Bible Commentaries
1 Samuel 23

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

Versículos 1-29

David permanece devoto de su pueblo Israel. Le molesta saber que los filisteos estaban peleando contra Keila y robando grano de la era. Sa�l no muestra ninguna preocupaci�n por el bienestar de estos israelitas perseguidos, pero David pregunta al Se�or si deber�a atacar a los filisteos y salvar a Keila. La respuesta del Se�or es definitiva y clara: hablaban de tener miedo incluso donde estaban escondidos: �cu�nto m�s si entraran en guerra abierta contra los filisteos? Sa�l ciertamente sabr�a entonces de su paradero.

Luego, David vuelve a consultar a Dios por segunda vez (v. 4). Evidentemente, lo que deseaba era simplemente una confirmaci�n para convencer a sus hombres. La respuesta del Se�or es positiva: entregar�a a los filisteos en manos de David. Por tanto, David y sus hombres obedecen a esta palabra, atacando a los filisteos en Keila, obteniendo una victoria completa, obteniendo el bot�n de su ganado y salvando a los habitantes de la ciudad de sus opresores.

El vers�culo 6 interviene aqu� para decirnos que Abiatar hab�a tra�do un efod cuando hab�a venido a David. En este efod (o t�nica) estaba colocado el urim y el tumim, el pectoral con sus doce piedras preciosas. Esto tuvo un significado especial al preguntarle a Dios porque en esto estaban representadas TODAS las tribus de Israel. Si alguien quer�a que Dios mostrara favoritismo, el efod era una reprimenda a esto, porque Dios har�a solo lo correcto por el bien de TODAS las tribus, y no se pondr�a del lado de unos contra otros. Tambi�n nosotros hoy debemos recordar no pedir nunca a Dios algo que sea incompatible con la unidad de todo el cuerpo de Cristo, la Iglesia. Este ser�a un sectarismo que Dios nunca podr� aprobar.

Sa�l recibi� el informe de que David estaba en Keila, y Sa�l piensa que Dios lo estaba favoreciendo al poner a David en esa posici�n cr�tica en la que Sa�l podr�a aprehenderlo y matarlo (v.7). Esta charla simplista sobre Dios muestra cu�n cauterizada estaba su conciencia. No ir�a a Keila para salvar a la gente de all� de los filisteos, sino que llevar�a a su ej�rcito all� para pelear contra David, �quien hab�a estado dispuesto a pelear por Keila!

Sin embargo, David hab�a aprendido bien a estar en guardia. Llam� a Abiatar para que trajera el efod para consultar a Dios. Su oraci�n al Se�or nos dice que Sa�l estaba dispuesto a ir tan lejos como para destruir a Keila para matar a David. David entendi� esto, pero quer�a la confirmaci�n de Dios sobre lo que podr�a suceder. Su primera pregunta es, �vendr�a Sa�l? Dios responde: S�, vendr�a (v.11). Por supuesto, se entiende que su venida ser�a solo porque David estaba all�.

Entonces pregunta: �los hombres de Keila entregar�an a David y sus hombres a Sa�l? El Se�or respondi�: S�, lo har�an (v.12). Por supuesto, vemos en esto que su actitud hacia David no era tan fuerte como su miedo a Sa�l. Sin embargo, podemos entender sus pensamientos muy naturales: era esto o su ciudad ser�a destruida. �Terrible alternativa!

David se dio cuenta de que, por lo tanto, su �nico camino era abandonar el �rea habitada y encontrar una vivienda para �l y sus 600 hombres en otro lugar. No estar�an a salvo en ninguna ciudad: deben aceptar la condici�n de fugitivos. Cuando Sa�l se enter� de que se hab�an ido de Keila, no fue all� (v.13), sino que trat� todos los d�as de encontrar d�nde estaba David (v.14). David y sus hombres encontraron fortalezas en la zona monta�osa del desierto de Zif. No era poca cosa que 600 hombres permanecieran ocultos: tendr�an que estar incesantemente en guardia.

Sin embargo, Jonat�n sab�a d�nde estaba David, posiblemente a trav�s de un mensajero que le envi� David. Fue, evidentemente solo, y encontr� a David en el bosque, donde "fortaleci� su mano en Dios" (v.10). Sin duda, David estar�a agradecido por este aliento sincero. Jonat�n le asegura con confianza que Sa�l no lo encontrar�. No ten�a ninguna duda de que el hecho de que Dios hubiera ungido a David era una promesa absoluta de que David a�n ser�a rey.

Sin embargo, a�adi�: "Yo estar� junto a ti". Este fue un triste error, porque aunque Jonat�n estaba dedicado a David, no tom� el camino del sufrimiento con �l y luego muri� con Sa�l. �l tambi�n dijo, "que mi padre lo sabe", indicando que Sa�l sab�a que David era el rey elegido por Dios, aunque estaba decidido a evitarlo si pod�a.

Cuando Jonat�n vino a animar a David en el bosque, se nos dice que hicieron un pacto ante el Se�or. Esto probablemente fue una confirmaci�n de un pacto anterior del que habla David en el cap�tulo 20: 8. Sin embargo, David permaneci� fugitivo, pero Jonat�n fue a su casa y no hay ning�n registro de que hayan tenido el gozo de volver a verse.

Los de Zif no eran hombres honorables y estaban dispuestos a traicionar a David para estar a favor de Sa�l. Le informaron a Sa�l que David se escond�a en fortalezas en su �rea (vs.19-20). Sin embargo, David no se limit� a un solo lugar, sino que pensaron que si Sa�l ven�a a buscarlo, podr�an se�alar su ubicaci�n para Sa�l. La respuesta de Sa�l a ellos es despreciable. Les dice que son bendecidos por el Se�or porque estaban mostrando compasi�n a Sa�l (v.

21). Estaba decidido a mostrarle lo contrario de la compasi�n a David al asesinarlo. David no era ninguna amenaza para �l, pero Sa�l los consider� compasivos porque estaban dispuestos a implicarse en el asesinato de David.

Sin embargo, Sa�l quer�a tener m�s certeza de encontrar a David, y los inst� a obtener toda la informaci�n que pudieran sobre todos los lugares donde probablemente se esconder�a David (vs.22-23). Al hablarles, utiliza palabras que eran s�lo producto de su imaginaci�n: "Se me ha dicho que trata con mucha sutileza". El mismo Sa�l hab�a tratado de esta manera con David, pero el trato de David con Sa�l hab�a sido franco y abierto hasta que tuvo que huir para salvar su vida.

Sin embargo, Sa�l aprovech� la informaci�n que hab�a recibido para llevar a sus hombres con �l a Zif. Cuando David escuch� esto, cambi� su ubicaci�n a una zona rocosa de Maon. Sa�l obtiene informaci�n de este movimiento y persigue a David de cerca, evidentemente solo una peque�a monta�a los separa. Parec�a inminente que Sa�l y sus hombres rodear�an a David y su peque�a compa��a.

Pero Dios intervino. Un mensajero se acerc� a Sa�l para decirle que los filisteos hab�an invadido la tierra (v. 27). Este fue un estremecedor recordatorio para Saulo de que deb�a reconocer qui�nes eran sus verdaderos enemigos. Tuvo que irse para defender su propia tierra. Toda esta historia tuvo lecciones pertinentes para David. Hab�a estado al borde del descubrimiento y la muerte. Pero Dios hab�a decretado que ser�a rey. No hab�a posibilidad de que Sa�l lo matara.

�No lo puso el Se�or directamente frente al peligro para mostrarle que el Se�or es m�s grande que todas las circunstancias y, por lo tanto, que David no ten�a ninguna raz�n para temer, sino todas las razones para una confianza inquebrantable en Dios? �No deber�amos hoy - cada creyente - tener una fe tan viva y pr�ctica en el Dios vivo?

El lugar se llamaba Sela-hammalekoth, que significa "la roca de las divisiones". Las divisiones en Israel no son agradables de contemplar, no m�s de lo que lo son en la Iglesia de Dios, pero cuando la divisi�n fue impuesta a David, Dios a�n pudo sostenerlo para mantener una actitud correcta hacia todo Israel, tal como lo puede hacer con los creyentes que por necesidad est�n separados de otros a quienes aman. David luego encuentra otro lugar para vivir en En-gedi ("fuente del ni�o"), un lugar de refrigerio, a pesar de que era un ni�o indefenso y sensible rodeado de bestias de presa.

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Samuel 23". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/1-samuel-23.html. 1897-1910.