Lectionary Calendar
Saturday, September 28th, 2024
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
the Week of Proper 20 / Ordinary 25
advertisement
advertisement
advertisement
Attention!
Tired of seeing ads while studying? Now you can enjoy an "Ads Free" version of the site for as little as 10¢ a day and support a great cause!
Click here to learn more!
Click here to learn more!
Bible Commentaries
Comentario Popular de la Biblia de Kretzmann Comentario de Kretzmann
Declaración de derechos de autor
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Estos archivos están en el dominio público.
Texto cortesía de BibleSupport.com. Usado con permiso.
Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 28". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/1-samuel-28.html. 1921-23.
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 1 Samuel 28". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/
Versículo 1
Y sucedi� en aquellos d�as, mientras David a�n viv�a en su pa�s, que los filisteos reunieron sus ej�rcitos para la guerra y pelear contra Israel. Fue una reuni�n de todos los soldados de las ciudades-estado filisteas que eran aptos para el servicio militar; pues el prop�sito no era una mera incursi�n, sino una campa�a de conquista. Y Aquis dijo a David: Debes saber en verdad, ya que las circunstancias fueron tales como las que David vio ante sus ojos, que saldr�s conmigo a la batalla, t� y tus hombres, como parte del ej�rcito filisteo. Este era el predicamento, el peligro, al que se hab�a metido David al huir a la tierra de los filisteos.
Versículos 1-14
La consulta con la bruja
Versículo 2
Y David dijo a Aquis: Ciertamente, dado que las circunstancias eran de tal naturaleza, sabr�s lo que puede hacer tu siervo. La respuesta de David fue deliberadamente evasiva y ambigua, pero Aquis lo tom� como una promesa de la acci�n que requer�a, mientras que la respuesta de David realmente dec�a: Las condiciones determinar�n lo que har� tu siervo. Y Aquis dijo a David: Por tanto, te pondr� por guardi�n de mi cabeza para siempre, capit�n de su guardaespaldas.
Versículo 3
Ahora bien, Samuel hab�a muerto, 1 Samuel 25:1 , y todo Israel lo hab�a lamentado, observando el duelo de costumbre, y lo hab�a sepultado en Ram�, en su propia ciudad, en el huerto o patio de su casa, y Sa�l, de acuerdo con con las muy estrictas disposiciones de la Ley, �xodo 22:18 ; Lev�tico 19:31 ; Lev�tico 20:27 ; Deuteronomio 18:10 , hab�a echado de la tierra a los que ten�an esp�ritus familiares, a los magos de los muertos, a los magos, a los nigromantes o adivinos parlantes, para mostrarse celoso del honor de Dios y as� ganar El favor de Jehov�.
Versículo 4
Y los filisteos se juntaron, juntaron sus ej�rcitos, y vinieron y acamparon en Sunem, en el l�mite occidental de la llanura de Jezreel; y Sa�l reuni� a todo Israel, y asentaron en Gilboa, la cordillera en el territorio de Isacar, en la parte sureste de la misma llanura, a pocas millas del campamento filisteo.
Versículo 5
Y cuando Sa�l vio el ej�rcito de los filisteos, porque su campamento era claramente visible desde el suyo, tuvo miedo y su coraz�n tembl� mucho, probablemente debido a un fuerte sentimiento que repentinamente le sobrevino de que estaba desamparado por Dios.
Versículo 6
Y cuando Sa�l consult� al Se�or, el Se�or no le respondi�, ni por sue�os ni por Urim, es decir, el Urim y Tumim del efod del sumo sacerdote, porque Sa�l o hab�a hecho de nuevo efod despu�s de la huida de Abiatar, 1 Samuel 23:6 , o hubo, por un tiempo, dos sumos sacerdotes, Cf 2 Samuel 8:17 , 2 Samuel 8:17 ; 2 Samuel 15:24 ; 1 Cr�nicas 15:11 , ni por profetas , a quienes Saulo ahora se volvi� una vez m�s. No fue una pregunta verdadera, hecha con un coraz�n humilde y, por lo tanto, fue ignorada por el Se�or.
Versículo 7
Entonces dijo Sa�l a sus siervos, incit�ndole su coraz�n endurecido a recurrir a medios supersticiosos prohibidos por la Ley: B�scame una mujer que tenga un esp�ritu familiar, una en posesi�n de un Ob, o esp�ritu, capaz de conjurar a los muertos, para que pueda ir a ella y preguntarle, para que le revele el futuro. Y sus siervos le dijeron: He aqu�, hay una mujer que tiene un esp�ritu familiar en Endor, una ciudad a unas doce millas al norte de Gilboa, en las laderas del norte del Peque�o Herm�n, casi diez millas al sureste de Nazaret.
Versículo 8
Y Sa�l se disfraz�, quit�ndose todas las vestiduras e insignias que indicaban su rango, y se puso otras vestiduras; y �l fue, y dos hombres con �l, como sus gu�as y su guardaespaldas. Y vinieron a la mujer de noche, en parte para escapar de la atenci�n de los israelitas, en parte de los puestos avanzados de los filisteos. Y �l dijo, cuando hubieron llegado a la casa de la mujer, te ruego que me adivines por el esp�ritu familiar, que ella le descubrir� el futuro haciendo uso de la nigromancia, y me traer� a aquel que yo te nombrar�.
Versículo 9
Y la mujer le dijo, como sospechaba que esto era una prueba, una trampa para atraparla y convencerla: He aqu�, t� sabes lo que ha hecho Sa�l, c�mo ha cortado a los que tienen esp�ritus familiares, la orden para su extirpaci�n. habiendo sido sacado con gran rigor, y los hechiceros, fuera de la tierra; �Por qu�, pues, pones una trampa a mi vida para hacerme morir? Cfr. Lev�tico 20:27 . Evidentemente, esta fue la manera en que los nigromantes fueron capturados, cuando aceptaron una solicitud como la que aqu� hizo Sa�l.
Versículo 10
Y Sa�l le jur� por el SE�OR, este juramento en el nombre del SE�OR mostraba de nuevo el endurecimiento de su coraz�n, diciendo: Vive el SE�OR, que no te suceder� ning�n castigo por esto, ning�n da�o la golpear�.
Versículo 11
Entonces dijo la mujer, satisfecha de que ahora estaba a salvo: � A qui�n te har� subir? Y �l dijo: Tr�eme a Samuel, las palabras que indican la creencia com�n de que los muertos estaban en un lugar en alg�n lugar debajo de la tierra, debajo de la tierra, y que sus almas pod�an ser convocadas desde all�.
Versículo 12
Y cuando la mujer, despu�s de poner en funcionamiento sus artes infernales, vio a Samuel, pues era su forma la que asumi� el esp�ritu maligno a cuyo servicio estaba, llor� a gran voz, ya que ahora ve�a claramente que su visitante deb�a ser el propio rey; y la mujer habl� a Sa�l, diciendo: �Por qu� me has enga�ado? Porque t� eres Saulo.
Versículo 13
Y el rey le dijo: No temas; �Qu� has visto? Hasta ese momento, la visi�n todav�a estaba oculta a Sa�l. Y la mujer dijo a Sa�l: Vi dioses, un ser sobrenatural, una forma espiritual, que sub�an de la tierra.
Versículo 14
Y �l le dijo: �De qu� forma es? Quer�a una descripci�n m�s exacta de la aparici�n. Y ella dijo: Ha subido un anciano; y est� cubierto con un manto. Y Sa�l percibi� que era Samuel, el largo manto del profeta que le hab�a dado la informaci�n, como lo mostraba la aparici�n. Y se inclin� con el rostro a tierra y se inclin� con temor y reverencia. Nota: Que esta aparici�n no pudo haber sido el verdadero Samuel es evidente por el hecho de que los que mueren en el Se�or son bendecidos, sus almas est�n en la dicha del cielo, de ahora en adelante, desde el momento de la muerte, y el diablo no tiene jurisdicci�n sobre los que durmieron en el Se�or.
Uno de los esp�ritus malignos de Satan�s aqu� tuvo que servir al Se�or como un mensajero que le proclamaba a Saulo su destrucci�n temprana. La brujer�a, el espiritismo y otras formas de superstici�n todav�a se encuentran en el mundo, y tan prominentemente como siempre. Muchas personas que han abandonado al Dios verdadero buscan consejo y ayuda en las guaridas de espiritistas, m�diums y otros adivinos. A medida que desaparece la fe, entra la superstici�n.
Pero lo que afirman los adivinos o clarividentes no es todo falsedad y enga�o; porque el diablo puede, con el permiso de Dios, realizar obras que, seg�n todas las apariencias, son id�nticas a los milagros y descubrir el futuro. Los cristianos, por lo tanto, tendr�n el mayor cuidado al huir de la tentaci�n de consultar a tales adivinos.
Versículo 15
Y Samuel, la aparici�n del esp�ritu maligno que ten�a la forma de Samuel, dijo a Sa�l: �Por qu� me has inquietado para que me haga subir? Y Sa�l respondi�: Estoy muy angustiado, en gran angustia ; porque los filisteos me hacen guerra, y Dios se ha apartado de m�, y no me responde m�s, ni por profetas ni por sue�os; Por lo tanto, te he llamado, Te he permitido llamar, para que seas me mostr�is lo que har�.
Hab�a una contradicci�n en la s�plica de Saulo, que muestra que �l sab�a que �l mismo estaba pidiendo consejo al diablo, porque si Dios no le respondi� por medio de los profetas vivientes, �qu� satisfacci�n podr�a haber obtenido de los muertos? Esto tambi�n lo pone de manifiesto el esp�ritu.
Versículos 15-25
La respuesta recibida por Saulo
Versículo 16
Entonces Samuel dijo: �Por qu�, pues, me preguntas, ya que el Se�or se ha apartado de ti y se ha convertido en tu enemigo? Y ahora la aparici�n, evidentemente incluso ahora invisible a los ojos de Saulo, le anuncia su destino.
Versículo 17
Y le hizo Jehov� por s� mismo, conforme a su propio consejo, como lo hab�a dicho por m�; porque Jehov� ha arrancado el reino de tus manos y lo ha dado a tu pr�jimo, a David. De modo que la realizaci�n completa y el cumplimiento definitivo de la sentencia divina de rechazo estaban ahora al alcance de la mano.
Versículo 18
Por cuanto no obedeciste a la voz del Se�or, ni ejecutaste su furor sobre Amalec, por eso el Se�or te ha hecho esto en este d�a, ahora se llevar� a cabo su juicio.
Versículo 19
Adem�s, el Se�or tambi�n entregar� a Israel contigo en manos de los filisteos, porque el pueblo fue culpable con su rey; y ma�ana estar�is conmigo t� y tus hijos en el reino de la muerte; Jehov� tambi�n entregar� el ej�rcito de Israel en manos de los filisteos. La derrota de Israel, la muerte de Sa�l y sus hijos, y la completa destrucci�n del campamento de Israel fueron los tres golpes decisivos que caer�an sobre Sa�l.
Versículo 20
Entonces Sa�l, vencido por el horror del Apocalipsis cay� de inmediato sobre la tierra, de repente, desde su posici�n de rodillas, se inclin� hacia adelante en toda su longitud en el suelo, y tuvo mucho miedo a causa de las palabras de Samuel; y no ten�a fuerzas, porque no hab�a comido pan , no hab�a comido nada en todo el d�a ni en toda la noche.
Versículo 21
Y la mujer vino a Sa�l, se apresur� a su lado, y vio que estaba muy angustiado, muy aterrorizado, y le dijo: He aqu�, tu sierva ha obedecido tu voz, y he puesto mi vida en mi mano, ejercit�ndola. poderes de conjurar contra la ley de Jehov� y la tierra, y han escuchado las palabras que me hablaste. Mostraba una natural simpat�a por el rey, agotada por la excitaci�n y la abstinencia de la comida como estaba, siendo esta consideraci�n la que la impuls� a ofrecerle su hospitalidad.
Versículo 22
Ahora, pues, te ruego que escuches tambi�n t� la voz de tu sierva, y d�jame que te ponga un bocado de pan, urgi�ndole, como dir�amos, que coma al menos un bocado; y come para que tengas fuerzas cuando vayas por tu camino.
Versículo 23
Pero �l, todav�a tirado en el suelo, se neg� y dijo: No comer�. Pero sus sirvientes, junto con la mujer, lo obligaron, lo urgieron tanto tiempo hasta que qued� persuadido; y escuch� su voz. As� que se levant� de la tierra y se sent� en la cama, el div�n o el sof�.
Versículo 24
Y la mujer ten�a un becerro gordo en la casa; y ella se apresur� y lo mat�, y tom� cuatro, y lo amas�, y horne� con �l panes sin levadura, porque no hab�a tiempo de cuajar la levadura;
Versículo 25
y lo llev� ante Sa�l y ante sus siervos; y comieron. Luego se levantaron y se fueron esa noche. As�, Saulo, sumido en una profunda desesperaci�n, corri� hacia su destrucci�n, un ejemplo de advertencia para todos los que endurecen su coraz�n a la influencia del Se�or.