Bible Commentaries
Ezequiel 1

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

Versículo 1

Y sucedi� que en el a�o treinta, en el [mes] cuarto, en el [d�a] quinto del mes, estando yo entre los cautivos junto al r�o Quebar, [que] se abrieron los cielos, y Vi visiones de Dios.

El libro del profeta Ezequiel.] El libro de Ezequiel, as� lo llaman los hebreos, y proh�ben leer el principio y el final hasta los treinta a�os de edad, porque es tan abstruso y misterioso. Nazianzen a llama a este profeta, el espectador de grandes cosas e int�rprete de visiones y misterios. Otro b lo llama el profeta jerogl�fico. Un tercero, Jerem�as velado, una banda cerrada, y no sabes lo que hay en ella, etc.

c Contempor�neo de Jerem�as, aunque en otro pa�s, y un gran confirmador de lo que hab�a predicho, pero no pod�a acreditarse. Para �l, por lo tanto, como para muchos otros, Ezequiel se convirti�, seg�n el significado de su nombre, "La fuerza de Dios", que le permiti� poderosamente, como bien se�ala Lavater, con un esp�ritu valiente e imp�vido, reprender tanto a la gente como a la de Dios. pr�ncipes, y amenazarlos con m�s terrible y vehemencia de lo que lo hab�a hecho Jerem�as antes que �l.

Pero, en la sustancia de sus profec�as, no hay poca conformidad. Ferunt Ezechielem servum Ieremiae prius extitisse, dice Nazianzen. d Algunos han afirmado que Ezequiel a veces hab�a sido siervo de Jerem�as, como lo fue despu�s Baruc.

Ver. 1. Aconteci� que en el a�o treinta, ] scil., Desde que se encontr� el libro de la ley y se celebr� la famosa Pascua en los d�as del rey Jos�as, 2 Reyes 22:1,20 ; 2Re 23: 1-30 desde el a�o dieciocho de su reinado. 2Re 23:23 As� que en otra parte, comenzaron su relato por alguna misericordia memorable o un accidente notable; desde la promesa hecha a Abraham, el nacimiento de Isaac, la salida de Egipto, la divisi�n del reino en el de Israel y el otro de Jud�, etc.

En el quinto d�a del mes. ] Que fue el d�a de reposo, dicen algunos, comp�rese con Ezequiel 3:16 . Entonces fue este santo profeta en el Esp�ritu, como tambi�n lo fue despu�s Juan el divino en el d�a de reposo cristiano. Apocalipsis 1:10

Como estaba entre los cautivos. ] En Caldea. Esa regla de los rabinos, por lo tanto, no se sostiene, es decir, que el Esp�ritu Santo nunca les habl� a los profetas, sino s�lo en Tierra Santa.

Por el r�o del Quebar. ] Que era rivus vel ramentum Euphratis, una parte o canal del �ufrates. All� se sentaron los pobres cautivos, Sal 137: 1 y all� este profeta recibi� esta visi�n aqu�, y su vocaci�n en el pr�ximo cap�tulo. Se observa que a orillas de los r�os varios profetas tuvieron visiones de Dios; a la orilla del r�o fue donde Pablo y su compa��a se reunieron para predicar y orar. Actuar 16:13 del arzobispo Ussher, e que la mayor�a reverendo hombre de Dios, se hace constar, que a cierto lugar por un lado de agua que recurr�a con frecuencia, cuando �l a�n no era sino muy joven, con tristeza a �l de sus pecados, y con inundaciones de l�grimas para derramarlas en confesi�n a Dios.

Que se abrieron los cielos. ] No por divisi�n del firmamento, dice Jer�nimo, sino por la fe del creyente. Lo mismo le sucedi� a Esteban, el protom�rtir, cuando las piedras le zumbaban en los o�dos; Act 7: 55-60 y, si podemos creer a los escritores monjes, Wulsin, obispo de Salisbury, cuando agonizaba. F

Y vi visiones de Dios,] es decir, ofrecidas por Dios, o visiones excelentes. Ut montes Dei, cedri Dei, civitas Dei. Ezequiel no solo era sacerdote y profeta, sino tambi�n vidente. Abraham era similar. Juan 8:56 Gen 20: 7 Este no fue un honor menor.

a En apolog.

b A Lapide.

c Ezechiel scripturarum et Oceanus, et mysteriorum Dei labyrinthus. - Jerome. Muchos, tanto escritores como lectores, han pasado por alto a este profeta como oscuro, dif�cil y menos �til. - Greenhill, Praef.

d Orat. 47.

e Su vida y muerte por el Dr. Bernard.

f Velocidad, 335.

Versículo 2

En el quinto [d�a] del mes, que [era] el a�o quinto de la cautividad del rey Joaqu�n,

Ver. 2. En el quinto d�a. ] El d�a de reposo, probablemente, la reina de los d�as, como la llaman los jud�os. Ver en Ezequiel 1:1 .

Que fue el quinto a�o de la cautividad de Joacim.] Con quienes Ezequiel y otras personas preciosas, llamadas por Jerem�as buenos higos, fueron llevados cautivos. Eze 40: 1

Versículo 3

La palabra del SE�OR vino expresamente al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos junto al r�o Quebar; y la mano del SE�OR estaba all� sobre �l.

Ver. 3. La palabra del Se�or vino expresamente. ] Heb .: por ser ha sido, o ha sido en conjunto - Existendo extitit. El factum est exacto realmente me influy� y me convirti� en profeta.

Al sacerdote Ezequiel. ] A quien, por tanto, algunos han llamado Urim y Tumim en Babilonia.

El hijo de Buzi. ] Que este Buzi era Jerem�as, llamado as� porque lo despreciaban por su trato sencillo, como han afirmado algunos rabinos, es tan cierto como que el mismo Ezequiel era el mismo con Pit�goras el fil�sofo; que, sin embargo, algunos antiguos han imaginado con cari�o.

En la tierra de los caldeos ] Aunque tierra contaminada, Miqueas 2:10 y morada de maldad, Zacar�as 5:8 ; Zac 5:11 madre de rameras y abominaciones de la tierra. Apocalipsis 17: 5

Por el r�o Chebar. ] Los Rabinos una llamada que el r�o de reposo; y, adem�s, dinos que no corre, sino que descansa el d�a de reposo.

Credat Iudaeus Apella:

No ego. �- Hor.

Y la mano del Se�or estaba all� sobre �l. ] No s�lo le lleg� la Palabra de Dios expresamente, sino que el poder y el Esp�ritu de Dios vinieron poderosamente sobre �l; de modo que sinti� la virtud intr�nseca de esta mano, como dice una frase, el Esp�ritu de Dios en su propio coraz�n; fue una palabra viva y viva para �l y para todos los que creyeron.

un sabatiano.

Versículo 4

Y mir�, y he aqu�, un torbellino ven�a del norte, una gran nube, y un fuego que se envolv�a, y un resplandor [estaba] alrededor de �l, y en medio de �l como el color del �mbar, fuera del en medio del fuego.

Ver. 4. Y mir�, y he aqu�. ] En esta visi�n misteriosa subsiguiente de un torbellino, cuatro querubines, cuatro ruedas, un trono sobre el firmamento, formidabilis Dei forma proponitur, se expone "la apariencia de la semejanza de la gloria del Se�or", como se expone, Ezequiel 1:28 , para que por medio de esto la arrogancia del pueblo fuera mejor sometida, la doctrina del profeta recibida con m�s reverencia y el profeta confirmado en su llamamiento.

La suma de esta visi�n celestial es que la divina providencia gobierna en el mundo y se ejerce en todas partes del mismo, y no solo en el cielo, o en el templo, o en los jud�os, como pensaban entonces los jud�os. En cuanto a los cambios en el mundo, que aqu� se comparan con ruedas, no ocurren en todas las aventuras, o al azar, sino que son efectuados por Dios, aunque todas las cosas parezcan correr sobre ruedas y suceder seg�n su fortuna.

En el d�a del juicio, a lo sumo, los hombres ver�n armon�a en esta discordia de las cosas, y entonces la providencia ser� liberada. Mientras tanto, Dios a menudo se envuelve en una nube y no ser� visto hasta despu�s. Todos los tratos de Dios estar�n seguros de que parecer�n hermosos en su tiempo, aunque por el momento no vemos la contig�idad y la vinculaci�n de una cosa con otra.

Un torbellino vino del norte, ] es decir, Nabucodonosor con sus fuerzas. Ver Jeremias 1:13,15 , Comparado adecuadamente con un torbellino por lo repentino, r�pido, irresistible. Un Lapide cuenta de los torbellinos en Italia que se han llevado stabula cum equis, establos con caballos; los llev� por los aires y los arroj� contra las monta�as, v�ase Habacuc 1:6,7 ; Hab 1: 9-10 y considere que esos caldeos fueron enviados por Dios.

Una gran nube. ] El ej�rcito de Nabucodonosor, Jer 4:13 ese peditum equitumque nubes a 2Re 25: 1 Eze 39: 9 que irrumpi� en Jerusal�n.

Y un fuego que se encrespa. ] Heb .: que se recibe a s� mismo en s� mismo, como en una casa en llamas. Enti�ndalo de la ira de Nabucodonosor contra Jerusal�n, mucho m�s caliente que ese horno de sus siete veces m�s de lo que se calienta normalmente, Dan 3:19 o m�s bien de la ira de Dios al usar a Nabucodonosor para prender fuego a todo.

Y un brillo se trataba de eso. ] La gloria de la presencia divina, brillando en el castigo de los malhechores.

De en medio de ella como del col�n de �mbar. ] No de un �ngel llamado Hasmal, como lo entender� Lyra, despu�s de algunos rabinos. Jarchi confiesa que no sabe lo que significa la palabra Hasmal. Este profeta s�lo lo tiene aqu�, y Ezequiel 1:27 ; Ezequiel 8:2 , como tambi�n Daniel tiene algunas palabras propias de �l.

una Liv.

Versículo 5

Tambi�n de en medio de �l [sali�] la imagen de cuatro seres vivientes. Y esta [era] su apariencia; ten�an la semejanza de un hombre.

Ver. 5. Tambi�n de en medio ] , es decir, de la gloriosa presencia de Dios.

Vino la semejanza de cuatro seres vivientes, ] es decir, �ngeles; Ezequiel 10:8 ; Ezequiel 10:14,15 ; Eze 10:20 Intelligentias animales, Cicero a los llama. Ver visiones similares, Dan 7: 9 Apocalipsis 4:6,7 . Se dice que son cuatro, porque Dios, por medio de sus �ngeles, difunde su poder por los cuatro rincones del mundo.

Ten�an la semejanza de un hombre, ] sc. En su mayor parte, ten�an m�s de un hombre que de cualquier otra criatura, como manos, piernas, etc. Eze 1: 7-8

una b�squeda. Acad., Lib. iv.

Versículo 6

Y cada uno ten�a cuatro caras y cada uno ten�a cuatro alas.

Ver. 6. Y cada uno ten�a cuatro caras. ] Para exponer, dice un expositor, que el poder de los �ngeles se ejerce sobre todas las criaturas. Es como si los �ngeles llevaran sobre ellos la cabeza de todas las criaturas vivientes, es decir, comprendieran en s� mismos todos los elementos y todas las partes del mundo; no como si se movieran o actuaran por su propio poder, sino como si fueran manos y agentes de Dios, empleados por �l a placer, especialmente para el bien de su Iglesia, Heb 1:14 como aptos y listos para toda buena obra. As� que deber�amos esforzarnos por serlo. Tit 3: 1

Y cada uno ten�a cuatro alas. ] Para exponer su agilidad, su incre�ble rapidez, mucho m�s all� de la del sol, que sin embargo, si Belarmino un derecho hizo cuentas, corre, en la octava parte de una hora, siete mil millas; otros dicen muchos m�s.

a De Ascens. ment. en Deum, grad. 7.

Versículo 7

Y sus pies eran pies derechos; y la planta de sus pies [era] como la planta de un pie de becerro: y brillaban como el color del bronce bru�ido.

Ver. 7. Y sus pies eran pies rectos. ] Importando su correcto progreso en la ejecuci�n de la voluntad de Dios. Debemos tambi�n "hacer senderos rectos o parejos para nuestros pies, no sea que el cojo se desv�e del camino". Heb 12:13 V�ase Ezequiel 1:9 .

Y la planta de sus pies era como la planta del pie de un becerro] Redondos, y por eso se volv�an f�cilmente. Hoc ad agilitatem et varietatem cursus spectat. Los �ngeles, porque ven en todos los sentidos, son aptos para ir en todos los sentidos, y esto con la mayor facilidad posible.

Y brillaron. ] Fueron tan r�pido, que sus pies parec�an brillar o encender fuego.

Como el color del lat�n bru�ido. ] Bru�ido, sin imperfecciones; pulido, no contaminado.

Versículo 8

Y [ten�an] manos de hombre debajo de sus alas a los cuatro lados; y los cuatro ten�an sus caras y sus alas.

Ver. 8. Y ten�an las manos de un hombre debajo de sus alas. ] Rostros, alas, manos, todo para expresar, dice uno, la suficiencia de la providencia de Dios para todos los medios de ayuda. Un poco de los �ngeles, dice otro, es presentado por estos rostros, alas, manos, pies, pero el conocimiento distintivo de los �ngeles, como �ngeles, est� reservado hasta que seamos como los �ngeles en el cielo. Son grandes �ngeles, pero act�an de manera invisible en su mayor parte; sus manos est�n debajo de sus alas.

Versículo 9

Sus alas [estaban] unidas unas a otras; no se volvieron cuando se fueron; Fueron todos directamente hacia adelante.

Ver. 9. Sus alas estaban unidas unas a otras. ] Para mostrar la unidad de los �ngeles, la uniformidad tambi�n de sus movimientos en el servicio de Dios; hay idoneidad y agradabilidad entre ellos.

No se volvieron cuando iban, ] sc., Hasta que hubieran efectuado lo que iban a buscar; y luego lo hicieron. como Eze 1:14

Fueron todos directamente hacia adelante. ] Los �ngeles, en el desempe�o de su oficio, mantuvieron un rumbo recto, sin desviarse ni desvirtuarse, sin cesar ni cesar. Nuestros ojos tambi�n deben "mirar directamente", Prov 4:25 y debemos hacer "pasos rectos para nuestros pies". Heb 12:13 Esto es parecido a un �ngel. San Pablo, ese �ngel terrenal, lo hizo. Filipenses 3: 13-14

Versículo 10

En cuanto a la semejanza de sus caras, en los cuatro ten�a cara de hombre, y cara de le�n al lado derecho; y en los cuatro ten�a cara de buey al lado izquierdo; los cuatro tambi�n ten�an cara de �guila.

Ver. 10. Los cuatro ten�an cara de hombre y cara de le�n. ] Por la presente se expone la sabidur�a, la fuerza, la capacidad de servicio y la perspicacia de los santos �ngeles para el bien de la Iglesia, todo lo necesario para las grandes empresas; ni se abstienen de servirnos, aunque tengamos el olor de la tierra y del infierno a nuestro alrededor. Quantumnis eos, proh dolor, foetore peccatorum non raro laedamus, Deumque offendamus, a Aunque, por el hedor de nuestros pecados, con frecuencia los molestamos y ofendemos a Dios.

Y los cuatro ten�an cara de buey. ] Los �ngeles son serviles, dolorosos, pacientes, �tiles. El buey es de esas bestias ad esum et ad usum; para consumir alimentos y ser �til, y realmente se llama Iumentum a iuvando, la bestia de carga de la ayuda.

Los cuatro tambi�n ten�an cara de �guila. ] Los �ngeles son de vista aguda, 2Sa 14:20 vigorosos y vivaces, r�pidos m�s all� de lo cre�ble, Dan 9:21 y si alguna vez han estado en vuelo, no hay escapatoria para ninguna persona o pueblo inicuo.

un polaco. - �Asistir�a alg�n gran pr�ncipe a un hombre humilde lleno de llagas y alima�as?

Versículo 11

As� eran sus rostros, y sus alas estaban extendidas hacia arriba; dos [alas] de cada uno [estaban] juntas, y dos cubr�an sus cuerpos.

Ver. 11. Y sus alas se extendieron hacia arriba. ] Los rostros y las alas est�n ambos vueltos hacia Dios, a cuya disposici�n y obediencia est�n los santos �ngeles por completo; Sal 103: 20 o por la presente se puede importar la rapidez, la sublimeza y la igualdad de su servicio.

Dos alas de cada uno. ] Ver Ezequiel 1:9 . Ezequiel 1:9 .

Y dos cubrieron sus cuerpos. ] Ver Isa�as 6:2 . Isa�as 6:2 .

Versículo 12

Y iban todos en l�nea recta; adonde iba el esp�ritu, ellos iban; [y] no se volvieron cuando se fueron.

Ver. 12. Y todos siguieron adelante. ] Ver Ezequiel 1:9 . Ezequiel 1:9 .

Adonde el Esp�ritu iba a ir, ellos fueron. ] Es decir, el Esp�ritu de Dios, por cuya direcci�n y conducta los �ngeles hacen todas las cosas; �l es el gran agente que pone a trabajar a los �ngeles. Tambi�n seamos "guiados por el Esp�ritu de Dios", de modo que nos aprobemos a nosotros mismos como "hijos de Dios". Romanos 8:14

Versículo 13

En cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su apariencia [era] como carbones encendidos encendidos, [y] como apariencia de l�mparas: sub�a y bajaba entre los seres vivientes; y el fuego fue brillante, y del fuego sali� un rel�mpago.

Ver. 13. Su apariencia era como carbones encendidos. ] Los �ngeles son actuosi et eficaces ut ignis, de naturaleza ardiente y de operaci�n ardiente, como tambi�n lo es el Esp�ritu Santo, Isa�as 4:4 Mat 3:11 Hechos 2: 3 por medio del cual son activados. Los �ngeles est�n todos en un fuego ligero, por as� decirlo, con celo por Dios e indignaci�n contra el pecado; seamos afectados de manera similar.

Pablo fue una chispa celestial; Juan Bautista, "una luz que arde y alumbra". Cris�stomo dice que Pedro era un hombre hecho todo de fuego, que caminaba entre rastrojos; La albahaca era una columna de fuego; Latimer grit�: Deest ignis. En Bucholcere vivida omnia fuerunt, etc. a

Subi� y baj� entre las criaturas vivientes.] El fuego y la llama lo hicieron. Heb .: Se hizo a s� mismo caminar por su propia voluntad y placer.

Y el fuego brillaba. ] Trabajemos tambi�n para encender y mantener vivo el fuego del celo en el coraz�n de nuestro coraz�n, sin humo ni mancha de pecado.

Y del fuego salieron rel�mpagos. ] "El Se�or es conocido por el juicio que ejecuta"; sus nobles obras realizadas por esos instrumentos suyos, los santos �ngeles, se notan y notan r�pidamente, como en el ej�rcito de Senaquerib.

un Melch. Ad�n.

Versículo 14

Y las criaturas vivientes corrieron y regresaron como la aparici�n de un rel�mpago.

Ver. 14. Y las criaturas vivientes corrieron y volvieron. ] Tan pronto como terminaron su trabajo, volvieron a �l, quien los envi�, para conocer su mayor placer y prestarle m�s servicio. Cuando el �ngel hab�a ense�ado a las buenas mujeres acerca de la resurrecci�n de nuestro Salvador, les pidi� "vayan pronto y d�ganle a sus disc�pulos", etc., y luego los despide con "He aqu�, les he dicho" Mat 28: 6-7 qd , V�yase ahora de sus asuntos, tiene su misi�n completa; �Por qu� te demoras? empaque.

Como la aparici�n de un rel�mpago. ] Lo que aparece y desaparece en un instante.

Versículo 15

Ahora, al contemplar los seres vivientes, he aqu� una rueda en la tierra junto a los seres vivientes, con sus cuatro caras.

Ver. 15. He aqu� una rueda sobre la tierra. ] Las cosas aqu� abajo son sumamente mutables y, por lo tanto, comparadas con ruedas, porque puede parecer que se mueven sobre ruedas y no tienen un rumbo determinado, sino que se ponen patas arriba r�pidamente; tal es la variada y promiscua administraci�n de ellos, seg�n el pensamiento de muchos hombres. Para ponernos aqu�, aqu� tenemos la visi�n de las cuatro ruedas; porque cada uno de los cuatro espectros vivientes ten�a una rueda junto a �l, Ezequiel 1:16 ; Eze 10: 9 para mostrar que Dios gobierna las cuatro partes del mundo por el ministerio de sus �ngeles.

Esto los poetas machacaron, pero no acertaron, en su tonta f�bula de la rueda de la fortuna. Santiago habla de la rueda (??????) de la naturaleza; Jam 3: 6 y, de hecho, este mundo es de naturaleza giratoria, m�vil y mutable. Pero Dios, que mueve esta rueda, que gobierna el mundo, es inmutable y eterno, Stg 1:17 y su providencia y el ministerio de sus �ngeles pone en movimiento todas las ruedas del mundo.

Versículo 16

El aspecto de las ruedas y su trabajo [era] semejante al color de un berilo; y los cuatro ten�an una semejanza: y su aspecto y su trabajo [era] como una rueda en medio de una rueda.

Ver. 16. La apariencia de las ruedas ... era como el color de un berilo.] Heb .: como el ojo o el color de Tarsis, es decir, el mar, o berilo, que es del color del mar, incluso verde mar; por lo que se representa el flujo y la constituci�n fluctuante de las cosas aqu� abajo.

Y los cuatro ten�an una semejanza. ] Existe la misma inestabilidad de las cosas en un lugar que en otro, y la misma providencia dominante.

Su apariencia y su trabajo eran como una rueda en medio de una rueda. ] Dios tiene una rueda, la providencia, en todos los negocios giratorios del mundo. Estos son tan uno dentro del otro, que todo su movimiento depende de los �ngeles, a quienes tambi�n modera y ordena a su gusto. Por lo tanto, siempre que veamos suceder tales cosas para las que no podemos ver ninguna raz�n, como las Iglesias derrocadas, los imp�os exaltados, etc. - considera que una rueda est� dentro de otra, y las alas de los �ngeles son una dentro de la otra. a

un Dr. Preston.

Versículo 17

Cuando iban, iban por sus cuatro lados: [y] no se volv�an cuando iban.

Ver. 17. Cuando iban, iban por sus cuatro lados. ] O, Seg�n sus cuatro lados, es decir, a trav�s de las cuatro partes del mundo, cuando fueron movidos por los cuatro seres vivientes.

Y no regresaron cuando se fueron. ] Pero sigui� recto, sin detenerse ni retroceder. Figura de la armon�a constante y consonante que hay en todas las obras de la providencia de Dios hacia el mundo, pero especialmente hacia su Iglesia. a

un Diod.

Versículo 18

En cuanto a sus anillos, eran tan altos que resultaban espantosos; y sus anillos [estaban] llenos de ojos alrededor de los cuatro.

Ver. 18. En cuanto a sus anillos, eran tan altos. ] Apsides earum tam amplae seu altae ut propterea formidabiles. Los anillos o golpes, heb., Lomos, de estas ruedas eran tan anchos y altos que infundieron terror en los espectadores. Es dif�cil tomar la altura de las segundas causas. Bien podr�a uno escribir un libro sobre la vanidad de las ciencias y otro un tratado Quod nihil scitur. Ver�a que el m�s orgulloso de todos ustedes definiera la naturaleza de una pajita, como se predic� en Cambridge a todos los eruditos; tan de una flor, de una mosca, etc. Bien podr�a decir David: "Tus juicios, Se�or, son un gran abismo", Sal 36: 6, el que no tiene orilla ni fondo. Bien podr�a gritar Pablo: "�Oh profundidad! Cu�n inescrutables son sus caminos". Romanos 11:23

Y los anillos estaban llenos de ojos. ] En lugar de clavos de carro. Comprendan aqu� la providencia de Dios que todo lo ve, que nunca se equivoca, sino que siempre ordena los des�rdenes del mundo para su propia gloria.

Alrededor de los cuatro. ] La providencia divina es como un cuadro bien dibujado, que mira a todos los que est�n en la habitaci�n. Ver 2Cr 16: 9 Salmo 34:15 4:10 Job 34:21 ; Job 36:7 Jeremias 16:17 ; Jeremias 32:17 .

Versículo 19

Y cuando los seres vivientes se fueron, las ruedas pasaron junto a ellos; y cuando los seres vivientes fueron levantados de la tierra, las ruedas se levantaron.

Ver. 19. Y cuando los seres vivientes se fueron, las ruedas pasaron junto a ellos. ] Los �ngeles son las manos de Dios, por as� decirlo, por medio de las cuales act�an y agitan este mundo inferior y las segundas causas en �l.

Las ruedas se levantaron. ] Los esp�ritus de las criaturas se elevaron y elevaron a un servicio ins�lito y m�s que ordinario, por alg�n instinto especial. Solemos decir, Magnarum rerum tarda molimina; Cuando hay muchas ruedas, algunas siempre estar�n fuera. Pero aqu� es de otra manera; y se verifica el de Ambrosio, Nescit tarda molimina Spiritus Sancti gratia; Dios pronto podr� realizar grandes cosas con su poderosa gracia.

Versículo 20

A dondequiera que el esp�ritu iba a ir, ellos iban, all� [estaba su] esp�ritu para ir; y las ruedas se alzaron contra ellos, porque el esp�ritu de los seres vivientes [estaba] en las ruedas.

Ver. 20. A dondequiera que fuera el esp�ritu a ir. ] Ver Ezequiel 1:12 ; y tomen nota de que cualquiera que sea el instrumento, o el medio de tal o cual suceso, Dios es el agente principal. Es Cristo quien por su Esp�ritu, Spiritus vitalis, obra todo en todos en su Iglesia. 1Co 12:16 Ef 1:11 Col 3:21 No cae un cabello de la cabeza de un hombre, ni una cerda del lomo de la cerda, dice Tertuliano, sin Dios.

Para el esp�ritu de los seres vivientes. ] O, de la vida. La inspiraci�n divina fue la causa procreadora del movimiento de las ruedas. A esto se le llama aqu� haruach, ese esp�ritu por excelencia: est Deus in nobis. El esp�ritu est� en las ruedas, como agente invisible pero irresistible. "El coraz�n del rey est� en la mano del Se�or; �l lo vuelve a donde quiere". Pro 21: 1

Versículo 21

Cuando esos se fueron, [estos] fueron; y cuando los que estaban parados, [estos] estaban de pie; y cuando fueron levantados de la tierra, las ruedas se alzaron contra ellos, porque el esp�ritu de los seres vivientes [estaba] en las ruedas.

Ver. 21. Cuando esos se fueron, estos se fueron; y cuando aquellos estaban de pie, estos estaban de pie. ] Esto es lo mismo de nuevo que antes, pero de manera m�s completa y sencilla. Vea el pasaje similar en Juan 1:2 .

Versículo 22

Y la semejanza del firmamento sobre las cabezas de los seres vivientes [era] como el color del cristal terrible, extendido arriba sobre sus cabezas.

Ver. 22. Y la semejanza del firmamento. ] La gloria de Dios en Cristo se revela al profeta en esta visi�n subsiguiente, incluso ese gran "misterio de la piedad, Dios manifestado en carne", 1 Timoteo 3:16 del cual esto fue una especie de preludio. Tener un prop�sito similar tambi�n fue esa visi�n. Isa�as 6:1,13 ; Juan 12: 39-41

Sobre las cabezas de los seres vivientes. ] Entre ellos y el Se�or Cristo como una pantalla, y probablemente supuso el oficio de ese otro par de alas. Isa�as 6:2 �xodo 24:10

Era como el color del terrible cristal. ] Heb., De la formidable helada, es decir, de la helada m�s vehemente, una per�frasis de cristal. a Todas las cosas de arriba son terriblemente gloriosas, como todas las cosas de abajo son transparentes, permeables y claras a los ojos de Dios, como un cuerpo di�fano. Heb 4:13 Las monta�as de bronce le son transparentes como el cristal m�s claro. El firmamento es tan claro que Cristo ve a trav�s de �l. Es "un espejo fundido"; Job 37:18 y los ateos est�n completamente fuera de lugar que preguntan: "�C�mo sabe Dios? �Puede juzgar a trav�s de las nubes oscuras?" Job 22:13

a Vide Plin., lib. xxxvii, cap. 2. Chrysiallus est gelu concretum.

Versículo 23

Y debajo del firmamento [estaban] sus alas rectas, el uno hacia el otro: cada uno ten�a dos, que cubr�an de este lado, y cada uno ten�a dos, que cubr�an de ese lado sus cuerpos.

Ver. 23. Eran rectas sus alas, ] sc., Cuando volaban; porque en otras ocasiones cubrieron sus cuerpos con ellos, Eze 1:11 en reverencia a Cristo su Creador y Se�or.

El uno hacia el otro. ] Sirven al Se�or Cristo con un solo hombro o con consentimiento; a todos les importa lo mismo.

Versículo 24

Y cuando ellos iban, o� el ruido de sus alas, como el ruido de grandes aguas, como la voz del Todopoderoso, la voz de la palabra, como el ruido de un ej�rcito; cuando se paraban, bajaban las alas.

Ver. 24. Y cuando se fueron, o� el ruido de sus alas. ] Un ruido muy grande, como se establece aqu� mediante una triple similitud: Congeries similium faciens ad amplificationem.

Como ruido de grandes aguas.] Que caen con espantoso fragor, como los catadupes, por ejemplo. Ver Salmo 46:3 .

Como ruido del Todopoderoso, ] es decir, como trueno. Salmo 29:4 ; Sal 18:13

La voz del habla. ] Cuando un hombre grita en voz alta, alza su voz como una trompeta, sic clamans ut stentora vincat.

Como el ruido de una hueste] Barritus ilegales, adem�s del rugido de los ca�ones, el traqueteo de las ruedas, el batir de los tambores, etc. Nadie oye esto sino el hombre espiritual, que "discierne todas las cosas", 1 Cor. 2:15 y tiene los sentidos habitualmente ejercitados para discernir el bien y el mal. Hebreos 5:14

Bajaron sus alas. ] Como esperando una nueva comisi�n.

Versículo 25

Y hubo una voz del firmamento que [estaba] sobre sus cabezas, cuando se pararon, [y] bajaron sus alas.

Ver. 25. Y hubo una voz del firmamento, ] es decir, de arriba del firmamento, incluso de Cristo en el trono.

Cuando se pusieron de pie. ] Cuando todo estaba en silencio. Entonces, Apocalipsis 8:1 , hubo media hora de silencio en el cielo, es decir, en la Iglesia en la tierra, cuando se abri� el s�ptimo sello. Los esp�ritus tranquilos y silenciosos son los m�s aptos para escuchar la voz de Cristo. Job 4:16

Versículo 26

Y sobre la expansi�n que [estaba] sobre sus cabezas [estaba] la figura de un trono, como la apariencia de una piedra de zafiro; y sobre la figura del trono [estaba] la figura como la apariencia de un hombre arriba sobre �l.

Ver. 26. Y sobre el firmamento. ] Ver Ezequiel 1:22 . Ezequiel 1:22 .

Era la semejanza de un trono. ] Mucho m�s all� de la de Salom�n. 1Re 10: 18-19 Eso era de marfil, pero esto de zafiro; que ten�a un rico dosel sobre �l, pero este el cielo azul debajo de �l; ver �xodo 24:10, todo para presentar la dignidad real de Cristo y su majestad incomparable.

Y sobre la semejanza. ] Todo era s�lo semejanza y apariencia, porque aqu� todo era visual.

Como la apariencia de un hombre. ] Este era Jesucristo hombre, y esta es la �ltima y mejor parte de la visi�n, es decir, Cristo puesto por su Padre en lugares supercelestiales, muy por encima de todo principado y potestad, etc. Efesios 1: 20-21 Uno de los deseos de Agust�n era haber visto a Cristo en la tierra. Beda viene despu�s, y m�s bien desea haber visto a Cristo en su gloria y en su trono celestial.

Versículo 27

Y vi como el color del �mbar, como la apariencia de fuego alrededor en su interior, desde la apariencia de sus lomos hacia arriba, y desde la apariencia de sus lomos hacia abajo, vi como si fuera la apariencia de fuego, y ten�a brillo alrededor.

Ver. 27. Y vi como el color del �mbar. ] Ver Ezequiel 1:4 . Heb .: jasmal, que se lee al rev�s, como observan los cabalistas, es Lammashach o Lammashiach , es decir, Mes�as.

Como la apariencia del fuego. ] Cristo es muy terrible en sus ejecuciones; e incluso "nuestro Dios" (as� como el Dios de los jud�os) "es un fuego consumidor". Hebreos 12:29 �xodo 13:21

Desde la apariencia de sus lomos hacia arriba. ] Esto bien puede entenderse de la divinidad de Cristo, como las partes descendentes de su humanidad, que participan de la misma gloria m�s resplandeciente, en virtud de la uni�n hipost�tica, y que tienen agencia asociada con la Deidad, seg�n su medida, en las obras de Dios. redenci�n y mediaci�n.

Versículo 28

Como la apariencia del arco que est� en las nubes el d�a que llueve, as� era la apariencia del resplandor en derredor. Esta [era] la apariencia de la semejanza de la gloria del SE�OR. Y cuando lo vi, ca� sobre mi rostro y o� la voz de uno que hablaba.

Ver. 28. Como la apariencia del arco que est� en la nube. ] Aqu�, como en el mar salado, o como en un tarro de miel, cuanto m�s profundo, m�s dulce. El arco iris fue establecido como una se�al del pacto de misericordia para la humanidad Gen 9:12 Isa�as 54:12 Apocalipsis 10: 1 Ver Trapp en " Apocalipsis 10: 1 "

Esta fue la apariencia, etc.] Porque ninguna criatura mortal puede ver m�s de Dios. �xodo 33:20 Este y otros profetas vieron el carro, pero no al jinete, como dicen los rabinos.

Ca� sobre mi rostro. ] a Asombrado y adorando a la divina Majestad.

Y escuch� una voz. ] Este es el prefijo de la Vulgata antes del pr�ximo cap�tulo.

a Quasi facies suos submittens.

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre Ezekiel 1". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/ezekiel-1.html. 1865-1868.