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Salmos 72

Comentario Popular de la Biblia de KretzmannComentario de Kretzmann

Versículo 1

Oh Dios, da tus juicios al Rey, y tu justicia al Hijo del Rey. El Mes�as es Rey e Hijo de Rey. A �l Dios le da, lo equipa con su justicia, con sus juicios. Cada decisi�n de este Rey, todo lo que �l dice y hace, es correcto y aceptable ante Dios.

Versículos 1-20

El majestuoso reinado del Mes�as.

Salmo para Salom�n, compuesto por Salom�n; porque �l, bajo cuyo sabio reinado Israel alcanz� la cumbre de su gloria y poder y se llen� de las bendiciones del Se�or, cant� este himno en honor del gran Rey y Su gloria eterna y de las bendiciones espirituales de Su dominio.

Versículo 2

Juzgar� a tu pueblo con justicia, es decir, a la congregaci�n de Jehov�, ya tus pobres, a los verdaderamente pobres de esp�ritu, con juicio. Debido a que el Mes�as est� revestido de la justicia de Dios como si fuera suya, tambi�n puede dispensar justicia a los ciudadanos de su reino, para impartirla a los que creen en �l. Es su sentencia judicial por medio de la cual declara a su pueblo justo, lo justifica con la justicia que es perfecta, que es agradable a los ojos de Dios.

Este es el derecho que tiene el pueblo de Dios ante �l: su Rey los declara justificados. Los mismos que son pobres y despreciados ante el mundo, pobres y humildes tambi�n a los ojos de Dios, son sin embargo honrados por �l; son participantes de su justicia. Tan grande y maravilloso es este regalo que el salmista declara:

Versículo 3

Los montes traer�n paz a la gente, y los collados, por la justicia, las bendiciones de la misericordia de Dios fluyen sobre los creyentes, por as� decirlo, en arroyos. La justicia es un regalo que desciende de lo alto, trae consigo la paz del Padre celestial y da como resultado una tranquila satisfacci�n mental, el creyente conf�a en la posesi�n de la justicia imputada.

Versículo 4

Juzgar� a los pobres del pueblo, a los que sienten su necesidad espiritual; �l salvar� a los hijos de los necesitados, a los que dependen �nicamente de �l, aferr�ndose a �l con verdadera fe, aceptando la justicia que les ha sido imputada, y quebrantar� al opresor, aplastando a todos aquellos cuya enemistad oprime a sus hijos.

Versículo 5

Te temer�n mientras duren el sol y la luna, a lo largo de todas las generaciones, es decir, la relaci�n de los creyentes con su Rey es de santo temor y reverencia, por la cual le dan el honor que le es debido, honor divino. y gloria. Esto se hace antes del sol, mientras el sol siga su curso, y antes de la luna, mientras est� en el cielo, es decir, hasta el fin de los tiempos.

Versículo 6

�l descender� como lluvia sobre la hierba cortada, como aguaceros que riegan la tierra, literalmente, "como gotas de roc�o, aguaceros de lluvia sobre la tierra", el punto de semejanza est� en la suave y restauradora frescura de una profusa ca�da de roc�o, de lluvias copiosas. Aunque el Rey ha sido exaltado a la diestra de la gloria, exaltado sobre todas las criaturas y reinando sobre su congregaci�n, sin embargo, su advenimiento puede celebrarse continuamente, porque est� siempre presente en medio de su iglesia en sus medios de gracia, con justicia. , paz y gozo en el Esp�ritu Santo, que se derraman sobre nosotros en abundancia.

Versículo 7

En Sus d�as, como resultado de estas ricas bendiciones espirituales, los justos florecer�n, floreciendo y prosperando ante �l en una vida de santificaci�n que fluye de la fe y abundancia de paz mientras dure la luna, literalmente, "hasta que ya no luna ", a lo largo de la presente dispensaci�n de gracia. Debido a que ahora, en el tiempo aceptable, vivimos ante �l en la vida de fe y disfrutamos del poder de Su gracia en su efecto sobre nuestros corazones y vidas, por lo tanto, hay paz entre nosotros y Dios.

E incluso despu�s de que la luna haya dejado de brillar, despu�s de que la tierra y todo lo que contiene haya sido destruido, s�, m�s que nunca, los creyentes tendr�n plenitud de paz; en el mundo venidero poseeremos y disfrutaremos con eterna bienaventuranza la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.

Versículo 8

�l tendr� dominio tambi�n de mar a mar, su poder real se extender� sobre toda la tierra, y desde el r�o hasta los confines de la tierra, su dominio se ensancha, su poder se extiende hasta los confines del universo, Efesios 1:20 .

Versículo 9

Los que habitan en el desierto, los b�rbaros, los enemigos de Cristo y Su Iglesia, se postrar�n ante �l, someti�ndose a Su omnipotencia, ya que rehusaron ceder a Su gracia, Filipenses 2:10 ; Mateo 26:64 ; y sus enemigos lamer�n el polvo, ser�n sometidos completamente a �l, obligados a reconocerlo como su vencedor y soberano, ya que se negaron a aceptarlo como su redentor.

Versículo 10

Los reyes de Tarsis, Tartessus en Espa�a, un importante centro comercial, con muchos pr�ncipes de las finanzas, y de las islas, de las costas de Europa, nombradas como puntos lejanos, traer�n presentes, los poderosos de los mismos fines de el nombre de la tierra como homenaje al Se�or; los reyes de Sab� y Seba, es decir, de Arabia F�lix y de Meroe en Egipto, ofrecer�n obsequios, gente de pa�ses paganos trayendo tributo a Su honor y reconociendo Su soberan�a.

Versículo 11

S�, todos los reyes se postrar�n ante �l; todas las naciones le servir�n. El Rey, en virtud de haber pagado el rescate de su sangre por la redenci�n del mundo entero, tiene derecho a esperar la lealtad de todos los hombres. Deben reconocerlo como su Salvador y Se�or. El salmista menciona solo aquellos pa�ses en los que la Iglesia cristiana floreci� durante siglos. Muchos paganos de todo este territorio a lo largo de las costas del Mediterr�neo, incluidos tambi�n pr�ncipes y valientes, reconocieron a Cristo como su Se�or.

Pero estos paganos, al mismo tiempo, representan a todo el mundo pagano; porque el Se�or tiene sus hijos en todas las naciones, siendo los creyentes los verdaderos representantes de las naciones a los ojos de Dios. El poeta ahora da la raz�n por la que tantos paganos se volver�an a Dios, a Jehov�-Mes�as:

Versículo 12

Porque �l librar� al menesteroso cuando clame; tambi�n al pobre y al que no tiene ayuda. Tiene compasi�n de la pobreza espiritual y la miseria, de nuestra debilidad y desamparo; �l salva a los necesitados por su gracia. Cuando nuestros corazones han sido aplastados por los golpes de la Ley, cuando nuestras almas se inclinan hasta el suelo por la comprensi�n de nuestra pecaminosidad, entonces �l nos consuela con la belleza de Su Evangelio.

Versículo 13

�l perdonar�, tendr� piedad de los pobres y necesitados y salvar� las almas de los necesitados, libr�ndolos de la condenaci�n que los amenaza.

Versículo 14

�l redimir� su alma del enga�o y la violencia, la palabra que se usa aqu� es el t�rmino permanente del Antiguo Testamento para la redenci�n y liberaci�n de todo tipo; y preciosa ser� su sangre a sus ojos, valorando sus vidas tan alto que �l paga el alto precio de su propia sangre por su redenci�n. Adem�s, es cierto en general que Dios no abandonar� a sus hijos, incluso si la enemistad del mundo llega al punto en que la sangre de los creyentes se derrama a causa de su testimonio de la verdad.

En la vida y en la muerte, Cristo es su Redentor, y finalmente vengar� la sangre de sus hijos. Dado que se cumplen estas condiciones, el reino de Cristo seguramente se extender� y se extender� sobre muchas naciones.

Versículo 15

Y vivir�, el Poseedor y el Dador de la vida, y se le dar� el oro de Sab�, de las riquezas de Arabia F�lix, que se tomar� para representar los dones de los hombres mientras se agolpan para rendir homenaje al Mes�as. . Tambi�n se rezar� por �l continuamente, en un servicio de adoraci�n ante �l, que continuar� por toda la eternidad; y diariamente ser� alabado, el justo bendiciendo su nombre por los ricos dones de su gracia. Y ahora, con una mirada a Cana�n en la gloria de sus productos terrenales, Salom�n habla del reino de Cristo en t�rminos de esta rica abundancia.

Versículo 16

Habr� un pu�ado de trigo en la tierra sobre la cima de las monta�as, es decir, la descendencia espiritual del Mes�as ser� tan abundante como el grano de las tierras bajas, que cubri� hasta las colinas hasta sus cimas; su fruto temblar� como el L�bano, como los cedros orgullosos y poderosos del L�bano; y los de la ciudad florecer�n como hierba de la tierra, literalmente, "y prosperar�n desde fuera de la ciudad como la hierba de la tierra", brotando y dando flores y frutos en abundancia rica y deliciosa, porque tales son las condiciones que obtienen en el Reino de Gracia de Cristo.

Versículo 17

Su nombre perdurar� para siempre, existir�, se mantendr� por toda la eternidad; Su nombre continuar� mientras el sol, o "antes de que el sol florezca, se propague, Su nombre". Dondequiera que se establezca la Iglesia, crecer� de generaci�n en generaci�n a trav�s del poder de Su Palabra. Es por eso que el nombre del Mes�as perdurar� por toda la eternidad, la Iglesia militante fundi�ndose en la Iglesia triunfante; mientras el sol contin�e en su curso, su nombre ser� proclamado y dar� fruto en abundancia.

Y los hombres ser�n bendecidos en �l, bendici�ndose a s� mismos en �l, llam�ndose felices, afortunados, m�s all� de toda descripci�n en la posesi�n de Su gracia; todas las naciones lo llamar�n bienaventurado, alabando al Se�or Jehov� por todas sus maravillas para la salvaci�n del mundo. En vista de estos hechos indeciblemente gloriosos que se han expuesto brevemente en su himno, el poeta inspirado cierra con una doxolog�a:

Versículo 18

Bendito sea el Se�or Dios, el Dios de Israel, el �nico que hace maravillas, y toda la gloria y el honor le son dados �nicamente a �l;

Versículo 19

y bendito sea Su glorioso nombre, �l mismo con todos Sus atributos divinos, como �l se ha revelado a los hombres en Su Palabra, para siempre; y que toda la tierra se llene de su gloria. Am�n y am�n. As� como la Palabra de Dios tuvo su curso aqu� en el tiempo, siendo proclamada en todas partes de la tierra, los cielos resonar�n con las alabanzas de Su gloria por toda la eternidad. Esto es ciertamente la verdad. El salmo se cierra con una nota de los hombres que recopilaron este segundo libro del salterio.

Versículo 20

Las oraciones de David, el hijo de Isa�, se terminan, este comentario aparentemente se adjunta a una colecci�n original de los himnos de David.

Información bibliográfica
Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Psalms 72". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/psalms-72.html. 1921-23.