi�n, inter caetera, entre otras, es tan conforme con el sentido natural y la raz�n, �que deber�a ser abrazada! Un argumento adecuado. He le�do sobre una dama en Par�s que, al ver la valent�a de una procesi�n hacia un santo, grit�: �Oh, qu� hermosa es nuestra religi�n m�s all� de la de los hugonotes!

Que a qu� hora escuchas el sonido. ] As� que en el Papado, cuando suena la campana del Ave Mar�a, que es al amanecer, al mediod�a y al atardecer, todos los hombres, en cualquier lugar, casa, campo, calle o mercado, se arrodillan y env�an sus devociones unidas por un Ave Mar�a. a

Se postran y adoran.] Esto es todo lo que se requiere; de certa confessionis forma imperata, ne gry. [Sic.]

una especificaci�n. Europ.

Versículo 6

Y el que no se postrare y adore, en la misma hora ser� echado en medio de un horno de fuego ardiendo.

Ver. 6. Y el que no se postra y adora, etc. ] El fuego y la espada son los mejores argumentos de los id�latras. Pero la conciencia es fuente y manantial del deber; y si eso no es dirigido y atemorizado por la Palabra de Dios, en vano son las Actas del Parlamento y las proclamas, aunque respaldadas con amenazas; como si se rompiera el resorte de un reloj, en vano se mantienen limpias y en orden todas las ruedas.

Versículo 7

Por tanto, en aquel tiempo, cuando todo el pueblo oy� el sonido de la corneta, la flauta, el arpa, el costal, el salterio y toda clase de m�sica, todo el pueblo, las naciones y las lenguas se postraron y adoraron la imagen de oro. que el rey Nabucodonosor hab�a establecido.

Ver. 7. Todos los pueblos, naciones y lenguas cayeron. ] Los que proceden del sauce que cede, y no del roble robusto, ceder�n con el tiempo y ser�n siempre de la religi�n del rey. En los d�as de la reina Mar�a aqu�, y �ltimamente en el Palatinado, apenas uno de cada quinientos se destac�, pero cay� ante el papado tan r�pido como las hojas caen en oto�o. Ver Daniel 3:5 .

Versículo 8

Por tanto, en aquel tiempo se acercaron unos caldeos y acusaron a los jud�os.

Ver. 8. Por tanto, en aquel tiempo se acercaron unos caldeos y acusaron a los jud�os. ] Todos los jud�os est�n acusados, porque algunos se negaron a adorar. As� que a�n toda la generaci�n de los justos debe ser acusada de los supuestos abortos involuntarios de unos pocos entre ellos. Vemos que el mundo no es cambiante; antiquum obtinet. Los jud�os ciertamente, desde el cautiverio, han aborrecido la idolatr�a; y el culto papista de im�genes, para lo cual ambos Judios y los turcos los llamamos cristianos id�latras, una es un esc�ndalo principal de ellos, y un let a su conversi�n.

una especificaci�n. Europ.

Versículo 9

Hablaron y dijeron al rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive.

Ver. 9. Hablaron y dijeron:� Oh rey, vive para siempre.] As� se insin�an con lisonjas. As� que Hechos 24:2,3 .

Versículo 10

T�, oh rey, has decretado que todo el que oiga el sonido de la corneta, la flauta, el arpa, el costal, el salterio y el dulcimer y toda clase de m�sica, se postrar� y adorar� la imagen de oro.

Ver. 10. T�, oh rey, has hecho un decreto. ] Los decretos de los reyes son muy solicitados por aquellos que est�n resueltos a ser de la religi�n del rey Harry, ya sea que represente el antiguo mumpsimus a o el nuevo sumpsimus. B

a Uno que se adhiere obstinadamente a las viejas costumbres, a pesar de la evidencia m�s clara de que est�n equivocadas; un oponente ignorante y fan�tico de la reforma �D

b Una expresi�n correcta que reemplaza a una incorrecta pero popular (mumpsimus). �D

Versículo 11

Y el que no se postra y adora, [para] ser echado en medio de un horno de fuego ardiendo.

Ver. 11. Y el que no se postra y adora, debe ser echado, etc. ] Esto con un hombre sin gracia es un argumento vacilante; preferir� girar que arder; como no vino al mundo para fre�r, como se dec�a en los d�as de la reina Mar�a, no puede ir a fre�r en �l. Epicuro confes� de palabra un Dios, pero de hecho lo neg�, porque Anax�goras fue condenado a muerte por negar a Dios en Atenas, donde floreci� Epicuro. a

a Agosto, De Civ. Dei, lib. xviii, cap. 41.

Versículo 12

Hay ciertos jud�os a quienes has puesto sobre los asuntos de la provincia de Babilonia, Sadrac, Mesac y Abednego; estos hombres, oh rey, no te han mirado; no sirven a tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has erigido.

Ver. 12. Hay ciertos jud�os. ] En todas partes se habla en contra, al igual que los cristianos despu�s, odio humani generis, dice T�cito, un odiaba por su religi�n.

A quien has puesto sobre los asuntos. ] Esto fue lo que molest� a estos acusadores rencorosos: "La ira es cruel, y la ira es atroz; pero �qui�n podr� enfrentarse a la envidia?" Pro 27: 4

Sadrac, Mesac y Abednego. ] A quienes, aunque has preferido mucho, y al llamarlos por los nombres de tus dioses, los comprometiste con tu religi�n, no se rendir�n a ella, sino que ser�n singulares y refractarios.

Estos hombres, oh rey, no te han mirado. ] Cald., No te he mirado. Esto fue siempre unicum crimen eorum qui crimine vacante.

a Lib. xv.

Versículo 13

Entonces Nabucodonosor, con [su] ira y furor, orden� que trajeran a Sadrac, Mesac y Abednego. Luego llevaron a estos hombres ante el rey.

Ver. 13. Entonces Nabucodonosor en su rabia y furia. ] Su sangre hirviendo en su coraz�n, como azufre en la cerilla; para prevenir de lo cual la naturaleza ha puesto el coraz�n cerca de los pulmones, ut cum ira ascenditur, pulmonis humore temperetur, para aliviar su calor, no sea que las perturbaciones lo hiervan en salmuera.

Orden� traer a Shradrach. ] Quienes, al parecer, estuvieron presentes al principio, con santa valent�a, confrontando sus idolatr�as en los mismos dientes del rey y de los nobles. Daniel est� excusado por su ausencia e ignorancia. Pero tal vez Nabucodonosor podr�a mostrarle el mismo favor que nuestro Enrique VIII. Cranmer, quien disputando celosamente los seis art�culos, el rey quiso que saliera del Parlamento a la c�mara del consejo por un tiempo, hasta que se aprobara la Ley. y ser concedido; lo cual, no obstante, con humilde protesta se neg� a hacer. a Y probablemente tambi�n lo har�a Daniel, quien, por lo tanto, debe ser excusado como antes.

a Hechos y lunes, 1037.

Versículo 14

Nabucodonosor les habl� y les dijo: �Es verdad, Sadrac, Mesac y Abednego, que no sirv�is a mis dioses, ni ador�is la imagen de oro que he erigido?

Ver. 14. �Es cierto, Oh Sadrac, Mesac, etc., ] qd, casi no puedo creerlo. Certe tu non occidisti patrem; �Seguro que no mataste a tu padre! dice Augusto C�sar una vez a un parricida, a quien ten�a en examen; y Suetonins dice que era habitual en �l examinar a los malhechores de esa manera, como si no pudiera creer tal cosa de ellos. Algunos un render el texto N�meros de industria aut certo Consilio? �Hac�is esto con el prop�sito de enfadarme y provocarme? Otros, como Montano , Nunquid desolatio? qd,�Qu�! �Te opones a la orden de un rey? Si se sufre esto, �qu� desorden, s�, desolaci�n, debe seguir! El orgullo siempre agrava todo lo que se hace en contra de su propia mente.

a Tremel., Buxtorf.

Versículo 15

Ahora bien, si est�is preparados para o�r el sonido de la corneta, la flauta, el arpa, el saco, el salterio y el dulcimer y toda clase de m�sica, os postr�is y adorad la imagen que he hecho; [bien]: pero si no ador�is, en la misma hora ser�is echados en medio de un horno de fuego ardiendo; �Y qui�n es ese Dios que os librar� de mis manos?

Ver. 15. Ahora bien, si est�is preparados para saber a qu� hora oir�is. ] Muchos apenas pueden escuchar promesas halagadoras de ascenso, como si fueran los instrumentos de Nabucodonosor, pero pronto se postran y adoran al �dolo babil�nico; pero estos tres dignos no eran tales.

�Y qui�n es ese Dios que los librar� de mi mano? ] �Qu� Dios es �l? Seguro que era un Dios mezquino, pobre dedal de polvo, �no podr�a detener tu mano y tapar tu boca blasfema con una pala de moho, y eso en un santiam�n?

Versículo 16

Sadrac, Mesac y Abednego respondieron y dijeron al rey: Oh Nabucodonosor, no tenemos cuidado de responderte en este asunto.

Ver. 16. Sadrac, Mesac y Abednego respondieron. ] Con una fe heroica y una resoluci�n bien unida. Una fe sana y una conciencia tranquila, dice uno, son capaces por su poder nativo de sacar el coraz�n mismo, por as� decirlo, del infierno, y con confianza y conquista para mirar incluso a la muerte y al diablo a la cara.

No tenemos cuidado de responderte. ] El santo tiene un reposo quietus est que sobrepasa todas sus preocupaciones. Php 4: 7 Algunos lo hacen non necesse habemus. Como el rey no admitir�a discutir su decreto, pero lo har�a absolutamente obedecido, estaban en un punto en el que nunca deb�an hacerlo, ni ser�an apartados de su religi�n. Los cielos caer�n antes, dijo ese m�rtir, que yo me sobresaltar� o me mover� una pulgada de lo que he profesado.

Con el mismo valor intr�pido respondi� el proc�nsul Cipriano; Basilio, el emperador arriano Valente; Dr. Taylor, Stephen Gardiner; Sr. Hawkes, maldito Bonner. Un maric�n te har� creer el sacramento del altar, dijo Bonner. No, no, respondi� Hawkes, un punto para tu maric�n. Lo que Dios crea conveniente, lo har�is, y nada m�s. a

Paenae sunt pennae queis super astra vehor. "

a Hechos y Lunes, 1445.

Versículo 17

Si es as�, nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo, y �l nos librar� de tu mano, oh rey.

Ver. 17. Nuestro Dios a quien servimos puede librarnos. ] Y �l nos librar�, ya sea de la muerte o por ella; y estamos por su gracia in utrumque parati, totalmente a su disposici�n. Entonces, oh rey, no preguntes nunca: �Qui�n es ese Dios que te librar�? Nuestro Dios est� en los cielos y todo lo que quiere hace en el cielo y en la tierra. Sabe bien c�mo librar a los suyos de las tentaciones y reservar a los injustos, sean reyes o cautivos, para el d�a del juicio para ser castigados. 2 Pedro 2: 9

Del horno de fuego ardiente. ] Sic fortissimum martyrem, dice Ambrosio de Laurentius, tambi�n podemos decir de estos, saevissima persecutoris flarama superare non potuit; quod longe ardentius veritatis radiis accensa mens eius fervebat. El celo ardiente de los esp�ritus de estos hombres venci� y apag� el calor m�s abrasador del horno de fuego ardiente.

Y �l nos librar� de tu mano. ] De esto estaban bien seguros, porque expondr�a a�n m�s la causa de Dios y producir�a una mayor convicci�n en el rey y sus nobles.

Versículo 18

Pero si no, oh rey, sea sabido que no serviremos a tus dioses, ni adoraremos la estatua de oro que has erigido.

Ver. 18. Pero si no, que se lo sepa, oh rey, etc. ] No debemos condicionarnos con Dios, sino encomendarnos a �l haciendo el bien, como a un creador fiel, decididos de manera incambiable m�s bien a abrazar el fuego que a resistir la luz. As� lo hizo todo el noble ej�rcito de m�rtires, adem�s de muchos dignos confesores, como fue el Pr�ncipe de Cond� en la misma masacre de Par�s, que no quiso redimir su vida ni su libertad yendo una sola vez a misa; John Frederick, pr�ncipe elector de Sajonia, a quien, cuando Carlos V, de quien entonces estaba prisionero, se ofreci� a agrandarlo y devolverlo a su antigua dignidad, si s�lo aceptaba la doctrina "m�stica provisional", como luego lo llamaron, �l se neg� rotundamente; aJorge, marqu�s de Brandeburgo, tambi�n casi al mismo tiempo, profes� abiertamente una dieta imperial celebrada en Augsburgo, Malle se, flexis ibi coram Caesarea maiestate genibus, spiculatori cervicem feriendam statim praebere, quam Deum et evangelium ipsius abnegare, i.

e., Que prefer�a extender su cuello para ser cortado por el verdugo ante el emperador que negar a Cristo y su evangelio. b En ego Chrysostomum secutus, dijo Calvino, cuando se le presion� para que administrara la Cena del Se�or a algunos infractores notorios, seg�n el ejemplo de Cris�stomo; Morir� antes que hacerlo. c Louis el rey franc�s fue hecho prisionero por Melechsala el sult�n, se concertaron las condiciones de paz entre ellos, para mayor seguridad de ello, el sult�n ofreci� jurar que si no cumpl�a, renunciar�a a Mahoma; requiriendo igualmente que el rey jurara que si fallaba, negar�a que su Cristo fuera Dios.

d Que profano juramento que el rey detestaba, y deseaba morir antes que dar lo mismo, el sult�n, maravillado de su constancia, tom� su palabra sin juramento alguno, y as� public� la liga.

a Bucholc., Chron.

b Scultet., Annal.

c Melch. Ad�n.

d Historia de Turqu�a.

Versículo 19

Entonces Nabucodonosor se llen� de ira, y la forma de su rostro cambi� contra Sadrac, Mesac y Abed-nego: [por tanto] habl� y orden� que calentaran el horno uno siete veces m�s de lo que sol�an calentar.

Ver. 19. Y la forma de su rostro cambi�. ] Chal., El semblante de su rostro. Las personas apasionadas afligen y alteran su propio coraz�n y cuerpo, Pro 25:28 y est�n excesivamente desfiguradas con furia de miradas, extraordinario jadeo del coraz�n, latidos del pulso, hinchaz�n de las venas, tartamudeo de la lengua, crujir de dientes. , como los de Hechos 7:54 .

De modo que el tirano que martiriz� a Laurence pate� y mir� fijamente, corri� y sali� como si estuviera loco, hinch�ndose como un sapo, con aspecto de demonio, etc. Ver Daniel 3:17 .

Que deben calentar el horno siete veces m�s. ] Mientras que un tormento prolongado hab�a sido m�s pesado, como tambi�n lo sinti� el obispo Ridley, y otros m�rtires: pero habl� seg�n lo impulsaba su pasi�n, que a menudo se sobrepasa. Pro 11:29

Versículo 20

Y mand� a los hombres m�s valientes que [estaban] en su ej�rcito que ataran a Sadrac, Mesac y Abed-nego, [y] que los arrojaran al horno de fuego ardiendo.

Ver. 20. Y mand� a los m�s valientes. ] Para que fueran los m�s fuertemente atados y no se opusiera resistencia.

Versículo 21

Entonces estos hombres fueron atados con sus t�nicas, sus calzas, sus sombreros y sus [otras] vestiduras, y fueron arrojados en medio del horno de fuego ardiendo.

Ver. 21. As� que estos hombres estaban atados con sus abrigos, etc. ] Los cuales, por la prisa de la ejecuci�n, nunca fueron retirados, como suele hacerse. Pero estos verdugos se apresuraron a derramar sangre y volvieron a tener sangre para beber, porque eran dignos.

Versículo 22

Por tanto, debido a que el mandamiento del rey era urgente, y el horno estaba muy caliente, la llama del fuego mat� a los hombres que se llevaron a Sadrac, Mesac y Abednego.

Ver. 22. La llama del fuego mat� a esos hombres. ] Quienes fueron demasiado adelantados en la ejecuci�n, y tal vez hab�an sido los principales persuasores del rey en toda esta acci�n. Dios usa a sus criaturas, como tambi�n lo hizo en el Mar Rojo, para la seguridad de sus santos y la destrucci�n de sus enemigos.

Versículo 23

Y estos tres hombres, Sadrac, Mesac y Abednego, cayeron atados en medio del horno de fuego ardiendo.

Ver. 23. Y estos tres hombres ... cayeron atados.] Sus ataduras fueron quemadas, pero no sus ataduras tan pronto, no fuera que la gloria del milagro hubiera sido desfigurada por ello.

En medio del horno de fuego ardiendo. ] Donde a�n estas santas salamandras no sufrieron da�o. En las criaturas hay una esencia y una facultad por la cual el trabajo, como en el fuego, est� la sustancia y la cualidad del calor: entre estos Dios puede separar, y as� obstaculizar su trabajo, como aqu� lo hizo. Quisque sollicitus sit non tam de vita quam de vocae, etc.

Versículo 24

Entonces el rey Nabucodonosor se asombr�, y se levant� apresuradamente, habl� y dijo a sus consejeros: �No echamos a tres hombres atados en medio del fuego? Ellos respondieron y dijeron al rey: Es cierto, rey.

Ver. 24. Entonces el rey Nabucodonosor se asombr�. ] Dios pronto puede asombrar al m�s valiente; como hizo con el tirano Dioclesiano, que derrib� el imperio descontento porque no pod�a, como deseaba, desarraigar la religi�n cristiana, tal fue la constancia y el coraje de sus profesores. Antonino el emperador promulg� un edicto en Asia en el sentido de que ning�n cristiano deb�a ser perseguido; porque, dijo, es su alegr�a morir: son vencedores y te vencen.

Versículo 25

�l respondi� y dijo: He aqu�, veo a cuatro hombres sueltos, andando en medio del fuego, y no han sufrido ning�n da�o; y la forma del cuarto es como el Hijo de Dios.

Ver. 25. Caminando en medio del fuego. ] Como en un lugar agradable. Tua praesentia, Domine, Laurentio ipsam craticulam dulcem fecit, dice un antiguo, es decir, Tu presencia, Se�or, endulz� el horno a estos tres dignos, la parrilla a Laurence, esas exquisitas torturas a Theodorus en la �poca de Juli�n, unla prisi�n leonina a Algerius el m�rtir italiano (que en la fecha de su carta lo llama un delicioso huerto), el fuego en el que fue quemado a Bainham, el m�rtir ingl�s, que, en medio de las llamas, que hab�a consumido la mitad de su brazos y piernas, pronunci� estas palabras: Oh papistas, he aqu� que busc�is milagros; aqu� ahora puedes ver un milagro; porque en este fuego no siento m�s dolor que si estuviera en un lecho de plumas; pero es para m� como un lecho de rosas. B

Y la forma del cuarto es como el Hijo de Dios,] es decir, Venustissima et quasi divina, muy hermosa y angelical. Los paganos consideraban h�roes o semidioses en quienes contemplaban y admiraban cualquier cosa por encima de la naturaleza ordinaria de los hombres y sus expectativas. Verdaderamente este era el Hijo de Dios, dijo el centuri�n pagano acerca de nuestro sufriente Salvador; Mat 27:54 es decir, un hombre divino, como Homero, llama ?????????, Y??????????. Muchos creen que esta cuarta persona aqu� en el horno de fuego es Cristo, el Hijo de Dios, que apareci� en este momento en forma humana.

a S�crates, Teodoreto.

b Hechos y lunes, 940.

Versículo 26

Entonces Nabucodonosor se acerc� a la boca del horno de fuego ardiendo, [y] habl� y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios Alt�simo, salid, y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abednego salieron de en medio del fuego.

Ver. 26. Vosotros siervos del Dios Alt�simo. ] Este era un t�tulo alto, como el que David y otros grandes pr�ncipes se han glorificado; Salmo 36: 1 t�tulo V�ase Trapp sobre " Sal 36: 1 " El diablo se lo dio a Pablo ya sus compa�eros de trabajo; Hechos 16:17 y los que lo niegan a los fieles ministros de Cristo, carg�ndolos de nombres de desprecio y deshonra, muestran en ello menos ingenio que el mismo diablo.

Entonces salieron Sadrac, Mesac y Abednego. ] Hasta que no fueron llamados, no tuvieron intenci�n de salir; porque, �d�nde podr�an enmendarse? Cualquier lugar es un para�so donde Dios est� presente. Ubi imperator, ibi Roma. Donde est� el emperador, est� Roma. No� se content� con estar enterrado, por as� decirlo, en el arca, que estaba hecha en forma de ata�d, mientras Dios estuviera all� con �l.

Nos quoque non abhorremus a sepulchris ipsis, dice un expositor, a Tambi�n tememos no bajar a la tumba mientras escuchemos a Dios dici�ndonos, como una vez le hizo al viejo Jacob pensando en su viaje a Egipto: "Miedo no bajar a Egipto, porque ir� contigo, y tambi�n te har� subir. Gen 46: 3-4 Adem�s, observe c�mo estos tres m�rtires se conducen hacia el tirano: simplemente obedecen su mandato y salen; no se envanecen por la extra�eza del milagro que se les ha realizado, ni chismorrean, sino que dejan que el asunto y la experiencia hablen, mostr�ndose ante todo tipo de personas para ser vistas con la mayor humildad y modestia.

un Rollock.

Versículo 27

Y los pr�ncipes, gobernadores y capitanes y los consejeros del rey, reunidos, vieron a estos hombres, sobre cuyos cuerpos no ten�a poder el fuego, ni se les hab�a chamuscado un cabello de la cabeza, ni se les hab�a cambiado la t�nica, ni el olor a el fuego hab�a pasado sobre ellos.

Ver. 27. Y los pr�ncipes, gobernadores y capitanes. ] Que fueron m�s obstinados que el rey, y dispuestos a cerrar las ventanas para que la luz no los iluminara; pero que no se pod�a resistir.

Sobre cuyos cuerpos el fuego no ten�a poder. ] Ver Daniel 3:23 . Las criaturas est�n aliadas con los santos. Job 5:22

Versículo 28

Daniel 3:28 [Entonces] habl� Nabucodonosor y dijo: Bendito sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envi� a su �ngel y libr� a sus siervos que confiaban en �l, y cambiaron la palabra del rey, y entreg� sus cuerpos para que no sirvieran ni adoraran a ning�n dios, excepto a su propio Dios.

Ver. 28. Entonces habl� Nabucodonosor. ] Estar convencido, pero no convertido, como aparece en el pr�ximo cap�tulo, cualquier cosa que Agust�n y otros caritativamente pensaran lo contrario. Un hombre inicuo puede orar y alabar a Dios extemporalmente. Trabajo 27:10

Y han cambiado la palabra del rey.] Chald., Secundo loco habuerunt. Han preferido la palabra de Dios antes que ella.

Versículo 29

Por tanto, hago un decreto, Que todo pueblo, naci�n y lengua que hable algo mal contra el Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, sea cortado en pedazos, y sus casas ser�n convertidas en muladar; porque no hay otro Dios que puede librar despu�s de este g�nero.

Ver. 29. Por tanto, hago un decreto. ] Entonces, los magistrados tienen que ver con los hombres en materia de religi�n. Deuteronomio 13: 6 Romanos 13: 4

Que hablan algo mal. ] �Pero era esto todo lo que har�a por Dios despu�s de tan claras convicciones? Fue muy pobre. Un profesor de derecho de los turcos proclama, antes de que intenten cualquier cosa, que no se haga nada contra la religi�n.

Versículo 30

Entonces el rey promovi� a Sadrac, Mesac y Abednego en la provincia de Babilonia.

Ver. 30. Entonces el rey ascendi�. ] Les devolvi� su dignidad y prohibi� estrictamente que otros los difamaran o molestaran.

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre Daniel 3". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/daniel-3.html. 1865-1868.