Bible Commentaries
1 Samuel 25

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

Versículos 1-44

La victoria moral de David sobre Sa�l y sobre sus propios instintos naturales ha sido de lo m�s admirable. Sin embargo, en este cap�tulo lo vemos mostrando la actitud opuesta. Parece dif�cilmente posible que este pueda ser el mismo hombre. Primero se nos habla de la muerte de Samuel, que implica un cambio significativo en Israel. David ya no ten�a la influencia firme de este hombre de Dios sobre �l. Todo Israel lament� su muerte, porque ya no disfrutaban de su influencia piadosa. Pero los cambios son inevitables, cada conjunto sucesivo de circunstancias nos pone a prueba de una manera diferente. Los muchos cambios de la vida de David ilustran esto de manera sorprendente para nuestro aprendizaje.

En el vers�culo 2 se nos presenta a Nabal, un hombre de gran riqueza. Su nombre no era exactamente elogioso, ya que significa "necio". Uno se pregunta qu� clase de padres le dar�an ese nombre. Teniendo tres mil ovejas y mil cabras, hab�a llegado el momento de esquilar las ovejas. Este ser�a un gran proyecto con grandes retornos monetarios.

El contraste entre Nabal y su esposa se nos cuenta en el vers�culo 3. Su nombre Abigail significa "padre de gozo", y su hermoso rostro tambi�n reflejaba un hermoso car�cter. Nabal, sin embargo, era un hombre severo cuyas acciones eran malvadas, un hedonista egoc�ntrico, a pesar del hecho de que hab�a descendido de Caleb, un hombre de piedad y devoci�n inusuales.

Cuando David se enter� del proyecto de esquila de ovejas de Nabal, consider� oportuno enviarle diez j�venes para pedirle algunas provisiones de alimento (v.5). Por supuesto, Nabal no ten�a ninguna obligaci�n legal para con David, aunque no hab�a duda de que deber�a haberse sentido bajo una obligaci�n moral. A los j�venes se les instruy� para que mostraran el mayor respeto a Nabal, salud�ndolo con paz para con �l, su casa y todo lo que ten�a.

Debe recordarse a Nabal que, aunque David y sus hombres estaban en la misma zona que los pastores de Nabal, hab�an sido una protecci�n para ellos en lugar de robarles, como har�an muchos ej�rcitos. Ninguno result� herido, ni faltaba ninguna oveja. Sugieren que Nabal pregunte a sus pastores sobre esto, para confirmarlo. En vista de esto, le piden a Nabal que les d� cualquier provisi�n que pueda tener disponible (v. 8). El mensaje era sencillo y respetuoso, y cualquier hombre de mente recta habr�a sido considerado con ellos.

Sin embargo, Nabal solo se enoja contra ellos (v.10). �l responde de la manera m�s insultante: "�Qui�n es David y qui�n es el hijo de Isa�?" Luego habla de �l como un siervo que se ha separado de su amo. Esto no era cierto, por supuesto, pero no estaba interesado en indagar sobre la verdad.

Aunque Nabal pregunt� qui�n era David, no le preocup� averiguarlo, porque era intensamente egoc�ntrico. "�Tomar� entonces MI pan, MI agua y MI carne que he sacrificado para MIS esquiladores, y se los dar� a hombres cuyo origen no conozco?"

Los j�venes regresan a David para informarle de la forma en que Nabal respondi� a su pedido (v. 12). David sin pensar en consultar al Se�or, inmediatamente decide tomar represalias contra el trato insultante de Nabal, llev�ndose consigo cuatrocientos hombres armados. Nabal, como Sa�l, no hab�a decidido matar a David, pero David est� dispuesto a matar a Nabal, aunque no matar�a a Sa�l cuando tuviera la oportunidad.

Cuando la gente nos trata de una manera altiva y despectiva, con demasiada facilidad cedemos a nuestros propios sentimientos de indignaci�n y estamos dispuestos a vengarnos. Sin embargo, cuando tomamos estos asuntos en nuestras propias manos, pr�cticamente siempre estamos expuestos a la reacci�n injusta de hacer PEOR al ofensor que a nosotros.

Pero la mano de Dios intervino en gracia. Influy� en uno de los sirvientes j�venes de Nabal para que le dijera a Abigail c�mo hab�a tratado Nabal a los sirvientes de David, no solo absteni�ndose de oprimirlos o tomarles, sino actuando como un muro de defensa para ellos de noche y de d�a (v.16). Sab�a que se esperar�a que David hiciera algo para vengar las palabras insultantes de Nabal, y discerni� que tanto Nabal como toda su casa estaban en peligro inminente. Evidentemente, algunos de los sirvientes hab�an tratado de razonar con Nabal, pero descubrieron que era un hijo de Belial (inutilidad) que no pod�an hablar con �l.

Abigail era una mujer de acci�n. Ten�a grandes provisiones hechas de pan, vino, ovejas preparadas, ma�z, pasas e higos (v.18). No le dijo nada a Nabal, pero tom� suficientes sirvientes para cuidar a los burros que llevaban la comida. No tuvo que ir muy lejos para encontrarse con David, quien con sus hombres se dirig�a a atacar a Nabal (v.20). No se hab�a dado tiempo para calmarse antes de actuar.

En el vers�culo 21 se nos dice que �l hab�a dicho que era in�til para �l haber mostrado bondad a los hombres y posesiones de Nabal en el desierto, porque Nabal solo le hab�a devuelto mal por bien. Olvidaba que �l mismo hab�a devuelto bien por mal a Sa�l. Y ahora ten�a otra oportunidad de hacerle lo mismo a Nabal. Luego us� el nombre de Dios para invocar la venganza contra los enemigos de David, declarando que no dejar�a con vida a ning�n var�n de toda la casa de Nabal. Deber�amos pensar que al menos s�lo har�a sufrir a Nabal por sus insultantes palabras; pero su temperamento no le permit�a ser discriminatorio.

�Cu�n maravillosamente contrasta Abigail tanto con Nabal como con David en esta ocasi�n! Cay� de bruces ante David, postr�ndose en tierra (v.23); pero la humildad de sus palabras va m�s all� que la de su actitud humilde (v.24). Porque ella le dice a David que asumir� la culpa de la maldad de Nabal, y humildemente le pide a David que escuche lo que ella tiene que decir. Aunque Nabal era su esposo, ella no ocultaba la verdad en cuanto a su car�cter severo: ella admite claramente que era un hombre de Belial (inutilidad), dici�ndole a David que su nombre, Nabal, que significa "necio", era descriptivo de su car�cter. ella no hab�a visto a los hombres que envi� David, por lo que no supo hasta despu�s lo que hab�a sucedido.

En el vers�culo 26 ella le suplica a David bas�ndose en que el Se�or vive y que el alma de David vive. �No era evidente que fue el Se�or quien la hab�a enviado para impedir que David matara para vengarse con su propia mano? Ella no disculpa a Nabal, pero expresa el deseo de que los enemigos de David y todos los que buscan su da�o sean como Nabal. �Qu� quiso decir ella? Ciertamente, no para prosperar materialmente como lo hab�a hecho Nabal, sino m�s bien para que Dios los manejara a su manera.

David hab�a dejado a Sa�l en la mano de Dios: ahora Nabal tambi�n se quedar�a all�. De hecho, Dios se ocup� de �l m�s r�pidamente de lo que David hubiera imaginado. En este sentido, los otros enemigos de David ser�an como Nabal. Parece que esta mujer sabia estaba hablando prof�ticamente.

Ella le ruega a David que reciba los suministros que ha tra�do para beneficio de los j�venes que lo siguieron (v.17), y le pide que perdone SU ofensa, porque estaba persuadida de que el Se�or har�a de David una casa segura.

Abigail, en el vers�culo 28, muestra la fe manifiesta que reconoci� a David como el rey elegido por Dios incluso mientras estaba en el exilio. Ella sab�a que David estaba preocupado por pelear las batallas del Se�or, lo cual contrastaba con Sa�l, quien solo pensaba en pelear contra sus propios enemigos, reales o imaginarios ( 1 Samuel 24:14 ).

Ella se refiere a Sa�l solo como "un hombre" que se hab�a levantado contra David para perseguirlo y buscar su vida (v.29), pero expresa la confianza inquebrantable de que la vida de David estar�a atada al haz de los vivos con el Se�or Dios. Dios ser�a su reserva y tambi�n su vengador, porque lanzar�a la vida de los enemigos de David como del hueco de una honda. Su perspicacia prof�tica fue probablemente el resultado de que ella sab�a algo de que Dios hab�a ungido a David por Samuel, porque en el vers�culo 30 ella se refiere al hecho de que el Se�or hab�a hablado del bien con respecto a David y habla de que se cumpli� positivamente. Su fe incondicional en el Dios vivo es refrescante de observar. Ella cre�a que David a su debido tiempo ser�a instalado por Dios como gobernante de Israel.

Con sabia previsi�n, ella le dice que cuando ascienda al trono, estar�a muy agradecido si no tuviera constancia de haber derramado sangre sin causa o de haber tomado la ley en sus propias manos para vengarse (v.31). Si tal mancha estuviera en su historial anterior, seguir�a siendo un gran dolor para su propio coraz�n. Concluye pidi�ndole que la recuerde en el momento en que el Se�or lo tratar�a bien. Esto nos recuerda las palabras del ladr�n en la cruz: "Se�or, acu�rdate de m� cuando vengas en tu reino". ( Lucas 23:42 - NKJV)

David no tuvo m�s alternativa que reconocer que era el Se�or quien hab�a enviado a Abigail. Primero bendijo a Dios por su gran gracia en este asunto. Luego bendice el sabio consejo de Abigail, y luego la propia Abigail, que hab�a impedido que David cumpliera su prop�sito de derramar sangre y vengarse con su propia mano. Porque �l le dice la terrible verdad, que si ella no se hubiera apresurado a encontrarse con �l, �l y sus hombres habr�an matado a todos los varones de la casa de Nabal. De nuevo enfatiza el hecho de que fue el Se�or Dios de Israel quien lo hab�a guardado. de haber lastimado a Abigail por su intencional destrucci�n de su casa.

De lo contrario, no habr�a controlado su propio temperamento hasta que fuera demasiado tarde. David acept� de ella el gran regalo de provisiones que ella hab�a tra�do con la seguridad de que �l hab�a aceptado su persona (v.35), es decir, asumiendo la responsabilidad por el insulto de Nabal, de modo que Nabal y su casa se salvaron.

Al regresar a su casa, Abigail encontr� a Nabal celebrando un banquete, ya que se hab�a emborrachado (v. 36). Asi es el mundo. Cuando un terrible juicio estaba a punto de caer sobre �l de repente, se volvi� completamente insensible a su peligro. Entonces, sin conciencia sobre el pasado y sin temor al futuro, �los hombres se sumergen en la autocomplacencia mientras est�n al borde del juicio devastador de Dios! por tanto, no le dijimos nada esa noche, sino que esper� hasta la ma�ana.

Luego le cont� toda la verdad de lo que hab�a sucedido, habiendo llevado grandes provisiones para ir a encontrarse con David, y lo encontr� camino a la casa de Nabal con la plena intenci�n de matar a todos los varones de su casa. El necio no se anticip� a esto, y cuando lo oy�, su coraz�n muri� con �l y qued� como una piedra (v. 37). Evidentemente, estaba tan aterrorizado que se qued� paralizado.

Pero el temor al juicio no salva el alma de un hombre, ni ablanda su coraz�n para responder a Dios: su coraz�n se endureci� como una piedra. Se nos dice acerca de Dios en Romanos 9:18 : "al cual �l ser� endurecido". Este es el resultado de alguien que endurece su propio coraz�n. �A qui�n endurecer� Dios? Aquellos que no se arrepientan.

Solo diez d�as despu�s, Dios le quit� la vida a Nabal (v. 38). �Qu� control ten�a entonces sobre todas esas cosas que hab�a llamado suyas (v.11)? Ciertamente, aqu� se nos recuerdan las palabras de Dios: "M�a es la venganza; yo pagar�, dice el Se�or" ( Romanos 12:19 ).

Cuando David escucha la noticia (v. 39), se le recuerda de nuevo la gran misericordia del Se�or que lo hab�a apartado del mal de vengarse a s� mismo. Bendijo a Dios por tomar este asunto en sus propias manos capaces. Dios mismo recompens� al malhechor y no castig� a los hombres de su casa, como estaba dispuesto a hacer David.

De toda esta experiencia con Nabal David tambi�n recibe otra esposa. Env�a mensajeros a Abigail, la viuda de Nabal, para pedirle que est� dispuesta a casarse con �l (v. 40). No hubo ninguna vacilaci�n por parte de Abigail. Estaba dispuesta a dejar su antigua riqueza e identificarse con David en el exilio y el peligro. Sabemos la raz�n de esto: ella ya hab�a expresado su fe incondicional en la promesa de Dios a David de que �l reinar�a sobre Israel (vs.

29-30). En vista de esto, ella se siente digna s�lo del servicio m�s humilde en la casa de David, "una sierva para lavar los pies de los siervos de mi se�or" (v.41). La verdadera fe y la humildad siempre van juntas. Llevando con sus cinco doncellas que la atend�an, ella monta en un burro para ir a David (v.42), y se convirti� en su esposa.

No se nos dice qu� pas� con la propiedad y las posesiones que hab�an sido de su esposo. Para ella, esto no ten�a importancia en comparaci�n con su uni�n con David, y David no codiciaba esta gran riqueza.

El vers�culo 43 nos dice que David tambi�n tom� otra esposa, Ahinoam de Jezreel. Esto no estaba prohibido en el Antiguo Testamento, aunque nunca fue la intenci�n de Dios (que era que un hombre se uniera a su ESPOSA, no a sus esposas - G�nesis 2:24 ). En cuanto a Mical, Sa�l se la hab�a quitado injustamente a David y se la hab�a dado a otro hombre.

M�s tarde, David le exigi� a Is-boset que se le devolviera ( 2 Samuel 3:14 ), que era ella. Pero esto fue un error por parte de David: �por qu� deber�a agregarla a los que ya ten�a? No es sorprendente que no la encontrara m�s devota despu�s de lo que hab�a sido antes ( 2 Samuel 6:20 ).

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Samuel 25". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/1-samuel-25.html. 1897-1910.