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Ezequiel 4

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

T� tambi�n, hijo de hombre, toma para ti una teja, muy probablemente un ladrillo babil�nico, de un pie cuadrado y unas cinco pulgadas de grosor, y col�calo delante de ti, mientras la arcilla a�n estaba blanda, y representa en ella la ciudad, incluso Jerusal�n, dibujar el mapa de la capital jud�a con el l�piz o estilo habitual,

Versículos 1-8

El s�mbolo del asedio

Versículo 2

y sitiarlo, y construir contra �l un fuerte, muy probablemente una torre de vigilancia o baluarte, que permitiera al ej�rcito invasor observar cada movimiento de los sitiados, y lanzar contra �l una montura, los habituales terraplenes con sus trincheras; Ponga tambi�n el campamento contra ella, para rodear la ciudad por todos lados, y ponga contra ella arietes en derredor, siendo estos �ltimos troncos de madera dura, con cabezas de hierro forjado. Todo esto se mostrar�a en el bosquejo preparado por el profeta, el mapa enfatizando as� el hecho de que Jerusal�n ser�a sitiada.

Versículo 3

Adem�s, toma contigo una sart�n de hierro, como las que se usaban en las casas jud�as, as� como en el templo, y ponla como muro de hierro entre t� y la ciudad, como representaci�n del decreto divino sobre la invasi�n caldea; y pon tu rostro contra ella, en severa oposici�n, y ser� sitiada, y t� la sitiar�s. Esta ser� una se�al para la casa de Israel, para el pueblo de Dios, antes id�ntico a la naci�n del pacto.

Versículo 4

Acu�state tambi�n sobre tu lado izquierdo, en otro acto simb�lico, y echa sobre �l la iniquidad de la casa de Israel, como una enfermedad que hace que la persona enferma se acueste en una posici�n sin moverse; Seg�n el n�mero de d�as que te acuestes sobre �l, llevar�s su iniquidad, no en un acto vicario, sino en un acto simb�lico.

Versículo 5

Porque he puesto sobre ti los a�os de su iniquidad, que Ezequiel, figurativamente, llevaba su culpa, seg�n el n�mero de d�as, trescientos noventa d�as, un n�mero de a�os que puede referirse al tiempo de la servidumbre egipcia. , o simplemente como golpes de castigo divino; as� llevar�s la iniquidad de la casa de Israel.

Versículo 6

Y cuando los hayas cumplido, habiendo cumplido los trescientos noventa d�as t�picos de llevar la carga de Israel, acu�state de nuevo sobre tu lado derecho, y llevar�s la iniquidad de la casa de Jud� cuarenta d�as, un n�mero que puede referirse a varios per�odos en la historia del pueblo o, como algunos piensan, hasta los �ltimos cuarenta a�os de la esclavitud egipcia, que fueron al mismo tiempo los a�os que le dieron a Mois�s su prueba de liderazgo; Te he designado cada d�a durante un a�o, es decir, un d�a del acto simb�lico se mantuvo durante todo un a�o en la historia real a la que se refer�a.

Versículo 7

Por tanto, pondr�s tu rostro hacia el sitio de Jerusal�n, que siempre estaba delante del profeta en el dibujo que hab�a dibujado, y tu brazo, es decir, el brazo libre en cualquier caso, estar� descubierto, desnudo hasta el hombro, para tener uso libre de �l en todo momento, y profetizar�s contra �l, tanto por su actuaci�n simb�lica como por la proclamaci�n del mensaje del Se�or.

Versículo 8

Y he aqu�, te pondr� ataduras, sujet�ndolo, haci�ndolo aguantar con paciencia la dif�cil haza�a propuesta, y t� no te voltear�s de un lado a otro, para aliviar el tedio de acostarte solo de un lado. , hasta que hayas terminado los d�as de tu sitio, el cumplimiento del tiempo indica la conquista de la ciudad. No importa de qu� manera Dios d� a conocer Su voluntad, el hecho sobresaliente es que ciertamente se cumplir�, porque ninguna de sus palabras puede fallar.

Versículo 9

T�mate tambi�n trigo y cebada, que generalmente se comen en forma de granos tostados, frijoles, lentejas, mijo, fitches o espelta, y ponlos en un recipiente, como lo que significa la �ltima de las provisiones. para ser recogido para el extremo del sitio, y hacerte pan con �l, alimento en la forma habitual de asado, seg�n el n�mero de d�as en que te acostar�s de costado; trescientos noventa d�as comer�s de �l, y el n�mero de a�os de opresi�n de Israel se menciona como suficiente para enfatizar la dificultad de la situaci�n.

Versículos 9-17

Los s�mbolos de la hambruna

Versículo 10

Y la carne que comer�s, la comida que debe consumir de acuerdo con este estricto racionamiento, ser� en peso, veinte siclos por d�a, estimados en unas veinte onzas de avoirdupois, aproximadamente la mitad de lo que el hombre promedio necesita para su sustento diario. ; de vez en cuando la comer�s, no seg�n las exigencias del hambre, sino seg�n las raciones previstas, es decir, a intervalos prolongados, con mucha moderaci�n.

Versículo 11

Beber�s tambi�n agua por medida, en lugar de seg�n el deseo y la necesidad ordinaria, la sexta parte de un hin, aproximadamente una pinta y media; beber�s de vez en cuando.

Versículo 12

Y lo comer�s, el alimento provisto, como tortas de cebada, cocidas o asadas en las cenizas de su fuego, o sobre piedras calentadas por este fuego; y lo cocer�s con esti�rcol que sale del hombre, cuyo uso como combustible debe haber sido sumamente repulsivo a sus ojos. La situaci�n, entonces, era esta, que la inmundicia y la miseria rodeaban al profeta por todos lados un cuadro muy v�vido, a fin de enfatizar su mensaje ante sus compatriotas.

Versículo 13

Y el Se�or dijo: As� comer�n los hijos de Israel su pan contaminado, contaminado con el olor del combustible inefable usado, entre los gentiles, adonde los conducir�, donde se ver�an obligados a residir y entrar en contacto con el abominaciones de los paganos. La inmundicia no era tanto una contaminaci�n Lev�tica como una contaminaci�n que ultrajaba el sentimiento universal de los seres humanos con respecto a la decencia.

Versículo 14

Entonces dije, al expresar una objeci�n al repugnante combustible propuesto por el Se�or: � Ah, Se�or Dios! He aqu�, mi alma no ha sido contaminada, porque as� podr�a interpretar Lev�tico 5:3 ; Lev�tico 7:21 que respecta al presente caso; porque desde mi juventud hasta ahora no com� de lo que muere o se despedaza, Cf �xodo 22:30 ; Deuteronomio 14:21 , ni entr� carne abominable en mi boca.

Cf Deuteronomio 14:3 . N�tese el �nfasis de la expresi�n del profeta al exponer su conciencia de la repugnancia del m�todo que se le sugiri�.

Versículo 15

Entonces me dijo, cediendo el punto por causa de los escr�pulos del profeta: He aqu�, te he dado esti�rcol de vaca por esti�rcol de hombre, un combustible que todav�a se usa mucho en Oriente, y con �l preparar�s tu pan.

Versículo 16

Adem�s, me dijo: Hijo de hombre, he aqu�, quebrar� el bast�n de pan en Jerusal�n, siendo el pan uno de los principales art�culos de alimentaci�n, uno de los principales art�culos de sustento del hombre; y comer�n el pan al peso, en raciones esmeradas, como lo demostr� el profeta, y con cuidado, preocupados por los medios de subsistencia; y beber�n agua por medida y con asombro, con dolor sordo, con dolor mudo,

Versículo 17

para que quieran pan y agua, tengan una gran necesidad de la comida que apenas alcanza para sus necesidades diarias, y se asombren unos con otros, con la mirada estupefacta de la desesperaci�n total, y se consuman por su iniquidad. As�, el Se�or, mediante estas diversas se�ales, expuso la destrucci�n temprana de Jerusal�n y los sufrimientos que sobrevendr�an a sus habitantes en relaci�n con la conquista caldea.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Ezekiel 4". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/ezekiel-4.html. 1921-23.