Bible Commentaries
Jonás 4

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

Pero a Jon�s le disgust� mucho, es decir, que el Se�or no cumpli� Su amenaza de castigo sobre la gente de N�nive, y estaba muy enojado, provocado, lleno de dolor y aflicci�n.

Versículos 1-11

El disgusto de Jon�s y la reprensi�n del Se�or.

Que Jonah se dej� llevar f�cilmente por sus emociones es evidente en toda la historia de su libro, pero aparece particularmente en el �ltimo cap�tulo. Al mismo tiempo, la paciencia del Se�or al tratar con Sus hijos descarriados se manifiesta de una manera muy notable.

Versículo 2

Y �l or� al Se�or y dijo: Te ruego, oh Se�or, �no era esta mi palabra, el argumento que �l hab�a usado dentro de s� mismo, cuando yo todav�a estaba en mi pa�s? cuando recibi� por primera vez el encargo de ir a N�nive. Por eso hu� antes a Tarsis, es decir, �l anticip� la infructuosidad de su misi�n, el hecho de que su predicci�n contra N�nive no se cumpli�; porque sab�a que eres un Dios clemente y misericordioso, lento para la ira y de gran bondad, y te arrepientes del mal.

Cfr. �xodo 34:6 . Las palabras fueron pronunciadas con un mal humor muy decidido, porque Jon�s, como �l pensaba, hab�a sido enviado para entregar un mensaje que el Se�or ten�a la intenci�n de revocar, y que tan f�cilmente produjo arrepentimiento. Era una triste contradicci�n entre un estado de �nimo malhumorado y un mejor conocimiento de su cabeza y coraz�n.

Versículo 3

Por tanto, ahora, Se�or, quita, te ruego, mi vida de m�; porque mejor me es morir que vivir. "La impaciencia de Jon�s por la vida bajo las esperanzas decepcionadas de la reforma de Israel a trav�s de la destrucci�n de N�nive es como la de El�as en su plan para reformar a Israel, 1 Reyes 18, fracasando a trav�s de Jezabel. Cf 1 Reyes 19:4 ".

Versículo 4

Entonces dijo el Se�or, en una suave reprensi�n preliminar: �Es bueno que te enojes? �Hab�a alguna justificaci�n para la actitud de Jon�s?

Versículo 5

Entonces Jon�s, todav�a dolido por el disgusto que sent�a, sali� de la ciudad y se sent� en el lado este de la ciudad, eligiendo un lugar en su vecindad inmediata, y all� le hizo una caseta, una caba�a temporal de ramas y hojas, y se sent� debajo de ella a la sombra, hasta que pudo ver qu� ser�a de la ciudad, si el juicio original, despu�s de todo, no se llevar�a a cabo sobre ella; porque los cuarenta d�as mencionados en su mensaje a�n no hab�an transcurrido.

Versículo 6

Y el Se�or Dios prepar� una calabaza, la planta de ricino, com�nmente llamada palm-crist, y la hizo crecer sobre Jon�s, la planta que crece muy r�pidamente, con sus grandes hojas arrojando r�pidamente un agradable frescor, para que pudiera ser una sombra sobre su cabeza, para librarlo de su dolor, para hacer desaparecer su mal humor y, por lo tanto, brindarle algo de alivio. Entonces Jon�s se alegr� mucho de la calabaza, disfrut� de la sombra ofrecida por la planta verde.

Versículo 7

Pero Dios, con la intenci�n de ense�arle a Jon�s una lecci�n m�s, prepar� un gusano y lo nombr� con ese fin, cuando amaneci� al d�a siguiente, al amanecer, y golpe� la calabaza que se sec�, porque es una peculiaridad. de la planta de ricino que se desvanece f�cilmente cuando se lesiona.

Versículo 8

Y sucedi� que cuando sali� el sol, Dios prepar� un fuerte viento del este, que soplaba con un calor sofocante; y el sol golpe� sobre la cabeza de Jon�s que se desmay�, vencido por el calor, y dese� en s� mismo morir, la reacci�n una vez m�s fue r�pida y furiosa, y dijo: Es mejor para m� morir que vivir, es decir, en tales circunstancias, con todo combinado para hacer la vida desagradable.

Versículo 9

Y Dios, aprovechando esta oportunidad para llevar a casa su lecci�n, dijo a Jon�s: �Es bueno que te enojes por la calabaza? Y �l dijo, con un repentino estallido de amargura: Hago bien en enojarme hasta la muerte.

Versículo 10

Entonces dijo el SE�OR: Tuviste compasi�n de la calabaza, por la cual no trabajaste, la cual no le cost� trabajo criar, ni la hizo crecer, sin que Jon�s estuviera obligado a regarla; que surgi� en una noche y pereci� en una noche, siendo, como dice el hebreo, el hijo de una noche, de s�lo una noche de duraci�n;

Versículo 11

�Y no deber�a perdonar a N�nive, esa gran ciudad, donde hay m�s de sesenta mil personas que no pueden discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, es decir, 120.000 ni�os, que no pueden ser acusados ??de ning�n delito en particular? , y tambi�n mucho ganado? Este argumento de Jehov�, al exponer el ego�smo del profeta, fue al mismo tiempo suficiente para silenciarlo, mientras permanec�a reprendido ante esta exhibici�n de la misericordia de Dios.

Adem�s, las nuevas que Jon�s pudo traer de vuelta a sus compatriotas fueron un llamado enf�tico al arrepentimiento, como Jes�s resalta en su referencia al arrepentimiento de los ninivitas. Israel no aprendi� la lecci�n y, por lo tanto, fue expulsado de su tierra. Tanto m�s es necesario que consideremos la se�al del profeta Jon�s y nos aferremos a la confesi�n de Aquel que pod�a decir de s� mismo: "�He aqu�, hay m�s que Jon�s!"

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Jonah 4". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/jonah-4.html. 1921-23.