Bible Commentaries
Job 7

Comentario Completo de TrappComentario de Trapp

Versículo 1

Job 7:1 [�No hay] un tiempo se�alado para el hombre en la tierra? �No son tambi�n sus d�as como los d�as de un asalariado?

Ver. 1. �No hay un tiempo se�alado para el hombre sobre la tierra? ] La hay, ciertamente. Nuestros l�mites nos son prescritos, y una columna puesta por el que sostiene los cielos, que no debemos traspasar. Stat sua cuique muere, dijo el poeta pagano (Virg. Aeneid 10), nuestro �ltimo d�a se mantiene, el resto corre. Se dice de los turcos que no evitan la compa��a de los que padecen la plaga, sino que se�alan sus frentes, digamos, que all� estaba escrito en el momento de su nacimiento cu�ndo deb�an morir.

Ahora bien, si hay un tiempo se�alado, etc., �qu� quieren decir los luteranos al ense�ar que Dios no ha determinado el per�odo de los d�as de los hombres, sino que est� en el poder del hombre alargarlos o acortarlos? Humanae vitae terminus non est decreto simplici et absoluto constitutus (Buscador de blancos). En este vers�culo tenemos dos met�foras, y ambas muestran lo contrario. La primera es de soldados, impl�cita en la palabra ??? traducida como un tiempo se�alado, o una guerra, porque hab�a un tiempo establecido para que los soldados pelearan, y tambi�n un tiempo establecido para que ellos sirvieran. El segundo es de un asalariado.

�No son tambi�n sus d�as como los d�as de un asalariado? ] Describe humanae vitro brevitatem, dice Vatablus. Aqu� describe la brevedad de la vida del hombre, y con ella que sus d�as est�n determinados; porque con un asalariado aceptamos trabajar con nosotros durante un tiempo determinado y, por lo general, durante un d�a o por d�a; y por eso los llamamos jornaleros. Por tanto, es importante que el tiempo de la vida del hombre sea breve y fijo; para los mercenarios se fijan a una hora.

Vea Job 14:14; Eclesiast�s 2:3 ; Juan 7:30; Isa�as 38:5 . Se agregaron quince a�os a la vida de Ezequ�as. Nuestros cabellos est�n contados, mucho m�s nuestros d�as. Este Job alega exponer su propia miseria extrema, como alguien condenado a tormentos perpetuos sin ning�n respiro ni refrigerio; y por lo tanto en un caso peor que el de cualquier soldado o sirviente.

Versículo 2

Como el siervo desea ardientemente la sombra, y como el asalariado busca [la recompensa de] su trabajo:

Ver. 2. Como un siervo desea ardientemente la sombra, etc. ] Heb. Espera o aguarda su sombra; es decir, para alg�n lugar de reposo fresco despu�s de su arduo trabajo bajo el sol ardiente, como en la cosecha; o por la sombra, es decir, por la noche oscura, o por la tarde.

Cum Sol crescentes discedens duplicet umbras (Virg. Eclog.).

Y como el asalariado espera la recompensa de su trabajo ] Heb. Espera su trabajo, es decir, su salario. La obra de Dios es su propio salario; y al hacer esto (no solo por hacerlo) hay una gran recompensa, Salmo 19:11 . La justicia es su propia recompensa; pero el asalariado pobre busca su salario, pone su coraz�n en �l, Deuteronomio 24:15 , y Dios provee all� que le sea debidamente pagado; y los que lo detienen est�n gravemente amenazados.

Ver Santiago 5:5 : es un pecado que llora. Todo el verso puede ser coherente con el primero; y ser as�: �No es el hombre como un siervo que desea ardientemente la sombra? �Y no es �l como un asalariado que busca la recompensa de su trabajo? pero es mejor unirlo con lo que sigue, seg�n nuestra traducci�n.

Versículo 3

As� se me hizo poseer meses de vanidad, y se me asignaron noches fatigosas.

Ver. 3. As� estoy hecho para poseer meses de vanidad ] As�, pero mucho peor que eso es conmigo. El siervo trabajador tiene su sombra; el jornalero penoso tiene su salario en el tiempo establecido; pero se me hace poseer, o se me ha asignado como herencia, no d�as, sino meses enteros de vanidad, es decir, de abuso y miseria, sin el menor consuelo o esperanza de enmienda. El soldado, sirviente, asalariado, sufre penurias con la esperanza de mejorar; pero conmigo es cada d�a peor que otros; y si no fuera por la esperanza del cielo, la vida que llevo aqu� ser�a un peque�o infierno para m�.

De los meses de vanidad aqu� mencionados (meses de mentira algunos los expresan, porque esperaba alivio, pero no lo encontr�) se puede deducir que las calamidades de Job duraron mucho tiempo, doce meses, dicen los hebreos, siete a�os, dice Suidas. Si mantenemos la fe y la paciencia, pero la mitad de tiempo en cualquier tipo, nos consideramos dignos de ser coronados y registrados. Para bocas de vanidad, algunos leen lunas vac�as; como si la luna de Job estuviera siempre menguando, o alguna vez en eclipse.

Y me han sido se�aladas noches fatigosas ] sc. Por Dios; y eso exactamente como si los hubiera contado en una noche. Vea Daniel 10:1 . Pondere, mensura, numero Deus omnia fecit, �l es quien nos corta nuestras condiciones, que nos prepara los d�as molestos y las noches fatigosas, y a prop�sito para apartarnos del amor desmesurado de la vida: como por ataduras estrechas ( que mortifica y amortigua la carne) los hombres son m�s capaces de soportar la amputaci�n de un miembro; por lo tanto, nos apartaremos de este mundo con m�s suavidad, en la medida en que los d�as y las noches m�s dolorosos y dolorosos que hemos soportado.

Versículo 4

Cuando me acuesto, digo: �Cu�ndo me levantar� y la noche se habr� ido? y estoy lleno de sacudidas de un lado a otro hasta el amanecer.

Ver. 4. Cuando me acuesto, digo: �Cu�ndo me levantar�? &C. ] Aqu� hay una descripci�n gr�fica de una noche agotadora. La noche es muy laboriosa y fastidiosa para los enfermos: luego revuelven sus problemas y, libres de las visitas de amigos, visitan sus propias aflicciones y estudian libremente sus propios malestares; luego yacen toda la noche deseando que llegue el d�a, contando el reloj, escuchando el gallo (ese reloj natural), dando vueltas de un lado a otro hasta el amanecer del d�a, sin poder conseguir el menor parpadeo de sue�o, esa nodriza de la naturaleza, y dulce par�ntesis de los dolores y preocupaciones de los hombres. Oh, presente la condici�n de un enfermo inquieto en sus pensamientos (dice un int�rprete aqu�), alabe a Dios por las noches tranquilas y compadezca a aquellos a quienes est�n asignadas noches fatigosas.

Versículo 5

Mi carne est� vestida de gusanos y terrones de polvo; mi piel est� rota y se vuelve repugnante.

Ver. 5. Mi carne est� vestida de gusanos ] Aqu� Job muestra c�mo y de d�nde sus noches eran tan fatigosas e inquietas; estaba vestido con sus ropas funerarias antes de morir (dice el Sr. Caryl), a saber. una t�nica de gusanos engastados o bordados con terrones de polvo. Cubierto estaba de llagas y �lceras putrefactas llenas de gusanos, lo que le hac�a aborrecerse a s� mismo.

Y terrones de polvo ] Un vestido apropiado para un moribundo. La palabra significa limaduras de cualquier metal o raspaduras de algo inmundo. Entonces se refiere a la caspa que le quit�, o al polvo que se contrajo al sentarse en el suelo, Job 2:8 .

Mi piel est� rota ] O, hendida y agrietada (como la tierra est� en sequ�a), de la manera m�s repugnante y formidable.

Y volverse repugnante ] O derretirse, como en ese moquillo que los m�dicos llaman corruptem totius substantiae; o como en la lepra o la gangrena, cuando la carne se cae de los huesos. Hinc igitur disce patientiam in morbis, dice Lavater. Por lo tanto, aprenda a ser paciente ante las enfermedades m�s repugnantes y molestas. �Y si est�s en tal l�o por todas partes, que no puedes estar de pie, ni caminar, ni sentarte, ni acostarte, ni vivir, ni morir? �No era la condici�n de este santo Job, y peor? Recuerda que no hay pocos enfermos que el coraz�n pueda soportar, doloridos en todo el cuerpo y que necesiten la comida y el medicamento necesarios que t� no necesitas; considera que Dios podr�a, y justamente podr�a, echarte m�s y m�s pesadas plagas, etc.

Cuando el Dr. Munster se enferm�, y algunos amigos vinieron a visitarlo, lamentando mucho los dolores que le produc�an las �lceras del cuerpo; Oh mis queridos amigos, dijo �l, estas �lceras y llagas , gemmae sunt et pretiosa ornamenta Dei, son gemas y joyas de Dios con las que adorna a sus amigos para atraerlos hacia �l; adornos que consideremos m�s preciosos que todo el oro y las riquezas de este mundo.

Poco despu�s de ese discurso, se durmi� piadosa y pac�ficamente en el Se�or. Tambi�n Craterus, cuando vio que su cuerpo comenzaba a hincharse con hidropes�a y otros malestares, Euge Dee sit laus et gloria dijo: Oh, bendito sea Dios, que mi liberaci�n est� pr�xima , et horula gratissima, y esa dulce hora que pondr� fin a todas mis miserias (Melch. Adam).

Versículo 6

Mis d�as son m�s r�pidos que la lanzadera de un tejedor, y los paso sin esperanza.

Ver. 6. Mis d�as son m�s r�pidos que la lanzadera de un tejedor] Que es de un movimiento muy r�pido y repentino. Las noches y los d�as pasan la lanzadera de la vida del hombre hacia adelante y hacia atr�s, una y otra vez. La noche arroja al d�a y el d�a a la noche; entre estos dos el tiempo r�pidamente se desgasta el hilo de la vida. Cort�, como un tejedor, mi vida, dice el bueno de Ezequ�as, Isa�as 38:12 . Y los paganos martillaban en esto en su ficci�n de los tres destinos hermanos, de los cuales el poeta dice:

Baiulat de la columna de Clotho, Lachesis trahit, Atropos occat.

Ustedes que son tejedores, dice Lavater, o los observan en su trabajo, piensen en este texto y aprendan a vivir en santidad.

Y se gastan sin esperanza ] Heb. Sin esperanza. No puedo concebir que alguna vez recupere o sea reclutado, lo que sea que t�, oh Elifaz, hayas hecho para ponerme en esperanza. Todo el deseo de Job era la muerte, que consideraba el mejor remedio de todos.

Versículo 7

Recuerda que mi vida es viento: mis ojos nunca m�s ver�n el bien.

Ver. 7. Oh, recuerda que mi vida es viento ] Antes, m�s veloz o m�s ligera que la lanzadera de un tejedor (o que una espada o un discurso, como la Septuaginta lo traduce, ??????????? ??????), ahora mi vida es un viento, o como un viento ( as� lo parafrasea el caldeo), que pasa r�pidamente y no vuelve. Entonces St James, "�Qu� es tu vida?" dice �l; "Es incluso un vapor que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece", Santiago 4:14 .

Se ha observado bien que el Esp�ritu Santo nos da muchos elementos de esto (y especialmente en este libro), lo que demuestra que somos muy propensos a olvidarlo. Un punto que es f�cil de conocer, pero muy dif�cil de creer; todo el mundo lo acepta, pero pocos lo viven y lo mejoran para reformarlo.

Mis ojos no ver�n m�s el bien ] sc. En este mundo, porque en el mundo venidero, confiaba en la hermosa visi�n, Job 19:27 . Ezequ�as tiene una expresi�n similar cuando es sentenciado a muerte: Dije al cortar mis d�as: No ver� al Se�or, al Se�or en la tierra de los vivientes (es decir, en esta vida presente, Salmo 27:13 ; Salmo 52:5 ; Salmo 142:5 ; Isa�as 53:8 , llamado tambi�n la luz de los vivos, Jn 9: 5 Sal 56:13); No ver� m�s al hombre con los habitantes del mundo, Isa�as 38:11 .

Y esto, tanto Job enfermo como Ezequ�as enfermo, le dicen al Se�or, y ambos comienzan de la misma manera, oh recuerda, Isa�as 38:3 . Dios no olvida a su pueblo ni a su condici�n; sin embargo, requiere y espera que sean sus recordatorios para el bien de ellos y de los dem�s, Isa�as 62:6,7 . Ver el margen.

Versículo 8

El ojo del que me ha visto no me ver� m�s; tus ojos est�n sobre m�, y yo no.

Ver. 8. El ojo del que me ha visto no me ver� m�s ] En la muerte no veremos ni seremos vistos, pero pronto estaremos fuera de la vista y tambi�n fuera de la mente. Se cuenta de Ricardo III, que hizo que el cad�ver muerto de sus dos sobrinos asfixiados fuera encerrado en plomo, y as� lo puso en un ata�d lleno de agujeros y enganchado en los extremos con dos ganchos de hierro, y as� se fundi� en un lugar llamado las profundidades negras, en la desembocadura del T�mesis, donde nunca deber�an levantarse ni ser vistos m�s (Speed.

935). Tal lugar es el sepulcro hasta el �ltimo d�a; porque entonces el mar entregar� los muertos que hay en �l, y la muerte y el sepulcro entregar� los muertos que hay en ellos, Apocalipsis 20:13 , entonces Ad�n ver� todo. sus sobrinos a la vez, etc.

Tus ojos est�n sobre m�, y yo no. ] Incluso me miras a la muerte; como en otras partes, se dice que Dios arruina a los hombres hasta la destrucci�n, Salmo 80:16 Salmo 104:29 ; no son capaces de soportar sus ojos llameantes, que destella su ira contra ellos. �Qu� locos, pues, son los que hablan y act�an contra aquel que tan f�cilmente puede matarlos! Si Dios pone sus ojos en ellos para mal (como a menudo amenaza con hacer, Am�s 9: 4 Job 16: 9), se deshacen.

Versículo 9

Job 7:9 [Como] la nube se consume y se desvanece: As� el que desciende al Seol, no volver� a subir.

Ver. 9. Como la nube se consume y se desvanece ] Una nube no es m�s que un vapor espesado en la regi�n media del aire por el fr�o que lo envuelve y lo junta, Salmo 18:11,12 , vasijas son tan delgadas como la licor que hay en ellos; pero algunos no tienen agua: los primeros pronto se vac�an y se disuelven; estos �ltimos tan pronto los dispersa el viento y se desvanecen. Ver Trapp en " Trabajo 7: 7 "

De modo que el que desciende al Seol, no volver� a subir] sc. Vivir y conversar aqu� con los hombres, como Job 7:10 . O no volver� a subir, sc. sin un milagro (como L�zaro y algunos otros muertos hace mucho tiempo que resucitaron) no puede regresar a m�, dijo David a su hijo fallecido, 2 Samuel 12:23 .

Dios podr�a enviar a algunos de los muertos para advertir a los vivos; pero eso no es de esperar ahora, como Abraham le dijo al hombre rico, Lucas 16: 27-31 Aquellos esp�ritus de hombres muertos que tan a menudo aparec�an en tiempos del Papado (requiriendo que sus amigos cantaran misas y cantos f�nebres para ellos; y eso atrajo este verso de Theodorus Gaza, Sunt aliquid manes, lethum non omnia finit ) eran delirios o demonios en forma de hombres.

Que Job dud� de la resurrecci�n, o la neg� (como el rabino Salom�n, y algunos otros escritores hebreos y griegos, concluyen de este texto) es un da�o manifiesto hecho a este buen hombre, y una fuerza ofrecida al texto, como aparece por lo que sigue a continuaci�n.

Versículo 10

No volver� m�s a su casa, ni su lugar lo conocer� m�s.

Ver. 10. No volver� m�s a su casa ] Ya sea para despachar negocios o para gozar de comodidades; ha terminado por completo con los asuntos de este mundo. Melancthon cuenta de una t�a suya que, habiendo enterrado a su marido y sentada tristemente junto al fuego, vio (como pensaba) a su marido entrar en la habitaci�n y hablarle familiarmente sobre el pago de ciertas deudas y otros negocios pertenecientes a ella. a la casa; y cuando hubo hablado as� mucho tiempo con ella, le pidi� que le diera la mano; al principio se neg�, pero al final la persuadieron de hacerlo; la tom� de la mano y la quem� de tal manera que estaba negra como un carb�n, y se fue. �No era este el diablo?

Ni su lugar lo conocer� m�s ] Su lugar de habitaci�n, o su lugar de honor y dominio; �stos ya no lo reconocer�n ni le dar�n la bienvenida, como sol�an hacer despu�s de un viaje. La muerte es la conclusi�n de todas las comodidades y relaciones mundanas. Por lo tanto, la gente malvada es tan reacia a partir, porque la muerte golpea un golpe eterno de separaci�n entre ellos y sus comodidades actuales, sin esperanza de algo mejor.

Spes et fortuna valete, adi�s a la esperanza y la fortuna, dijo un gran hombre a su muerte. El cardenal Bourbon no quiso separarse de su papel en Par�s por su papel en el para�so. Joder, dijo otro cardenal rico, �no se contratar� a la muerte? el dinero no har� nada? Jam�s sali� Ad�n m�s de mala gana del Para�so, los jebuseos de la fortaleza de Si�n, el mayordomo injusto de su oficio, o los demonios de los endemoniados, que la gente sin gracia de sus tabern�culos terrenales, porque saben que lo har�n. no vuelvas m�s; y teniendo esperanzas s�lo en esta vida, deben verse a s� mismos como los m�s miserables.

Versículo 11

Por tanto, no refrenar� mi boca; Hablar� con la angustia de mi esp�ritu; Me quejar� con la amargura de mi alma.

Ver. 11. Por tanto, no refrenar� mi boca ] Heb. No prohibir� mi boca, sc. de hablar, no morder� m�s en mi dolor; pero puesto que la muerte, el final seguro de todos los problemas externos, no est� lejos de m�; Con mis ulteriores quejas, presionar� al Se�or para que lo apresure y no reprima mis dolores, sino que los desahogue.

Hablar� con la angustia de mi esp�ritu ] Heb. En la estrechez o angustia de mi esp�ritu, que casi se asfixia por el dolor.

Me quejar� en la amargura de mi alma ] Sus mayores angustias fueron en el interior; y si por el dolor piadoso por sus pecados hab�a derramado su alma en una humilde confesi�n (como algunos lo entienden aqu�), hab�a tomado el camino correcto; pero as� estallar ruidosamente en quejas saborea la enfermedad humana, y muestra quantae sint hominis vires sibi a Deo derelicti, en qu� pobre criatura se vuelve el hombre cuando Dios lo deja solo y lo somete a sus juicios (Mercer).

Versículo 12

Job 7:12 �Soy yo un mar o una ballena, para que me pongas vigilancia?

Ver. 12. �Soy un mar o una ballena ] �Puedo soportar todos los problemas, como el mar recibe todas las aguas y la ballena soporta todas las tempestades? Este (como bien se ha observado) fue un discurso demasiado audaz a Dios por parte de una criatura, porque cuando su mano est� sobre nuestras espaldas, nuestras manos deben estar sobre nuestra boca; como Salmo 39:9 , "Yo era mudo", o (como otros lo leen) deber�a haber sido mudo ... "porque t� lo hiciste.

"Pero es un buen paso hacia la perfecci�n y la victoria cuando uno puede besar la vara de Dios y decir, como Salmo 44:17 : Todo esto ha venido sobre nosotros, pero no te hemos olvidado, ni nos hemos apartado de tu camino. Job no estuvo sin su impaciencia, pero como estaba bien para los principales, y al final los lament�, Dios no lo mir� como lo hace con esos refractarios, que a su impaciencia agregan impenitencia, y a su desobediencia pasiva, activa.

Que me vigilas? ] �Que me rodeas de dolores, y no me dejas morir? Aqu� Job deber�a haber puesto mejor vigilancia sobre sus labios, Salmo 39:1 ; Salmo 141:3 , que de esta manera fanfarronear contra Dios (que es ???????????, no para ser llamado a rendir cuentas por sus actos) como el mar embravecido o el torbellino rebelde.

Deber�a haber considerado que los mejores hombres tienen algo de mar en ellos, eso debe estar limitado; y algo de la ballena, que debe ser vigilada y mantenida debajo; y que Dios nunca impone a un hombre m�s de lo que necesita, aunque �l piense de otra manera.

Versículo 13

Cuando digo: Mi lecho me consolar�, mi lecho aliviar� mi queja;

Ver. 13. Cuando digo: Mi cama me consolar� ] La cama era el medio de refrigerio m�s apropiado y probable; pero no es la cama la que puede dar sue�o, ni el sof� la comodidad. Las criaturas no pueden por s� mismas dar las comodidades que se les han encomendado; su naturaleza com�n debe ser asistida con una palabra especial de bendici�n, o de lo contrario no nos hacen ning�n bien: el hombre no vive s�lo de pan, etc. Dios hace la cama del misericordioso, Salmo 41:3 .

As� que le da a su amado sue�o, sue�o tranquilo (Shena con un Aleph quieto), Sal 127: 2 �l es el Dios de todas misericordias, y el Padre de todo consuelo, 2 Corintios 1:3 . Es �l quien brilla a trav�s de la criatura, que es como el aire, sin luz. Mira c�mo el aire nos ilumina no sin el sol; y el combustible no nos calienta sin fuego; as� que ning�n hombre ni ning�n medio puede consolarnos o contentarnos sin Dios.

Mi lecho aliviar� mi queja ] Heb. Levantar� o quitar�, a saber. la carga de mis preocupaciones y dolor; alguna parte de mi carga al menos; pero sucedi� de otra manera: para ver el siguiente verso

Versículo 14

Entonces me asustas con sue�os y me aterrorizas con visiones.

Ver. 14. Entonces me asustas con sue�os ] Extremam tentationem describit, dice Vatablus; y el diablo, sin duda, ten�a una gran participaci�n en este negocio (porque estaba dentro de su comisi�n, y no descuidar�a ninguna parte); pero Job no se fija en nadie m�s que en Dios, el agente principal, ya �l se aplica. Su providencia se ejerce incluso sobre los sue�os, que, en las personas melanc�licas, resultan (especialmente cuando est�n enfermas) a menudo muy horribles y horribles; como que caen de alg�n lugar alto, cometen alg�n delito capital, son muertos, despedazados por demonios, etc.

La terrible visi�n nocturna del obispo Foliot ya se mencion� anteriormente. Ricardo III, despu�s del asesinato de sus dos sobrinos inocentes, y Carlos IX de Francia, despu�s de la Masacre de Par�s, tuvieron sue�os tan espantosos que se convirtieron en un terror para ellos mismos y para todos los que los rodeaban. Pero por ejemplo en hombres mejores: Calvino en el a�o de gracia de 1562, enfermo de gota, so�� que o�a un gran ruido de tambores golpeados con mucha vehemencia, como suele ser en las marchas b�licas (Beza in Vita).

Pareua tambi�n, en 1618 d.C., vio en un sue�o la ciudad de Heidelberg incendiada en muchos lugares, y el palacio del pr�ncipe elector todo en una llama de luz: esto lo dej� a la ma�ana siguiente en su lecher�a, y agreg� estas palabras, Oh Deus clementissime, averte sinistrum presagio, etc., oh Dios misericordioso, aparta este mal presagio. (Philip Par. En Vita Patris). Tales sue�os espantosos provocan un sue�o enfermo y un peor despertar. Este Job se queja de aqu�; y a�n m�s completamente en las siguientes palabras.

Versículo 15

De modo que mi alma elige el estrangulamiento y la muerte antes que mi vida.

Ver. 15. Para que mi alma elija estrangular ] es decir, Quamvis durissimam sed praesentissimam mortem, cualquier muerte violenta o ignominiosa, siempre que sea una muerte r�pida. Hip�crates nos dice que muchos se han asustado tanto con sue�os y apariciones, que se han ahorcado, se han tirado a pozos profundos o se han suicidado de alguna otra manera. Que aquellos que no han estado tan aterrorizados, o tan tentados, o tan abandonados de Dios, lo bendigan por esa misericordia.

Y muerte antes que vida ] Heb. En lugar de mis huesos; es decir, cualquier tipo de muerte en lugar de un cuerpo as�, que ahora no es m�s que una bolsa de huesos; o que esos huesos podridos llenos de llagas y �lceras. Hace menci�n de sus huesos, porque su dolor le hab�a traspasado hasta los mismos huesos; la putrefacci�n se le hab�a hundido en la m�dula.

Versículo 16

Lo detesto; No vivir�a siempre: d�jame solo; porque mis d�as son vanidad.

Ver. 16. Lo detesto, no vivir�a siempre ] Lo detesto o aborrezco, es decir, mi vida, o los detesto, es decir, mis huesos, Job 7:15 . "No vivir�a siempre", es decir, mucho tiempo en este mundo y en esta condici�n. Plotino, el fil�sofo, ten�a una misericordia especial de Dios para con los hombres que fueran mortales; y no siempre vivi� para trabajar bajo las miserias de esta miserable vida (Ago.

de Civitate Dei, l. ix. C. 10). Cato profes� que si pudiera renovar su edad como la del �guila, para que pudiera volver a ser joven, lo rechazar�a seriamente (Cic. Cato Major). Cu�nto mejor podr�a Job decir esto, si el justo tiene esperanza en su muerte; y bien podr�a retomar la del poeta,

Utque adeone mori miserum est?

Los d�as de los mejores est�n tan llenos de maldad tanto de pecado como de dolor, que es bueno que no se llenen de d�as; si se les sumara la longevidad a los montones de dolores, y la perpetuidad con toda su miseria, �qu� miserables ser�an! Cristo promete como un punto de favor suyo, que los d�as de angustia se acorten, Mateo 24:22 , y para que pueda poner fin a la era, despach� a las generaciones con toda la rapidez conveniente.

Por tanto, d�jame solo ] Algunos leen as�, no puedo vivir para siempre, ni mucho, por tanto d�jame solo, es decir, deja de afligirme, y d�jame ir tranquilamente a mi tumba, Salmo 39:13 . Aqu� se observa bien que el mundo y el tiempo, mientras contin�an, cesan siempre; y por lo tanto tienen su denominaci�n de esta palabra, que significa cesar, Quod cito cessat et deficit (Mercer in Pagnin.).

Porque mis d�as son vanidad ] Hebel, un soplo de viento o una burbuja en el agua. El cuerpo del hombre es una burbuja, su alma el viento que la llena. La burbuja se eleva m�s y m�s, hasta que al fin se rompe; as� el cuerpo asciende de la infancia a la juventud, de la juventud a la vejez, etc., hasta que al final se agrieta y se disuelve. La vida de un hombre es una vida vana. Este trabajo a menudo golpea y por qu�, vea la nota. Ver Trapp en " Trabajo 7: 7 "

Versículo 17

�Qu� es el hombre para que lo engranes? y que pusieras tu coraz�n en �l?

Ver. 17. �Qu� es el hombre para que lo engranes? ] es decir, � hacer tanto ruido por �l, o considerarlo como una pareja adecuada para que el gran Dios se enfrente a �l, Salmo 14:3 , o se encargue de sus asuntos? Debile argumentum, dice aqu� Vatablus, un pobre argumento; pero Job utiliza toda clase de argumentos para impulsar a Dios a acabar con �l: � Domine, fac finem, fac finem, Dios, acaba, acaba! dijo Erasmus agonizante; pero no s� qu� quiso decir con esas palabras, dice Melancthon, quien lo informa.

�Y que pusieras tu coraz�n en �l? ] Para dar cuenta de una criatura tan mezquina y miserable, Salmo 144:3 , para magnificar a quien m�s bien pudieras vilipendiar, o incluso anular; o, que pusieras tu coraz�n contra �l, sc. para destruirlo, como Job 34:14 . Eso no es m�s que un concurso innoble, ubi et vincere inglorium est, et atteri sordidum.

Versículo 18

�Y que deber�as visitarlo todas las ma�anas y probarlo en todo momento?

Ver. 18. Que lo visites todas las ma�anas ] T�mate tantas molestias, por as� decirlo, con �l, como para castigarlo; y todas las ma�anas para hacerlo, es decir, seguro y temprano; Dios reprend�a a Job cada ma�ana tan pronto como se despertaba, y pensaba mucho en esto y prefer�a no haberlo hecho; pero esa era su debilidad, ya que la vara es tan necesaria como la comida.

Y pru�balo en todo momento ] probando con la aflicci�n qu� corrupci�n y qu� gracia hay en su coraz�n; este David cuenta con la cuenta de los favores de Dios, y ora por, Salmo 139:24 . Este Dios promete como una bendici�n especial, Jeremias 9:7 , y con �l asegura que tratar� de refinar a su pueblo, pero no como plata, Isa�as 48:10 .

No los tratar� con rigor de justicia, porque si lo hiciera, ellos, teniendo m�s escoria que buen mineral, m�s corrupci�n que gracia, pronto ser�an consumidos en esta ardiente prueba; Dios consider� esto, y as� deber�a haberlo hecho Job, y haber dejado de gru�ir.

Versículo 19

�Hasta cu�ndo no me apartar�s ni me dejar�s solo hasta que me trague la saliva?

Ver. 19. �Hasta cu�ndo no te apartar�s de m� ? Aqu� parece deseoso de deshacerse de la compa��a de Dios, de su afligida presencia, Salmo 139:10 ; tan cierto es el del ap�stol, Hebreos 12:11 , "Ninguna disciplina en el presente parece ser gozosa, sino penosa", hasta que la paciencia llegue a tener su obra perfecta, y los hombres sean llevados a clamar, como uno lo hizo bajo un gran ajuste de la piedra, El uso, Se�or, el uso; no tanto alivio de mi dolor, como un buen uso de mi sufrimiento.

Este trabajo lleg� a largo plazo, sin duda; mientras tanto, tenemos en �l, como observa Mercer, el esp�cimen mirum ubique, un ejemplo maravilloso de ese conflicto entre carne y esp�ritu que hay en los santos.

Sin embargo, d�jame solo, hasta que pueda tragar mi saliva. ] Es decir, ni me dejes el menor intermedio, no, ni un rato de escupir. No me permitir� tomar aliento, Job 9:18 . Jer�nimo piensa que Job ten�a problemas con una quinsey, o dolor de garganta, que le imped�a tragar saliva; tampoco ten�a poder para escupir la materia corrupta que corr�a por su garganta.

�Oh, qu� dulce misericordia es la salud! �Y cu�n incapaces son los mejores sin un apoyo especial del cielo para soportar la enfermedad! Los estoicos, que dec�an que quien viv�a honestamente pod�a vivir alegremente aunque sufriera muchas debilidades corporales, senserunt ipsi in morbis se magnificentius locutos esse quam verius, dice Wolfius; es decir, cuando les lleg� el turno de enfermarse, percibieron bien que hab�an hablado con m�s valent�a que con veracidad.

Versículo 20

He pecado; �Qu� te har�, oh preservador de los hombres? �Por qu� me has puesto como una marca contra ti, de modo que soy una carga para m� mismo?

Ver. 20. He pecado ] O, �he pecado? �He ca�do en alguna ofensa, como me acusan estos hombres? �Soy culpable de algo m�s que fallos involuntarios, enfermedades inevitables? Aunque s� que tambi�n �stos son pecados, frutos de la carne propiamente dichos, faltas de la marca, como la palabra aqu� significa, y por tales los confieso humildemente, me pongo en manos de tu justicia en esperanza de tu misericordia; �Y qu� quieres m�s de tu pobre criatura?

�Qu� te har�? ] Tan pronto como Job confes� su pecado, desea conocer un remedio. Los reprobados pueden llorar Peccavi, he pecado; pero luego proceden a no decir, como aqu�, �Qu� debo hacer? Abren la herida, pero no se colocan sobre una tirita, por lo que las heridas causadas por el pecado se pudren m�s y se vuelven m�s peligrosas. Se le indicar�a a Job qu� hacer para remediarlo; tendr�a gracia perdonadora y gracia prevaleciente en cualquier condici�n; y m�s que esto, �qu� puedo hacerte? ????????? ??????, como la Septuaginta traduce este texto.

�T�, conservador de los hombres? ] De todos los hombres, pero especialmente de los que creen, 1 Timoteo 4:10 . Los griegos llamaron a su J�piter ??????????, el libertador o preservador de sus personas; y de nuevo, ???????, de ?????, un muro, como si fuera el guardia y defensor de sus casas. Algunos lo rinden, �oh, observador de los hombres!

Pero estas son alabanzas propias del Dios verdadero, el guardi�n de su Israel, Salmo 121:4 . El preservador de los fieles, Salmo 31:23 . A quien guarda como a la ni�a de sus ojos, Salmo 17:8 , el m�s tierno pedazo de la parte m�s tierna, m�s diligente y fuertemente custodiado por la naturaleza con t�nicas. Es la sabidur�a de un cristiano en sus discursos a Dios elegir t�tulos y atributos apropiados y apropiados; para fortalecer su fe y aumentar su fervor.

�Por qu� me has puesto por se�al contra ti? ] Como baluarte, como objeto o como roca de esc�ndalo, contra la cual siempre puedes lanzarte; as� Vatablus lo traduce; en el mismo sentido que pide Job 19:11 , Job 19:11 ; Job 13:24 . �Por qu� me consideras tu enemigo? Entonces Lam 3:12 Job 16:13 .

Job concibi� que Dios no trat� con �l de otra manera que los turcos con el gran crucifijo de Constantinopla, sobre cuya cabeza le pusieron un gorro de turco, y as�, burl�ndose de �l, le dispararon con sus flechas, llam�ndolo el Dios de los cristianos: o, como los mismos turcos en la toma de Tr�poli, en Berber�a, se ocuparon de un tal Juan de Chabas, un franc�s, que en el momento del asedio hab�a disparado la mano del secretario general del ej�rcito.

Lo llevaron al pueblo, dice la historia, y cuando le cortaron las manos y la nariz, lo metieron r�pido en el suelo hasta la cintura, y all� para su placer le dispararon con sus flechas, y luego le cortaron el cuello. .

�De modo que soy una carga para m�? ] �C�mo puede ser de otra manera el que es un blanco para el Dios Todopoderoso, que parti� sus propias riendas y derram� su hiel sobre la tierra, Job 16:13 . Job se hab�a quejado una vez antes de que el veneno de las flechas de Dios hab�a bebido su esp�ritu, Job 6: 4 Tampoco hab�a nada tan pesado para �l, o tan pesado para �l, como esto, que Dios parec�a desaprobarlo, y no luchar contra �l con su propia mano. La Septuaginta y los talmudistas leen as�, De modo que soy una carga para ti, a saber. con mis quejas y protestas; esta, dicen ellos, era la lectura antigua.

Versículo 21

�Y por qu� no perdonas mi transgresi�n y quitas mi iniquidad? porque ahora dormir� en el polvo; y me buscar�s por la ma�ana, pero no ser�.

Ver. 21. �Y por qu� no perdonas mi transgresi�n? ] Heb. Levanta o quita; porque el pecado era la carga m�s grande de Job, por lo que rog� a Dios que lo perdonara; y eso no solo en el cielo, sino en su propia conciencia; y entonces ninguna oscuridad puede ser tan desoladora, ninguna cruz tan cortante, ninguna carga tan importante, pero �l, por la gracia de Dios, podr� lidiar con ella. De ah� esta vehemente protesta suya por la remisi�n y remoci�n del pecado primero, y luego de sus malvados consecuentes; porque el perd�n del pecado es una misericordia voluminosa; y siendo justificados por la fe, podemos gloriarnos en la tribulaci�n, Romanos 5:1 ; Romanos 5:3 .

Porque ahora dormir� en el polvo ] En el polvo de la muerte, Salmo 22:1 ; Salmo 22:5 , y por lo tanto debe tener ayuda en el presente, o no recibirla en absoluto; ya que un hombre que parti� ya no se encuentra en este mundo, aunque nunca se lo busque tan diligentemente.

Vea Job 7:7,8 . Uno parafrasea estas palabras as�: Porque ahora morir�, y entonces, cuando esperes recibir tu sacrificio matutino de alabanza como antes, no se hallar� que te lo ofrezca.

Información bibliográfica
Trapp, John. "Comentario sobre Job 7". Comentario Completo de Trapp. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/jtc/job-7.html. 1865-1868.