Oh, si yo estuviera como en los meses pasados, como en los d�as en que Dios me preserv�, suspirando por la feliz condici�n de ese per�odo de su vida que ahora parece pertenecer al pasado remoto;
cuando su vela brill� sobre mi cabeza, cuando la l�mpara del favor de Dios ilumin� el camino de Job, y cuando a su luz camin� a trav�s de la oscuridad, seguro en medio de los mayores peligros,
como yo era en los d�as de mi juventud, literalmente, "de mi oto�o o cosecha", los d�as de su mejor momento, de su madurez humana, cuando el secreto de Dios estaba en mi tabern�culo, cuando Su amistad, Su compa��a se cern�a sobre la de Job. tienda, cuando estaba en una relaci�n confidencial y bendita con el Se�or;
cuando el Todopoderoso estaba todav�a conmigo, d�ndole a Job su protecci�n y bendici�n, cuando mis hijos me rodeaban, como una bendici�n de gran valor, Salmos 127, 128;
cuando lav� mis pasos con mantequilla, con la crema m�s rica, y la roca me derram� r�os de aceite, ambas im�genes apuntando a las riquezas de la bondad de Dios que le fueron concedidas a Job, cuando era pr�spero en toda su obra;
cuando sal� a la puerta de la ciudad, hasta la ciudad desde el lugar de su residencia en el campo, cuando prepar� mi asiento en la calle, cuando tom� su lugar en el mercado, en el espacio abierto cerca de la ciudad puerta, donde los hombres de influencia y honor, los hombres m�s respetados de la comunidad, sol�an reunirse!
Los j�venes me vieron y se escondieron, en gran reverencia por la sabidur�a y la influencia de Job, y los ancianos se levantaron y se pusieron de pie, los hombres muy canosos mostr�ndole deferencia de la manera m�s marcada.
Los pr�ncipes se abstuvieron de hablar, se detuvieron en medio de su discurso y se llevaron la mano a la boca, en reverencial silencio, cedi�ndole la palabra cada vez que indicaba que ten�a algo que decir.
Los nobles callaron, literalmente, "la voz de los nobles se ocult�", o, "ellos mismos", ya no se oy�, y su lengua se peg� al paladar, atemorizados por la presencia del sabio y santo. en medio de ellos.
Cuando el o�do me escuch�, mientras daba su consejo en la asamblea del pueblo, entonces me bendijo, llam�ndolo feliz en la posesi�n de tanta sabidur�a; y cuando el ojo me vio, me dio testimonio, alab�ndolo por la buena fortuna que lo acompa�� en todo momento. En total, Job hab�a disfrutado de la mayor prosperidad, honor y dignidad de la tierra.
Porque liber� a los pobres que lloraban pidiendo ayuda, y al hu�rfano que no ten�a quien lo ayudara, al hu�rfano que no ten�a ayudante, Job practic� la verdadera benevolencia, dispens� verdadera caridad.
Me sobrevino la bendici�n del que estaba a punto de perecer, los desamparados y miserables lo bendijeron con deseos agradecidos por la ayuda que les brind�; e hice que el coraz�n de la viuda cantara de gozo, por la caridad voluntaria que �l dispens�, alivi�ndola de todos sus afanes de esta vida.
Me vest� de justicia, y ella me visti�, poni�ndome como un manto, visti�ndolo siempre, de modo que la conducta santa adecuada en todo momento se identificara con �l; mi juicio fue como un manto y una diadema, la justicia y la equidad en todos sus tratos fueron su manto y su turbante, caracteriz�ndolo ante todos los hombres.
Yo era ojos para los ciegos y pies eran para los cojos, su caridad y generosidad era tan grande que hac�a olvidar a los hombres sus desgracias, sin importar si �stas consist�an incluso en cojera o ceguera.
Fui padre de los pobres, atendiendo las necesidades de los necesitados como un padre natural; y la causa que yo no conoc�a la investigu�, �l se ocup� de averiguar sobre los sin amigos de la comunidad, para poder ayudarlos en todo lo que necesitaran.
Y romp� las fauces de los imp�os, de todos los duros de coraz�n, que oprim�an al pobre, especialmente a los jueces injustos, y le arrancaban el bot�n de los dientes, libr�ndolos del poder de los imp�os, como de las garras de los malvados. bestias de presa. De esta manera Job hab�a pasado sus d�as, dispensando benevolencia por todos lados.
Entonces dije: Morir� en mi nido, a salvo en el seno de su familia, y multiplicar� mis d�as como la arena, muriendo en una vejez madura, despu�s de que los granos de arena en el reloj de arena de su vida hubieran ejecutar completamente su curso.
Mi ra�z se extendi� por las aguas, �l hab�a esperado que floreciera como un �rbol abundantemente regado, y el roc�o permaneci� toda la noche sobre mi rama, como la humedad que sustenta la vida de la planta del desierto.
Mi gloria estaba fresca en m�, pens� que siempre se le otorgar�a el honor que entonces disfrutaba, y mi arco se renov� en mi mano, siendo el arco un s�mbolo de virilidad y fuerza, que, confiaba, siempre volver�a a ser joven. .
A m� los hombres escucharon y esperaron, se detuvieron a que Job hablara primero, siendo su consejo decisivo, y guardaron silencio ante mi consejo, sin pretender contradecirlo.
Despu�s de mis palabras no volvieron a hablar, siendo definitiva su soluci�n del asunto en consideraci�n; y mi discurso cay� sobre ellos, como lo hace la lluvia refrescante sobre la tierra seca, ansiosa por su poder fruct�fero.
Y me esperaron como a la lluvia, para que les llegara su consejo como una lluvia tan suave; y abrieron la boca como para la lluvia tard�a, la lluvia de principios de la primavera, que determina la riqueza de la cosecha.
Si me re�a de ellos, no lo cre�an, literalmente, "cuando no ten�an confianza", cuando estaban abatidos por algo, su sonrisa de alegr�a les dio un nuevo valor; y la luz de mi rostro no apagaban, no pod�an oscurecer; por triste que fuera la perspectiva, no pod�an quitar la esperanza del coraz�n de Job ni la sonrisa alentadora de su rostro.
Eleg� su camino y me sent� como jefe, �l se complac�a en asistir a sus asambleas y participar en sus asuntos, y viv�a como un rey en el ej�rcito, asumiendo el liderazgo con total naturalidad, como alguien que conforta a los dolientes, con el aliento que un verdadero l�der le dar� a quienes dependen de �l. Tal era la felicidad y la prosperidad de Job, y tales eran sus esperanzas para el futuro en los d�as en que era un hombre honrado en la comunidad.
Información bibliográfica Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Job 29". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/job-29.html. 1921-23.
Versículo 1
Adem�s, Job continu� su par�bola, sus dichos proverbiales, y dijo:
Versículos 1-11
Job describe su prosperidad anterior
Versículo 2
Oh, si yo estuviera como en los meses pasados, como en los d�as en que Dios me preserv�, suspirando por la feliz condici�n de ese per�odo de su vida que ahora parece pertenecer al pasado remoto;
Versículo 3
cuando su vela brill� sobre mi cabeza, cuando la l�mpara del favor de Dios ilumin� el camino de Job, y cuando a su luz camin� a trav�s de la oscuridad, seguro en medio de los mayores peligros,
Versículo 4
como yo era en los d�as de mi juventud, literalmente, "de mi oto�o o cosecha", los d�as de su mejor momento, de su madurez humana, cuando el secreto de Dios estaba en mi tabern�culo, cuando Su amistad, Su compa��a se cern�a sobre la de Job. tienda, cuando estaba en una relaci�n confidencial y bendita con el Se�or;
Versículo 5
cuando el Todopoderoso estaba todav�a conmigo, d�ndole a Job su protecci�n y bendici�n, cuando mis hijos me rodeaban, como una bendici�n de gran valor, Salmos 127, 128;
Versículo 6
cuando lav� mis pasos con mantequilla, con la crema m�s rica, y la roca me derram� r�os de aceite, ambas im�genes apuntando a las riquezas de la bondad de Dios que le fueron concedidas a Job, cuando era pr�spero en toda su obra;
Versículo 7
cuando sal� a la puerta de la ciudad, hasta la ciudad desde el lugar de su residencia en el campo, cuando prepar� mi asiento en la calle, cuando tom� su lugar en el mercado, en el espacio abierto cerca de la ciudad puerta, donde los hombres de influencia y honor, los hombres m�s respetados de la comunidad, sol�an reunirse!
Versículo 8
Los j�venes me vieron y se escondieron, en gran reverencia por la sabidur�a y la influencia de Job, y los ancianos se levantaron y se pusieron de pie, los hombres muy canosos mostr�ndole deferencia de la manera m�s marcada.
Versículo 9
Los pr�ncipes se abstuvieron de hablar, se detuvieron en medio de su discurso y se llevaron la mano a la boca, en reverencial silencio, cedi�ndole la palabra cada vez que indicaba que ten�a algo que decir.
Versículo 10
Los nobles callaron, literalmente, "la voz de los nobles se ocult�", o, "ellos mismos", ya no se oy�, y su lengua se peg� al paladar, atemorizados por la presencia del sabio y santo. en medio de ellos.
Versículo 11
Cuando el o�do me escuch�, mientras daba su consejo en la asamblea del pueblo, entonces me bendijo, llam�ndolo feliz en la posesi�n de tanta sabidur�a; y cuando el ojo me vio, me dio testimonio, alab�ndolo por la buena fortuna que lo acompa�� en todo momento. En total, Job hab�a disfrutado de la mayor prosperidad, honor y dignidad de la tierra.
Versículo 12
Porque liber� a los pobres que lloraban pidiendo ayuda, y al hu�rfano que no ten�a quien lo ayudara, al hu�rfano que no ten�a ayudante, Job practic� la verdadera benevolencia, dispens� verdadera caridad.
Versículos 12-25
Job habla de su benevolencia y la honra que se le concedi�
Versículo 13
Me sobrevino la bendici�n del que estaba a punto de perecer, los desamparados y miserables lo bendijeron con deseos agradecidos por la ayuda que les brind�; e hice que el coraz�n de la viuda cantara de gozo, por la caridad voluntaria que �l dispens�, alivi�ndola de todos sus afanes de esta vida.
Versículo 14
Me vest� de justicia, y ella me visti�, poni�ndome como un manto, visti�ndolo siempre, de modo que la conducta santa adecuada en todo momento se identificara con �l; mi juicio fue como un manto y una diadema, la justicia y la equidad en todos sus tratos fueron su manto y su turbante, caracteriz�ndolo ante todos los hombres.
Versículo 15
Yo era ojos para los ciegos y pies eran para los cojos, su caridad y generosidad era tan grande que hac�a olvidar a los hombres sus desgracias, sin importar si �stas consist�an incluso en cojera o ceguera.
Versículo 16
Fui padre de los pobres, atendiendo las necesidades de los necesitados como un padre natural; y la causa que yo no conoc�a la investigu�, �l se ocup� de averiguar sobre los sin amigos de la comunidad, para poder ayudarlos en todo lo que necesitaran.
Versículo 17
Y romp� las fauces de los imp�os, de todos los duros de coraz�n, que oprim�an al pobre, especialmente a los jueces injustos, y le arrancaban el bot�n de los dientes, libr�ndolos del poder de los imp�os, como de las garras de los malvados. bestias de presa. De esta manera Job hab�a pasado sus d�as, dispensando benevolencia por todos lados.
Versículo 18
Entonces dije: Morir� en mi nido, a salvo en el seno de su familia, y multiplicar� mis d�as como la arena, muriendo en una vejez madura, despu�s de que los granos de arena en el reloj de arena de su vida hubieran ejecutar completamente su curso.
Versículo 19
Mi ra�z se extendi� por las aguas, �l hab�a esperado que floreciera como un �rbol abundantemente regado, y el roc�o permaneci� toda la noche sobre mi rama, como la humedad que sustenta la vida de la planta del desierto.
Versículo 20
Mi gloria estaba fresca en m�, pens� que siempre se le otorgar�a el honor que entonces disfrutaba, y mi arco se renov� en mi mano, siendo el arco un s�mbolo de virilidad y fuerza, que, confiaba, siempre volver�a a ser joven. .
Versículo 21
A m� los hombres escucharon y esperaron, se detuvieron a que Job hablara primero, siendo su consejo decisivo, y guardaron silencio ante mi consejo, sin pretender contradecirlo.
Versículo 22
Despu�s de mis palabras no volvieron a hablar, siendo definitiva su soluci�n del asunto en consideraci�n; y mi discurso cay� sobre ellos, como lo hace la lluvia refrescante sobre la tierra seca, ansiosa por su poder fruct�fero.
Versículo 23
Y me esperaron como a la lluvia, para que les llegara su consejo como una lluvia tan suave; y abrieron la boca como para la lluvia tard�a, la lluvia de principios de la primavera, que determina la riqueza de la cosecha.
Versículo 24
Si me re�a de ellos, no lo cre�an, literalmente, "cuando no ten�an confianza", cuando estaban abatidos por algo, su sonrisa de alegr�a les dio un nuevo valor; y la luz de mi rostro no apagaban, no pod�an oscurecer; por triste que fuera la perspectiva, no pod�an quitar la esperanza del coraz�n de Job ni la sonrisa alentadora de su rostro.
Versículo 25
Eleg� su camino y me sent� como jefe, �l se complac�a en asistir a sus asambleas y participar en sus asuntos, y viv�a como un rey en el ej�rcito, asumiendo el liderazgo con total naturalidad, como alguien que conforta a los dolientes, con el aliento que un verdadero l�der le dar� a quienes dependen de �l. Tal era la felicidad y la prosperidad de Job, y tales eran sus esperanzas para el futuro en los d�as en que era un hombre honrado en la comunidad.