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2 Samuel 2

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

Y sucedi� despu�s de esto que David consult� al Se�or por medio del Urim y Tumim del sumo sacerdote. 1 Samuel 23:2 ; 1 Samuel 30:7 , diciendo: �Subir�, a saber, de las tierras bajas de Filistea, a alguna de las ciudades de Jud�, siendo �sta su propia tribu? Y el Se�or le dijo: Sube.

Y David dijo: �A d�nde subir�, es decir, a qu� ciudad o distrito especial? Y dijo: A Hebr�n, como a veinte millas al sur de Jerusal�n y cerca del centro del territorio de Jud�.

Versículos 1-11

David en Hebr�n

Versículo 2

Subi�, pues, David, y tambi�n sus dos mujeres, Ahinoam, la jezreelita, y Abigail, la mujer de Nabal, la carmelita, 1 Samuel 30:5 .

Versículo 3

Y subi� David a sus hombres que estaban con �l, los seiscientos hombres que le hab�an sido fieles en su adversidad, cada uno con su casa; y habitaron en las ciudades de Hebr�n, los suburbios de los alrededores.

Versículo 4

Y vinieron los hombres de Jud�, los ancianos de su propia tribu, y all� ungieron a David como rey sobre la casa de Jud�; los asuntos de las tribus del norte en ese momento estaban en una condici�n de caos. Y se lo dijeron a David, diciendo que los varones de Jabes de Galaad eran los que hab�an sepultado a Sa�l. Esto parece haber sido en respuesta a la pregunta de David sobre la disposici�n de los cuerpos de Sa�l y Jonat�n, su primer acto oficial despu�s de su coronaci�n.

Versículo 5

Y David envi� mensajeros a los hombres de Jabes de Galaad, la ciudad al este del Jord�n, cuyos habitantes hab�an sido rescatados por Sa�l y, en gratitud, hab�an obtenido su cuerpo de los muros de Bet-san, 1 Samuel 31:11 , y les dijo: Benditos del Se�or porque hab�is mostrado esta bondad a vuestro se�or, Sa�l, y lo hab�is sepultado; hab�an mostrado ese amor agradecido que se convirti� en ellos en su relaci�n con Sa�l como su rey.

Versículo 6

Y ahora el Se�or os muestre bondad y verdad, favor, misericordia y amor fiel en el cumplimiento de todas sus promesas para beneficio de ellos; y yo tambi�n, en virtud de la autoridad real que ahora se le ha conferido, les pagar� esta bondad, invocando la bendici�n divina sobre ellos, porque ustedes han hecho esto.

Versículo 7

Por lo tanto, ahora, fortalezcan sus manos, con un valor fuerte y alegre, y sean valientes, literalmente, "hijos de valor o valent�a"; porque tu se�or Sa�l ha muerto, y tambi�n la casa de Jud� me ha ungido por rey sobre ellos. Este mensaje de David fue una sabia maniobra diplom�tica, sobre todo porque el resto del ej�rcito de Sa�l hab�a huido a Galaad y exist�a el peligro de que los jefes del ej�rcito no reconocieran a David.

Versículo 8

Pero Abner, hijo de Ner, capit�n del ej�rcito de Sa�l, tom� a Is-boset, hijo de Sa�l; esto evidentemente se hab�a hecho incluso antes de que David enviara sus mensajeros y lo llevaran a Mahanaim, una ciudad de Galaad al noreste de Jabes,

Versículo 9

y lo hizo rey sobre Galaad, el pa�s al oriente del Jord�n, y sobre los asuritas, probablemente en el territorio del Jord�n superior, y sobre Jezreel, toda la llanura de la reciente derrota, y sobre Efra�n, y sobre Benjam�n, y sobre todo Israel, todas las tribus del norte.

Versículo 10

Is-boset, hijo de Sa�l, ten�a cuarenta a�os cuando comenz� a reinar sobre Israel, y rein� dos a�os. Pero la casa de Jud�, con los descendientes de Sime�n viviendo en medio de ellos, sigui� a David.

Versículo 11

Y el tiempo, el n�mero total de d�as, que David rein� en Hebr�n sobre la casa de Jud� fue de siete a�os y seis meses. As�, el sufrimiento y la persecuci�n que hab�an oscurecido la vida de David se convirtieron ahora en gozo. Aun as�, los d�as de gozo refrescante siguen a los d�as de oscuridad en la vida de los cristianos; porque cuando Dios descubre que la fe ha sido suficientemente probada a trav�s de las aflicciones, cambia la tribulaci�n en gloria.

Versículo 12

Y Abner, hijo de Ner, y los siervos de Is-boset, hijo de Sa�l, salieron de Mahanaim a Gaba�n; cruzaron al lado occidental del Jord�n, al territorio de Benjam�n, para hacer la guerra contra David y conquistar Jud�.

Versículos 12-32

La guerra de David con Is-boset

Versículo 13

Y Joab, hijo de Sarvia, sobrino de David y general de sus ej�rcitos, y los siervos de David, que se hab�an preparado para tal ataque, salieron y se encontraron junto al estanque de Gaba�n, los dos ej�rcitos opuestos reunidos en el embalse a unas seis millas al norte de Jerusal�n, y se sentaron, acamparon, uno a un lado del estanque y el otro al otro lado del estanque.

Versículo 14

Y Abner dijo a Joab, proponiendo decidir el asunto por contiendas individuales: Que los j�venes se levanten ahora y jueguen ante nosotros, aqu� se dice de una batalla seria, una batalla de armas que era m�s que un juego. Y Joab, accediendo a la propuesta de evitar una sangrienta guerra civil, de ser posible, dijo: Que se levanten.

Versículo 15

Entonces se levantaron y pasaron por el n�mero doce de Benjam�n, que pertenec�a a Is-boset, hijo de Sa�l, y doce de los siervos de David, estos guerreros escogidos que se encontraban, aparentemente, a mitad de camino entre las l�neas.

Versículo 16

Y agarraron cada uno a su compa�ero, a su oponente, por la cabeza, y clavaron su espada en el costado de su compa�ero, en un movimiento r�pido mostrando su excelente preparaci�n militar, pero tambi�n la amargura que suele estar presente en una guerra civil; as� que cayeron juntos, en una matanza mutua, matando a los veinticuatro al mismo tiempo; por tanto, ese lugar se llam� Helkath-hazzurim (campo de los filos de las espadas), que est� en Gaba�n.

Versículo 17

Y, habiendo fracasado los combates individuales en decidir el asunto, hubo una batalla muy dolorosa ese d�a; y Abner fue derrotado, y los hombres de Israel, delante de los siervos de David. Ahora se presenta una escena especial de la persecuci�n que sigui� a la derrota de los hombres de Israel, con campeones de la familia de David.

Versículo 18

Y hab�a all� tres hijos de Sarvia, todos sobrinos de David, Joab, Abisai y Asahel; y Asael era ligero de pies como un corzo salvaje, y ligero como las gacelas del campo.

Versículo 19

Y Asahel persigui� a Abner, porque su captura ser�a el golpe decisivo que pondr�a fin a la batalla; y al irse, no se volvi� a la derecha ni a la izquierda para seguir a Abner, decidido a cumplir su prop�sito.

Versículo 20

Entonces Abner mir� hacia atr�s y dijo: �Eres t� Asahel? Porque evidentemente hab�a o�do hablar de �l. Y �l respondi�: Yo soy.

Versículo 21

Y Abner le dijo: Vu�lvete a tu derecha oa tu izquierda, y agarra a uno de los j�venes, a uno de los soldados, y toma sus armas, porque piensa que Asahel buscaba simplemente la gloria. de haber matado a un enemigo, sabiendo que su propia habilidad era mucho m�s que un rival para el ansioso joven. Pero Asahel no se apartaba de seguirlo, quer�a realizar su ambici�n.

Versículo 22

Y Abner volvi� a decir a Asahel, en un �ltimo intento de advertirle: Ap�rtate de seguirme; �Por qu� te derribar� al suelo? �C�mo, entonces, podr�a levantar mi rostro a Joab, tu hermano? Su antigua amistad con Joab era tal que le resultaba muy desagradable en caso de que se encontrara con el general de David m�s tarde.

Versículo 23

Sin embargo, �l, Asahel, se neg� a desviarse; por lo cual Abner con el extremo trasero de la lanza, con la punta met�lica inferior, lo golpe� debajo de la quinta costilla, en el abdomen, de modo que la lanza sali� detr�s de �l; y cay� all� y muri� en el mismo lugar. Y sucedi� que todos los que llegaron al lugar donde Asahel cay� y muri�, se detuvieron; porque hab�a sido tenido en alta estima por todos, y por lo tanto su muerte caus� un duelo general.

Versículo 24

Y Joab tambi�n y Abisai persiguieron a Abner, con la misma perseverancia. Y se puso el sol cuando llegaron al collado de Amma, que est� frente a G�a, en el camino del desierto de Gaba�n. As� que la persecuci�n termin� al este de Gaba�n, despu�s de haber durado todo el d�a.

Versículo 25

Y los hijos de Benjam�n se reunieron en pos de Abner, reuni�ndose para una �ltima posici�n decidida, y se convirtieron en una sola tropa, y se pararon en la cima de una colina, una posici�n favorable para esperar un ataque.

Versículo 26

Entonces Abner llam� a Joab y dijo: �Devorar� la espada para siempre en un combate sangriento sin fin? �No sabes que habr� amargura al final? en una guerra civil de este tipo, siempre exist�a el peligro de que una hura�a desesperaci�n hiciera surgir una ola de sentimiento amargado tal que hiciera extremadamente dif�cil la reconciliaci�n. Entonces, �cu�nto tiempo pasar� antes de que le pidas al pueblo que deje de seguir a sus hermanos? Era una exigencia urgente suspender las hostilidades de inmediato y acordar una tregua.

Versículo 27

Y Joab dijo: Vive Dios, a menos que hubieras hablado, sugiriendo el m�todo de combate individual, seguramente entonces, por la ma�ana, el pueblo hab�a subido, cada uno, de seguir a su hermano. Sostuvo que Abner era responsable de la tenaz batalla del d�a, porque podr�an haber llegado a un acuerdo sin derramamiento de sangre.

Versículo 28

Entonces Joab toc� la trompeta, y todo el pueblo se detuvo, la batalla ces�, y no persiguieron m�s a Israel, ni pelearon m�s, concluyeron una tregua.

Versículo 29

Y Abner y sus hombres caminaron toda la noche a trav�s de la llanura, subiendo por el valle del Jord�n hasta el lugar donde hab�an vadeado, y cruzaron el Jord�n, y atravesaron todo Bitr�n, evidentemente un distrito en el Jaboc; y llegaron a Mahanaim, donde estaba su cuartel general en ese momento.

Versículo 30

Y Joab volvi� de seguir a Abner; y cuando reuni� a todo el pueblo, faltaron de los siervos de David diecinueve hombres y Asahel, muy probablemente incluidos los doce que cayeron en combate singular.

Versículo 31

Pero los siervos de David hab�an herido a Benjam�n y a los hombres de Abner, y murieron trescientos sesenta hombres. Joab ten�a en su ej�rcito solo soldados veteranos, probados por muchas batallas severas y endurecido por muchas privaciones, mientras que Abner solo ten�a los restos de un ej�rcito que hab�a sido recientemente derrotado por los filisteos, y que de otro modo podr�a haber sido debilitado y desanimado.

Versículo 32

Y tomaron Asael y lo sepultaron en el sepulcro de su padre, que estaba en Bel�n, solo un poco a la izquierda del camino directo a Hebr�n. Y Joab y sus hombres estuvieron toda la noche, y llegaron a Hebr�n al amanecer. Nota: Los cristianos deben alegrarse de asumir la deshonra y el sufrimiento de Cristo, el Hijo de David, ser celosos por �l y su honor, luchar por su causa con las armas del Esp�ritu, a fin de que el reino y el gobierno de los Ungidos puede esparcirse por el mundo.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre 2 Samuel 2". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/2-samuel-2.html. 1921-23.