El que, siendo reprendido a menudo, endurece su cuello, sacudiendo las reprensiones con terquedad deliberada, ser� repentinamente destruido, y que sin remedio, porque cuando la paciencia de Dios se agote, cerrar� la puerta al arrepentimiento y traer� la ruina al pueblo. delincuente.
Cuando los justos tienen autoridad, cuando aumentan en n�mero, cuando son mayor�a, la gente se regocija, porque tal condici�n sirve para promover el bienestar de una naci�n; pero cuando el imp�o gobierna, el pueblo llora, afligido por el da�o que est� destinado a golpear al pa�s bajo la administraci�n de los imp�os. cf Proverbios 28:12 .
El que ama la sabidur�a se regocija con su padre, quien, por supuesto, participar� de la recompensa que trae la aplicaci�n de la sabidur�a, 10: 1; pero el que guarda compa��a con rameras gasta sus bienes, trayendo as� deshonra sobre s� mismo y sobre todos sus parientes.
El rey por juicio, al mantener la causa de la rectitud y la justicia, establece la tierra, de modo que est� en buenas condiciones, de modo que la seguridad y la prosperidad est�n aseguradas a todos sus ciudadanos; pero el que recibe regalos, es influenciado en su administraci�n por los sobornos que se le ofrecen, la derroca, porque de tal manera el buen gobierno est� condenado a pervertirse.
Un hombre que adula a su vecino tiende una red para sus pies, porque toda su fina charla carece de sinceridad, y sirve simplemente como un velo de hipocres�a para evitar que su v�ctima se d� cuenta del peligro al que est� siendo conducido.
En la transgresi�n del malvado hay lazo, est� preso en su propia maldad; pero el justo canta y se regocija, no s�lo por un momento, sino constantemente, a causa de la buena fortuna que es la recompensa de la virtud.
El justo considera la causa de los pobres, consider�ndolos como titulares de ciertos derechos en la vida; pero el imp�o no hace caso de saberlo, se niega a escuchar la raz�n ya considerar el derecho del pobre, no tiene compasi�n ni justicia en su forma de ser.
Los hombres desde�osos llevan a una ciudad a una trampa, literalmente, "Hombres de burla prenden fuego a una ciudad", es decir, excitando las pasiones y el esp�ritu de fiesta de la gente en cada ocasi�n; pero los sabios apartan la ira, trabajan para dominar las pasiones y demostrar que siempre son pacificadores.
Si un sabio se pelea con un tonto, tratando de ganar un punto para su propia causa, ya sea que se enfurezca o se r�a, no hay descanso, es decir, el tonto se enfurecer� o pretender� encontrar el asunto extremadamente divertido. , por lo que es imposible discutir con �l de una manera cuerda.
Los sanguinarios odian a los rectos, porque la conducta de los justos es una constante reprensi�n para ellos; pero los justos buscan su alma, su objetivo es defender y preservar a los rectos.
Un necio expresa toda su mente, est� listo, en la menor ocasi�n, para dar rienda suelta a su enojo; pero el sabio lo guarda hasta despu�s, no permite que su enojo lo domine, sino que siempre se controla a s� mismo.
Si un gobernante escucha las mentiras, permitiendo que su juicio sea influido por halagos mentirosos y tergiversaciones exageradas, todos sus siervos son malvados, porque como su amo no hace caso de la verdad, son educados y entrenados en la mentira.
El pobre y el mentiroso, literalmente, "el usurero", el acreedor despiadado, se juntan, viven uno al lado del otro, por incongruente que parezca a menudo; el Se�or ilumina los ojos de ambos, ambos deben sus bendiciones a Su bondad. Cfr. Mateo 5:45 .
El rey que juzga fielmente a los pobres, con la debida atenci�n a su deber, de modo que rinda siempre un juicio verdadero, su trono ser� establecido para siempre. cf Proverbios 20:28 ; Proverbios 25:5 .
La vara y la reprensi�n, administradas adecuada y juiciosamente a un ni�o, dan sabidur�a, sientan las bases para el logro de la verdadera moralidad; pero un ni�o abandonado a s� mismo, sin la debida disciplina, abandonado a su propia voluntad, averg�enza a su madre, cuya necia indulgencia es a menudo culpable de la degeneraci�n de sus hijos.
Cuando los malvados se multiplican, cuando son la mayor�a en una comunidad o estado, la transgresi�n aumenta, porque no s�lo ellos mismos crecen en la insolencia, sino que tambi�n influyen en otros y los hacen transgredir; pero los justos ver�n su ca�da, ser�n testigos del castigo impuesto por el Se�or a los imp�os.
Corrija a su hijo, con la debida reprensi�n y castigo, y �l le dar� descanso, traer� un sentimiento de tranquila satisfacci�n al coraz�n de los padres; s�, dar� deleite a tu alma, para que el padre pueda disfrutarlo constantemente.
Donde no hay visi�n, la gente muere; si la revelaci�n es escasa, si la Palabra de Dios es preciosa, si los hombres no juzgan debidamente las circunstancias en relaci�n con sus efectos finales, la gente se vuelve salvaje, intransitable, crece m�s all� de la disciplina; pero el que guarda la ley, feliz es, seguro que vendr� bajo la bendici�n de Jehov�.
Un siervo no ser� corregido con palabras, ya que a menudo necesita una correcci�n m�s aguda; porque aunque comprenda, no responder�, no prestar� atenci�n a una declaraci�n o reprensi�n ordinaria.
�Ves un hombre apresurado en sus palabras? uno que habla antes de pensar. M�s esperanza hay del necio que de �l. cf Proverbios 26:12 ; Eclesiast�s 9:18 .
El que cr�e delicadamente a su sirviente de ni�o, haciendo que el esclavo se crea m�s de lo que su posici�n realmente le permite, har� que se convierta en su hijo al final, o, su fin ser� la contienda, por rebeli�n de parte. del esclavo seguir� naturalmente.
El hombre airado, que se rinde f�cilmente a su temperamento, suscita contiendas, Proverbios 15:18 , y el hombre furioso, que cede a las pasiones airadas, abunda en transgresi�n, que es la consecuencia inevitable de tal disposici�n.
El orgullo del hombre lo humillar�, porque la exaltaci�n propia viene antes de la ca�da; pero la honra sostendr� a los humildes de esp�ritu. Cfr. Mateo 23:12 ; Lucas 14:11 ; 1 Pedro 5:5 .
Quien es socio de un ladr�n odia su propia alma, el encubridor, al estar al mismo nivel que el criminal, debe esperar compartir su castigo; oye maldecir y no lo desconoce, oye la imprecaci�n u objeci�n del juez, Lev�tico 5:1 , advirti�ndole que diga la verdad, pero se niega a revelar el crimen, por lo que la pena desciende sobre �l.
El temor del hombre trae una trampa, muchas personas han cedido al pecado bajo la restricci�n de tal terror; pero el que ponga su confianza en el Se�or estar� seguro, tanto al vencer la tentaci�n como al escapar de los males que acompa�an a la transgresi�n.
Muchos buscan el favor del gobernante, literalmente, "su rostro", tratan de ganarse su buena voluntad con todas las formas de atenci�n; pero el juicio de todo hombre viene del Se�or, quien no se deja influir por adulaci�n o adulaci�n, sino que siempre juzga con justo juicio.
Un hombre injusto es una abominaci�n para el justo, a causa de su total falta de rectitud; y el recto de camino, en toda su conducta, es abominaci�n para los imp�os, porque la conducta de los justos es una acusaci�n constante de los imp�os, hecho que les resiente mucho. No puede haber uni�n entre piadosos e imp�os, entre creyentes e incr�dulos. Ser amigo del mundo equivale a ser enemigo de Dios.
Información bibliográfica Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Proverbs 29". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/proverbs-29.html. 1921-23.
Versículo 1
El que, siendo reprendido a menudo, endurece su cuello, sacudiendo las reprensiones con terquedad deliberada, ser� repentinamente destruido, y que sin remedio, porque cuando la paciencia de Dios se agote, cerrar� la puerta al arrepentimiento y traer� la ruina al pueblo. delincuente.
Versículos 1-14
Descripci�n de terquedad y desobediencia
Versículo 2
Cuando los justos tienen autoridad, cuando aumentan en n�mero, cuando son mayor�a, la gente se regocija, porque tal condici�n sirve para promover el bienestar de una naci�n; pero cuando el imp�o gobierna, el pueblo llora, afligido por el da�o que est� destinado a golpear al pa�s bajo la administraci�n de los imp�os. cf Proverbios 28:12 .
Versículo 3
El que ama la sabidur�a se regocija con su padre, quien, por supuesto, participar� de la recompensa que trae la aplicaci�n de la sabidur�a, 10: 1; pero el que guarda compa��a con rameras gasta sus bienes, trayendo as� deshonra sobre s� mismo y sobre todos sus parientes.
Versículo 4
El rey por juicio, al mantener la causa de la rectitud y la justicia, establece la tierra, de modo que est� en buenas condiciones, de modo que la seguridad y la prosperidad est�n aseguradas a todos sus ciudadanos; pero el que recibe regalos, es influenciado en su administraci�n por los sobornos que se le ofrecen, la derroca, porque de tal manera el buen gobierno est� condenado a pervertirse.
Versículo 5
Un hombre que adula a su vecino tiende una red para sus pies, porque toda su fina charla carece de sinceridad, y sirve simplemente como un velo de hipocres�a para evitar que su v�ctima se d� cuenta del peligro al que est� siendo conducido.
Versículo 6
En la transgresi�n del malvado hay lazo, est� preso en su propia maldad; pero el justo canta y se regocija, no s�lo por un momento, sino constantemente, a causa de la buena fortuna que es la recompensa de la virtud.
Versículo 7
El justo considera la causa de los pobres, consider�ndolos como titulares de ciertos derechos en la vida; pero el imp�o no hace caso de saberlo, se niega a escuchar la raz�n ya considerar el derecho del pobre, no tiene compasi�n ni justicia en su forma de ser.
Versículo 8
Los hombres desde�osos llevan a una ciudad a una trampa, literalmente, "Hombres de burla prenden fuego a una ciudad", es decir, excitando las pasiones y el esp�ritu de fiesta de la gente en cada ocasi�n; pero los sabios apartan la ira, trabajan para dominar las pasiones y demostrar que siempre son pacificadores.
Versículo 9
Si un sabio se pelea con un tonto, tratando de ganar un punto para su propia causa, ya sea que se enfurezca o se r�a, no hay descanso, es decir, el tonto se enfurecer� o pretender� encontrar el asunto extremadamente divertido. , por lo que es imposible discutir con �l de una manera cuerda.
Versículo 10
Los sanguinarios odian a los rectos, porque la conducta de los justos es una constante reprensi�n para ellos; pero los justos buscan su alma, su objetivo es defender y preservar a los rectos.
Versículo 11
Un necio expresa toda su mente, est� listo, en la menor ocasi�n, para dar rienda suelta a su enojo; pero el sabio lo guarda hasta despu�s, no permite que su enojo lo domine, sino que siempre se controla a s� mismo.
Versículo 12
Si un gobernante escucha las mentiras, permitiendo que su juicio sea influido por halagos mentirosos y tergiversaciones exageradas, todos sus siervos son malvados, porque como su amo no hace caso de la verdad, son educados y entrenados en la mentira.
Versículo 13
El pobre y el mentiroso, literalmente, "el usurero", el acreedor despiadado, se juntan, viven uno al lado del otro, por incongruente que parezca a menudo; el Se�or ilumina los ojos de ambos, ambos deben sus bendiciones a Su bondad. Cfr. Mateo 5:45 .
Versículo 14
El rey que juzga fielmente a los pobres, con la debida atenci�n a su deber, de modo que rinda siempre un juicio verdadero, su trono ser� establecido para siempre. cf Proverbios 20:28 ; Proverbios 25:5 .
Versículo 15
La vara y la reprensi�n, administradas adecuada y juiciosamente a un ni�o, dan sabidur�a, sientan las bases para el logro de la verdadera moralidad; pero un ni�o abandonado a s� mismo, sin la debida disciplina, abandonado a su propia voluntad, averg�enza a su madre, cuya necia indulgencia es a menudo culpable de la degeneraci�n de sus hijos.
Versículos 15-27
Se muestra la fuente del mal
Versículo 16
Cuando los malvados se multiplican, cuando son la mayor�a en una comunidad o estado, la transgresi�n aumenta, porque no s�lo ellos mismos crecen en la insolencia, sino que tambi�n influyen en otros y los hacen transgredir; pero los justos ver�n su ca�da, ser�n testigos del castigo impuesto por el Se�or a los imp�os.
Versículo 17
Corrija a su hijo, con la debida reprensi�n y castigo, y �l le dar� descanso, traer� un sentimiento de tranquila satisfacci�n al coraz�n de los padres; s�, dar� deleite a tu alma, para que el padre pueda disfrutarlo constantemente.
Versículo 18
Donde no hay visi�n, la gente muere; si la revelaci�n es escasa, si la Palabra de Dios es preciosa, si los hombres no juzgan debidamente las circunstancias en relaci�n con sus efectos finales, la gente se vuelve salvaje, intransitable, crece m�s all� de la disciplina; pero el que guarda la ley, feliz es, seguro que vendr� bajo la bendici�n de Jehov�.
Versículo 19
Un siervo no ser� corregido con palabras, ya que a menudo necesita una correcci�n m�s aguda; porque aunque comprenda, no responder�, no prestar� atenci�n a una declaraci�n o reprensi�n ordinaria.
Versículo 20
�Ves un hombre apresurado en sus palabras? uno que habla antes de pensar. M�s esperanza hay del necio que de �l. cf Proverbios 26:12 ; Eclesiast�s 9:18 .
Versículo 21
El que cr�e delicadamente a su sirviente de ni�o, haciendo que el esclavo se crea m�s de lo que su posici�n realmente le permite, har� que se convierta en su hijo al final, o, su fin ser� la contienda, por rebeli�n de parte. del esclavo seguir� naturalmente.
Versículo 22
El hombre airado, que se rinde f�cilmente a su temperamento, suscita contiendas, Proverbios 15:18 , y el hombre furioso, que cede a las pasiones airadas, abunda en transgresi�n, que es la consecuencia inevitable de tal disposici�n.
Versículo 23
El orgullo del hombre lo humillar�, porque la exaltaci�n propia viene antes de la ca�da; pero la honra sostendr� a los humildes de esp�ritu. Cfr. Mateo 23:12 ; Lucas 14:11 ; 1 Pedro 5:5 .
Versículo 24
Quien es socio de un ladr�n odia su propia alma, el encubridor, al estar al mismo nivel que el criminal, debe esperar compartir su castigo; oye maldecir y no lo desconoce, oye la imprecaci�n u objeci�n del juez, Lev�tico 5:1 , advirti�ndole que diga la verdad, pero se niega a revelar el crimen, por lo que la pena desciende sobre �l.
Versículo 25
El temor del hombre trae una trampa, muchas personas han cedido al pecado bajo la restricci�n de tal terror; pero el que ponga su confianza en el Se�or estar� seguro, tanto al vencer la tentaci�n como al escapar de los males que acompa�an a la transgresi�n.
Versículo 26
Muchos buscan el favor del gobernante, literalmente, "su rostro", tratan de ganarse su buena voluntad con todas las formas de atenci�n; pero el juicio de todo hombre viene del Se�or, quien no se deja influir por adulaci�n o adulaci�n, sino que siempre juzga con justo juicio.
Versículo 27
Un hombre injusto es una abominaci�n para el justo, a causa de su total falta de rectitud; y el recto de camino, en toda su conducta, es abominaci�n para los imp�os, porque la conducta de los justos es una acusaci�n constante de los imp�os, hecho que les resiente mucho. No puede haber uni�n entre piadosos e imp�os, entre creyentes e incr�dulos. Ser amigo del mundo equivale a ser enemigo de Dios.