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Bible Commentaries
Job 40

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

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Versículo 1

Y el SE�OR respondi� a Job y dijo:

Ver. 1. Adem�s, el Se�or respondi� a Job, y dijo ] Hic verisimile est aliquantisper Deum tacuisse, dice Mercer. Aqu� es probable que Dios se mantuviera en silencio por un tiempo, y al ver que Job no respondi�, agreg� las siguientes palabras, m�s plenamente para convencerlo y afectarlo. Hay algo que hacer para reducir al pecador del error de su camino; s�, aunque sea en parte regenerado, la carne jugar� su parte contra el esp�ritu. Esto debe ser considerado, y toda mansedumbre usada con aquellos que ofenden de enfermedad, siguiendo el ejemplo de Dios aqu�.

Versículo 2

�Lo instruir� el que contiende con el Todopoderoso? el que reprende a Dios, responda.

Ver. 2. �Le instruir� el que contiende con el Todopoderoso? ] O, �es prudente contender con el Todopoderoso? An disputare cum omnipotente est eruditio? No, sino la mayor locura y estupidez. Job podr�a pensar de otra manera, siempre que se comparara a s� mismo con los dem�s; pero una vez considerado por Dios en sus excelencias, ver� su propia nada y se sentar� en silencio y paciencia, aunque severamente probado y afligido.

El que reprende a Dios, que responda ]. Responde si puede, o cede la causa. Praestat herbam dare quam turpiter pugnare. Pero si Job tiene a�n m�s �nimo para cuestionar y pelear contra Dios en cualquiera de sus caminos y obras, que se escuche qu� respuesta puede dar a lo que ya se ha dicho.

Versículo 3

Entonces Job respondi� al SE�OR y dijo:

Ver. 3. Entonces Job respondi� al Se�or, y dijo ] Era tiempo de que �l, si es que alguna vez, se inclinara ante el Alt�simo, hasta ahora condescendiendo a su mezquindad, y respondiera a sus expectativas reconociendo una falta y prometiendo enmienda. He aqu�, este es el disfraz de una persona piadosa: puede estar fuera, pero por lo general no ser� obstinado. Un hombre humilde nunca ser� hereje; conv�ncelo una vez, y ceder�: no as� el obstinado e inconsolable; huye con convicci�n, como lo hace el caballo rebelde con el bocado entre los dientes; y su ingenio servir� mejor para idear mil cambios para eludir la verdad de lo que su orgullo le permitir� ceder una vez a ella y reconocer su error.

Versículo 4

He aqu�, soy vil; �Qu� te responder�? Pondr� mi mano sobre mi boca.

Ver. 4. He aqu�, soy vil ] Ligero y poco valioso; y por lo tanto merecen ser despreciados y abandonados, como una vasija rota. El hombre humilde se vilipendia, s�, se anula a s� mismo ante Dios, como Abraham, G�nesis 18:27 ; como Agur, Proverbios 30:3 ; como Pablo, Efesios 3:8 ; como aquel m�rtir que clam�: Gehenna sum Domine, Se�or, t� eres el cielo, pero yo soy el infierno, etc.

Tantillitas nostra, dice Ignacio de s� mismo y de sus colegas. He aqu�, soy un abyecto, dice Job aqu�, despreciable y despreciable. Esto estaba bien, pero no todo; una confesi�n excelente, pero no lo suficientemente completa: reconoce su mezquindad, y que no era rival para Dios; pero no su pecaminosidad, con deseo de perd�n y desaprobaci�n del castigo; Por tanto, Dios no lo entrega as�, sino que lo impone por segunda vez, Job 40:6 , y lo lleva a ella, Job 42:1 .

Debe haber alguna proporci�n entre el pecado de un hombre y su arrepentimiento, Esdras 9:1,15 , Esdras 9:1,15 , y este Dios traer� todos sus trabajos antes de que los deje.

�Qu� te responder�? ] Soy silenciado y posado; Veo que no hay ning�n razonamiento contra ti; Reconozco tu grandeza tan clara y ampliamente demostrada en el discurso anterior; y me agrada que seas justificado cuando hables y vencido cuando juzgues, Salmo 51:4 Romanos 3:4 .

Pondr� mi mano sobre mi boca ] Yo que he hablado con m�s libertad y valent�a de lo que debiera, Et ore patulo multa sine iudicio effutivi, y he abierto mi boca m�s de lo que me correspond�a, estar� en lo sucesivo mejor aconsejado, y mantendr� mi boca con brida o bozal, como Salmo 31:1 . Ver Trapp en " Trabajo 21: 5 "

Versículo 5

Una vez he hablado; pero no responder�: s�, dos veces; pero no seguir� adelante.

Ver. 5. Una vez habl�, pero no responder� ]. Basta de eso una vez: los santos, corriendo y encontr�ndose con un acuerdo del pecado, regresan llorando una cruz y claman: �Qu� tengo que hacer m�s? con maldad? Oseas 14:8 . Jud� no conoci� m�s a su hija Tamar, G�nesis 38:26 .

"Si he cometido iniquidad, no volver� a hacer", Job 34:31,32 . Ese fue el consejo de Eli�; y ahora es la pr�ctica de Job.

S�, dos veces ] Es decir, a menudo; estaba tan ansioso por entablar una disputa. Esto fue una agravaci�n del pecado de Job, el cometerlo una y otra vez. Los n�meros que se suman a los n�meros son los primeros diez veces m�s; luego cien; luego mil, etc. "Este ha sido tu proceder desde tu juventud", Jeremias 22:21 ; eso fue un mal negocio.

Pero no seguir� adelante ] sc. En esta controversia. No entrar� en las listas para contender contigo. Veo que no hay seguridad en tal competencia. En muchas cosas ofendemos a todos, dice Santiago; y es un hombre perfecto que no peca con su lengua. Pero como el que ha bebido veneno se apresura a arrojarlo de nuevo, antes de que llegue a los �rganos vitales; as� debemos lidiar con nuestras malas acciones diarias. No es caer al agua lo que ahoga a un hombre, sino permanecer mucho tiempo debajo de ella. Lamenta tu pecado y apres�rate a salir de �l.

Versículo 6

Entonces respondi� el SE�OR a Job desde el torbellino, y dijo:

Ver. 6. Entonces respondi� el Se�or a Job desde un torbellino ] Como antes, Job 38:1 , a pesar de la sumisi�n de Job. Vea la raz�n en Job 40:4 . Dios tom� tan mal sus arrebatos contra �l, que no se apacigua f�cilmente; pero para humillar mejor a Job, y para romper el cuello de su orgullo, �l le responde de nuevo con enojo, no con una voz suave y tranquila, como lo hizo El�as, sino desde el torbellino, aunque con cierta disminuci�n del terror, como Rainban concibe por haber dejado aqu� el art�culo notificativo colocado antes de segnarah, el torbellino, en Job 38:1 .

Pedro no fue demasiado atrevido para consolar a aquellos que estaban compungidos de coraz�n por el sentimiento del pecado y el temor a la ira; pero los presiona a�n m�s para que se arrepientan, Hechos 2:38 . Los hombres tienden a menospreciar y a flaquear el trabajo, haci�ndolo hasta las mitades; y, por lo tanto, hay que aferrarse a �l, para que no se haga a prop�sito.

Versículo 7

C��ete ahora como hombre tus lomos; yo te preguntar�, y t� me lo har�s saber.

Ver. 7. C��ete ahora como un hombre tus lomos ] Recupera nuevas fuerzas y prep�rate para un segundo encuentro; porque todav�a no he terminado contigo. Por tanto, si se cree capaz de estar en contienda conmigo, demuestre su valor. Ver Trapp en " Trabajo 38: 3 "

Versículo 8

�Tambi�n t� anular�s mi juicio? �Me condenar�s para ser justo?

Ver. 8. �Anular�s t� tambi�n mi juicio? ] �Piensas arruinar mi justicia para establecer tu propia inocencia? �Quieres ser juez superior a m�? �No revocar�s tus anteriores protestas y quejas contra m�, y con la boca abierta me dar�s mi debida gloria? Aqu� Dios muestra su descontento con la anterior confesi�n de Job.

�Me condenar�s para ser justo? ] Job hab�a sacado algunas palabras que tend�an a este prop�sito, o parec�an hacerlo, para el justo dolor y ofensa de sus amigos. Por eso, por lo tanto, debe ser m�s humilde y, en lo sucesivo, aprender a abstenerse no solo de las cosas simplemente malas, sino de las aparentemente malas; quicquid fuerit male coloratum (como lo tiene Bernardo), cualquiera que sea su apariencia, pero mal favorecida.

Versículo 9

�Tienes un brazo como Dios? �O puedes tronar con una voz como la de �l?

Ver. 9. �Tienes un brazo como Dios? ] �Que deber�as luchar contra una ca�da con �l y esperar vencerlo? "T� tienes un brazo poderoso", dice David: "fuerte es tu mano, y alta tu diestra", Salmo 89:13 . Se extiende por los cielos y sostiene la tierra en su hueco. Su peso rompi� la espalda de los �ngeles; y el terror de ello se puede ver en todos esos mandatos de ejecuci�n registrados en las Escrituras.

�Oh, es algo terrible, dice el ap�stol, caer en las manos (castigadoras) del Dios viviente! Hebreos 10:31

�O puedes tronar con una voz como la de �l? De Pericles, el orador, se dice que cuando declam�, Intonabat., Fulgurabat, totam Graeciam commiscebat, etc., tron�, se relaj�, mezcl� a toda Grecia (Cicer�n). Y Livio, hablando de un cierto comandante romano, dice: Haec cum intonuisset iracundus, etc., Estas cosas, cuando �l hab�a tronado airado y con coraje, el pueblo se fue por su propia voluntad.

Alejandro el Grande, una vez enojado con sus soldados por amotinarse y tumultuarse, los golpe� como un trueno con estas palabras: Facessite hine ocyus, neminem teneo; liberad occulos meos ingratissimi milites, S�caos r�pidamente de mi presencia y salid de aqu�, soldados ingratos. Y Severus, el emperador, trat� de la misma manera con su ej�rcito rebelde, Discedite Quirites, dijo �l, et incertum an Quirites.

Estas fueron palabras terribles y duras, y pronunciadas con mucha resoluci�n: pero �qu� es algo o todo esto para la voz del trueno de Dios, del cual ver antes? �No sabes, Job, que tu brazo es brazo de carne? �Y tu voz tan peque�a y baja que una mosca no se asustar�a?

Versículo 10

V�stete ahora [con] majestad y excelencia; y v�stase de gloria y hermosura.

Ver. 10. Emb�rcate ahora con majestad y excelencia ] O, con magnificencia y sublimidad, etc., es decir , la edad de Deum, mu�strate como Dios; porque as� se engalana a s� mismo, Salmo 93:1 ; Salmo 96:6 ; Salmo 104:1,2 , Salmo 104:1,2 ; Job 29:14 .

Y rev�state de gloria y hermosura ] Para que aparezcas, Os humerosque Deo similis; como Herodes luego, vestido con su pa�o de plata, que al ser golpeado por los rayos del sol, dice Josefo, deslumbr� a los ojos del pueblo, y provoc� de ellos esa afectuosa aclamaci�n: "Es la voz de un dios", Hechos 12:22 .

Versículo 11

Echa fuera el furor de tu ira, y mira a todo soberbio y hum�llalo.

Ver. 11. Echa fuera la furia de tu ira ] En este glorioso carruaje; Haz sentir tu justa indignaci�n por todos los rebeldes del mundo, Nemo te impune lacesset.

Y he aqu� todo el que es soberbio] M�ralo oculo minaci, con ojos llameantes; mira a trav�s de �l, d�jale ver tu disgusto. En algunos Dios espera convertirlos, como Cristo hizo con Pedro, Lucas 22:61 . Sobre otros, para confundirlos, - ???? Y??? ??????? ???? ..

Y humillarlo ] Abatir su orgullo, y humillar su pompa y grandeza; esto es como Dios, Salmo 147:6 . A Esopo, cuando Chilo (uno de los siete sabios de Grecia) le pregunt�: �Qu� estaba haciendo Dios? respondi�: �l humilla a los soberbios y exalta a los humildes. Tamerl�n, para manifestar que sab�a c�mo castigar a los altivos, hizo que Bajazet, el Gran Turco, fuera encadenado y encerrado en una jaula de hierro, y as� lo llevara arriba y abajo mientras pasaba por Asia, para que lo despreciaran y ridiculizaran. su propia gente.

Y cuando uno de sus favoritos le pidi� que remitiera alguna parte de su severidad contra la persona de tan gran pr�ncipe, Tamerl�n respondi�, que no us� ese rigor contra �l por odio al hombre, sino para manifestar el justo juicio de Dios contra la locura arrogante de un tirano tan orgulloso (Turk. Hist. F. 220).

Versículo 12

Mira a todo soberbio y hum�llalo; y pisotear�n a los imp�os en su lugar.

Ver. 12. Mira a todo soberbio y hum�llalo ] Esto hace Dios, Isa�as 2:11,12 ; Isa�as 2:17 ; Isa�as 5:15 . Los constructores de Babel, Fara�n, Senaquerib, Nabucodonosor, Herodes, Dioclesiano, Attilas y otros, por ejemplo.

Amurath III, rey de los turcos, en el orgullo de su coraz�n, se autodenomin� Dios de la tierra, gobernador del mundo entero, mensajero de Dios y fiel servidor del gran profeta. Este orgulloso pr�ncipe fue asesinado por un soldado cristiano medio muerto, quien, llegando a desear su vida despu�s de una batalla, lo apu�al� en la parte inferior de su vientre con una daga corta, de la cual muri� ese rey y conquistador. Ver Trapp en " Job 40:11 " (Turk. Hist.).

Y pisotear�n a los imp�os en su lugar ] Heb. debajo de ellos; col�quelos tan bajo como sea posible. Dios aparta como escoria a todos los imp�os de la tierra, los pisa como cosas viles bajo sus pies, Salmo 110:1 , hasta que se reconsideren, y humillen sus almas a sus pies por misericordia; porque entonces har� glorioso el lugar de sus pies, como lo Isa�as 60:13 , Isa�as 60:13 ; y como, �xodo 24:10 , vieron bajo los pies de Dios, por as� decirlo, un pavimento de piedra de zafiro; para mostrar que ahora hab�a cambiado su condici�n, los ladrillos hechos en su servidumbre en zafiro. Ver Isa�as 54:11 .

Versículo 13

Esc�ndelos juntos en el polvo; [y] atar sus rostros en secreto.

Ver. 13. Esc�ndelos juntos en el polvo ] Haga una mano de todos a la vez, como Dios puede hacer con sus enemigos, rastrill�ndolos a todos en la tumba; s�, convertir en el infierno a naciones enteras que se olvidan de Dios, a toda una turba de rebeldes que luchan contra el cielo; pronto podr� abatirlos lo suficiente, incluso en ese valle fangoso, donde ya hay muchos como ellos, y m�s vendr�n despu�s de ellos, Job 21:31,32 . Ahora bien, cuando Dios le ordena a Job que haga todo esto, quien estaba �l mismo tendido en el polvo, lleno de llagas y dolores, �c�mo podr�a sentirse muy avergonzado y afectado por el dolor de sus locuras anteriores?

Y atarles el rostro en secreto ] Como se cubri� el rostro de Am�n cuando el rey lo sentenci�, Ester 7:8 ; Ver Trapp en " Est 7: 8 " O m�s bien, como los rostros de los muertos sol�an ser vendados y cubiertos; porque no nos gusta mirar el rostro de la muerte. Abraham estaba deseoso de enterrar a sus muertos fuera de su vista, G�nesis 23:4 , aunque ella hab�a sido una vez el deseo de sus ojos, Ezequiel 24:16 .

L�zaro sali� de su tumba con el rostro envuelto con una servilleta, Juan 11:44 . Mira lo que se le hizo a nuestro Salvador, Juan 20:6,7 , aunque hab�a tan poca necesidad de hacerlo como las especias dulces que tra�an las buenas mujeres para ungir su cuerpo, que no pod�a ver la corrupci�n, Marco 16:1 .

Versículo 14

Entonces tambi�n te confesar� que tu propia diestra puede salvarte.

Ver. 14. Entonces yo tambi�n te confesar�, etc. ] O te alabar�, como t� por derecho me debes; no s�lo por mi bondad, sino tambi�n por mi grandeza y majestad, al destruir a los imp�os. Vea a David haci�ndolo, Salmo 18:27 , y Mois�s, �xodo 15:1 , y todo el coro del cielo, Apocalipsis 19:1,2 .

Y que tu propia diestra puede salvarte ] Que eres autosuficiente y mi par; lo suficientemente fuerte para mantener tu propia causa, y que tienes alguna muestra de raz�n para resistirme, Et ego quoque praedicabo te heroa (Tig.). Esto es lo que todos naturalmente, pero tontamente, imaginamos, a saber. que somos peque�os dioses dentro de nosotros mismos; ser�amos absolutos e independientes, cuando en verdad todo lo que tenemos es derivado: se toma prestada la belleza de la Iglesia, Ezequiel 16:3,14 , y podemos decir de todos los que somos, como lo hizo con su hacha: �Ay! amo, lo ped� prestado, 2 Reyes 6:5 .

Versículo 15

He aqu� ahora el behemot que hice contigo; como un buey come hierba.

Ver. 15. He aqu� ahora el behemot, que hice contigo ] es decir, el elefante, llamado behemot, es decir, bestias, en plural, por su tama�o; como si estuviera formado por muchas bestias, Vocatur Bellua per antonomasiam, et ??? Graec. As� que David, agravando su propia brutalidad, dice: "Tan necio y ignorante fui; fui como una bestia" (Heb. Behemot, bestias en plural) "delante de ti", Salmo 73:22 , es decir, como un gran bestia; su pecado se hinch� en sus ojos, como un sapo; se enga�a y se embriaga a s� mismo, como lo requiere la raz�n; porque nada es m�s irracional que la irreligi�n.

Que hice contigo ] Tu pr�jimo, hecho para servirte. Est� en el Caldeo llamado ??? Pil; eso es maravilloso; porque las maravillas de la gloria de Dios se manifiestan maravillosamente en �l. Lo hizo el mismo d�a que el hombre, y tiene una especie de familiaridad y amor por �l, si se cri� con �l, haci�ndole un gran servicio en la paz y la guerra, y puede que se le ense�e a adorar a los reyes.

Como un buey come hierba ] No es hambriento ni carn�voro; ni come diariamente la hierba sobre mil colinas, como los hebreos tontamente cuentan la f�bula, y que ser� muerto en la resurrecci�n para festejar a los santos, como si fuera una criatura de tama�o monstruoso (Lira). Como el buey lame la hierba, N�meros 22:4 , as� hace el elefante; pero no con su lengua (que para una bestia tan grande es peque�a, ni aqu� leemos nada de su voz, para ense�ar a los grandes hombres, dice uno, para no hablar palabras hinchadas), sino con su trompa o gran hocico. , llam� su cola, Job 40:17 , como Beza piensa, porque tiene la semejanza de una cola, y es de la m�s maravillosa y necesaria utilidad para �l (Arist.

de Nat. Anim. l. 2, c. 4,6). Con esto pasta, y con esto derriba �rboles y luego se alimenta de ellos. Pero no abusa con orgullo de la fuerza de sus miembros para da�ar a otros animales. Sin embargo, no ser� agraviado, y es tan fuerte que ning�n hombre se atreve a asaltarlo.

Versículo 16

He aqu�, su fuerza [est�] en sus lomos, y su fuerza [est�] en el ombligo de su vientre.

Ver. 16. He aqu�, ahora, su fuerza est� en sus lomos ] donde es tan fuerte que puede llevar una torre de madera sobre su espalda, y sobre eso treinta y dos hombres parados para luchar desde all�. En la India, donde se encuentran los elefantes m�s grandes, montan sobre los m�s grandes, aran con los menores y llevan grandes cargas y cargas con ambos. Para el cual y otros prop�sitos similares, totus robustissimus est superne et inferne (Junius). Sin embargo, Dios ha puesto principalmente su fuerza, no en ninguna parte ofensiva (su cabeza no tiene cuernos y sus pies no tienen garras para hacer da�o), sino en sus lomos y alrededor de su vientre.

Y su fuerza est� en el ombligo de su vientre ] Que debe estar muy fuertemente apuntalado, cuando se le sujeta con tanta fuerza la espalda. Los naturalistas observan que la parte m�s suave del elefante es su vientre; y, por tanto, el rinoceronte, su enemigo mortal, se posa sobre �l all� con su cuerno torcido afilado contra una roca, y lo vence; sin embargo, es m�s fuerte en su vientre que otras criaturas en la espalda; y, por lo tanto, su ombligo se llama aqu� ombligos en plural.

Su piel es extremadamente dura y �spera, de modo que una flecha dif�cilmente puede perforarla. Sin embargo, Eleazar, / RAPC 1Ma 6:46, corriendo hacia el ej�rcito enemigo, se meti� debajo del vientre de un elefante (sobre el cual pens� que cabalgaba el rey Ant�oco) y lo mat�, siendo �l mismo aplastado por el peso de la bestia que ca�a sobre �l.

Versículo 17

Mueve su cola como un cedro; los tendones de sus piedras est�n entrelazados.

Ver. 17. Mueve su cola como un cedro ] El elefante tiene una cola peque�a y corta para su volumen; Beza, por lo tanto, lo convierte en su parte prominente, que es como el cedro, y lo interpreta como su trompa, o hocico grande, que verdaderamente, dice �l, como propio del elefante, y de gran utilidad, no podr�a en en cualquier caso debe pretermitirse en esta descripci�n. Vea Job 40:15 .

Los tendones de sus piedras est�n envueltos juntos ] Esta es tambi�n otra de las propiedades del elefante, cuyos test�culos est�n ocultos y pegados a su vientre, sujetos all� por ciertos tendones y ligamentos, y no cuelgan, como lo hacen los test�culos de otras bestias. Como sus miembros genitales son peque�os, considerando su tama�o; de modo que su lujuria por la mujer no es grande, nunca se empareja con ella sino en secreto, y una vez que est� satisfecha, se abstiene de su compa��a.

Versículo 18

Sus huesos [son como] fuertes piezas de bronce; sus huesos son como barras de hierro.

Ver. 18. Sus huesos son como piezas de bronce estriadas ] O, como conductos de bronce, por lo que se pueden entender sus huesos huecos, como por barras de hierro los macizos, y por ambos (junto con su tronco, compuesto de cart�lagos, y sus dientes y colmillos, de dos metros y medio de largo, algunos de ellos) podemos conjeturar que son del tama�o de todo su cuerpo; el tama�o de todas las criaturas terrestres, dice Plinio; nueve codos de altura, dice Eliano, de algunos. Ahora bien, �puede Job mirar a una criatura tan monstruosa, o�r su ruido o estar delante de �l sin gran horror? y no se someter� al gran Dios y le dar� toda su gloria.

Versículo 19

�l [es] el principio de los caminos de Dios: el que lo hizo puede hacer que su espada se acerque [a �l].

Ver. 19. �l es el principal de los caminos de Dios ] es decir, la obra maestra entre todas las bestias (y quiz�s la primera hecha), como lo es el hombre entre todas las criaturas terrestres, siendo divini ingenii cura, como se le llama. De todas las criaturas terrenales irracionales, el elefante es el m�s grande, fuerte y comprensivo.

El que lo hizo puede hacer que su espada se acerque a �l ] es decir, s�lo Dios puede tratar con �l y matarlo, porque ning�n hombre se atreve a emprenderlo a menos que sea por arte y astucia; y eso en los d�as de Job, probablemente, a�n no se conoc�a ni se practicaba. Y si Dios no le hubiera dado un cuerno al rinoceronte y veneno al drag�n (que son los enemigos m�s mortales del elefante), no habr�a bestias que pudieran tener lo mejor de �l.

�l mismo tiene una larga vida, dice Arist�teles, pero Dios puede cortarlo a su antojo; y lo mismo har� con esos monstruos sin amo que persiguen a su pueblo, aunque parezcan estar fuera del alcance de su vara. Algunos leen las palabras as�: El que lo hizo hizo que su espada estuviera cerca de �l; e interpretarlo como su trompa o su hocico, con el cual, como con una espada, pelea y hace muchas haza�as.

Curtius dice: Cuando Porus, el rey indio, herido en la batalla, cay� armado al suelo, su elefante con su trompa lo levant� suavemente y lo volvi� a colocar sobre su espalda. Algunos en sus guerras han sujetado espadas afiladas al hocico de los elefantes y han hecho mucho da�o al enemigo.

Versículo 20

Ciertamente los montes le traer�n comida, donde juegan todas las bestias del campo.

Ver. 20. Seguramente las monta�as le sacan comida ] Y comida suficiente, aunque sea de un cuerpo enorme. Aprendamos a confiar en la providencia de Dios para nuestra provisi�n necesaria: del Se�or es la tierra y su plenitud. Vea Job 40:15 .

Donde todas las bestias del campo juegan ] Y pueden jugar con seguridad para �l; porque est� tan lejos de usar su espada para destruirlos, que cuando ha de pasar entre los reba�os de otras bestias o ganado, abre camino, dice Plinio, con el hocico, para no herir a ninguno de ellos, y hace se�as. a ellos con �l, como si fuera con su mano, que s�lo pasar� por delante de ellos, y no les har� ning�n da�o.

Versículo 21

Yace bajo la sombra de los �rboles, en el encubrimiento de los juncos y los pantanos.

Ver. 21. Yace bajo la sombra de los �rboles ] Vatablus lee las palabras interrogando as�: �Est� bajo la sombra de los �rboles, en el escondite de los juncos y los pantanos? No importa, es demasiado grande para que los �rboles le den sombra; ni las ca�as ni los pantanos pueden cubrirlo (So R. Levi y Kimchi). Pero Arist�teles nos dice que le encanta estar junto a las orillas de los r�os rodeados de �rboles, porque es naturalmente c�lido y se cr�a en pa�ses c�lidos; y sin embargo est� impaciente por el fr�o y el invierno (De Hist.

Anim. l. 9, c. 46). Y, por lo tanto, cuando An�bal trajo muchos elefantes de �frica a Italia, todos perecieron en los fr�os Alpes, excepto s�lo uno en el que mont� el propio An�bal (Plinio lib. 8, c. 10).

En lo oculto de la ca�a y los pantanos ] Por eso Cardinus dice: Que el elefante es de naturaleza porcina, encantado con el barro y el fango, Ad calorem frangendum crasso coeno perfunduntur (Plin.). Y Gulielmus Parisiensis aplica Behemoth en los pantanos, al diablo en corazones sensuales. Duerme en lugares h�medos, dice; es decir, en aquellos que yacen derriti�ndose en placeres y deleites pecaminosos; por tanto, Lucas 11:24 , se dice que anda por lugares secos, buscando descanso, pero no lo encuentra; y, Ezequiel 47:11 , cuando las aguas del santuario se desbordaron, los lugares lodosos no pudieron sanar.

Versículo 22

Los �rboles de sombra lo cubren [con] su sombra; lo rodean los sauces del arroyo.

Ver. 22. Los �rboles de sombra lo cubren con su sombra, etc. ] Se apoya en esos �rboles y duerme, porque no puede acostarse y levantarse, por falta de articulaciones en sus miembros. �Y por qu� no concebimos los �rboles en esas partes lo suficientemente grandes como para eclipsar al elefante, cuando, como en Am�rica, pero especialmente en Brasil, los �rboles son tan grandes que se informa de ellos que varias familias han vivido en varios brazos de uno? �rbol, a tantos como los que hay en alguna peque�a aldea o parroquia entre nosotros? (Abbot's Geog., P. 271.)

Los sauces del arroyo lo rodean ] Para resguardarlo del viento y el fr�o. Y aunque no saben nadar, son tan grandes, sin embargo, les encanta estar alrededor de estanques y arroyos en busca de sombra y calmar su sed; porque el elefante bebe catorce firkins de agua en una ma�ana, dice Arist�teles, y ocho por la noche, como sigue,

Versículo 23

He aqu�, �l bebe un r�o, [y] no se apresura; conf�a en que podr� llevar el Jord�n a su boca.

Ver. 23. He aqu�, �l bebe un r�o y no se apresura ] a saber. Por miedo, tanquam canis ad Nilum, como los perros que beben en el Nilo temen al cocodrilo; o como los habitantes de esta tierra en la antig�edad beb�an temiendo por sus vidas y, por lo tanto, sol�an tener alg�n amigo a quien comprometerse por su seguridad: de ah� esa expresi�n del que est� borracho, la prometo por ti. El elefante, mientras bebe grandes tragos (m�s all� del del camello, que bebe, dice Plinio, lib.

8, cap. 18, Et in praeteritum, et in futurum, tanto para el tiempo pasado como para el por venir), por lo que bebe sin molestias, porque �qui�n se atreve a tratar con �l? Otros animales, a causa del espanto de su disposici�n, rompen las corrientes de aire para mirar a su alrededor. No as� el elefante, que bebe como si fuera a agotar y secar el r�o, y se adentra en �l con un cuerpo tan grande como si quisiera detener su curso; por tanto, algunos leen las palabras as�: Detiene el r�o para que no se apresure.

Algunos no se apresuran a comprender la costumbre del elefante de no beber hasta que primero, entrando en el agua y removi�ndola, la hizo encharcada, porque no ama las aguas claras, como escribe Eliano. Tampoco en ning�n momento entra en un r�o m�s alto de lo que puede respirar a trav�s de su gran hocico, porque no puede nadar debido al peso de su cuerpo, dice Arist�teles (Hist. Anim. L. 9, cap. 46).

Conf�a en que puede llevarse el Jord�n a la boca ]. En la vasta imaginaci�n de su fantas�a, presume que puede devorar y beber todo el Jord�n a la vez. El Jord�n es el r�o m�s grande de Cana�n, corre a lo largo de la tierra y cae al Mar Muerto, que a�n no crece al tragarlo. A esto algunos piensan que este texto alude. Pero mejor aqu� por el Jord�n (que surge de la ra�z del L�bano, y, como dicen algunos, de una fuente doble, la del lado derecho, llamada Dan, y la otra del lado izquierdo, llamada Jor), podemos entender, por una sin�cdoque, un r�o cualquiera; y as� estas palabras no son m�s que una repetici�n hiperb�lica de las primeras.

a Una cifra mediante la cual se usa un t�rmino m�s completo para un t�rmino menos completo o viceversa; como todo para parte o parte para todo, g�nero para especie o especie para g�nero, etc.

Versículo 24

Lo toma con sus ojos: [su] nariz atraviesa trampas.

Ver. 24. Lo toma con los ojos ] Es, es decir, el Jord�n, que piensa, cuando lo ve, para beber de un trago; pero es mejor llenar su vientre que sus ojos, como decimos. Otros, asoma la cabeza hasta los ojos con extrema codicia. Brentius lo lee , Oculis suis capitur ipse, decipulis perforatur nasus; y dice: Que esta criatura s�lo se toma por los ojos y la nariz; porque de otra manera es lustroso y resbaladizo como una anguila. As� es Satan�s, dice, y no podemos rehuir sus artima�as si no es por el esp�ritu de la fe.

�Pero Nonne hoc spumosum? Lutero en un lugar llama alegor�as, Spumam Scripturae, la espuma de las Escrituras (en Gen. iii. P. 67); y en otro, el sentido aleg�rico es una bella ramera que seduce a los ociosos, que se creen en el para�so y en el seno de Dios, cuando caen en tales especulaciones. Gregorio y otros (que han alegorizado completamente este cap�tulo y el anterior, aplicando todo al diablo y al Anticristo), no observaron cu�l era el estado y alcance de esta disputa.

Algunos leen el texto as�: �Alguien lo tomar� a la vista, alguien le atravesar� la nariz con trampas? qd Esa no es la manera de tomarlo, o abrazarlo cuando lo toman. Debe ser atrapado por artima�as, y no por la fuerza principal o la fuerza abierta (ver Plinio para este prop�sito), aunque una vez que lo atrapan, pronto lo domestican y lo hacen d�cil para muchos usos. V�ase la historia de las criaturas vivientes de Arist�teles (lib. Viii. Cap. 8, 9). Plinio dice que hab�a visto a los elefantes bailar sobre la cuerda y escribir letras griegas con los pies (lib. Ix. Cap. 46).

Su nariz atraviesa lazos ] O, �Se agujerear� alguno su nariz para poner trampas? Aunque sea lo suficientemente apto para ser domesticado y ense�ado, no soportar� cabos, riendas, mordiscos ni anillos en la nariz; como tampoco lo har� el Leviat�n, de quien se habla semejante, Job 41:1,2 .

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre Job 40". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/job-40.html. 1865-1868.
 
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