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Miqueas 7

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

�Ay de m�! as� grita el profeta en nombre de la congregaci�n, porque soy como cuando han recogido los frutos del verano, como cuando quedan unos pocos tallos solitarios en el campo de la cosecha, como los rebuscos de la vendimia, cuando s�lo quedan algunas bayas, y todo el cuadro es de absoluta desolaci�n; no hay racimo para comer, ya que se ha quitado toda la fruta; mi alma deseaba las primeras frutas maduras, ansiando este manjar que gustaba especialmente a la gente. La oraci�n completa tambi�n puede interpretarse como una exclamaci�n: �Ni una uva para comer! �No un higo temprano, como mi alma deseaba! Ahora se explica la imagen.

Versículos 1-13

La oraci�n del arrepentimiento

Versículo 2

Ha perecido de la tierra el hombre bueno, aquel en quien se puede confiar para su fidelidad, y no hay ninguno recto entre los hombres, habiendo escaseado el recto tan escaso como los higos tempranos despu�s de la vendimia. Todos est�n al acecho de sangre, Cf. Salmo 10:8 y sigs .; cada uno caza a su hermano con una red, aunque son hijos de un Padre y cada uno est� obligado por la Ley a amar al otro como a s� mismo.

Versículo 3

Para que puedan hacer el mal con ambas manos con seriedad, literalmente, "sobre el mal est�n sus manos para realizarlo bien", est�n contentos, ansiosos, llenos de celo por el mal; el pr�ncipe pide, y el juez pide recompensa, buscando venganza para s� mismos cuando consideran su dignidad herida; y el gran hombre, expresa su malicioso deseo: as� lo envuelven, o, "y el gran hombre el mal de su alma pronuncia, y juntos lo trenzan", todos los valientes de la naci�n intrigando juntos para tejer redes de intrigas, trampas para sus v�ctimas incautos,

Versículo 4

El mejor de ellos es como una zarza, de la que s�lo se puede esperar maldad y da�o; el m�s recto, el considerado ejemplo de virtud, es m�s afilado que un seto de espinos; el d�a de tus atalayas, el d�a predicho por los verdaderos profetas, y viene tu visitaci�n, el juicio est� cerca; ahora ser� su perplejidad, confusi�n, que los hombres no sabr�n ad�nde acudir en busca de consejo y ayuda. La extrema corrupci�n moral del pueblo est� ahora esbozada con algunos trazos audaces.

Versículo 5

No conf�es en un amigo, en nadie con quien uno pueda relacionarse diariamente, no conf�es en un gu�a, en un amigo muy �ntimo; Aparta las puertas de tu boca de la que yace en tu seno, porque no era seguro depositar una confianza ilimitada en la propia esposa.

Versículo 6

Porque el hijo deshonra al padre, despreci�ndolo abiertamente, la hija se levanta contra su madre, neg�ndole el amor y el honor que le debe, la nuera contra su suegra, siendo todas las relaciones m�s sagradas totalmente descompuesto Los enemigos del hombre son los hombres de su propia casa. Condiciones similares precedieron a la ca�da de Jerusal�n y preceder�n al fin del mundo. Cfr. Mateo 10:21 .

Versículo 7

Por tanto, as� clama el profeta, porque tales eran las condiciones, mirar� al Se�or, levantando sus ojos para salvaci�n del Dios del pacto; Esperar� al Dios de mi salvaci�n, resistiendo a pesar de lo que parece una demora desalentadora; mi Dios me escuchar� con una respuesta eficaz y activa. Cf Salmo 27:9 ; Isa�as 17:10 .

Versículo 8

No te regocijes contra m�, oh enemigo m�o, a la potencia mundial hostil en general se est� dirigiendo, como desde el punto de vista del pueblo del Se�or; cuando caiga, me levantar�, porque la restauraci�n de Israel fue pensada principalmente en el sentido espiritual; cuando est� sentado en tinieblas, sufriendo con la aflicci�n que traen los juicios de Dios, el Se�or ser� mi luz. Cf Salmo 27:1 .

Versículo 9

Sobrellevar� la indignaci�n del Se�or, con la humilde sumisi�n que caracteriza al coraz�n arrepentido, porque he pecado contra �l, siendo imprescindible una confesi�n tan libre e inequ�voca si el dolor es genuino, hasta que �l defienda mi causa, tomando parte de Su pueblo contra los enemigos, y ejecute juicio por m�, manteniendo y estableciendo Su Iglesia a pesar de toda hostilidad; �l me sacar� a la luz, es decir, de las tinieblas del cautiverio y la opresi�n, y contemplar� Su justicia, porque la liberaci�n de Su pueblo estaba de acuerdo con las antiguas promesas del Se�or.

Versículo 10

Entonces la que es mi enemiga lo ver�, siendo esta la esperanza confiada del pueblo del Se�or, y la cubrir� verg�enza que me dec�a: �D�nde est� el Se�or, tu Dios? en la pregunta desde�osa que suelen hacer los enemigos de la Iglesia. Mis ojos la contemplar�n con tranquila satisfacci�n; ahora ser� hollada como lodo de las calles.

Versículo 11

En el d�a en que se construir�n tus muros, m�s bien, "un d�a de edificar tus muros" (se acerca), as� asegura el profeta a los miembros creyentes de Su pueblo, aquellos que realmente esperaban la venida del Mes�as, en ese d�a el decreto debe estar muy lejos, es decir, el decreto que fij� una marcada l�nea de divisi�n entre Israel y las naciones paganas.

Versículo 12

En aquel d�a tambi�n vendr� a ti, la Sion restaurada, desde Asiria y desde las ciudades fortificadas, desde las ciudades de Egipto, y desde la fortaleza, a saber, Egipto, hasta el r�o �ufrates, para indicar todos los pa�ses que se encuentran entre, y de mar a mar, y de monta�a a monta�a, de todas las regiones y pa�ses de la tierra, todos aquellos que el Se�or hab�a elegido de los diversos pa�ses del mundo. Cfr Isa�as 19:18 .

Versículo 13

No obstante, la tierra estar� desolada, la referencia muy probablemente sea a la Palestina terrestre, debido a los que la habitan, por el fruto de sus obras. Mientras que la Tierra Prometida, que antes flu�a leche y miel, ha perdido en gran medida su fertilidad, la Si�n espiritual, la Iglesia de Dios, est� edificada por miembros de todas las naciones de la tierra.

Versículo 14

Apacienta a tu pueblo con tu vara, con verdadero cuidado de pastor, siendo la vara la marca del pastor, Zacar�as 11:4 ss .; Salmos 23, el reba�o de tu heredad, la posesi�n de Jehov�, que mora solitariamente en el bosque, en medio del Carmelo, m�s bien, "en el bosque en medio del Carmelo que pacen", rodeados de las m�s ricas bendiciones; que se alimenten en Bas�n y Galaad, cuyas ricas praderas eran proverbiales en Israel, como en los d�as de anta�o, cuando, bajo David, el reino gozaba de la plenitud de la prosperidad material y espiritual. El Se�or responde a esta s�plica con la seguridad de su misericordia, que se dar� en una medida mayor de la que pidi� su pueblo.

Versículos 14-20

La �ltima s�plica del profeta

Versículo 15

Seg�n los d�as de tu salida de la tierra de Egipto, cuando derrot� a los enemigos con mano poderosa y revel� su bondad a Israel, le mostrar� cosas maravillosas, habi�ndole dado a su Iglesia las maravillas de su gracia.

Versículo 16

Las naciones ver�n y se avergonzar�n de todo su poder, porque todo su poder cacareado ser�a como nada a los ojos del Dios todopoderoso; se llevar�n las manos a la boca, en reverente silencio, con gran asombro; sus o�dos se ensordecer�n ante el trueno de las maravillas de Jehov�.

Versículo 17

Lamer�n el polvo como una serpiente, en la m�s profunda humillaci�n; saldr�n de sus agujeros como gusanos de la tierra, literalmente, "como las cosas que se arrastran sobre la tierra"; temblar�n desde sus escondites; Temer�n al Se�or, nuestro Dios, acerc�ndose a �l con terror, y temer�n a causa de ti. Con estas palabras, el profeta se vuelve una vez m�s directamente a Jehov� y se dirige a �l con palabras de alabanza.

Versículo 18

�Qui�n es Dios como t�, que perdona la iniquidad en el acto de justificaci�n, que es la base de la obra en Su Iglesia, y pasa por alto la transgresi�n del remanente de Su herencia? al conceder perd�n a los que en verdad son su pueblo. Cfr. �xodo 34:6 . No retiene su ira para siempre, porque se deleita en la misericordia, siendo sus grandes actos de misericordia la caracter�stica sobresaliente de su obra en Su Iglesia.

Versículo 19

Se volver� de nuevo, as� asegura el profeta a los creyentes; �l tendr� compasi�n de nosotros, subyugar� nuestras iniquidades, pisote�ndolas como enemigos que se levantan contra los creyentes; y arrojar�s todos sus pecados a las profundidades del mar, para que sean cubiertos y no puedan levantarse m�s para condenar al pueblo del Se�or.

Versículo 20

Cumplir�s la verdad a Jacob y la misericordia a Abraham, tal como est� contenida en las maravillosas promesas mesi�nicas, que juraste a nuestros padres desde los d�as de anta�o. Con este exaltado himno de alabanza, Miqueas cierra su libro, hablando en un tono similar al de Pablo en Romanos 11:33 . Tenemos aqu� la verdadera predicaci�n del Evangelio, que sostuvo a los creyentes del Antiguo Testamento en su ansiosa velaci�n por el tiempo del Mes�as, al cual tambi�n podemos acudir en busca de consuelo en medio de la corrupci�n de estos �ltimos d�as del mundo, sabiendo, sin embargo, que nuestra salvaci�n est� cerca.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Micah 7". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/micah-7.html. 1921-23.