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Deuteronomio 30

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

Y suceder�, cuando todas estas cosas te sobrevengan, la bendici�n y la maldici�n que he puesto delante de ti, y la historia muestra que el cumplimiento de la maldici�n lleg� exactamente como lo amenaz� el Se�or, y los llamar�s para recordar entre todas las naciones adonde el Se�or, tu Dios, te ha conducido, porque la amarga miseria de su condici�n har�a que al menos algunos de los pueblos recobren sus sentidos,

Versículos 1-10

Misericordias prometidas al obediente

Versículo 2

y te volver�s al Se�or, tu Dios, en verdadero dolor por las muchas transgresiones, y obedecer�s su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, t� y tus hijos, con todo tu coraz�n y con toda tu alma,

Versículo 3

que entonces el Se�or, tu Dios, volver� tu cautiverio, con su miseria y aflicci�n, y tendr� compasi�n de ti, y volver� y te recoger� de todas las naciones donde el Se�or, tu Dios, te ha esparcido. La referencia es al recogimiento del verdadero Israel, que seg�n el esp�ritu, para las primeras congregaciones cristianas consist�a en gran parte de miembros jud�os de varios pa�ses, como muestra la historia de Pentecost�s.

Versículo 4

Si alguno de los tuyos es expulsado a los confines del cielo, a las tierras habitadas m�s lejanas, de all� te recoger� el Se�or, el Dios tuyo, y de all� te traer�, porque a�n hoy tiene a sus escogidos entre los pueblos. Jud�os en todos los pa�ses, y todav�a hay unos pocos que se ganan para el verdadero Mes�as;

Versículo 5

y Jehov�, tu Dios, te llevar� a la tierra que poseyeron tus padres, y la poseer�s, es decir, en el sentido de que el Israel espiritual se encontrar� en todas las naciones del mundo, G�nesis 17:6 ; y �l te har� bien y te multiplicar� m�s que a tus padres, ya que los creyentes, los verdaderos hijos de Abraham, se encuentran en todas las naciones, pueblos y lenguas.

Versículo 6

Y el Se�or, tu Dios, circuncidar� tu coraz�n y el coraz�n de tu descendencia, Deuteronomio 10:16 , quitar� la dureza y la insensibilidad, para amar al Se�or, tu Dios, con todo tu coraz�n y con toda tu alma, que t� mayest vivir. Es despu�s de la venida del Mes�as, en la Iglesia que lleva el nombre de Jesucristo, que el ideal del Se�or se ha realizado plenamente.

Versículo 7

Y el Se�or, tu Dios, pondr� todas estas maldiciones sobre tus enemigos y sobre los que te aborrecen y te persiguen. Cfr G�nesis 12:3 .

Versículo 8

Y volver�s, y obedecer�s la voz del Se�or, y cumplir�s todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. En ning�n momento Israel fue obstinado y por lo tanto rechazado en todos sus miembros] aunque la gran masa del pueblo hasta el d�a de hoy vive bajo la maldici�n. Los elegidos por el Se�or se han postrado en la obediencia de la fe bajo los preceptos del Evangelio.

Versículo 9

Y el Se�or, tu Dios, te multiplicar� en toda obra de tu mano, en toda empresa, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el fruto de tu tierra, para bien; porque el Se�or se regocijar� de nuevo por ti para bien como se regocij� por tus padres,

Versículo 10

si escuchas la voz del Se�or, tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos que est�n escritos en este libro de la ley, y si te vuelves al Se�or, tu Dios, con todo tu coraz�n y con todo tu ser. alma. Aqu� se describe la relaci�n normal y deseable entre Israel y el Dios del pacto, la comuni�n que resultar�a en ricas bendiciones para todos aquellos que mantuvieran sus obligaciones.

Versículo 11

Porque este mandamiento que te ordeno hoy, no te est� oculto, ni est� lejos, no podr�a decirse que sea inusualmente dif�cil, ni en cuanto a su conocimiento ni a su cumplimiento.

Versículos 11-20

Muerte y Vida ante Israel

Versículo 12

No est� en el cielo, para que digas, �qui�n subir� por nosotros al cielo y nos lo traer� para que lo escuchemos y lo hagamos?

Versículo 13

Tampoco est� m�s all� del mar, para que digas: �Qui�n cruzar� el mar por nosotros y nos lo traer� para que lo escuchemos y lo hagamos? No hab�a necesidad de una santurroner�a hip�crita, como si se tratara simplemente de tener la Ley en un lugar accesible: si pudi�ramos poner nuestras manos sobre ella y escucharla y estudiarla, entonces estar�amos contentos de guardar sus preceptos. !

Versículo 14

Pero muy cerca de ti est� la Palabra, en tu boca y en tu coraz�n, para que la cumplas. La Palabra de la Ley no hab�a sido escrita en secreto ni oculta a los ojos del pueblo, sino que hab�a sido tra�da a la atenci�n de toda la congregaci�n en la palabra hablada, en proclamaci�n p�blica; se hab�a convertido en tema de discusiones entre ellos; hab�an tenido tiempo de meditar sobre ello. Por tanto, tanto mayor era su obligaci�n de conservarlo.

Estas palabras son de San Pablo, Romanos 10:6 , aplicadas a la Palabra del Evangelio. Eso tampoco es inaccesible para ning�n hombre, porque su sonido se ha extendido a todas las tierras, se est� predicando en todo el mundo. S�lo hace falta o�r, leer, aceptar, confesar.

Versículo 15

Mira, he puesto delante de ti este d�a, en esta serie de discursos, la vida y el bien, y la muerte y el mal, el camino que conduce a la felicidad eterna y el que conduce a la destrucci�n eterna.

Versículo 16

en que te mando hoy que ames al Se�or, tu Dios, que andes en sus caminos y guardes sus mandamientos y sus estatutos y sus juicios, para que vivas y te multipliques, porque la observancia de los preceptos del Se�or abri� el camino para vida; y el Se�or tu Dios te bendecir� en la tierra adonde vas para tomar posesi�n de ella.

Versículo 17

Pero si tu coraz�n se aparta, de modo que no escuches, sino que seas arrastrado, dicho de aquellos que est�n m�s que dispuestos a dejarse seducir por pr�cticas id�latras, y adorar a otros dioses y servirlos,

Versículo 18

Os denuncio hoy, en una proclamaci�n solemne, que ciertamente perecer�is, y que no prolongar�is vuestros d�as en la tierra por donde pasaste el Jord�n para ir a poseerla. Cfr. Deuteronomio 4:26 .

Versículo 19

Llamo al cielo y a la tierra, con los habitantes de estas dos esferas, para dar testimonio de este d�a contra ti, que he puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendici�n y la maldici�n; por tanto, elige la vida, para que tanto t� como tu simiente vivan, disfruten de la prosperidad aqu� y de la felicidad eterna en el mundo del m�s all�;

Versículo 20

para que ames al Se�or, tu Dios, y escuches su voz y te unas a �l; porque �l es tu Vida, la Fuente y Dador de una vida feliz, tanto aqu� como all�, y la duraci�n de tus d�as, solo en �l el disfrute de cualquier regalo tiene permanencia; para que habites en la tierra que el Se�or jur� a tus padres Abraham, Isaac y Jacob que les dar�a.

Nosotros los cristianos tambi�n tenemos la vida y la muerte, la salvaci�n eterna y la condenaci�n eterna, puestas ante nosotros en la Palabra de Dios. El que cree en el Evangelio y conf�a en la misericordia de Dios con fe sencilla, tendr� vida eterna. Tambi�n dar� evidencia de su fe en su obediencia a la Palabra y al mandato de Dios. Pero quien no cree en el Evangelio, y prefiere vivir una vida de pecado y verg�enza, se perder� para siempre.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Deuteronomy 30". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/deuteronomy-30.html. 1921-23.