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Miqueas 6

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

O�d ahora lo que dice el Se�or, en este discurso de clausura a los israelitas: Lev�ntate, contiende delante de los montes, el profeta est� llamado a ser testigo de la controversia judicial que se decidir� en presencia de los montes, y Deja que las colinas oigan tu voz, porque las monta�as y las colinas, habiendo permanecido durante el tiempo de toda la historia de Israel, pudieron dar testimonio de los hechos que se revelaron aqu�.

Versículos 1-8

Un llamado al arrepentimiento

Versículo 2

O�d, oh montes, la controversia del Se�or, la causa de Jehov�, que �l quiso que se decidiera en el presente juicio, y vosotros, fuertes cimientos de la tierra, literalmente, "bases inamovibles de la tierra", que no pueden ser sacudidas por ning�n ordinario. medio; porque el Se�or tiene una controversia con su pueblo, y �l suplicar� a Israel, tratando de lograr un acuerdo definitivo en la corte.

Versículo 3

Pueblo m�o, �qu� te he hecho? es decir, al infligir cualquier tipo de da�o. �Y en qu� te he cansado? por requisitos demasiado rigurosos. �Testifica contra m�! Estaba dispuesto a considerar cualquier respuesta que quisieran dar con respecto a sus cargos.

Versículo 4

Porque yo te saqu� de la tierra de Egipto, acto por el cual Israel realmente fue hecho pueblo del Se�or, y te redim� de la casa de los siervos, cf �xodo 20:2 ; y envi� delante de ti a Mois�s, Aar�n y Mar�a, quienes fueron sus jefes por los desiertos de Sina� y Arabia.

Versículo 5

Pueblo m�o, recuerda ahora lo que Balac, rey de Moab, consult�, el consejo que tom� al tratar de provocar su ca�da, y lo que Balaam, hijo de Beor, le respondi� desde Sitim hasta Gilgal, entre la primera estaci�n despu�s de la bendici�n de Balaam. y la primera estaci�n en suelo de Tierra Santa, Cf N�meros 25:1 ; Josu� 4:19 , para que sep�is la justicia del Se�or, con cu�nta verdad y rectitud realiz� las obras de su omnipotencia al llevar a cabo su consejo de amor para con su pueblo. Israel, al no poder responder a este desaf�o del Se�or y admitir la culpa acusada en Su declaraci�n, est� listo para hacer las paces.

Versículo 6

�Con qu� me presentar� ante el Se�or y me postrar� ante el Dios Alt�simo? pregunta el profeta en nombre del pueblo, para restablecer la relaci�n que hab�a sido tan bruscamente perturbada por sus transgresiones. �Me presentar� ante �l con holocaustos, con becerros de un a�o? estos son considerados los sacrificios m�s selectos.

Versículo 7

�Se agradar� el Se�or con miles de carneros o con diez mil r�os de aceite? que, por as� decirlo, fluir�a a torrentes para apaciguar Su ira. �Dar� mi primog�nito por mi rebeli�n, el fruto de mi cuerpo por el pecado de mi alma? la posesi�n m�s preciosa se ofrece en expiaci�n, a modo de expiaci�n. Pero el Se�or muestra que tales ofrendas externas no fueron suficientes para restaurar la relaci�n de amor que obtuvo, sino que �l requiere la consagraci�n del coraz�n.

Versículo 8

�l te ha mostrado, oh hombre, lo que es bueno, Jehov� mismo les hab�a dado a conocer c�mo pod�an permanecer en comuni�n con �l; �Y qu� pide el Se�or de ti sino que hagas la justicia, que hagas lo recto y que ames la misericordia, que practiques el cumplimiento de todos los deberes ben�ficos prescritos en la Ley y que andes humildemente con tu Dios? Sin estas expresiones reales y externas de la fe del coraz�n en las virtudes que aqu� se nombran, no puede haber verdadera adoraci�n a Jehov�. Aun as�, hoy las buenas obras de los cristianos son exponentes y pruebas de la fe que vive en su coraz�n.

Versículo 9

La voz del Se�or clama a la ciudad al anunciar Su juicio, y el sabio ver� tu nombre, literalmente, "Tu nombre es sabidur�a", es decir, es cuesti�n de verdadera sabidur�a temer el nombre de Jehov�, o , Su atenci�n est� dirigida a la verdadera sabidur�a de la vida :. o�d la vara, percibiendo el azote que amenaza el Se�or, que ha preparado para su pueblo ap�stata, y qui�n lo ha designado, porque las huestes asirias ya estaban preparando su material de guerra.

Versículos 9-16

Una amenaza de castigo

Versículo 10

�Hay todav�a los tesoros de la maldad en la casa de los imp�os? a saber, los que se han ganado con la iniquidad, con la opresi�n y la estafa, y la escasa medida que es abominable? literalmente, "y el efa de la delgadez, el maldito", porque muchos de los ricos hab�an hecho su dinero reduciendo el peso del pueblo.

Versículo 11

�Los contar� puros con la balanza perversa, cuando diariamente hac�an trampa en el comercio y los negocios, y con la bolsa de pesas enga�osas? con lo que las escalas se hicieron incorrectas.

Versículo 12

Porque sus ricos est�n llenos de violencia, de maldad criminal y opresi�n, y sus habitantes han hablado mentiras, pervirtiendo deliberadamente la verdad, y su lengua es enga�osa en su boca, estando tan llena de enga�o que ya no podr�a. practica cualquier cosa menos el enga�o.

Versículo 13

Por tanto, tambi�n te har� enfermar al herirte, al infligirte un golpe mortal, al dejarte desolado a causa de tus pecados, la devastaci�n golpeando a todo el pa�s.

Versículo 14

Comer�s, pero no estar�s satisfecho, a causa de la escasez de alimentos despu�s de la invasi�n del enemigo; y tu derribo ser� en medio de ti, literalmente, "y tu vac�o permanece en tus entra�as"; y te agarrar�s, pero no librar�s, tratando de huir con familia y bienes, pero sin poder salvarlos; y lo que t� liberes, logrando salvarlo cuando el enemigo atac�, lo entregar� a la espada.

Cfr. Jeremias 50:37 ; Jeremias 42:16 .

Versículo 15

Sembrar�s, pero no cosechar�s; el enemigo destruir� o robar� la cosecha; pisar�s las aceitunas, pero no te ungir�s con aceite, porque el enemigo saquear�a los dep�sitos; y vino dulce, el mosto prensado de las uvas, pero no beber�s vino, el producto terminado.

Versículo 16

Porque los estatutos de Omri, quien fund� una dinast�a inicua de gobernantes del reino del norte, 1 Reyes 16:25 , se guardan y todas las obras de la casa de Acab, la adoraci�n de Baal que se hab�a establecido entonces, y ustedes caminan en sus consejos, de acuerdo con la idolatr�a y la abominaci�n introducidas por estos reyes malvados, que, como resultado real de este comportamiento id�latra, te convertir�a en una desolaci�n, un objeto de asombro y horror, y sus habitantes en un silbido, para ser abucheado por todos lados.

Por tanto, llevar�is el oprobio de mi pueblo, la deshonra que ordinariamente se amontona sobre el pueblo de Dios si es entregado en manos de sus enemigos. Cuanto mayor sea la gracia y la misericordia del Se�or que estaba sobre ellos, mayor ser�a su castigo por haber rechazado Su misericordia. Si la gente tiene apariencia de piedad, pero niega su poder, entonces esta apariencia externa es tanto m�s propensa a traer el oprobio del Se�or sobre tales hip�critas.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Micah 6". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/micah-6.html. 1921-23.