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Bible Commentaries
1 Samuel 28

Comentario de Grant sobre la BibliaComentario de Grant

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Versículos 1-25

El conflicto inevitable entre Israel y los filisteos vuelve a surgir, y David se encuentra en una situaci�n desagradable. Aquis le dice que �l y sus hombres deben acompa�ar a Aquis para luchar contra Israel. �Podr�a posiblemente hacer esto? �No! �Podr�a explicarle esto a Achish? En cambio, Nol le responde de una manera que sonaba favorable a Achish, pero no se comprometi� de una forma u otra. �l le dijo: "Sabr�s lo que puede hacer tu siervo" (v.2). Esto le pareci� tan entusiasta a Aquis que prometi� convertir a David en su guardaespaldas para siempre. David nunca acept� esta promoci�n.

LA VISITA DE SAUL A UN ESP�RITU MEDIO

En el vers�culo 3 se nos recuerda que Samuel hab�a muerto y fue sepultado con el lamento de todo Israel. Tambi�n Sa�l, probablemente por respeto a Samuel, hab�a prohibido la pr�ctica del espiritismo en Israel. Saulo hab�a rechazado antes la Palabra del Se�or. y ahora no tiene ayuda de Samuel. �Qu� va a hacer �l? Los filisteos han venido a pelear contra Israel (vs.4-5) y su n�mero y aparente poder consterna a Sa�l.

Sabe que �l mismo no est� a la altura de la ocasi�n y necesita alg�n tipo de ayuda. Pregunt� al Se�or y no recibi� respuesta, ya sea por urim (intercesi�n sacerdotal) o por profetas. �Qu� derecho ten�a a la direcci�n del Se�or cuando hab�a rechazado la Palabra del Se�or?

Por lo tanto, va en contra de su propia legislaci�n contra la hechicer�a y pide a sus sirvientes que le busquen una mujer (no un hombre) que haya tenido contacto con un esp�ritu familiar (v.7). Sab�an que hab�a una mujer as� en En-dor que todav�a estaba practicando. A pesar de la prohibici�n de Sa�l, la gente debe haber estado al tanto de su comercio ilegal.

Para visitar a la mujer, Sa�l se disfraza. Qu� tristemente degradado para un rey de Israel. Pero necesitaba ayuda sobrenatural, y como hab�a rechazado la Palabra de Dios, busca desesperadamente la ayuda de fuentes demon�acas. Se llev� a dos hombres con �l y se fue de noche, porque no quer�a que nadie sospechara que estaba consultando a un m�dium espiritista. Desde entonces, e incluso recientemente, ha habido otros jefes de gobierno que se dieron cuenta de sus propias limitaciones humanas y han consultado a los m�diums porque no ten�an confianza en la Palabra de Dios,

Le pide a la mujer que le traiga a una persona que hab�a muerto. Esto es lo que profesan hacer los m�diums. Pero es falso. Solo se ponen en contacto con un esp�ritu maligno que se hace pasar por el de la persona muerta. El esp�ritu sabe algo del pasado de la persona muerta y puede referirse a esto para persuadir al investigador de que en realidad es la persona muerta.

La mujer est� en guardia y sospecha que se trata de una trampa para encontrarla culpable de practicar el espiritismo y hacerla ejecutar (v. 9). Ella le recuerda que Sa�l hab�a eliminado a los espiritistas y magos de Israel, lo que por supuesto la puso en peligro por practicar.

Sin embargo, la conciencia de Saulo est� tan amortiguada que incluso invoca el nombre del Se�or al jurarle que no incurrir� en ning�n castigo por sus servicios ilegales en este caso (v. 10);

�l le pide que traiga a Samuel, pero cuando vio a Samuel llegar, se sorprendi� y grit�. �Por qu� fue esto? No esperaba al propio Samuel, sino al esp�ritu maligno al que estaba acostumbrada. Inmediatamente supo que era el rey Sa�l quien era su cliente. El hecho es que Dios hab�a intervenido en este caso excepcional y de hecho permiti� que Samuel subiera. La mujer le pregunta a Saulo por qu� la hab�a enga�ado (v. 12).

Pero Sa�l no estaba all� para atraparla. �l le dice que no tenga miedo y le pregunta qu� ha visto. Ella responde que vio a un dios que ascend�a de la tierra (v.13). Saulo pregunta sobre la forma de la aparici�n que ve (v.14). Ella le dice que es un anciano cubierto con un manto. Sa�l percibi� que en verdad era Samuel, y se inclin� y se inclin� ante �l, una mera demostraci�n de servilismo.

Samuel pregunta por qu� Sa�l lo hab�a inquietado para que lo trajera (v. 15). Este caso fue extraordinario, pero la pregunta de Samuel muestra que cualquier esfuerzo por contactar a las personas que han fallecido es un esfuerzo por inquietarlas. En este caso excepcional, Dios permiti� que Samuel se inquietara. Sa�l le habla de su gran angustia porque los filisteos estaban en guerra contra �l y ya no pod�a encontrar ayuda de Dios. Aparentemente, piensa que Samuel podr�a ser m�s indulgente que Dios y le pidi� consejo,

Samuel no responde al problema de Sa�l como lo har�a un esp�ritu maligno. Un esp�ritu maligno que habla por medio de un m�dium, siempre transmite mensajes agradables y agradables que tienen la intenci�n de hacer que el investigador se sienta bien. Pero Samuel habla franca y honestamente de la inconsistencia de la pregunta de Sa�l a Samuel cuando el Se�or se hab�a apartado de �l (v.16). Samuel era el siervo del Se�or y estar�a totalmente de acuerdo con lo que el Se�or dijo e hizo.

Le recuerda a Saulo, por lo tanto, c�mo el Se�or le hab�a hablado antes, que el Se�or le quitar�a el reino a Sa�l y se lo dar�a a otro hombre. Esta vez le dice que David es ese hombre. Sa�l sab�a esto sin que se lo dijeran, pero estaba posponiendo el d�a todo lo que pod�a.

Pero hab�a llegado el momento de Sa�l. Samuel repite lo que le hab�a dicho a Sa�l antes, que, debido a que Sa�l hab�a desobedecido el mandato expreso de Dios con respecto a Amalec, pod�a esperar perder el reino. De hecho, Samuel le dice, "hoy el Se�or te ha hecho esto" (v.18). Samuel no le dio a Sa�l ning�n consejo sobre qu� hacer, pero lo dej� en su propia confusi�n desesperada.

M�s que eso, le dice que el Se�or entregar�a a Israel y a Sa�l en manos de los filisteos, y que al d�a siguiente Sa�l y sus hijos estar�an con Samuel (v.19). Sa�l sab�a que Samuel quer�a decir que Sa�l morir�a. No se refiere en absoluto a la cuesti�n de si �l y sus hijos estar�an en el cielo o en el tormento. Saulo no hab�a mostrado ninguna se�al clara de ser un creyente, y ning�n incr�dulo estar� en el cielo. Su hijo Jonat�n era evidentemente un verdadero creyente. Adem�s de la muerte de Sa�l y sus hijos en la batalla, Dios har�a que todo el ej�rcito de Israel fuera derrotado por los filisteos.

�Qu� sorpresa para Sa�l! No hay el menor rayo de esperanza para iluminar su oscuridad. Solo se sinti� peor por consultar al m�dium espiritual. Alto y fuerte como era, cay� al suelo aterrorizado (v.20). Hab�a rechazado la Palabra de Dios. Ahora tiene que afrontar los resultados de su propia locura y no est� preparado. �Qu� cuadro de aquellos que se atreven a apartar a Dios de sus vidas y luego llegan al final sin tener nada de qu� depender! No hab�a comido, evidentemente pensando que el ayuno le har�a ganar alg�n favor con Dios.

Este fue probablemente el caso m�s angustioso que la mujer hab�a visto en su vida. Le recuerda a Saulo que hab�a puesto su vida en sus manos haciendo lo que �l quer�a. Ahora ella le pide que considere su consejo y que coma algo para fortalecerse (v.22). �Lo mejor que puede ofrecer es lo que le dar� fuerza f�sica para ir a encontrar su perdici�n!

Sa�l se neg� a comer. Evidentemente, estaba demasiado perturbado para siquiera desear comida. Pero la insistencia tanto de la mujer como de los sirvientes de Sa�l prevaleci�, y Sa�l se levant� del suelo y se sent� en la cama. La casa de la mujer aparentemente estaba escasamente amueblada, pero ten�a comida para darle, un becerro gordo que ella mataba y harina que le proporcionaba un medio para hornear pan sin levadura (v.24). Esto nos recuerda la provisi�n de Abraham para el Se�or y los dos �ngeles ( G�nesis 18:6 ), �pero cu�n totalmente contrastantes fueron las circunstancias!

Sa�l y sus siervos comieron, luego se fueron esa noche para regresar al campamento de Israel. No se nos dice si pagaron a la mujer por sus servicios. Sin embargo, toda esta historia deber�a persuadirnos de que no tiene ning�n valor tratar de averiguar qu� puede suceder en nuestras vidas en el futuro. Se puede confiar en Dios para esto.

Hay en todo esto tambi�n una aplicaci�n dispensacional que es de profundo inter�s. El Se�or Jes�s dijo a los escribas y fariseos: "Cuando un esp�ritu inmundo sale de un hombre, va por lugares secos en busca de descanso, y no lo encuentra. Luego dice: 'Volver� a mi casa de donde sal�'. Y cuando llega, la encuentra vac�a, barrida y ordenada. Luego va y se lleva consigo otros siete esp�ritus m�s malvados que �l, y entran y moran all�, y el �ltimo estado de ese hombre es peor que el primero.

As� ser� con esta generaci�n malvada "( Mateo 12:43 ). As� como Sa�l se deshizo de los m�diums espirituales, as� Israel, en el momento en que el Se�or habl�, hab�a prohibido exteriormente la idolatr�a. Pero como no han recibido a Cristo, quedan vac�os, barridos y mejorados exteriormente, y en el tiempo de la gran tribulaci�n el esp�ritu maligno regresar� y con �l una infestaci�n de a�n m�s esp�ritus malignos, de modo que el �ltimo estado de Israel exigir� el juicio solemne de Dios.

Información bibliográfica
Grant, L. M. "Comentario sobre 1 Samuel 28". Comentario de Grant sobre la Biblia. https://beta.studylight.org/commentaries/spa/lmg/1-samuel-28.html. 1897-1910.
 
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