Bible Commentaries
Isaías 64

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículos 1-4

v. 1. �Ojal� rasgases los cielos! As� ruega ahora el suplicante al Se�or que desciendas, estallando para ejecutar la venganza, descendiendo repentinamente sobre los enemigos de tu pueblo, para que los montes fluyan ante tu presencia, la m�s poderosa de sus criaturas siendo vencida por la revelaci�n de su majestad,

Versículo 2

como cuando el fuego que se derrite arde, consumiendo le�a en un abrir y cerrar de ojos, el fuego hace hervir las aguas, literalmente, "como el fuego hace que el agua se hinche y hierva", para dar a conocer Tu nombre a Tus adversarios, con una furia poderosa. , para que las naciones tiemblen ante tu presencia, ante la majestuosa revelaci�n de su omnipotencia.

Versículo 3

Cuando hiciste cosas terribles que no esper�bamos, como ser� la venida visible del Se�or al Juicio final, descendiste, las monta�as fluyeron ante Tu presencia, con una exhibici�n incomparable de Su poder insuperable, que trascendi� a todos los seres humanos. fantas�a.

Versículo 4

Porque desde el principio del mundo, los hombres no han o�do ni percibido con el o�do, ni el ojo ha visto, oh Dios, fuera de Ti, otro Dios que no sea el �nico Dios verdadero, lo que �l ha preparado para el que en �l espera, o, "que intercede por los que conf�an en �l con fe", interfiriendo en favor de sus hijos. San Pablo usa este vers�culo, 1 Corintios 2:9 , para describir el misterio del mensaje evang�lico.

Versículo 5

T� conoces, de una manera amistosa y bondadosa, al que se regocija y obra justicia, feliz en la observancia de la fidelidad del pacto, a los que se acuerdan de ti en tus caminos, haciendo su voluntad con gozosa voluntad. He aqu�, est�s enojado; �l se enoj�, porque hemos pecado. En ellos est� la continuaci�n, la persistencia en el pecado es un castigo en s� mismo, y seremos salvos, o, "�c�mo pudimos haber sido salvos?" Habiendo endurecido el coraz�n del pueblo, el Se�or los entreg� a su obstinaci�n, de modo que su liberaci�n parec�a imposible.

Versículos 5-12

Un llamamiento a Jehov� para que abandone su ira

Versículo 6

Pero, o como consecuencia de esta triste situaci�n, todos somos como cosa inmunda, como inmundicia de la lepra, y todas nuestras justicias, todas las obras que los hombres podr�an considerar justas y loables, son como trapos de inmundicia, objetos repugnantes, una abominaci�n. a su vista; y todos nos marchitamos como una hoja; y nuestras iniquidades, como el viento, nos han llevado, como hojas secas se amontonan para destrucci�n.

Versículo 7

Y no hay quien invoque tu nombre, ya que la incredulidad y la desesperaci�n se apoderaron de todos los corazones, que se incita a apoderarse de Ti, abrumada la gran mayor�a del pueblo por un sentimiento de muda resignaci�n que excluye la fe; porque escondiste de nosotros tu rostro, retiraste su gracia, y nos consumiste a causa de nuestras iniquidades, entreg�ndolos en la mano, en el poder, de sus iniquidades, para que su culpa preparara el camino a su perdici�n. Ahora, sin embargo, el suplicante cambia una vez m�s Su oraci�n a un llamado urgente:

Versículo 8

Pero ahora, oh Se�or, a pesar de la gravedad de la situaci�n, T� eres nuestro Padre, �l mismo los hab�a engendrado en misericordia; somos la arcilla y T� nuestro Alfarero, que elegiste y moldeaste al pueblo para Sus prop�sitos, y todos somos obra de Tu mano, y la historia y la posici�n de Israel est�n bajo la gu�a de Jehov�.

Versículo 9

No te enojes mucho, oh Se�or, no hasta el �ltimo extremo ni por la eternidad, ni te acuerdes de la iniquidad para siempre. He aqu�, mira, te suplicamos, todos somos Tu pueblo, los creyentes que conf�an en el hecho de haber sido elegidos por el Se�or como Suyos.

Versículo 10

Tus santas ciudades son un desierto, siendo este un llamamiento especial al Se�or para preservar Su honor; Sion es un desierto, Jerusal�n una desolaci�n, todo lo cual deber�a afectar profundamente Su coraz�n y despertarlo a un celo santo en condiciones cambiantes.

Versículo 11

Nuestra santa y hermosa casa, donde nuestros padres te alababan, el templo en el que se hab�a realizado el verdadero culto, est� quemado con fuego, consumido por sus llamas; y todas nuestras cosas agradables, las costumbres y todo lo relacionado con el culto de los jud�os, son devastados, contaminados por las bandas paganas.

Versículo 12

�Te abstendr�s por estas cosas, oh Se�or? evitando acudir en ayuda de su pueblo. �Quieres callar y afligirnos mucho? continuando el acto de humillar a Su pueblo hasta el l�mite. Tenemos aqu� un poderoso llamado a la misericordia ilimitada del Se�or, junto con la firme confianza de que �l no permitir� que la destrucci�n se apodere de Su pueblo. Aun as�, los creyentes de todos los tiempos conf�an en el pacto de misericordia de Jehov� y apelan a Su amor paternal en todas sus oraciones.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Isaiah 64". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/isaiah-64.html. 1921-23.