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1 Samuel 23

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

Entonces le dijeron a David, �l recibi� informaci�n, diciendo: He aqu�, los filisteos, una fuerte banda de sus asaltantes, pelean contra Keila, una ciudad evidentemente en las tierras bajas de Jud�, cerca de la frontera filistea, y saquean las eras, donde el grano estaba apilado listo para trillar.

Versículos 1-13

El rescate de Keila por David

Versículo 2

Entonces David consult� a Jehov�, diciendo: �Ir� y herir� a estos filisteos? Parece haber tenido razones para considerarse campe�n de los oprimidos. Y el Se�or dijo a David por medio del Urim y Tumim del sumo sacerdote. Ve, ataca a los filisteos y salva a Keila. La orden, "Rescata a Keilah", inclu�a la promesa de que el �xito coronar�a sus esfuerzos.

Versículo 3

Y los hombres de David, que en aquel tiempo no compart�an su simple confianza en Jehov�, le dijeron: He aqu�, tenemos miedo aqu� en Jud�, tem�an la persecuci�n de Sa�l; �Cu�nto m�s, entonces, si llegamos a Keila contra los ej�rcitos de los filisteos, donde tendr�an enemigos delante y detr�s?

Versículo 4

Entonces David volvi� a consultar al Se�or, de la misma manera. Y el Se�or le respondi� y dijo: Lev�ntate, desciende a Keila; porque entregar� a los filisteos en tus manos. Esta promesa definitiva ten�a la intenci�n de disipar los temores de los hombres de David.

Versículo 5

Entonces David y sus hombres. fue a Keila y pele� contra los filisteos, se llev� sus ganados y los hiri� con una gran matanza. Los filisteos, en lugar de obtener un bot�n, fueron ellos mismos mimados, perdiendo sus reba�os y manadas y sufriendo una derrota muy severa. Entonces David salv� a los habitantes de Keila.

Versículo 6

Y sucedi�, como se indica aqu� en la explicaci�n, cuando Abiatar, el hijo de Ahimelec, huy� a David a Keila, uni�ndose a �l justo cuando estaba planeada la campa�a para rescatar la ciudad, que baj� con un efod, el hombro. -Vestido del sumo sacerdote con el Urim y Tumim, en la mano. Esto fue a favor de David, porque ahora en cualquier momento pod�a pedir la voluntad del Se�or.

Versículo 7

Y le dijeron a Sa�l, que ten�a sus esp�as vigilando todos los movimientos de David, que David hab�a llegado a Keila. Y Sa�l dijo: Dios lo ha entregado en mis manos, porque trat� de enga�arse a s� mismo para creer que David, y no �l mismo, hab�a sido rechazado por Dios; porque est� encerrado, entrando en una ciudad que tiene puertas y rejas. Sa�l pens� que David se hab�a preparado una trampa al hacer de una ciudad fortificada su cuartel general, ya que escapar all� ser�a m�s dif�cil, una vez que la ciudad estuviera rodeada.

Versículo 8

Y Sa�l convoc� a todo el pueblo a la guerra, convoc� formalmente a todos los soldados de su ej�rcito, para que bajaran a Keila, para sitiar a David y a sus hombres, y as� ponerlo en su poder.

Versículo 9

Y David, que tambi�n ten�a sus esp�as en el campo, sab�a que Sa�l en secreto practicaba maldades contra �l, se enter� de este plan para destruirlo; y dijo al sacerdote Abiatar: Trae el efod para recibir informaci�n del Se�or.

Versículo 10

Entonces dijo David, en una oraci�n mostrando su confianza en Jehov�, oh Se�or Dios de Israel, Tu siervo ciertamente ha o�do que Sa�l quiere venir a Keila para destruir la ciudad por mi causa.

Versículo 11

�Me entregar�n los de Keila en sus manos? �Bajar� Sa�l, como ha o�do tu siervo? Se�or, Dios de Israel, te ruego que lo digas a tu siervo. Las preguntas no se dan en el orden incorrecto, debido a la emoci�n de David, como se ha dicho, pero David tem�a que los hombres de Keilah lo entregaran en manos de Sa�l tan pronto como se enteraran de que el rey hab�a planeado venir. Y el Se�or dijo, respondiendo primero a la �ltima pregunta, �l descender�.

Versículo 12

Entonces dijo David, repitiendo su primera pregunta: �Los hombres, los ciudadanos de Keila, me entregar�n a m� y a mis hombres en manos de Sa�l? Y el Se�or dijo: Te entregar�n. En lugar de tomar el papel del hombre que los hab�a rescatado de sus enemigos, los hombres de Keilah se habr�an guiado por la pol�tica.

Versículo 13

Entonces David y sus hombres, que eran unos seiscientos, ya que constantemente se agregaban nuevos hombres a su banda, se levantaron y salieron de Keilah, y fueron adonde pod�an ir, sin un plan definido, seg�n el azar y las circunstancias. Y le dijeron a Sa�l que David se hab�a escapado de Keila; y se abstuvo de salir, abandon� su campa�a. En esta historia tambi�n David es un tipo del Hijo de Dios.

Porque �l tambi�n, mientras se dedicaba a rescatar a su pueblo de las manos de sus enemigos m�s terribles, fue entregado en manos de los injustos. Adem�s, tal es la suerte de todos los que abiertamente toman parte del Se�or.

Versículo 14

Y David se qued� en el desierto en fortalezas, en las alturas abrigadas de la gran regi�n semi�rida del sur de Jud�, cuyas varias partes recibieron el nombre de las ciudades vecinas, y permaneci� en una monta�a en el desierto de Zif, estableciendo all� su campamento por algunos d�as. tiempo. Y Sa�l lo busc� todos los d�as, todos los d�as de su vida, continuamente, pero Dios no lo entreg� en sus manos. Esta observaci�n sirve como introducci�n a toda la siguiente secci�n.

Versículos 14-29

En el desierto de Zif

Versículo 15

Y David vio que Sa�l hab�a salido a buscar su vida, recibi� informaci�n en ese sentido, fue impresa en su conciencia cada vez m�s; y David estaba en el desierto de Zif en un bosque, un bosque espeso, que le ofrec�a la mejor forma de ocultarse.

Versículo 16

Y Jonat�n, el hijo de Sa�l, se levant� y fue a David al bosque, en prueba de la fidelidad continua de su amistad, y fortaleci� su mano en Dios, lo anim� record�ndole las promesas de Dios de Su presencia y protecci�n divinas.

Versículo 17

Y �l le dijo: No temas; porque la mano de Sa�l, mi padre, no te encontrar�, estaba convencido de que David estaba protegido por la protecci�n especial de Dios; y t� ser�s rey de Israel, una convicci�n que le hab�a sido impuesta por la tendencia de los acontecimientos, y yo estar� a tu lado, �l estaba perfectamente dispuesto a renunciar a todo derecho al trono; y que tambi�n Sa�l, mi padre, lo sabe, sab�a que David ser�a su sucesor.

Versículo 18

Y los dos hicieron un pacto ante el Se�or, renovando el pacto que un�a sus corazones, 1 Samuel 20:16 ; y David se qued� en el bosque, escondido con sus hombres, y Jonat�n se fue a su casa.

Versículo 19

Luego vinieron los de Zif, cuyo comportamiento ofrece un contraste muy flagrante con el de Jonat�n, a Sa�l en Gabaa, diciendo: �No se esconde David con nosotros , en nuestro vecindario, en fortalezas en el bosque, donde pudieran notar cada uno de sus movimientos? , en la colina de Hachilah, que est� en el lado sur de Jeshimon? Esta monta�a rocosa y boscosa se encontraba en el lado sur de una regi�n desolada que se extend�a en el lado occidental del Mar Muerto, dentro de las estepas de Jud�.

Versículo 20

Ahora, pues, oh rey, desciende conforme a todo el deseo de tu alma de descender; y nuestra parte ser� entregarlo en manos del rey. Tan apasionados estaban en su adhesi�n a Sa�l que har�an todo lo posible para entregar a David en sus manos.

Versículo 21

Y Sa�l dijo, con la ceguera de una mala conciencia: Benditos vosotros del Se�or; porque ten�is compasi�n de m�, alab�ndolos a este respecto, tal como �l hab�a reprendido a sus siervos por su falta de simpat�a por �l, 1 Samuel 22:8 .

Versículo 22

Vaya, le ruego, prep�rese todav�a, y conozca y vea su lugar donde est� su guarida, donde estar� su pie, cada retirada de David en su constante cambio; porque se me ha dicho que se comporta de manera muy sutil, ese era un rasgo prominente en el car�cter de David.

Versículo 23

Por tanto, vean y tomen conocimiento de todos los lugares al acecho donde se esconde, y vengan de nuevo a m� con la certeza, literalmente, "lo que es cierto", es decir, con informaci�n segura, y yo ir� con ustedes; y suceder� que, si est� en la tierra, lo buscar� por todos los millares de Jud�, la divisi�n m�s grande de la tribu, N�meros 1:16 , es decir, en su territorio. Por lo tanto, Sa�l todav�a mostraba su idea fija de que David estaba tratando de quitarle el trono y la vida, y as� cometiendo un gran crimen contra Dios.

Versículo 24

Y ellos se levantaron y fueron a Zif delante de Sa�l, que pronto los seguir�a con sus hombres; pero David y sus hombres estaban en el desierto de Ma�n, al sur de la monta�a de Hachila, en la llanura al sur de Jesim�n, en o cerca de una colina c�nica que todav�a lleva un nombre muy similar.

Versículo 25

Tambi�n Sa�l y sus hombres fueron a buscarlo. Y le dijeron a David; por tanto, descendi� a una roca, descendi� de la roca, la monta�a donde hab�a estado, para llegar a la tierra baja y un nuevo escondite, y morar en el desierto de Maon. Cuando Sa�l oy� eso, sigui� a David por el desierto de Ma�n.

Versículo 26

Y Sa�l fue por este lado del monte, y David y sus hombres por ese lado del monte, separando as� el monte a los dos ej�rcitos; y David se apresur� a escapar por temor a Sa�l, estaba muy ansioso por escapar ; porque Sa�l y sus hombres rodearon a David y sus hombres para tomarlos, estaban a punto de rodearlos.

Versículo 27

Pero vino un mensajero a Sa�l, diciendo: Date prisa y ven; porque los filisteos han invadido la tierra, hab�an emprendido una incursi�n en gran escala, su objetivo era obtener bot�n.

Versículo 28

Por tanto, Sa�l volvi� de perseguir a David y fue contra los filisteos; por eso llamaron a ese lugar Sela-hammahlekoth (roca de divisiones, roca de escapes), porque indudablemente fue debido a su empuje que David escap� con sus hombres.

Versículo 29

Y David subi� de all� y habit� en fortalezas en En-gedi, alrededor de la mitad de la costa occidental del Mar Muerto. El Se�or, que gobierna todas las cosas, protegi� a Su siervo en este extremo. Y el mismo Dios tiene formas y medios para ayudarnos en todos nuestros problemas y dificultades. si le encomendamos nuestro camino.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 23". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/1-samuel-23.html. 1921-23.