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Bible Commentaries
1 Samuel 28

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

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Versículo 1

Y sucedi� en aquellos d�as, mientras David a�n viv�a en su pa�s, que los filisteos reunieron sus ej�rcitos para la guerra y pelear contra Israel. Fue una reuni�n de todos los soldados de las ciudades-estado filisteas que eran aptos para el servicio militar; pues el prop�sito no era una mera incursi�n, sino una campa�a de conquista. Y Aquis dijo a David: Debes saber en verdad, ya que las circunstancias fueron tales como las que David vio ante sus ojos, que saldr�s conmigo a la batalla, t� y tus hombres, como parte del ej�rcito filisteo. Este era el predicamento, el peligro, al que se hab�a metido David al huir a la tierra de los filisteos.

Versículos 1-14

La consulta con la bruja

Versículo 2

Y David dijo a Aquis: Ciertamente, dado que las circunstancias eran de tal naturaleza, sabr�s lo que puede hacer tu siervo. La respuesta de David fue deliberadamente evasiva y ambigua, pero Aquis lo tom� como una promesa de la acci�n que requer�a, mientras que la respuesta de David realmente dec�a: Las condiciones determinar�n lo que har� tu siervo. Y Aquis dijo a David: Por tanto, te pondr� por guardi�n de mi cabeza para siempre, capit�n de su guardaespaldas.

Versículo 3

Ahora bien, Samuel hab�a muerto, 1 Samuel 25:1 , y todo Israel lo hab�a lamentado, observando el duelo de costumbre, y lo hab�a sepultado en Ram�, en su propia ciudad, en el huerto o patio de su casa, y Sa�l, de acuerdo con con las muy estrictas disposiciones de la Ley, �xodo 22:18 ; Lev�tico 19:31 ; Lev�tico 20:27 ; Deuteronomio 18:10 , hab�a echado de la tierra a los que ten�an esp�ritus familiares, a los magos de los muertos, a los magos, a los nigromantes o adivinos parlantes, para mostrarse celoso del honor de Dios y as� ganar El favor de Jehov�.

Versículo 4

Y los filisteos se juntaron, juntaron sus ej�rcitos, y vinieron y acamparon en Sunem, en el l�mite occidental de la llanura de Jezreel; y Sa�l reuni� a todo Israel, y asentaron en Gilboa, la cordillera en el territorio de Isacar, en la parte sureste de la misma llanura, a pocas millas del campamento filisteo.

Versículo 5

Y cuando Sa�l vio el ej�rcito de los filisteos, porque su campamento era claramente visible desde el suyo, tuvo miedo y su coraz�n tembl� mucho, probablemente debido a un fuerte sentimiento que repentinamente le sobrevino de que estaba desamparado por Dios.

Versículo 6

Y cuando Sa�l consult� al Se�or, el Se�or no le respondi�, ni por sue�os ni por Urim, es decir, el Urim y Tumim del efod del sumo sacerdote, porque Sa�l o hab�a hecho de nuevo efod despu�s de la huida de Abiatar, 1 Samuel 23:6 , o hubo, por un tiempo, dos sumos sacerdotes, Cf 2 Samuel 8:17 , 2 Samuel 8:17 ; 2 Samuel 15:24 ; 1 Cr�nicas 15:11 , ni por profetas , a quienes Saulo ahora se volvi� una vez m�s. No fue una pregunta verdadera, hecha con un coraz�n humilde y, por lo tanto, fue ignorada por el Se�or.

Versículo 7

Entonces dijo Sa�l a sus siervos, incit�ndole su coraz�n endurecido a recurrir a medios supersticiosos prohibidos por la Ley: B�scame una mujer que tenga un esp�ritu familiar, una en posesi�n de un Ob, o esp�ritu, capaz de conjurar a los muertos, para que pueda ir a ella y preguntarle, para que le revele el futuro. Y sus siervos le dijeron: He aqu�, hay una mujer que tiene un esp�ritu familiar en Endor, una ciudad a unas doce millas al norte de Gilboa, en las laderas del norte del Peque�o Herm�n, casi diez millas al sureste de Nazaret.

Versículo 8

Y Sa�l se disfraz�, quit�ndose todas las vestiduras e insignias que indicaban su rango, y se puso otras vestiduras; y �l fue, y dos hombres con �l, como sus gu�as y su guardaespaldas. Y vinieron a la mujer de noche, en parte para escapar de la atenci�n de los israelitas, en parte de los puestos avanzados de los filisteos. Y �l dijo, cuando hubieron llegado a la casa de la mujer, te ruego que me adivines por el esp�ritu familiar, que ella le descubrir� el futuro haciendo uso de la nigromancia, y me traer� a aquel que yo te nombrar�.

Versículo 9

Y la mujer le dijo, como sospechaba que esto era una prueba, una trampa para atraparla y convencerla: He aqu�, t� sabes lo que ha hecho Sa�l, c�mo ha cortado a los que tienen esp�ritus familiares, la orden para su extirpaci�n. habiendo sido sacado con gran rigor, y los hechiceros, fuera de la tierra; �Por qu�, pues, pones una trampa a mi vida para hacerme morir? Cfr. Lev�tico 20:27 . Evidentemente, esta fue la manera en que los nigromantes fueron capturados, cuando aceptaron una solicitud como la que aqu� hizo Sa�l.

Versículo 10

Y Sa�l le jur� por el SE�OR, este juramento en el nombre del SE�OR mostraba de nuevo el endurecimiento de su coraz�n, diciendo: Vive el SE�OR, que no te suceder� ning�n castigo por esto, ning�n da�o la golpear�.

Versículo 11

Entonces dijo la mujer, satisfecha de que ahora estaba a salvo: � A qui�n te har� subir? Y �l dijo: Tr�eme a Samuel, las palabras que indican la creencia com�n de que los muertos estaban en un lugar en alg�n lugar debajo de la tierra, debajo de la tierra, y que sus almas pod�an ser convocadas desde all�.

Versículo 12

Y cuando la mujer, despu�s de poner en funcionamiento sus artes infernales, vio a Samuel, pues era su forma la que asumi� el esp�ritu maligno a cuyo servicio estaba, llor� a gran voz, ya que ahora ve�a claramente que su visitante deb�a ser el propio rey; y la mujer habl� a Sa�l, diciendo: �Por qu� me has enga�ado? Porque t� eres Saulo.

Versículo 13

Y el rey le dijo: No temas; �Qu� has visto? Hasta ese momento, la visi�n todav�a estaba oculta a Sa�l. Y la mujer dijo a Sa�l: Vi dioses, un ser sobrenatural, una forma espiritual, que sub�an de la tierra.

Versículo 14

Y �l le dijo: �De qu� forma es? Quer�a una descripci�n m�s exacta de la aparici�n. Y ella dijo: Ha subido un anciano; y est� cubierto con un manto. Y Sa�l percibi� que era Samuel, el largo manto del profeta que le hab�a dado la informaci�n, como lo mostraba la aparici�n. Y se inclin� con el rostro a tierra y se inclin� con temor y reverencia. Nota: Que esta aparici�n no pudo haber sido el verdadero Samuel es evidente por el hecho de que los que mueren en el Se�or son bendecidos, sus almas est�n en la dicha del cielo, de ahora en adelante, desde el momento de la muerte, y el diablo no tiene jurisdicci�n sobre los que durmieron en el Se�or.

Uno de los esp�ritus malignos de Satan�s aqu� tuvo que servir al Se�or como un mensajero que le proclamaba a Saulo su destrucci�n temprana. La brujer�a, el espiritismo y otras formas de superstici�n todav�a se encuentran en el mundo, y tan prominentemente como siempre. Muchas personas que han abandonado al Dios verdadero buscan consejo y ayuda en las guaridas de espiritistas, m�diums y otros adivinos. A medida que desaparece la fe, entra la superstici�n.

Pero lo que afirman los adivinos o clarividentes no es todo falsedad y enga�o; porque el diablo puede, con el permiso de Dios, realizar obras que, seg�n todas las apariencias, son id�nticas a los milagros y descubrir el futuro. Los cristianos, por lo tanto, tendr�n el mayor cuidado al huir de la tentaci�n de consultar a tales adivinos.

Versículo 15

Y Samuel, la aparici�n del esp�ritu maligno que ten�a la forma de Samuel, dijo a Sa�l: �Por qu� me has inquietado para que me haga subir? Y Sa�l respondi�: Estoy muy angustiado, en gran angustia ; porque los filisteos me hacen guerra, y Dios se ha apartado de m�, y no me responde m�s, ni por profetas ni por sue�os; Por lo tanto, te he llamado, Te he permitido llamar, para que seas me mostr�is lo que har�.

Hab�a una contradicci�n en la s�plica de Saulo, que muestra que �l sab�a que �l mismo estaba pidiendo consejo al diablo, porque si Dios no le respondi� por medio de los profetas vivientes, �qu� satisfacci�n podr�a haber obtenido de los muertos? Esto tambi�n lo pone de manifiesto el esp�ritu.

Versículos 15-25

La respuesta recibida por Saulo

Versículo 16

Entonces Samuel dijo: �Por qu�, pues, me preguntas, ya que el Se�or se ha apartado de ti y se ha convertido en tu enemigo? Y ahora la aparici�n, evidentemente incluso ahora invisible a los ojos de Saulo, le anuncia su destino.

Versículo 17

Y le hizo Jehov� por s� mismo, conforme a su propio consejo, como lo hab�a dicho por m�; porque Jehov� ha arrancado el reino de tus manos y lo ha dado a tu pr�jimo, a David. De modo que la realizaci�n completa y el cumplimiento definitivo de la sentencia divina de rechazo estaban ahora al alcance de la mano.

Versículo 18

Por cuanto no obedeciste a la voz del Se�or, ni ejecutaste su furor sobre Amalec, por eso el Se�or te ha hecho esto en este d�a, ahora se llevar� a cabo su juicio.

Versículo 19

Adem�s, el Se�or tambi�n entregar� a Israel contigo en manos de los filisteos, porque el pueblo fue culpable con su rey; y ma�ana estar�is conmigo t� y tus hijos en el reino de la muerte; Jehov� tambi�n entregar� el ej�rcito de Israel en manos de los filisteos. La derrota de Israel, la muerte de Sa�l y sus hijos, y la completa destrucci�n del campamento de Israel fueron los tres golpes decisivos que caer�an sobre Sa�l.

Versículo 20

Entonces Sa�l, vencido por el horror del Apocalipsis cay� de inmediato sobre la tierra, de repente, desde su posici�n de rodillas, se inclin� hacia adelante en toda su longitud en el suelo, y tuvo mucho miedo a causa de las palabras de Samuel; y no ten�a fuerzas, porque no hab�a comido pan , no hab�a comido nada en todo el d�a ni en toda la noche.

Versículo 21

Y la mujer vino a Sa�l, se apresur� a su lado, y vio que estaba muy angustiado, muy aterrorizado, y le dijo: He aqu�, tu sierva ha obedecido tu voz, y he puesto mi vida en mi mano, ejercit�ndola. poderes de conjurar contra la ley de Jehov� y la tierra, y han escuchado las palabras que me hablaste. Mostraba una natural simpat�a por el rey, agotada por la excitaci�n y la abstinencia de la comida como estaba, siendo esta consideraci�n la que la impuls� a ofrecerle su hospitalidad.

Versículo 22

Ahora, pues, te ruego que escuches tambi�n t� la voz de tu sierva, y d�jame que te ponga un bocado de pan, urgi�ndole, como dir�amos, que coma al menos un bocado; y come para que tengas fuerzas cuando vayas por tu camino.

Versículo 23

Pero �l, todav�a tirado en el suelo, se neg� y dijo: No comer�. Pero sus sirvientes, junto con la mujer, lo obligaron, lo urgieron tanto tiempo hasta que qued� persuadido; y escuch� su voz. As� que se levant� de la tierra y se sent� en la cama, el div�n o el sof�.

Versículo 24

Y la mujer ten�a un becerro gordo en la casa; y ella se apresur� y lo mat�, y tom� cuatro, y lo amas�, y horne� con �l panes sin levadura, porque no hab�a tiempo de cuajar la levadura;

Versículo 25

y lo llev� ante Sa�l y ante sus siervos; y comieron. Luego se levantaron y se fueron esa noche. As�, Saulo, sumido en una profunda desesperaci�n, corri� hacia su destrucci�n, un ejemplo de advertencia para todos los que endurecen su coraz�n a la influencia del Se�or.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 28". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/1-samuel-28.html. 1921-23.
 
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