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Bible Commentaries
Job 28

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

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Versículo 1

Seguramente hay una veta para la plata, un lugar preparado por el Creador donde se encuentra, y un lugar para el oro donde lo refinan , donde los hombres refinan el oro, despu�s de que el mineral ha sido extra�do de la tierra. La conexi�n de pensamiento entre las declaraciones de este p�rrafo y las del cap�tulo anterior es que la verdadera sabidur�a no puede ser extra�da de la tierra ni adquirida por los malvados ricos como minerales.

Versículos 1-11

La insensata b�squeda de riquezas del hombre

Versículo 2

El hierro se saca de la tierra, se saca por medio de pozos profundos, y el bronce se funde de la piedra, es decir, la piedra del mineral se funde en cobre, siendo este metal relativamente f�cil de obtener.

Versículo 3

�l pone fin a las tinieblas, los hombres han encontrado formas de iluminar hasta los oscuros ejes de las minas debajo de la tierra, y escudri�a toda la perfecci�n: las piedras de las tinieblas y la sombra de la muerte, es decir, la empresa de los hombres ha permitido para penetrar en la tierra en todas direcciones, construyendo sus pozos en la oscuridad subterr�nea y siguiendo el ejemplo de las vetas de mineral hasta el final.

Versículo 4

El diluvio, el lugar de corte, sale del habitante, es decir, el hombre abre o corta un pozo, alej�ndose de los moradores de arriba, directamente hacia la tierra; hasta las aguas olvidadas del pie; se secan, se alejan de los hombres, literalmente, "donde cuelgan olvidados por el pie de cada uno, lejos de los mortales, se balancean", es decir, los hombres cavan sus ejes tan profundamente que est�n completamente fuera de la vista y conoce a los hombres que caminan por encima; est�n suspendidos por cuerdas lejos de la superficie donde otros hombres viven y se ocupan de sus asuntos. Todo esto se hace para sacar los metales a la superficie. Pero la verdadera sabidur�a no puede adquirirse as�.

Versículo 5

En cuanto a la tierra, de ella sale el pan, en su superficie los campos cultivados dan grano para el alimento del hombre; y debajo de �l, en cambio, est� levantado como si fuera fuego, cortado en pozos y galer�as, como si el fuego lo hubiera devorado. El hombre no se satisface con los productos que brotan de la tierra, sino que busca tesoros en sus rincones m�s profundos.

Versículo 6

Sus piedras son lugar de zafiros, porque esta piedra preciosa se encuentra en la tierra; y tiene polvo de oro, las pepitas y los granos de oro que se depositan en los focos de los arroyos de las monta�as pasan a ser propiedad del minero.

Versículo 7

Hay un camino que ninguna ave conoce, ning�n �guila conoce el camino a los tesoros escondidos, y que el ojo del buitre, tan agudo como es, no ha visto, ni siquiera �l los ha mirado.

Versículo 8

no la hollaron cachorros de le�n, soberbias bestias de presa, ni le�n feroz pas� junto a ella. Ninguno conoc�a los lugares donde se escond�an todas estas riquezas.

Versículo 9

El, es decir, el hombre en su incansable b�squeda de riquezas, extiende su mano sobre la roca, poniendo su mano incluso sobre el pedernal, la m�s dura de las rocas; derriba los montes de ra�z, cavando y explotando los tesoros contenidos en la tierra.

Versículo 10

Abre r�os entre las rocas, abre pasajes a trav�s de granito s�lido; y sus ojos ven todo lo precioso, porque al excavar y volar de esta manera los tesoros escondidos se revelan a los ojos de los hombres.

Versículo 11

Ata las inundaciones para que no se desborden, deteniendo el goteo o las vetas de agua que amenazan con llenar los pozos y galer�as de las minas; y lo que est� escondido lo saca a la luz, con tan arduas operaciones mineras los hombres logran sacar los metales preciosos y las piedras escondidas en el seno de la tierra. No se escatiman problemas para ganar los vanos tesoros de este mundo.

Versículo 12

Pero, �d�nde se encontrar� la sabidur�a? �Y d�nde est� el lugar del entendimiento? La verdadera sabidur�a, el entendimiento de Dios, el conocimiento de la revelaci�n de Dios, es el mayor bien del hombre.

Versículos 12-28

Solo Dios, el poseedor de la verdadera sabidur�a.

Frente a la b�squeda insensata del hombre de riquezas vanas e inestables, Job coloca la sabidur�a de Dios, inalcanzable por la b�squeda externa y el escrutinio de los hombres.

Versículo 13

El hombre no conoce su precio, ning�n mortal se da cuenta de su valor de compra o de cambio; ni se encuentra en la tierra de los vivientes, en la tierra habitada por hombres, como producto de su trabajo.

Versículo 14

El abismo, el abismo de las aguas debajo de la tierra, dice: No est� en m�; y el mar, el oc�ano grande y poderoso, dice: No est� conmigo.

Versículo 15

No se puede conseguir por oro, no se puede dar a cambio el oro m�s puro, ni se pesar� la plata por su precio.

Versículo 16

No se puede valorar con el oro de Ofir, con el oro m�s fino conocido por los antiguos, con el precioso �nix o el zafiro, ambos muy valorados en Oriente.

Versículo 17

El oro y el cristal, vidrio, sobre el que en ese momento se coloc� una valoraci�n muy alta, ya sea natural o artificial, no pueden igualarlo, y el canje de �l no ser� por joyas de oro fino, simplemente no podr�an ser considerado como equivalente a �l.

Versículo 18

No se har� menci�n de coral ni de perlas, es decir, los corales y el cristal de cuarzo ni siquiera podr�an nombrarse en comparaci�n con �l; porque el precio de la sabidur�a est� por encima de los rub�es, es inmensamente exaltado en valor sobre los tesoros m�s preciosos de los hombres.

Versículo 19

El topacio de Etiop�a no lo igualar�, ni se valorar� con oro puro, el que ha pasado por el proceso de refinaci�n m�s cuidadoso. Job agota todas las comparaciones que los hombres sugerir�an al tratar de obtener una valoraci�n justa del rico tesoro del que habla.

Versículo 20

Entonces, �de d�nde viene la sabidur�a, y d�nde est� el lugar del entendimiento? Se vuelve a plantear la misma pregunta para recordar la verdad que est� por decirse.

Versículo 21

Al verlo, est� oculto a los ojos de todos los vivientes, las criaturas de la tierra dotadas de sentidos y mantenidas cerca de las aves del aire, incluso de la tribu alada de aguda vista.

Versículo 22

Destrucci�n y muerte, el reino de los muertos y el lugar reservado para los malvados, dicen: Hemos escuchado su fama con nuestros o�dos, solo lo sab�an de o�das, no lo conoc�an personalmente.

Versículo 23

Dios comprende su camino, s�lo �l est� familiarizado con la verdadera sabidur�a, y conoce su lugar, sabe exactamente d�nde se puede encontrar.

Versículo 24

Porque �l mira hasta los confines de la tierra y ve debajo de todo el cielo, nada se oculta a su sabidur�a y omnisciencia,

Versículo 25

para hacer el peso de los vientos; y pesa las aguas por medida, est�n enteramente bajo Su direcci�n y gobierno.

Versículo 26

Cuando hizo un decreto para la lluvia, indic�ndole cu�ndo y con qu� frecuencia deber�a caer, y un camino para el rel�mpago del trueno, un camino para el rel�mpago del trueno a trav�s de las nubes, todos estos fen�menos siendo regulados por �l,

Versículo 27

luego, cuando ejerci� Su poder creativo y providencial, lo vio y lo declar�, despleg� y expuso ante los hombres algunas de las evidencias de la sabidur�a eterna; �l lo prepar�, s�, y lo escudri�� , estableciendo su fundamento en toda la naturaleza, sometiendo todo a las leyes de Su sabidur�a.

Versículo 28

Y al hombre dijo, destac�ndolo para esta revelaci�n, como la criatura suprema de Su omnipotente poder: He aqu�, el temor del Se�or, que es sabidur�a, conocerlo y reverenciarlo como el �nico Dios verdadero es la suma de toda sabidur�a; y apartarse del mal es entendimiento. Abandonar el mal, por ser completamente contrario a Dios, Su esencia y Su voluntad, y vivir de acuerdo con las demandas de Su santidad, esa es la forma m�s elevada de sabidur�a.

Esta sabidur�a puede obtenerse mediante el conocimiento de Jesucristo como el Salvador de la humanidad, porque por la fe en �l, todos los creyentes son llevados a esa comuni�n con Dios que les revelar� la plenitud de Su sabidur�a y les dar� la fuerza para hacer Su voluntad. voluntad.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Job 28". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/job-28.html. 1921-23.
 
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