Dios est� en la congregaci�n de los poderosos, en la congregaci�n de Dios, firme e inamovible en medio de Su Iglesia, contra la cual, por tanto, las puertas del infierno no pueden prevalecer; Juzga entre los dioses, entre los jueces, los gobernantes de la tierra; porque todo gobierno recibe su autoridad de Dios y es responsable ante �l, quien llamar� a todos los poderosos de la tierra a rendir cuentas por su manera de gobernar.
�Hasta cu�ndo juzgar�is injustamente, incurriendo en iniquidad, realizando ostensiblemente la justicia, y aceptando a las personas de los imp�os, favoreciendo sus rostros, es decir, pervertiendo el derecho y la justicia a su favor? Selah. Tal perversi�n de la justicia era com�n en los tribunales orientales, donde los cortesanos halagadores eran admitidos en presencia del soberano y lograban sus fines, mientras que otros ten�an que contentarse con permanecer fuera y que su caso se decidiera en su contra en su ausencia.
Defiende a los pobres y hu�rfanos, a los hu�rfanos y a los que no tienen influencia pol�tica; hagan justicia al afligido y al necesitado, asegur�ndose de que reciban el derecho que les corresponde.
Libra al pobre y al necesitado de las muchas formas de opresi�n que practican los poderosos; l�branos de la mano de los imp�os. Los gobernantes tienen la obligaci�n de velar por que la justicia se administre correctamente en todo momento y con respecto a todas las estaciones de la humanidad.
No saben, ni entender�n, es decir, los gobernantes, en muchos casos, ignoran la voz de su conciencia, voluntariamente dejan a un lado la obligaci�n que descansa sobre ellos; caminan en la oscuridad , cegando deliberadamente sus ojos y endureciendo sus corazones a las exigencias de su posici�n; todos los cimientos de la tierra est�n fuera de curso, todo el orden de las cosas en el mundo est� trastornado, su negligencia provoca la anarqu�a y el derrocamiento de la ley y el orden.
He dicho: Vosotros sois dioses, �l mismo los ha revestido con su dignidad oficial, nunca deben olvidar que son Sus representantes; y todos ustedes son hijos del Alt�simo, ellos no ejercen su cargo por un derecho absoluto, sino que, como Sus hijos, son responsables ante �l por el pleno desempe�o de sus deberes.
Pero, a pesar de la prerrogativa que ostentan en virtud de la gracia de Dios, morir�is como hombres, es decir, como gente corriente, que no ocup� posiciones distintivas durante su vida, y caer�is como uno de los pr�ncipes, su el destino ser�a el de los muchos otros gobernantes a quienes el poder de Dios hab�a depuesto de su alto estado y depositado en la tumba.
Lev�ntate, oh Dios, juzga la tierra, �l mismo ejerciendo las funciones del gran Juez, ya que los hombres estaban desempe�ando tan mal este oficio; porque heredar�s todas las naciones, est� en su poder apoderarse de las naciones en cualquier momento, para encargarse personalmente de la tarea de juzgar con rectitud. Esa es la oraci�n constante de los creyentes, que Dios impida toda injusticia sobre la tierra, para que sus hijos puedan llevar una vida tranquila y pac�fica con toda piedad y honestidad,
Información bibliográfica Kretzmann, Paul E. Ph. D., D. D. "Comentario sobre Psalms 82". "Comentario Popular de Kretzmann". https://beta.studylight.org/commentaries/spa/kpc/psalms-82.html. 1921-23.
Versículo 1
Dios est� en la congregaci�n de los poderosos, en la congregaci�n de Dios, firme e inamovible en medio de Su Iglesia, contra la cual, por tanto, las puertas del infierno no pueden prevalecer; Juzga entre los dioses, entre los jueces, los gobernantes de la tierra; porque todo gobierno recibe su autoridad de Dios y es responsable ante �l, quien llamar� a todos los poderosos de la tierra a rendir cuentas por su manera de gobernar.
Versículos 1-8
Dios como juez de gobiernos.
Salmo de Asaf, para exponer la majestad del gran Juez de la tierra.
Versículo 2
�Hasta cu�ndo juzgar�is injustamente, incurriendo en iniquidad, realizando ostensiblemente la justicia, y aceptando a las personas de los imp�os, favoreciendo sus rostros, es decir, pervertiendo el derecho y la justicia a su favor? Selah. Tal perversi�n de la justicia era com�n en los tribunales orientales, donde los cortesanos halagadores eran admitidos en presencia del soberano y lograban sus fines, mientras que otros ten�an que contentarse con permanecer fuera y que su caso se decidiera en su contra en su ausencia.
Versículo 3
Defiende a los pobres y hu�rfanos, a los hu�rfanos y a los que no tienen influencia pol�tica; hagan justicia al afligido y al necesitado, asegur�ndose de que reciban el derecho que les corresponde.
Versículo 4
Libra al pobre y al necesitado de las muchas formas de opresi�n que practican los poderosos; l�branos de la mano de los imp�os. Los gobernantes tienen la obligaci�n de velar por que la justicia se administre correctamente en todo momento y con respecto a todas las estaciones de la humanidad.
Versículo 5
No saben, ni entender�n, es decir, los gobernantes, en muchos casos, ignoran la voz de su conciencia, voluntariamente dejan a un lado la obligaci�n que descansa sobre ellos; caminan en la oscuridad , cegando deliberadamente sus ojos y endureciendo sus corazones a las exigencias de su posici�n; todos los cimientos de la tierra est�n fuera de curso, todo el orden de las cosas en el mundo est� trastornado, su negligencia provoca la anarqu�a y el derrocamiento de la ley y el orden.
Versículo 6
He dicho: Vosotros sois dioses, �l mismo los ha revestido con su dignidad oficial, nunca deben olvidar que son Sus representantes; y todos ustedes son hijos del Alt�simo, ellos no ejercen su cargo por un derecho absoluto, sino que, como Sus hijos, son responsables ante �l por el pleno desempe�o de sus deberes.
Versículo 7
Pero, a pesar de la prerrogativa que ostentan en virtud de la gracia de Dios, morir�is como hombres, es decir, como gente corriente, que no ocup� posiciones distintivas durante su vida, y caer�is como uno de los pr�ncipes, su el destino ser�a el de los muchos otros gobernantes a quienes el poder de Dios hab�a depuesto de su alto estado y depositado en la tumba.
Versículo 8
Lev�ntate, oh Dios, juzga la tierra, �l mismo ejerciendo las funciones del gran Juez, ya que los hombres estaban desempe�ando tan mal este oficio; porque heredar�s todas las naciones, est� en su poder apoderarse de las naciones en cualquier momento, para encargarse personalmente de la tarea de juzgar con rectitud. Esa es la oraci�n constante de los creyentes, que Dios impida toda injusticia sobre la tierra, para que sus hijos puedan llevar una vida tranquila y pac�fica con toda piedad y honestidad,