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Proverbios 15

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

v. 1. Una respuesta suave apaga la ira, una palabra dicha con dulzura cuando la gente est� a punto de volar en una pasi�n, es como aceite en aguas revueltas; pero las palabras penosas, ofensivas y violentas, despiertan la ira, haci�ndola m�s apasionada y amarga.

Versículo 2

v. 2. La lengua de los sabios usa el conocimiento correctamente, present�ndolo en forma ordenada, visti�ndolo de manera atractiva; pero la boca de los necios derrama necedad, en grandes y repugnantes cantidades, siendo sus expresiones ruidosas, confusas y sin sentido, nada m�s que necedad.

Versículo 3

v. 3. Los ojos del Se�or est�n en todo lugar, Su omnisciencia viendo todo lo que sucede en el mundo, contemplando los malos y los buenos, observando cada uno de sus actos, familiarizado con sus deseos, palabras y actos.

Versículo 4

v. 4. Una lengua sana, literalmente, "mansedumbre de lengua", es un �rbol de vida, es decir, una persona que, con verdadera humildad, usa un habla suave, pac�fica y consoladora, har� su parte para una mejor apreciaci�n y uso. de la vida, har� que las personas con las que entre en contacto la disfruten m�s adecuadamente; pero la perversidad en ella, es decir, la transgresi�n con la lengua, su abuso con el prop�sito de suscitar contiendas, es una brecha en el esp�ritu, hiere el esp�ritu de los hombres, causa dolor y dolor.

Versículo 5

v. 5. El necio desprecia la instrucci�n de su padre, revela su necedad al negarse a ser corregido; pero el que hace caso de la reprensi�n, siempre dispuesto a aceptar la correcci�n, es prudente, muestra la debida discreci�n. cf Proverbios 19:25 ; 1 Samuel 23:22 .

Versículo 6

v. 6. En la casa del justo hay mucho tesoro, siendo tal prosperidad la bendici�n del Se�or; pero en las ganancias de los imp�os hay problemas, las ganancias de los imp�os resultan en desolaci�n; porque cuanto m�s tienen, m�s gastan en el servicio del pecado.

Versículo 7

v. 7. Los labios de los sabios esparcen el conocimiento, arroj�ndolo sobre el pa�s como buena semilla, que dar� una rica cosecha; pero el coraz�n de los necios no lo hace as�; al no tener sabidur�a, no puede difundirla, no est� en la direcci�n correcta y, por lo tanto, es completamente incompetente para ense�ar a otros.

Versículo 8

v. 8. El sacrificio de los imp�os es abominaci�n al Se�or, porque es tra�do con impiedad e hipocres�a; pero la oraci�n de los rectos, mediante la cual adoran a Dios en esp�ritu y en verdad y entran en verdadera comuni�n con �l, es su deleite.

Versículo 9

v. 9. El camino de los imp�os es abominaci�n al Se�or, �l aborrece toda su conducta; pero ama al que sigue la justicia, al que se dedica a buscar y perseguir con gran af�n la justicia de vida que agrada a Jehov�.

Versículo 10

v. 10. La correcci�n es penosa para el que abandona el camino, es decir, un castigo severo golpear� al que abandona el camino se�alado por la voluntad del Se�or; y el que aborrece la reprensi�n, es decir, la reprensi�n de la Palabra de Dios, morir�, porque la muerte es la paga del pecado.

Versículo 11

v. 11. El infierno y la destrucci�n est�n delante del Se�or, el reino de los muertos, el lugar de la perdici�n eterna, est� descubierto delante de �l; �l los conoce, aunque est�n ocultos a los ojos de los hombres; �Cu�nto m�s, entonces, el coraz�n de los hijos de los hombres? Jehov� conoce el coraz�n de todos los hombres, todos est�n descubiertos ante sus ojos, Jeremias 17:10 ; Hebreos 4:13 .

Versículo 12

v. 12. Un escarnecedor, el que se burla de todo lo que es santo, no ama al que lo reprende, porque su orgullo insensato resiente la correcci�n; ni acudir� a los sabios, porque all� debe esperar la censura; por eso prefiere la compa��a de los que aplauden su locura.

Versículo 13

v. 13. Un coraz�n alegre alegra el rostro, porque cuando el esp�ritu est� gozoso, ilumina el rostro; pero por el dolor del coraz�n el esp�ritu se quebranta, si el dolor se ha apoderado del coraz�n, los poderes de la mente tambi�n se ven influenciados, la claridad de pensamiento desaparece y la conmoci�n resulta generalmente desastrosa para toda la vida espiritual.

Versículo 14

v. 14. El coraz�n del que tiene entendimiento busca conocimiento, porque siempre est� ansioso por crecer en la verdadera sabidur�a, seg�n se aplica a las diversas situaciones de la vida; pero la boca de los necios se alimenta de la necedad, literalmente, "el rostro de los necios apacienta la necedad ", deleit�ndose en ella, como un animal se alimenta con avidez de hierba en el prado.

Versículo 15

v. 15. Todos los d�as de los afligidos son malos, porque la carga interior de su dolor entristece cada d�a para ellos; pero el que es de coraz�n alegre, y reh�sa ser agobiado o abatido por el dolor, tiene una fiesta continua, siendo su vida como una fiesta constante.

Versículo 16

v. 16. Mejor es poco con el temor del Se�or, el debido contentamiento con las bendiciones del Se�or, por peque�as que sean en apariencia, que grandes tesoros y problemas con ellos, porque la posesi�n de riquezas trae preocupaciones y preocupaciones, que a menudo son muy desagradables, 1 Timoteo 6:6 .

Versículo 17

v. 17. Mejor es una cena de hierbas, una porci�n de la comida m�s sencilla, donde est� el amor, donde una persona est� en medio de sus amados, que un buey encerrado, uno engordado a mano, y el odio con �l. , a causa de la envidia, los celos y el odio de las personas con las que se come. No la riqueza de la comida trae felicidad, sino las circunstancias que la acompa�an.

Versículo 18

v. 18. Un hombre iracundo, incapaz de controlar su temperamento, suscita contiendas, su forma de actuar seguramente resultar� en peleas; pero el lento para la ira apacigua la contienda, neg�ndose �l mismo a excitarse y siempre haciendo uso de discursos conciliatorios.

Versículo 19

v. 19. El camino del perezoso es como un seto de espinos, ya que siempre encuentra obst�culos y obst�culos; pero el camino de los justos se aclara, como un camino abierto, porque su diligencia y la bendici�n del Se�or se combinan para facilitar el cumplimiento de las tareas de la vida.

Versículo 20

v. 20. El hijo sabio alegra al padre, Proverbios 10:1 ; pero un hombre necio desprecia a su madre, tal descuido y desprecio de su madre demuestra que es un hombre necio, no solo por la transgresi�n del cuarto mandamiento involucrado, sino porque la sabidur�a y el amor de una madre sirven para el mejor orientaci�n.

Versículo 21

v. 21. La necedad es gozo para el falto de sabidur�a, para el falto de sentido com�n ; pero el hombre de entendimiento anda en integridad, yendo recto por el camino del deber, sin permitir que ninguna locura interfiera en su fidelidad.

Versículo 22

v. 22. Sin consejo, los prop�sitos se frustran, los planes seguramente fracasar�n si no se han considerado cuidadosamente y desde todos los �ngulos de antemano; pero en la multitud de consejeros est�n establecidos, porque cuando se elaboran de esta manera, con consejos de todas partes, es probable que se tengan en cuenta todas las dificultades.

Versículo 23

v. 23. El hombre se alegra con la respuesta de su boca; si ha logrado dar el consejo correcto, naturalmente le agrada; y una palabra pronunciada a su debido tiempo, que da en el clavo, resolviendo as� la dificultad, �qu� buena, qu� bienvenida, qu� grata y saludable!

Versículo 24

v. 24. El camino de la vida es superior al sabio, �l dirige su curso hacia arriba, apuntando a un mayor grado de santificaci�n con cada nuevo d�a, su mirada puesta en la recompensa ofrecida por la misericordia de Dios, para que pueda partir. desde el infierno de abajo, huye del camino que conduce a la perdici�n eterna.

Versículo 25

v. 25. El Se�or destruir� la casa de los soberbios, visit�ndolo a �l, a su familia y todas sus posesiones con castigo; pero �l establecer� el l�mite de la viuda, no permitir� que se traslade el l�mite de su propiedad, es decir, proteger� sus posesiones.

Versículo 26

v. 26. Los pensamientos de los imp�os son una abominaci�n al Se�or, �l aborrece los planes malvados, No tolerar� los prop�sitos malvados; pero las palabras de los puros son palabras agradables, literalmente, "pero puras son palabras agradables"; si no est�n manchadas de hipocres�a, son dulcemente consoladoras, llenas de consuelo para las almas atribuladas y, por lo tanto, preciosas a los ojos de Jehov�.

Versículo 27

v. 27. El codicioso de ganancias, cuya codicia lo lleva a buscar ganancias injustas, perturba su propia casa, porque sus acciones est�n destinadas a traer consecuencias desagradables a su propia familia; pero el que aborrece los regalos, estando por encima de la mezquindad del soborno, vivir� disfrutando de la vida y la prosperidad.

Versículo 28

v. 28. El coraz�n del justo estudia para responder, considerando y reflexionando cuidadosamente antes de dar una opini�n o sugerir un consejo; pero la boca de los imp�os derrama maldades, en un arroyo lleno y turbio, sin consultar la conciencia y la justicia .

Versículo 29

v. 29. El Se�or est� lejos de los imp�os, de modo que no pueden alcanzarlo con su forma hip�crita de adoraci�n; pero �l escucha la oraci�n de los justos, ellos tienen libre acceso al trono de la misericordia y �l satisface con alegr�a sus deseos.

Versículo 30

v. 30. La luz de los ojos alegra el coraz�n, cuando los ojos brillan con un brillo amistoso, la influencia que de ese modo se ejerce sobre el coraz�n del pr�jimo es tal que le imparte algo de alegr�a; y la buena noticia, la buena noticia, engorda los huesos, da refrigerio y vigor a todo el cuerpo.

Versículo 31

v. 31. El o�do que oye la reprensi�n de la vida, una censura o correcci�n que se�ala el camino a la vida, permanece entre los sabios, pertenece a su c�rculo a causa de la sabidur�a as� adquirida.

Versículo 32

v. 32. El que rechaza la instrucci�n, tratando de apartarse de la correcci�n, sin prestarle atenci�n, desprecia su propia alma, valor�ndola pero a la ligera, sin saber ni preocuparse de que el verdadero disfrute de la vida depende de su aceptaci�n de la reprensi�n; pero el que oye la reprensi�n adquiere entendimiento y , por lo tanto, muestra que considera su alma como es debido.

Versículo 33

v. 33. El temor del Se�or es la instrucci�n de la sabidur�a, ofrece el entrenamiento que conduce a la verdadera sabidur�a; y antes del honor est� la humildad, es decir, la verdadera humildad abrir� el camino al verdadero honor, porque Dios da gracia a los humildes.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Proverbs 15". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/proverbs-15.html. 1921-23.