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1 Samuel 2

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

Y Ana or� y dijo, en una exaltaci�n de esp�ritu provocada por el Esp�ritu Santo: Mi coraz�n se regocija en el Se�or, mi cuerno est� exaltado en el Se�or, dicho de valor vigoroso y conciencia de poder; ensanchada est� mi boca sobre mis enemigos, abierta ampliamente para alabar la salvaci�n del Se�or ; porque me regocijo en tu salvaci�n, en la misericordia que Jehov� le hab�a mostrado.

Versículos 1-11

Canci�n de agradecimiento de Hannah

Versículo 2

No hay santo como el Se�or; porque no hay nadie fuera de Ti, siendo Su santidad el reflejo de Su majestad; ni hay roca como nuestro Dios, en quien los creyentes siempre puedan depositar su confianza con firme confianza, Deuteronomio 32:4 .

Versículo 3

No hables m�s con mucho orgullo, estas palabras est�n dirigidas a los imp�os, a los enemigos de Jehov�; No dejes que de tu boca salga arrogancia, cualquier cosa que tenga olor a impertinencia contra Jehov�; porque el Se�or es un Dios de conocimiento, un Dios omnisciente, y por �l se pesan las acciones, o todas sus acciones son pesadas por �l, son correctas y verdaderas.

Versículo 4

Los arcos de los valientes est�n quebrados, todo el poder humano est� indefenso ante �l, y los que tropezaron est�n ce�idos de fuerza, preparados para la batalla en virtud de su confianza en Jehov�.

Versículo 5

Los que estaban saciados se alquilaron por pan, habiendo sido reducidos a los m�s lamentables apuros; y cesaron los hambrientos, recibiendo por la misericordia de Dios el alimento que necesitaban, y la est�ril dio a luz siete, Salmo 113:9 ; y la que tiene muchos hijos se debilita, habiendo sido privada de sus hijos en su vejez, Jeremias 15:9 .

Versículo 6

El Se�or mata y da vida, enviando peligro y angustia, pero tambi�n librando a los que en �l conf�an, Salmo 30:3 ; �l baja a la tumba y resucita, liberando a sus hijos de la tristeza mortal, de la desgracia extrema, y ??coloc�ndolos en seguridad y gozo.

Versículo 7

El Se�or empobrece y enriquece, porque en sus manos est�n todos los tesoros del mundo; �l humilla y ensalza.

Versículo 8

�l levanta del polvo al pobre y al mendigo del muladar, del m�s profundo deshonor y deshonra, en el cual uno es, por as� decirlo, pisoteado, para ponerlos entre pr�ncipes, en asientos de honor, tales ocupados por la nobleza, y para hacerlos heredar el trono de gloria, para ocupar la posici�n opuesta a la que antes era de ellos; porque los pilares de la tierra son del Se�or, habiendo sido erigidos por �l y sostenidos en su lugar por Su poder omnipotente, y �l ba�� el mundo sobre ellos, como Creador y Sustentador del mundo.

Versículo 9

�l guardar� los pies de sus santos, para que no se tambaleen y caigan, y los imp�os callar�n en las tinieblas, privados de la luz de la misericordia de Dios; porque con la fuerza nadie prevalecer�; Es imposible que el hombre, por su propia voluntad, desaf�e las tormentas de la vida.

Versículo 10

Los adversarios del Se�or ser�n quebrantados porque Jehov� destruir� y aniquilar� a los que alcen la voz para desafiarlo; Desde el cielo tronar� sobre ellos, como advertencia de la proximidad de su juicio; el Se�or juzgar� los confines de la tierra; y dar� fuerza a su Rey, a su Ungido, el futuro Mes�as de Israel. y exalta el poder de su Ungido.

El reino de Cristo se extiende hasta los confines de la tierra, que �l juzgar� en el �ltimo d�a. Entonces los incr�dulos, los imp�os, ser�n condenados a condenaci�n eterna, pero el poder del Cristo de Dios se establecer� por toda la eternidad. As�, la canci�n inspirada alcanz� su maravilloso cl�max.

Versículo 11

Y Elcana, con su casa, fue a Ram� a su casa. Y el ni�o Samuel ministraba al Se�or delante del sacerdote El�.

Versículo 12

Los hijos de El� eran hijos de Belial, sinverg�enzas in�tiles y sin valor; no conoc�an al Se�or, no le tem�an, no ten�an fe en �l.

Versículos 12-17

Las malas pr�cticas de los hijos de Eli

Versículo 13

Y la costumbre del sacerdote con el pueblo era que, cuando alguno ofrec�a sacrificio, ven�a el criado del sacerdote, mientras la carne estaba hirviendo, con un garfio de tres dientes, un tridente o un tenedor de tres puntas en la mano;

Versículo 14

y lo meti� en la cacerola, o en la tetera, o en el caldero, o en la olla; todo lo que trajo el garfio, el sacerdote se lo llev�. Esa fue la conducta codiciosa de los sacerdotes en la preparaci�n de la comida del sacrificio despu�s de que se hab�a tra�do el sacrificio propiamente dicho. Esta forma de actuar ya se hab�a convertido en la regla. As� hicieron en Silo con todos los israelitas que vinieron all�, robando as� al pueblo y al Se�or, en lugar de limitarse al pecho ondulado, al hombro levantado y algunas otras gratificaciones, Lev�tico 7:28 ; N�meros 18.

Versículo 15

Tambi�n antes de quemar la grasa, antes del sacrificio propiamente dicho, que inclu�a la grasa, Lev�tico 3:3 , vino el criado del sacerdote y dijo al que sacrificaba: Da carne para asar para el sacerdote, porque no quer�an. carne hervida todo el tiempo; porque no tendr� de ti carne cocida, sino cruda, como todav�a estaba llena de fuerza y ??jugo.

Versículo 16

Y si alguno le dijera: No deje de quemar la sebo ahora, es decir, estaba a punto de hacer quemar la sebo de su ofrenda, seg�n la ley, y luego tomar cuanto desee tu alma; entonces �l, el criado de los sacerdotes, le contestaba: No; pero me lo dar�s ahora; y si no, lo tomar� por la fuerza. Estos abusos hab�an sido introducidos por los hijos de El� en relaci�n con las ofrendas de paz, con las que se relacionaba una comida de sacrificio.

Versículo 17

Por tanto, el pecado de los j�venes fue muy grande ante el Se�or, fue un ultraje equivalente al sacrilegio; porque los hombres aborrecieron la ofrenda del Se�or, la despreciaron y blasfemaron como una forma de injerto en los lugares santos. Ese es el colmo de la corrupci�n en la Iglesia, cuando los propios servidores del santuario son sinverg�enzas imp�os, que solo tienen en vista su avance temporal, y as� dan ocasi�n a los enemigos del Se�or para blasfemar.

Versículo 18

Pero Samuel, siendo un ni�o, ministraba delante del Se�or, ce�ido con un efod de lino, una prenda para los hombros con dise�o del efod del sumo sacerdote, que todos los sacerdotes usaban como se�al de su llamamiento.

Versículos 18-21

Ana bendecida por el Se�or

Versículo 19

Adem�s, su madre le confeccionaba una t�nica, una prenda de vestir de todos los d�as, y se la tra�a de a�o en a�o, cuando sub�a con su marido a ofrecer el sacrificio anual, manteni�ndose as� una estrecha conexi�n entre la casa de la familia. padres y el muchacho en el tabern�culo.

Versículo 20

Y El� bendijo a Elcana y a su esposa y dijo: El Se�or te d� simiente de esta mujer por el pr�stamo que se preste al Se�or, o, en lugar del mendigo, a Samuel, a quien ella le pidi� al Se�or, en lugar de la ofrenda. que se le pidi� a Jehov�. Y se fueron a su propia casa.

Versículo 21

Y el Se�or visit� a Ana una vez m�s con misericordiosa bondad, y ella concibi� y dio a luz tres hijos y dos hijas. Esa fue la recompensa del Se�or por su piadosa confianza en �l. Y el ni�o Samuel creci� ante el Se�or, en sabidur�a y conocimiento, que flu�an del temor del Se�or. Esa es una bendici�n del Se�or, cuando un ni�o, un joven, crece en el temor del Se�or, aumenta en conocimiento y en el favor de Dios y de los hombres.

Versículo 22

El� era muy viejo y escuch� todo lo que sus hijos hac�an con todo Israel, como se describi� anteriormente, y c�mo se acostaron con las mujeres que se reunieron a la puerta del Tabern�culo de la Congregaci�n, mujeres que realizaban ciertos servicios en el patio del Tabern�culo. , �xodo 38:8 , de modo que el Santuario fue profanado por las concupiscencias sensuales de estos hombres, por su seducci�n de las sirvientas.

Versículos 22-36

La profec�a contra Eli

Versículo 23

Y les dijo: �Por qu� hac�is tales cosas? Porque he o�do de tus malas acciones por parte de todo este pueblo, habi�ndosele tra�do el informe de la iniquidad.

Versículo 24

No, hijos m�os; porque no es un buen informe lo que oigo; Hac�is transgredir al pueblo del Se�or, porque muchos se escandalizaron y siguieron el mal ejemplo que les hab�an dado.

Versículo 25

Si un hombre peca contra otro, el juez lo juzgar�; en caso de transgresiones entre los hombres, Dios, como Juez principal, juzga el asunto a trav�s del gobierno instituido por �l; pero si un hombre peca contra el Se�or, quien rogar� por �l, en ese caso nadie puede actuar como intercesor. No obstante, no escucharon la voz de su padre, sus suaves reproches, porque el Se�or los matar�a, hab�an ido tan lejos en pecar deliberadamente que se hab�an vuelto obstinados, estaban en camino a la perdici�n.

Versículo 26

Y el ni�o Samuel creci� y goz� del favor del Se�or y tambi�n de los hombres, y esto se not� aqu� una vez m�s a modo de contraste efectivo.

Versículo 27

Y vino un var�n de Dios, un profeta, a El� y le dijo: Jehov� ha dicho as�: �Me he aparecido claramente, me he revelado, a la casa de tu padre, Aar�n, por medio de su antepasado directo Itamar, hijo de Aar�n? , cuando estaban en Egipto en la casa de Fara�n?

Versículo 28

Y lo eleg� yo, m�s bien, afirmativamente, "Yo s� lo eleg�", Aar�n, de todas las tribus de Israel para ser Mi sacerdote, para ofrecer sobre Mi altar, para quemar incienso, para llevar un efod delante de M�, �xodo 28:1 ; N�meros 16:5 ; N�meros 18:1 .

�Y di a la casa de tu padre todas las ofrendas encendidas de los hijos de Israel? Lev�tico 2:3 ; Lev�tico 6:16 .

Versículo 29

Por tanto, patead mi sacrificio y mi ofrenda, pisote�ndolos, que he mandado en mi morada, en el tabern�culo (esto fue hecho por la conducta despectiva y blasfema de los sacerdotes ), y honras a tus hijos m�s que a m�, por �No os opondr�is en�rgicamente a ellos, para engrosaros con lo mejor de todas las ofrendas de Israel, pueblo m�o, tomando todas las partes m�s selectas de los animales de sacrificio?

Versículo 30

Por tanto, el Se�or Dios de Israel dice: En verdad dije que tu casa y la casa de tu padre andar�an delante de m� para siempre, en el servicio de sacerdotes; Para el; El hecho de que El�, de la familia de Ithamar, fuera sumo sacerdote en ese momento, era solo un arreglo temporal, los descendientes de Finees probablemente carec�an de la energ�a necesaria para el cargo en ese momento. Pero ahora el Se�or dice: Al�jate de m�; a los que me honran honrar�, y a los que me desprecian ser�n tenidos en cuenta, cubiertos de desprecio y verg�enza.

Versículo 31

He aqu�, vienen d�as en que cortar� tu brazo, la palabra aqu� representa fuerza, poder, influencia, autoridad y el brazo de la casa de tu padre, que no habr� anciano en tu casa, mientras la familia exist�a, ninguno de sus miembros llegar�a a una edad avanzada.

Versículo 32

Y ver�s un enemigo en Mi morada, en todas las riquezas que Dios dar� a Israel, �l ver�a, en lo que respecta a su propia familia, angustia y aflicci�n para los habitantes del Tabern�culo en todas las bendiciones que el Se�or quisiera. mostrar a su pueblo, ya que no compartir�an la prosperidad nacional y el consiguiente regocijo; y no habr� anciano en tu casa para siempre.

Versículo 33

Y el var�n tuyo, a quien no cortar� de mi altar, consumir� tus ojos y entristecer� tu coraz�n; y toda la multiplicaci�n de tu casa morir� en la flor de su edad. As� que siempre habr�a un descendiente de la casa de El� sirviendo en el Tabern�culo, para ser testigo de la decadencia de la adoraci�n verdadera, consumido por la ansiedad y preocupaci�n por el destino del Tabern�culo.

Versículo 34

Y esto te ser� por se�al, una prueba del cumplimiento de Su amenaza, que vendr� sobre tus dos hijos, Ofni y Finees: en un d�a morir�n ambos. Esa es la consecuencia invariable, cuando los padres guardan silencio ante los pecados de sus hijos o se aventuran s�lo a una leve objeci�n, omiten la reprensi�n y la correcci�n, aman o temen a sus hijos m�s que a Dios.

Versículo 35

Y me levantar� un sacerdote fiel que har� conforme a lo que est� en Mi coraz�n y en Mi mente, uno en quien �l pueda confiar absolutamente, y que realice toda su obra exactamente de la manera m�s agradable al Se�or. Y le edificar� una casa segura; y andar� delante de mi ungido para siempre. Esta es una profec�a de Cristo, quien es Sacerdote y Rey en una sola persona.

Versículo 36

Y suceder� que todos los que queden en tu casa vendr�n y se agachar�n a �l, en posici�n de suplicante, con la rodilla doblada, por una moneda de plata y un bocado de pan, y dir�n: Ponme Te lo ruego, a una de las oficinas de los sacerdotes para que pueda comer un trozo de pan. El que se refugia en el Mes�as, el gran Sacerdote-Rey, confesando la necesidad que le ha tra�do a causa de su pecaminosidad, encontrar� en �l gracia, misericordia y paz sin fin.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 2". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/1-samuel-2.html. 1921-23.