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1 Samuel 18

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

Y sucedi� que, cuando termin� de hablar con Sa�l, cuando David le dio al rey la informaci�n que deseaba acerca de su familia, el alma de Jonat�n, el heroico hijo de Sa�l, estaba entrelazada con el alma de David, encadenado al suyo en una uni�n firme e inseparable, atado por el lazo del amor; y Jonathan lo amaba como a su propia alma, con total ausencia de ego�smo, en una amistad ideal.

Versículos 1-16

La mirada de Sa�l cambia al odio

Versículo 2

Y Sa�l lo tom� ese d�a, y no lo dej� ir m�s a la casa de su padre; ahora estaba permanentemente al servicio del rey, y ya no pod�a regresar a casa de vez en cuando , como lo hac�a antes, 1 Samuel 17:15 para ayudar en el trabajo y cumplir con sus deberes de pastor.

Versículo 3

Entonces Jonat�n y David hicieron un pacto, un sellamiento formal de su mutuo amor y amistad, porque lo amaba como a su propia alma; se prometieron mutuamente amistad perpetua.

Versículo 4

Y Jonat�n, como testimonio y muestra de su amor y amistad, se despoj� del manto que estaba sobre �l y se lo dio a David, y sus mantos, hasta su espada, su arco y su cinto. As�, la barrera del rango y la posici�n qued� completamente a un lado; porque el objetivo de Jonat�n no era solo que David compareciera en la corte con la vestimenta adecuada, sino tambi�n honrar a David como un h�roe militar, el conquistador del terrible filisteo, quien por lo tanto deber�a aparecer con un traje acorde a su posici�n.

Versículo 5

Y David sali� adonde lo envi� Sa�l, en cualquier campa�a para la cual el rey pens� que su habilidad militar lo capacitaba, y se port� sabiamente, siendo a la vez prudente y pr�spero; y Sa�l lo puso al frente de los hombres de guerra, lo nombr� comandante de un cuerpo de soldados, y fue aceptado a los ojos de todo el pueblo, muy apreciado, y tambi�n a los ojos de los siervos de Sa�l, los oficiales de la corte de Sa�l, que podr�a haber estado celoso de su �xito.

Versículo 6

Y sucedi� que, cuando llegaron, cuando el ej�rcito regres� de la persecuci�n de los filisteos para celebrar la victoria, cuando David regres� de la matanza del filisteo, las mujeres salieron de todas las ciudades de Israel para celebrar el victoria en la debida forma, cantando y bailando, al encuentro del Rey Sa�l, con tabretes, casta�uelas, con alegr�a, con grito de j�bilo, y con instrumentos de m�sica, con tri�ngulos.

Versículo 7

Y las mujeres se respondieron unas a otras mientras jugaban, y dijeron: Sa�l ha matado a sus miles y David a sus diez miles. No solo realizaron bailes corales, sino tambi�n bailes alternos que pretend�an interpretar la batalla y la victoria, mientras que, al mismo tiempo, alzaban la voz en el canto antifonal, cuyo canto mostraba la alta estima en la que se ten�a a David por su actitud. haza�a heroica.

Versículo 8

Y Sa�l estaba muy enojado, sus celos inmediatamente estallaron, y el dicho le desagrad�; y dijo: Han atribuido a David diez millares ya m� me han atribuido millares; �Y qu� m�s puede tener sino el reino? Todo lo que faltaba en el caso de David era la dignidad y la posici�n reales, un presentimiento que casi puede haber llegado a ser una sospecha, ya que Samuel hab�a declarado claramente que el poder real pasar�a a otra familia.

Versículo 9

Y Sa�l mir� a David desde ese d�a en adelante, lo mir� con recelo envidioso.

Versículo 10

Y sucedi� al d�a siguiente que el esp�ritu maligno de Dios, 1 Samuel 16:13 , vino sobre Sa�l, y profetiz� en medio de la casa, se enfureci� y deliraba en locura; y David tocaba con su mano, tocaba el arpa, como las otras veces; y hab�a una jabalina, una peque�a lanza usada como cetro, en la mano de Sa�l.

Versículo 11

Y Sa�l arroj� la jabalina, se abalanz� sobre �l; porque �l dijo: Golpear� a David hasta la pared con ella, la pasar� a trav�s de David a la pared. Y David evit� salir de su presencia dos veces, esquiv� el ataque, pero permaneci� en su puesto en el intento de calmar al rey, de ahuyentar su locura.

Versículo 12

Y Sa�l tuvo miedo de David, porque Jehov� estaba con �l, como toda la evidencia claramente mostraba, y se apart� de Sa�l; el rey sent�a cada vez m�s que hab�a sido abandonado y rechazado por el Se�or a favor de David.

Versículo 13

Por tanto, Sa�l lo apart� de su puesto en la corte, donde estaba protegido, y lo nombr� capit�n de m�s de mil, probablemente lo ascendi� a un puesto m�s alto en el ej�rcito; y sali� y entr� delante del pueblo, en varias campa�as militares.

Versículo 14

Y David se comport� sabiamente en todos sus caminos, us� el buen juicio en todas sus empresas y tuvo el �xito correspondiente; y el Se�or estaba con �l, coronando su obra con bendiciones.

Versículo 15

Por lo tanto, cuando Saulo vio que se portaba muy sabiamente, le tuvo miedo, cada nuevo incidente que mostraba la tendencia de los asuntos agregaba nuevo combustible al fuego de sus celos e ira, as� como a su miedo.

Versículo 16

Pero todo Israel y Jud� amaban a David porque �l sal�a y entraba delante de ellos; su consideraci�n por �l aument� cuando notaron que se ocupaba de sus asuntos de manera silenciosa y eficaz, y que todas sus empresas militares hab�an tenido �xito. Todos los creyentes est�n obligados a esperar odio por parte del mundo imp�o, especialmente porque los infieles no pueden evitar notar que Dios est� del lado de Sus hijos. Pero en la medida en que muestran su odio en obras de enemistad, Dios levanta su mano protectora sobre los que conf�an en �l.

Versículo 17

Y Sa�l dijo a David: He aqu� mi hija mayor, Merab, a ella te dar� por mujer, en cumplimiento de la promesa bien conocida por todos los soldados del ej�rcito, 1 Samuel 17:25 ; s�lo s� valiente para m�, distinguido por tu valent�a, y lucha las batallas del Se�or. Esta no era una condici�n, sino una obligaci�n impuesta a David. Sa�l aprovech� esta oportunidad para impresionar al joven con su celo por el pueblo de Dios y con la necesidad de frustrar las malas intenciones de los vecinos paganos.

"Pero detr�s de este lenguaje apropiado de Cana�n se escond�a la astucia y la maldad de Sa�l hacia David." (Lange.) Porque Sa�l dijo, es decir, dentro de s� mismo, este era el pensamiento que lo impulsaba : No dejes que mi mano est� sobre �l, ser�a Ha sido un asunto peligroso para �l quitarle la vida a David, pero que la mano de los filisteos est� sobre �l; Sa�l esperaba que David cayera en la batalla en alg�n momento, y que as� se lograr�a el fin deseado.

Versículos 17-30

Sa�l planea que se retire a David

Versículo 18

Y David dijo a Sa�l, con verdadera modestia, sin la menor sospecha de la astucia de Sa�l: �Qui�n soy yo? y �cu�l es mi vida o la familia de mi padre en Israel para que yo sea yerno del rey? David dio a entender que ni su propia persona ni su posici�n en la vida, ni sus conexiones familiares lo hac�an merecedor del honor que le ofrec�a el rey.

Versículo 19

Pero sucedi� que en el momento en que Merab, la hija de Sa�l, debi� ser entregada a David, se la dio a Adriel, el Meholatita, por esposa. Fue simplemente un capricho de Sa�l lo que hizo que rompiera su promesa a David, porque se volvi� m�s caprichoso con el paso de los a�os.

Versículo 20

Y Mical, la hija de Sa�l, amaba a David; y le dijeron a Sa�l, y la cosa le agrad�, este giro de las cosas promet�a encajar bien con sus planes.

Versículo 21

Y Sa�l dijo: Se la dar� para que le sea una trampa, le sirva de cebo o se�uelo, y para que la mano de los filisteos sea contra �l; ten�a un plan en mente que seguramente tendr�a �xito. Por tanto, Sa�l dijo a David: Hoy ser�s mi yerno en el uno de los dos, literalmente: "La segunda vez ser�s mi yerno", es decir, primero por el desposorio con Merab, la segunda vez por el matrimonio real con Michal.

Versículo 22

Y Sa�l mand� a sus siervos, diciendo: Hablen con David en secreto, como si lo hubieran hecho sin el conocimiento del rey, y digan: He aqu�, el rey se agrada de ti, y todos sus siervos te aman; ahora, pues, s� yerno del rey. La oferta era pura hipocres�a, y tanto m�s repugnante cuanto que era parte del plan del rey para destruir a David a trav�s del amor de Mical.

Versículo 23

Y los siervos de Sa�l hablaron esas palabras a o�dos de David. Y David, recordando su primera experiencia con Sa�l, dijo: �Te parece poco, poco, ser yerno de rey, siendo yo un hombre pobre y de poca estima? Su experiencia en el asunto de Merab le hab�a dejado impresionado una vez m�s la gran distancia entre su puesto y el puesto de honor por el que se supon�a que deb�a luchar, y siendo un hombre pobre, apenas le era posible pagar la dote o el obsequio matutino. esperado de un pretendiente.

Versículo 24

Y los siervos de Sa�l le informaron, diciendo: De esta manera habl� David, expresando las objeciones presentadas por David.

Versículo 25

Y Sa�l dijo, todav�a con la misma ansiedad por lograr su objetivo: As� dir�is a David: El rey no desea dote, sino cien prepucios de los filisteos, tomados, por supuesto, de sus cad�veres, para vengarse de ellos. los enemigos del rey. Pero Sa�l pens� en hacer caer a David por mano de los filisteos; estaba seguro de que este plan para apartar a David no podr�a fallar.

Versículo 26

Y cuando sus siervos le dijeron a David estas palabras, a David le gust� mucho ser el yerno del rey, especialmente porque iba a ganar a Mical con un logro heroico; y los d�as no se cumplieron, es decir, el plazo fijado por Sa�l para obtener el regalo de la ma�ana.

Versículo 27

Entonces David se levant� y fue, �l y sus hombres, de los cuales mil era comandante, y mat� de los filisteos a doscientos hombres; y David trajo sus prepucios, y ellos se los dieron en su totalidad al rey, los contaron en n�mero completo, no solo los requeridos, sino los cien extra como regalo gratis, para que �l pudiera ser el yerno del rey. . Y Sa�l le dio a Mical, su hija, por mujer. Frustrados sus planes hostiles una vez m�s, se vio obligado a cumplir su promesa.

Versículo 28

Y Sa�l vio y supo que el Se�or estaba con David, era tan obvio que no pod�a cerrar los ojos ante el hecho, y que Mical, la hija de Sa�l, lo amaba; incluso el hecho de que ella amaba a David era una espina clavada en el costado del rey.

Versículo 29

Y Sa�l tem�a a�n m�s a David, porque era evidente que Dios protegi� al joven contra sus malvados designios; y Sa�l se convirti� en enemigo de David continuamente, todos los d�as de su vida.

Versículo 30

Entonces los pr�ncipes de los filisteos salieron en campa�as para derrocar el poder de Israel; y sucedi� que, despu�s de que salieron, David se comport� m�s sabiamente que todos los siervos de Sa�l, siempre ejerci� un juicio prudente y, por lo tanto, tuvo �xito en sus empresas, de modo que su nombre fue muy marcado, fue muy considerado. de por todo el pueblo. Todos los rectos de coraz�n honran y aman a los siervos fieles de Dios y reconocen las bendiciones que el Se�or da a su pueblo por medio de ellos.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 18". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/1-samuel-18.html. 1921-23.